CAPÍTULO 10
Por un instante creo que mi cuerpo está, totalmente igual que una roca. Tieso.
Los ojos azules que me observan fijamente, envían una oleada caliente que me recorre todo el cuerpo. El calor que emana su cuerpo; tan junto al mío, traspasa nuestras camisas y me pone nerviosa. El aroma varonil de su loción, me embelesa tanto; que desearía pegarme más a él, absorber y gravarlo en mi mente. ¿Por qué rayos estoy pensando esto?
—Perdón que los interrumpa en su..., mágico momento pero, ¿la chica está bien?— la voz de un chico que habla a mi espalda, me hace reaccionar.
En el instante en que me doy cuenta, de la situación en la que me encuentro, el rubor se apodera de mis mejillas y la vergüenza me invade cruelmente.
«¡¡Trágame tierra!!»
Me separo de Jaden, alejando mis manos, que se encontraban sobre su pecho y desvío mi vista de sus ojos azules. Lo hago, antes de que, por la forma en que él me observa, me hagan ruborizarme más.
Él desliza sus manos, que se encontraban sosteniendo mi cintura y aclara su garganta —Sí. Ella..., ella está bien.
—De verdad lo siento. No sabía que estabas ahí y solo gire con la caja. Por eso te golpeé. No fue mi intención...— me giro para encarar al causante de mi casi caída.
Al causante de ponerme en esa situación: en los brazos de Jaden.
—No hay problema. Estoy bien —al instante en que lo veo, mis ojos se engrandecen. Es el amigo de Jaden -o eso creo- .Es el chico que me vio en la cafetería.
—¡Hey! ¿Te conozco, o no?— ladea un poco su cabeza —Tú eres la chica que este idiota golpeó, ¿cierto?
—Yo..., Amm. Pues, sí — tartamudeo. Odio recordar ese incidente.
—¡Wow! El mundo es tan pequeño, ¿no crees?— luce tan sorprendido como yo —.¡Puedo romperle la cara a este idiota si quieres!— ríe burlonamente.
Quiero reír también, pero me siento más apenada que divertida.
—¿Sí? ¿Y qué te parece si yo te rompo la tuya?— la voz ronca de Jaden, me hace verlo, se coloca a mi lado viendo al chico al frente —Digo, tú casi le rompes la cara justo ahora. Si notaste que se iba a golpear contra el suelo, ¿o no?— suena calmado, pero creo que más bien, trata de controlar su enojo.
—¡Hey! Tranquilo viejo. Mi comentario solo era una broma. En todo caso, si alguien debe elegir romper una cara, sería ella. ¿No?— ríe más y me señala.
Mi vista se desvía a todos lados. A todos, menos hacia donde Jaden. Sé que me está observando.
—No le hagas caso. ¡Es experto en ser un idiota!— Jaden me toma de la muñeca para llamar mi atención. No puedo evitar observarlo sorprendida por eso.
Trato de reír un poco —Yo creo, que será mejor que me vaya.
—¿Por qué? ¿No quieres que te dé un tour justo ahora?— me guiña un ojo y mi corazón responde ante su gesto, acelerándose.
—¿Ahora eres guía turístico?— el chico a nuestro lado se ríe.
Jaden suelta mi muñeca y lo mira con aire desaprobatorio, y luego regresa su vista a mí —¿¡Qué dices!? ¿Te gustaría un tour?— su sonrisa odiosamente, me hace sonreír también.
—¿Es en serio? ¡Cuánta amabilidad, Jad!— los comentarios burlistas del chico a nuestro lado, no cesan. Jaden lo observa una vez más y esta vez, luce realmente molesto. El chico levanta ambas manos, como si le apuntaran con un arma y dice:— Está bien. Ya. Ya entendí. Me callo. ¿Sabes qué? ¡Mejor los dejo solos!— reniega y se aleja.
Ahora no puedo evitar reír un poco —¿Siempre es así??
—Es mucho peor. Créeme — se cruza de brazos —.Y entonces, ¿me aceptas el tour? ¿O tienes algo más que hacer?— ladea su cabeza y me observa tan fijamente, que me pone nerviosa.
—¡No me veas así!— sueno patética. Pero me obligo a ver hacia otro lado. Y ahora, me arrepiento por decirle eso.
—¿Cómo?— luce confundido. Yo me niego a verlo —¿Cómo te veo, Alys?— se mueve de su lugar y se para justo frente a mí, viéndome del mismo modo.
—¡Así!— lo señalo con mi mano —Tan serio. Tan detenidamente. Tan..., ¡fijamente!— me quejo y no puedo evitar sonreír nerviosamente.
«¿No puedes ser más obvia?» me reprocho a mí misma.
Una carcajada brota de su garganta —¿Por qué? ¿Te pongo nerviosa?—alza una ceja altanero. Claramente se siente complacido con saber eso.
—¿Y piensas darme un tour, sólo aquí: en esta tienda y esta calle?— bromeo para cambiar el tema.
No quiero responder a eso, aunque sé la respuesta.
«Sí. ¡Joder! Me pone nerviosa.»
—No. Pienso darte un tour de primera clase. Un tour de toda la ciudad. En mi auto. Con paradas en todo lugar que quieras e incluye cena.
No puedo evitar reír una vez más y niego con mi cabeza —Bien. ¡Eso suena mucho mejor!
—¡De acuerdo!— voltea hacia la entrada de la tienda, donde se encuentra su amigo el parlanchín —¡Hey! ¡Mueve tu trasero y levanta esa caja, que no va a meterse al auto sola!
—¿Ah, sí? Pues en lugar de acosar a esa chica, ¡ven y ayúdame!— se queja, mientras toma la enorme caja que está en el suelo, de un extremo.
Jaden se encamina hacia él, hablando:— No la estoy acosando. Gentilmente la estoy invitando a un paseo. Que gentilmente ella aceptó —se agacha y toma la caja del otro extremo. —Y lo logré, sin acosarla— voltea a mí y me guiña un ojo.
Ambos se levantan y caminan con la enorme -y por lo que se ve, pesada caja- hacia la orilla de la calle. Se acercan hacia un lujoso auto negro, y depositan la caja en el baúl.
Una vez colocada y cerrada la puerta del baúl, Jaden se acerca a mí —¿Vamos?— extiende su mano señalando al auto.
Dudosamente avanzo hacia él. Abre la puerta del copiloto para mí y antes de que pueda entrar, su amigo se para justo a mi lado, llamando mi atención.
—¡Soy Evan, por cierto!— extiende su mano para que la estreche.
—Alyssa —sonrío.
Se acerca un poco más —¿En serio vendrás con nosotros?— yo asiento. —¿En serio aceptaste dar un paseo con Jaden?— pregunta curioso y divertido.
—Sí. Eso creo —a penas termino de hablar cuando ríe felizmente.
—¡Joder, hermano!— le da un pequeño golpe en el hombro a Jaden —¿Qué le pusiste a aquel golpe, para que ella te permita acercarte?— ríe aún más y esta vez una pequeña risa se me escapa a mí también.
—¡Vete a la mierda!— Jaden masculla y se va rodeando el auto para subir. Inmediatamente yo me subo también al lado del copiloto.
Evan da un portazo atrás y se mete en el espacio entre los dos asientos delanteros —¿A la mierda? ¡No viejo!, ¡Me voy a un tour con Alyssa y desgraciadamente, contigo!
Una vez más, río a carcajadas y Evan ríe también. Jaden me observa serio. Y juguetonamente, le guiño un ojo. Su seriedad parece esfumarse inmediatamente. Una cálida sonrisa se forma en sus labios y enciende el motor para ponernos en marcha.
**~**
Son las 6:43pm. Llevamos cerca de tres horas dando vueltas en la ciudad.
Hemos hecho unas diez paradas o más. Prácticamente hemos visitado cada tienda, negocio y plaza de la ciudad.
Evan no ha parado de hacer bromas. Hacerme preguntas como: ¿dónde vivo originalmente? ¿Cuántos años tengo? Incluso me ha preguntado si tengo novio. Y cuando le dije, que estaba feliz con mi soltería, le dijo a Jaden que se olvidará de sus planes y no me arruinara esa felicidad. Recibió muchos insultos de parte de Jaden por eso.
Realmente me la he pasado muy bien con ellos. No he parado de reír y más aún, cuando ellos empiezan una pelea, de quien insulta más a quién. O cuando apuestan tonterías y tienen que cumplirlas.
Justo ahora estamos en California Pizza Kitchen. Les recomendé el lugar y aceptaron venir a cenar aquí.
Jaden y yo, esperamos en la mesa mientras vemos a Evan, coquetear con una de las meseras. Jaden apostó que Evan no tendría los pantalones, para acercarse a esa chica y lograr sacarle su número. Parece que está empeñado en ganar la apuesta, ya que literalmente, sigue a la chica a cada vuelta que da.
—¿La has pasado bien?— dirijo mi vista hacia el frente, donde Jaden se encuentra. Me sonríe y se recarga en el respaldar del asiento.
—Por supuesto. ¡Ha sido una excelente tarde!
—Es bueno saberlo —se detiene un poco y me observa dudoso de hablar —.Dime, ¿por qué no respondiste mis mensajes, cuando te dije que estaba aquí?
Su pregunta me saca de balance. No pensé que fuera a preguntarme y no sé que respuesta idear —Yo, amm. ¡No lo sé!— me encojo de hombros —Supongo que no te creí.
—¡O te escondías de mí!— una sonrisa torcida se dibuja en sus labios. Su comentario es más una afirmación, que una pregunta.
—¡Claro que no!— digo inmediatamente —Creo que..., me pareció entraño que estuvieras casualmente aquí. No entiendo porque en nuestra...— pienso un instante, porque quiero buscar otra palabra que no sea: cita —,reunión en el centro comercial, no mencionaste nada al respecto, cuando te dije que me mudaría a esta ciudad.
Ríe y no sé el por qué. Se sienta un poco más erguido y se recarga con sus brazos en la orilla de la mesa —No te dije nada, porque no lo vi necesario. Tenía claro que soy el chico que no te simpatiza, porque te golpeó. Porque arruinó tu fiesta de graduación o algo así. —se encoje de hombros y prosigue :—No creo que te hubiese interesado saberlo de todos modos.
—Y aún así y me lo dices, cuando sabías que yo ya estaba aquí.
Me sostiene la mirada unos segundos que parecen eternos y luego la aparta, negando con su cabeza —No lo sé. Después de ese encuentro en el centro comercial, sabía que no había razón para estar más en contacto. —desvía su vista hacia la ventana al lado —Llegué aquí, el mismo día que tú; y extrañamente, lo primero que pensé al llegar, fue en las grandiosas posibilidades que habían, de verte algún día por estas calles.
Sus palabras tienen un efecto extraño en mí. Me siento nerviosa y mi corazón se ha acelerado un poco. Me observa fijamente a los ojos de nuevo y puedo asegurar, que al igual que yo busco en la suya, su mirada busca algo en la mía.
Lo que me ha dicho, me ha robado el habla. Ideo cientos de frases en mi cabeza, pero ninguna me parece lo suficientemente buena como para decir ahora. Después de lo que ha dicho no sé qué responder. Y mi mente trabaja a mil por ahora, repitiéndome lo que dijo.
«Pensó en mí!. En verme de nuevo.» mi subconsciente está dando pequeños saltos de alegría justo ahora.
Abro mi boca para hablar, pero la cierto de golpe, cuando observo a Evan que casi llega a la mesa. Se sienta al lado de Jaden y golpea suave con sus manos en la mesa —¡Viejo! ¡Me debes veinte dólares!— muestra una servilleta que tiene anotado un número de teléfono.
Mi boca se abre con asombro —¿En serio te dio su número?— pregunto incrédula.
—¡Claro que sí!, ¡Ninguna chica se resiste a mis encantos!— alardea mientras con su dedo pulgar e índice, acaricia su quijada.
Jaden ríe también —¡Eso quisieras!— suena burlón. Pero sin embargo, saca un billete de veinte dólares de su billetera y se los entrega a Evan.
—¡Esos son celos!— se defiende el chico —.Ya quisieras ser como yo.
Niego con mi cabeza y río. En realidad Evan es atractivo, aunque no tanto como Jaden. Su complexión es atlética y su cabello negro. Sus ojos son un castaño claro. Además, es agradable su compañía.
Observo hacia la ventana y veo que está bastante oscuro. Ya debe ser tarde. Rebusco por mi teléfono en la bolsa del jeans y al encenderlo veo que son pasadas las siete.
No está demasiado noche, pero se suponía que debía llegar temprano. Aunque no hay nadie que me espere en mi departamento o que me regañe, pienso que es hora de irme.
—Si no les importa, creo que ya es hora de irme —digo y ambos chicos me observan.
—Oye, la noche a penas empieza y me caes bien. ¡Deberíamos ir a un bar!— Evan sugiere pero yo niego con mi cabeza.
—Me gustaría, pero tengo que levantarme temprano mañana— me disculpo.
—¡Aguafiestas!, ¡Promete que iremos en otra ocasión!— sigue insistiendo
—Lo voy a pensar. Aunque realmente no soy fanática de esos lugares. Pero por ahora, ya debo irme —le regalo una sonrisa y luego me percato que Jaden, me está observando. Demasiado fijamente diría yo.
—¿Dónde vives ahora?— me habla pero lo observo confundida —Pregunto para llevarte — añade.
—¡Oh! No hay problema. Puedo ir en autobús.
—Claro que no. Yo te llevo— voltea hacia Evan y dice:— Olvidamos la invitación de Esther, por cierto.
—¡Mierda! ¿Era ahora?— Evan luce un poco molesto.
—Te dejaré en el bar y le dices a los chicos que llegaré luego. Iré a dejarla a su casa —hace una pequeña seña hacia mí.
—Si tienen algo que hacer, ya te dije, puedo irme en autobús —vuelvo a opinar, porque no quiero causar molestias.
—¡Eres tan arrogante!— ríe divertido—. Ya te dije que yo te llevo— se pone de pie y no me deja protestar más.
**~**
Hace diez minutos, que Jaden dejó a Evan en un bar. Ahora viajamos solos en su lujoso auto. En silencio.
—Golden's House dijiste, ¿cierto?— él rompe el silencio.
—Sí.
—Es nuevo el edificio, ¿sabías? ¿Es bueno?— pregunta con curiosidad.
—Es bastante espacioso. ¡Silencioso, que es lo mejor!
Él ríe un poco —Por cierto, la próxima semana empiezan las clases.
—Sí, es verdad. ¿Listo para eso?— lo observo mientras tiene su vista fija en la calle.
—¡Digamos que sí!— aclara su garganta. —Bueno no es primer año para mí.
—¡Cierto! Lo había olvidado, señor...— hago una pausa para recordar —¡Ingeniero!
Él ríe —¡Sorprendentemente!
—Supongo que tal vez te vea en el campus— siento esa curiosidad. Pero sé que sueno ansiosa.
—¡Claro! ¡A menos que quieras hacer como si no me conocieras!— desvía un segundo su vista hacia mí y luego al frente —Era broma. No lo vayas a hacer —una pequeña risa se me escapa y puedo ver cuando llegamos —Bien señorita. Llegamos a su hogar.
Detiene el auto justo enfrente del edificio donde ahora vivo. Apaga el motor y el silencio se hace presente.
—Bien. Gracias por haber aceptado mi tour Alys. ¡Fue un gusto verte!— fija su vista en mí, lo cual sigue sin gustarme.
—¡Gracias a ti por ser el guía!— sonrío —.También fue un gusto verte —abro la puerta y bajo del auto. Seguido de eso, oigo que él baja también.
Silva pareciendo impresionado —¡Es un enorme lugar!— observa todo el edificio y sus alrededores.
—¡Lo es!— observo también el lugar—. Es un buen lugar— muevo mi vista hacia él, quien ahora se encuentra a mi lado.
—Bueno, debes invitarme cuando hagan la fiesta de bienvenida —no sé de qué había pero asiento.
—¡Claro!
—Bien Alys, ¡buenas noches!— por un instante, parece como si quisiera acercarse y abrazarme.
«¡Claro que no! Sólo es tu imaginación» la aguafiestas de mi mente me corrige.
—¡Buenas noches!— le sonrío y no puedo creer que quiera que me abrace. El intruso pensamiento de hacerlo yo, me invade, pero lo reprimo.
¿Qué diablos sucede conmigo?
Se acerca y coloca su mano en mi barbilla, haciéndome alzar el rostro para verlo —Por cierto, también así de ejecutiva luces bonita —me guiña un ojo, luego de echarme una ojeada de pies a cabeza. Retira su mano y se da la vuelta para ir hacia el auto.
Yo me quedo aquí parada. Casi en un shock nervioso por su comentario y por la sensación que sus dedos dejaron en la piel de mi barbilla. Me quedo observando cuando se sube al auto y empieza a salir de la calle.
Suspiro.
No sé por qué, pero suspiro. Jaden está causando estragos en mí. Me está haciendo actuar y sentirme de una manera extraña a su alrededor.
No sé, si quiero seguir viéndolo. No sé, que está pasando entre nosotros y si quiero averiguarlo. Ni siquiera sé a qué le tengo miedo.
A que me guste, ¿tal vez?
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