CAPÍTULO 13
La sensación de calidez que siento, es demasiado agradable. El abrazo dulce y tierno, en el que me envuelven los brazos de Jaden, me hacen desear quedarme así, por toda una eternidad.
—¿Te sientes mejor?— el susurro ronco y profundo en la voz de Jaden, me hace volver del rincón mágico y acogedor en el que me encontraba.
Abro mis ojos, que ni siquiera sé a qué horas cerré y contra mi voluntad, me alejo un poco de su cuerpo —S-Sí, gracias p-por el abrazo.
Él se aleja un poco más, hasta que el abrazo se disuelve; sin embargo, nuestros cuerpos aún quedan cerca. Desliza sus manos y las frota suavemente en mis hombros y brazos —Gracias a ti por corresponderlo —una amplia sonrisa se dibuja en sus labios.
Tímidamente sonrío. Siento que me he sonrojado un poco —Me tranquilizó mucho. Creo que lo necesitaba —sonrío más y él retira sus manos, para hundirlas en un gesto tímido en los bolsillos de sus jeans.
—Creo que yo también —suspira —Mi madre siempre me ha dijo, que dar un abrazo, reconforta y es mucho mejor, que dar un puñado de palabras.
Su madre tiene razón, a veces, no necesitamos consejos, sermones o un palabrerío. A veces, sólo necesitamos un abrazo.
—Estoy de acuerdo con eso —muerdo mi labio inferior y lo observo con gesto dubitativo —¿Aún quieres pasar?— hago una seña con mi cabeza, hacia la puerta que es de mi apartamento.
—¿Aún quieres que pase?— ríe un poco.
—Aún estamos mojados —me encojo de hombros.
—Ya lo había olvidado —observa su ropa y toca su camisa —Debo secarme y aún quiero café —me guiña un ojo.
Una pequeña risa se me escapa —Bien. ¡Vamos!
Empiezo a caminar por el pasillo, y Jaden camina a mi lado, avanzamos hasta llegar frente a la puerta del apartamento que comparto con Juri. Quito llave a la puerta y entro.
—Pasa —me hago a un lado para que Jaden entre. Luce penoso cuando avanza y yo cierro la puerta.
Cuando me giro, lo veo que está parado a unos pasos de la entrada observando el espacio —Es un lugar amplio.
—No debe ser más amplio que la casa de tu tío.
—Tal vez, pero es más ordenado que esa casa. Créeme.
Me hace reír —Bueno, iré por unas toallas para que te seques —él asiente y se queda a mitad de la sala, mientras yo avanzo hacia el pasillo que lleva a la habitaciones y al baño.
Odiosamente, aún no dejo de reproducir en mi cabeza, una y otra vez el abrazo entre Jaden y yo. Una sonrisa boba se dibuja en mi rostro, al recordar la calidez y ternura que sentí. Siento un cosquilleo extraño en mi pecho. No puede ser que un abrazo de él, me haga sentir así. Pero no puedo -no quiero- evitar sentirme así.
Entro al baño, y tomo tres toallas del estante que está a un lado del lavamanos, donde se guarda algunos artículos de limpieza, toallas y papel higiénico. Realizo mi labor de forma despreocupada, y cuando me giro hacia la puerta para salir, se me escapa un grito, cuando veo a Jaden parado en el umbral de la entrada.
—¡Deja de hacer eso!— chillo enojada y lo golpeo con las toallas.
—¿Qué?— ríe divertido y agarra las toallas para hacer que deje de golpearlo.
—¡Asustarme! ¡Me vas a matar de un susto!— me muevo y lo paso de largo hasta salir del baño.
—¡Lo siento!— sale también. Seca su cabello con la toalla que le dejé.
—¿Puedes permanecer en la sala, mientras me cambio tranquila en mi habitación, sin que llegues de pronto y me asustes?— me cruzo de brazos.
—¡Claro! Creo que puedo hacer eso —me guiña un ojo y yo me dirijo hacia mi habitación.
Me detengo justo antes de entrar y me giro para verlo —Creo que en el baño hay una camiseta limpia. Puedes usarla. Es de mi hermano.
No espero una respuesta y entro, cerrando la puerta de mi cuarto. Ahora siento este espacio que es mucho más acogedor ahora. Ya lo veo como mi habitación.
Es un alivio deshacerme de la ropa mojada y secar mi cabello. Realmente es tan agradable. Al quitarme la blusa, me doy cuenta que tiene el aroma a la loción de Jaden. Llevo el delgado material a mi nariz, y tomo una inspiración profunda al sentirlo. No puedo evitar revivir nuestro abrazo. Una vez más.
«¡Ya olvida eso de una vez!» la vocecilla en mi cabeza me reprende. Pero no sé si pueda escucharla y hacerle caso.
Termino de desvestirme y me quedo semidesnuda. No puedo evitar sentir desconfianza, al pensar que Jaden está aquí. De pronto, el temor de que entre repentinamente y me vea así, me invade. Así que avanzo a la puerta para echarle el seguro. Ahuyento ese loco pensamiento. No creo que sea capaz de entrar a mi habitación.
Me cambio la ropa interior, por mis cómodas bragas de algodón y a pesar de que, no quisiera usar sujetador para sentirme más cómoda, uso uno. No me imagino salir y que Jaden me vea así: con camisa pero sin sujetador. Me enfundo un pantalón deportivo, uno que uso para dormir y una camiseta vieja. Solamente me pongo calcetines y salgo así de la habitación.
Avanzo por el pasillo hasta la sala, sacudiendo un poco mi cabello con una toalla. Me quedo en shock, cuando observo la imagen ante mí.
Jaden está de espaldas. Está secando su cabello y no tiene camisa. Su torso está desnudo y sus jeans un poco debajo de su cadera, dejando a la vista el elástico de su bóxer. Su espalda luce rígida y sus hombros son anchos y firmes.
Se gira hacia mí y yo me giro de golpe hacia otro lado. Me siento torpe. Los nervios que me ha causado su imagen, no me dejan actuar con naturalidad, mientras busco algo más para ver.
—Lo siento —las palabras salen de mi boca, sin que pueda evitarlo.
—¿Por qué?— suena confundido —¿Qué tiene de malo que veas?— se oye divertido ahora.
Como si me hubiera dicho que lo hiciera, y a pesar de mis nervios y de que sé que voy a sonrojarme, volteo a verlo. Su abdomen es firme y definido, al igual que sus pectorales y brazos. Realmente es un chico atractivo. Su cuerpo está realmente, muy bien ejercitado.
No dice nada más, y se pone la camiseta negra que dejó Derian hace unos días que vino. Le queda un poco ajustada, ya que él es mucho más fornido que Derian.
—Un poco ajustada —ríe y la acomoda de las mangas.
Sacude la toalla que usaba para secarse y la cuelga en el porta abrigos de la entrada. Avanza hasta el sillón grande y se sienta. Con su mano hace de señas el espacio a su lado, para que me siente.
Dudo unos instantes, pero avanzo hasta sentarme a su lado. Sin embargo, dejo un espacio entre nosotros, no quiero invadir su espacio vital, ni ser invadida en el mío.
Busco algo qué hacer y aminorar los nervios que me dejó la impresionante vista que tuve y su cercanía ahora. Así que, empiezo a secar una vez más mi cabello con la toalla.
—Lindo cabello —siento cómo su mano toma un mechón y desliza sus dedos hasta llegar a las puntas.
—No te burles. Está mojado. Debe lucir mal.
—No, en serio —ladea su cuerpo y reposa su brazo izquierdo, en el respaldar del sillón, justo atrás de mí y con su otra mano, vuelve a tomar otro mechón de cabello. —¡Luce bien! Un poco despeinada pero bien —una pequeña risa lo asalta.
—Entonces..., ¿gracias?— río un poco también.
Sigo secando mi cabello, y él desvía su vista a otro lugar —¿Es en serio? ¿Snoopy?— una enorme carcajada brota de su boca esta vez, y lo veo lucir divertido, mientras critica mis calcetines.
—Me parece lindo. Y Charlie Brown es tierno —sueno patética.
—¡Que tierno!— hace una mueca que se me antoja un tanto femenina y no puedo evitar reír por eso.
—No me digas que no tienes una caricatura que te guste.
—Claro que no tengo —se cruza de brazos.
—¡No mientas! Todos tenemos. Dime: ¿te gusta Mickey mouse?— él me observa como si lo hubiese ofendido y yo añado :—¡Ya sé! ¡Los Looney tunes!
No contiene más la risa, y ríe a carcajadas de nuevo. No para de reír y me contagia, por lo que también río —¡Alys! ¿Es en serio?— dice a penas entre risas.
—¿Qué? No me digas que nunca viste a los Looney tunes. Son realmente tiernos, siendo bebés —utilizo un tono de voz aniñado y sé que luzco patética, pero él no hace más, que reír más fuerte. —¡Deja de reírte!— lo empujo en el hombro juguetonamente—, ¡me contagias!
—Tú me contagias a mí —dice finalmente, después de tanta risa—. Tú me contagias de esa alegría que siempre traes contigo.
—No siempre soy alegrías —me encojo de hombros—. A veces soy un desastre de humor.
—Creó que todos tenemos un poco de todo —se encoge de hombros también—, pero tú te ves mucho más bonita cuando sonríes.
Nuevamente sus palabras me ponen nerviosa. Me aclaro la garganta e intento pasar por alto lo que dijo —¡Prepararé café!— rompo el silencio y me pongo de pie, camino a la cocina.
—Bien —escucho que me sigue de cerca y ambos entramos al pequeño cuarto de cocina.
Yo avanzo hasta donde está la cafetera y la preparo para hacer el café. Jaden hala una de las sillas de la mesa para dos personas, que Juri y yo tenemos, y se sienta.
—¿Vives con tu hermano?— su voz roca irrumpe el silencio del lugar.
—No. Vivo con Juri. Mi compañera de trabajo.
—La chica pelirroja, ¿cierto?— pregunta y yo asiento. —¡Genial! Debe ser agradable vivir con tus amigos.
—¡Lo es!— termino de preparar la cafetera y me siento en la silla frente a él. —Realmente Juri es una excelente amiga. Nos conocemos poco aún, pero debo decir que nos llevamos muy bien.
—Se ve que es una chica agradable —con su dedo índice, hace dibujos imaginarios sobre la madera de la mesa —.A veces los amigos, son mejor compañía que tu familia, ¿no crees?
—¿Tú tienes hermanos?— sigo indagando cosas sobre él.
Levanta su mirada hacia mí y asiente —Uno. Pero es como si no lo tuviera.
Me gustaría saber, por qué lo dice, pero no quiero ser entrometida —No es Evan, ¿o sí?— río un poco.
Tira una carcajada y niega —No. ¡Gracias al cielo que no! Pero somos buenos amigos. Es un idiota, pero es buena bestia.
No puedo evitar reír a carcajadas ahora —A pesar de sus incansables bromas, también creo que lo es —paso una mano por mi cabello y pienso qué decir para continuar la conversación. —¿Hace mucho que son amigos?
Levanta su mirada una vez más para verme —Sí. En realidad, creo que desde los diez años...— luce pensativo, como si tratara de recordar bien.
—Ya veo. Con esa cantidad de años, creas una relación de hermanos prácticamente.
—Estoy de acuerdo en eso —se mueve en su lugar, y se recarga en el respaldar de la silla en una postura desgarbada. —Creo que lo veo más a él como mi hermano, que a mi verdadero hermano.
No me mira, y luce como si estuviera recordando algo. Como si estuviera recordando el motivo por el cual dice eso. No se qué decirle, porque no sé cómo sea la relación que tiene con su hermano. Pero no quiero parecer una grosera incompresible.
—¿No te llevas bien con él? Con tu hermano me refiero —aclaro y espero no me tome como entrometida.
—Como te dije es como si no lo tuviera —su vista está en algún punto fijo en la mesa y ahora siento que no debí preguntar nada.
No digo nada, y me limito a distraerme con unos mechones de mi cabello. Finjo observar las puntas que sostengo con mis manos, alisándolas con los dedos.
—Nunca tuve una buena relación con él, ¿sabes?— su voz repentina, me hace alzar la vista inmediatamente hacia él. Sus ojos azules me observan con detalle y prosigue :—Es mayor que mí. Dos años —aclara y yo me siento más erguida, dirigiendo toda mi atención a lo que vaya a decir. —Nunca fue un hermano cariñoso o cercano, pero solíamos llevarnos bien. Hasta que... —aparta sus ojos de mí, y luce como si fuera un enorme trabajo hablar de esto —,hasta que terminó detenido en una delegación por portar drogas.
El peso de sus palabras parece ser tanto, que han vuelto su expresión seria y luce torturado. Me siento mal por haber preguntado. No debe ser cómodo hablar de esto —Jaden lo siento. Y-Yo no debí haber preguntado...
Levanta su vista inmediatamente y una media sonrisa se dibuja en su boca —No te disculpes. Siendo sincero, no es algo que le cuente a muchas personas. Pero quiero hablarlo contigo. Si tú quieres escucharme, claro.
Entiendo perfectamente. Me ha pasado. Hay cosas que duelen contarlas pero a veces, decirlas y que alguien pueda escucharte es un alivio —Claro —digo y él asiente.
—Mis padres pagaron una fuerte cantidad para sacarlo —se queda en silencio y luce como si tratara de recordar todo a detalle —.No te imaginas la decepción que les causo eso. Yo no dejé en ningún momento que algo así, influyera en la poca relación que teníamos. Pero mis padres se encargaron de hacer ese trabajo. —suspira y se mueve en su lugar, hasta colocar sus codos sobre la mesa —Todo el tiempo lo comparaban conmigo. Yo nunca fui, ni digo que sea una blanca paloma, pero las drogas no son lo mío y mis padres se lo recalcaban a cada momento.
—Y tu hermano se distanció de ti por eso... —digo comprendiendo la situación.
Él asiente —Jamás le reproché nada. Jamás le critiqué el error que cometió. Incluso les pedía a mis padres, que no hicieran lo que hacían. Pero él tomó un resentimiento hacia mí. Un resentimiento causado por nuestros padres —una pequeña risa carente de humor sale de su boca —,causado por sus malditas reglas y sus ideologías, de un hombre formal, correcto, de bien y "perfecto"— dice esa palabra con un claro sarcasmo. —Nunca paraban de decirle que no era buen hijo. Que era la decepción de la familia por lo que había hecho. Que jamás llegaría a ser alguien en la vida. Pero dime algo: ¿quién carajos dijo, que para ser alguien en la vida, se necesita ser perfecto?
Me observa y suspiro —Es un error pensar eso...
—Un estúpido error que nuestros padres cometieron, y llevaron a mi hermano a tener un resentimiento hacia mí y lo llevaron a que se fuera de la casa. —baja su vista y suspira —Eso fue hace dos años y desde entonces, toda relación de hermanos entre nosotros, se fue a la mierda. Por mi parte, no me hace falta y no puedo decir que entiendo del todo lo que hizo. Simplemente se creyó todo lo que le decían y se puso en contra mía, por algo que yo no tenía culpa.
—Eso es..., es lamentable —su historia ha sido tan dura de escucharla para mí, que no sé ni qué decirle para reconfortarlo.
Abro mi boca para decir algo, pero la cierro de nuevo cuando el sonido de la cafetera anunciando que el café está listo me detiene. Y justo en ese momento, se da un apagón completo.
Un enorme trueno resuena tan fuerte que me asusta un poco, y toda la estancia queda en una completa oscuridad —¡Oh no!— me quejo y me pongo de pie.
—¿El edificio tiene planta eléctrica de emergencia?— la voz de Jaden suena en el silencio.
—No lo sé —respondo y me pongo de pie, para ir por algo que nos brinde luz. —Iré por algo para que dé luz. Creo que Juri tiene una linterna.
En la oscuridad, a penas puedo ver la silueta de Jaden sentado en la silla. La cocina no tiene ninguna ventana por donde entre luz. Además, son pasadas de las siete ya y con la tormenta, todo luce más oscuro.
—¡Bien! Serviré café mientras tanto —se pone de pie y pasa a mi lado, tomándome de los hombros para apartarme. —Espero no derramarlo.
—¡Cuidado con ensuciar mi cocina!— advierto en broma.
—Como mande la señorita —termina de pasar a mi lado, y yo le indico donde están las tazas.
A tientas, salgo de la cocina y avanzo por la sala hasta el pasillo para ir a las habitaciones. Por suerte no tropiezo con nada en el camino. Entro al cuarto de Juri y me voy hasta su armario. Creo que ahí guarda la linterna y espero encontrarla. Por suerte, entra algo de claridad que dan los relámpagos por la ventana y la habitación no luce tan oscura.
Ahora que lo pienso, es un alivio tener a Jaden aquí. Estaría muriendo del miedo estando yo sola y en la oscuridad.
Rebusco en las gavetas pero no tengo suerte alguna. Entonces, me dirijo hasta la mesita de noche y por suerte, la linterna está en el primer cajón. La enciendo y verifico que funcione, y cuando me aseguro de que esté en buenas condiciones, la apago y salgo de la habitación.
Avanzo de nuevo por el pasillo y al llegar a la sala, me detengo solo para rebuscar mi celular en el sillón. Estoy buscándolo entre los cojines, cuando alguien me atrapa por detrás.
—¡Buh!— la voz ronca y repentina de Jaden, me hace dar un enorme brinco. A esto le sumo que no esperaba que estuviera aquí, por lo que grito del susto y hasta suelto la linterna que sostenía en mi mano.
Una enorme carcajada brota de su garganta y retumba en el silencio de todo el lugar.
—¿Pero es que a caso has jurado matarme de un susto?— espeto un poco disgusta, pero él no para de reír. —¡¡No fue gracioso!! ¡No fue nada gracioso!— protesto e intento soltarme del agarre de Jaden, quien todavía me abraza por detrás.
—Lo siento, bonita —a penas dice entre risas.
—Ni creas que no me molestaré, sólo porque me digas así —intento quitar sus brazos que rodean mi cintura, pero él se opone.
—Y tú ni creas que sólo porque éstas molesta, voy a dejar de decirte bonita.
Gruño sonando molesta, pero en realidad quiero reír. Me siento nerviosa y extraña con esta cercanía y con lo que ha dicho. Jaden no me suelta, lo cual hace que sienta un extraño cosquilleo en mi pecho. Quiero decirle que no estoy molesta, pero no le diré
—¡Ya suéltame!— pretendo sonar dura, pero hay un pequeño tono burlista en mi voz.
—Si estás molesta no lo haré. ¿Estás molesta?— pregunta pero yo no digo nada, sólo sonrío como idiota. Que bueno que no hay luz y él no puede verlo. —A ver..., una sonrisita —sisea cariñoso y empieza a hacerme cosquillas.
—¡No, Jaden! ¡¡Para!!— intento zafarme, pero no puedo y el sigue con las odiosas cosquillas. —Ya no estoy molesta, ¡en serio!— ahora ya estoy riendo a carcajadas.
—¿Segura?
—Siii —digo riendo.
—De acuerdo —me suelta y yo intento recomponerme del ataque de risa.
Y entonces, la luz vuelve así de repentina como se fue. Ambos parpadeamos, para acostumbrar nuestros ojos a la luz.
—En serio, ¡eres insoportable!— bromeo, pero trato de escucharme segura de lo que digo, para que él me lo crea. Me agacho y recojo la linterna del piso.
Cuándo me pongo de pie, veo que él está cruzado de brazos y tiene una ceja alzada. Una enorme sonrisa se dibuja en su boca y entonces, lleva su mano hasta mi barbilla y la alza un poco —Y tú eres adorable.
La firmeza y seguridad en sus palabras, hace que mi corazón, en lugar de latir naturalmente, haga un baile extraño. Una sonrisa se me escapa y estoy segura que mi sistema nervioso, acaba de colisionar. No puedo creer que haya dicho eso. Mi estómago tiene una extraña sensación de cosquilleo por sus palabras.
Definitivamente, como dice Juri, esto está yendo en un rumbo extraño y no es hacia una simple amistad.
Tengo que confesarlo. Jaden me está haciendo sentir mariposas en el estómago.
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