Salón de clases. Las horas son aburridas.

Ahora mismo nuestro genial detective, que deja como todo un pendejo al mismísimo James Bond, está peleando con los macarrones. Después de todo, pegarlas para formar caritas es bastante difícil, tan difícil que ha tenido que copiar lo que ha hecho Monoma, su molesto compañero de aula.

—¿Cómo puede salirte tan genial? —pregunta molesto volviendo a pegar los macarrones haciendo un batidillo de pegamento blanco, pasta y hojas de papel. Monoma siendo más limpio, muestra una perfecta carita sonriente en su hoja de papel.

—Es porque lo soy, pronto destronaré al tonto de Bakugō. —Se pone las manos en la cintura—. ¡Yo seré el nuevo rey de los cielos!

—Eso es muy tonto, todos sabemos que Bakugō es genial trepando árboles, jamás lo vas a vencer. —Se cruza de brazos—. Es como dice Denki-kun, Bakugō es tan genial trepando que cuando acabes él ya lo habrá recorrido cuatro veces el mismo árbol.

—¡Mentira! He estado practicando. —Le enseña la lengua. La chicharra suena. Es hora del receso—. Por fin, me muero de hambre.

—En algún momento nos van a matar por explotación. Esto es injusto, ¿de qué me va a servir hacer caritas con macarrones? Mejor que me enseñen a volar, eso es mejor, es más genial. —Shinsō hace un puchero.

—Salgan a comer, niños —habla gentil la profesora esclavizadora de infantes.

—Esto es una dictadura, nos dejan haciendo el trabajo pesado. —Shinsō sale del salón haciendo caras y gestos siendo acompañado por Monoma.

—¡Ni que lo digas! Sólo rayan nuestros perfectos dibujos, es terrible. —Se cruza de brazos.

—¡Hola, Yuki-kun! —exclama Denki apareciendo de pronto tanto que ha espantado al pobre de Monoma quien ha caído al piso.

—¡Es un niño fantasma!

—¡No lo soy! —Denki le enseña la lengua y se refugia detrás de su mejor amigo—. Yuki-kun, dile que soy normal.

—Denki-kun es normal, deja de ser tan popó.

—¡¿Eh?! —Denki pega un saltito—. ¡Eso es pasarse! No puedes decirle a alguien que es tan popó, eso sólo lo dicen los adultos y los groseros.

—¡Él te dijo niño fantasma, él es el grosero! —Se cruza de brazos. Denki hace un puchero.

—Espera, ¿por qué te llamó Yuki-kun, Shinsō? —pregunta Monoma sin entender.

Oh, no. Su identidad.

—¿Eh? Es porque así se...

—¡Denki-kun, vayamos rápido a comprar de comer o habrá una fila muy larga otra vez! —Y jala de la mano a su mejor amigo lejos de aquella situación. Fiu. Por un pelo. Por poco se enteraría de semejante mentira que ha mantenido.

—Yuki-kun, no entiendo, ¿por qué te llamó Shinsō ese niño malo? —pregunta Denki. Uh. Tenía que hacerlo ahora. Rápido se esconden detrás de un salón de clases.

—Yo... —piensa rápido, detective maestro—. Le mentí a Monoma. Tenía que proteger mi identidad porque soy un detective secreto.

—¡Wooooow! —exclama con los ojos iluminados Denki—. ¡Mi mejor amigo es un detective secreto!

—¡Shhh! —le da un pico. Denki enrojece hasta las orejas.

—¡Me besaste!

—¡Te he callado! Así hace mi mamá cuando quiere que se calle papá.

—Uh... —Denki mira a otro lado con los brazos cruzados—. Bueno, no pasa nada. —Hace un puchero—. No cuenta como beso, ¿verdad?

—Nooo, sería muy raro que los amigos se besaran. —También se cruza de brazos. Siente que su pequeño pecho no puede ante los latidos que genera su corazón. Sus mejillas están bastante rojas, está enfermando sin duda alguna.

—Pero somos mejores amigos, no debería ser tan raro. —Denki mira al piso haciendo los mismos pucheros.

—Te compro un juguito y olvidamos esto. —Denki levanta la mirada con los ojos iluminados.

—¡Viva! ¡De durazno!

—Venga, vamos, mejor amigo.

—Mi mejor amigo es un detective secre...

—Shhhh.

—Me volviste a besar, Yuki-kun... A este paso me volveré tu esposo y no el de Eiji-kun.

—A-ah... Vayamos por el jugo.

—♥—

—¿No vino Midoriya-kun? —pregunta Shinsō al ver que el pequeño pero grande de Bakugō trepa con rapidez el árbol, ganándole por un pelo bicolor a Todoroki.

—No, no vino. Qué extraño. Él no suele faltar. —Que le haya dicho eso Eijirō es sin duda extraño.

—Eiji-kun, ¿Cómo te diste cuenta? Yo ni siquiera noté que no estaba —habla Denki—. Eres tan genial, siempre pensando en las demás personas.

—Midoriya-kun es buen amigo de Bakugō así que siempre los noto juntos. Han estado como uña y mugre en toda la semana. —Uh, aquello es extraño. Shinsō juraría que el día de la lluvia, exactamente hace una semana, Bakugō y Midoriya se llevaban mal. ¿Y en menos de una hora ya eran mejores amigos? Era raro pero no imposible. Después de todo, le sucedió lo mismo con su mejor amigo.

Fugazmente ha recordado el beso que le ha dado a Denki y enrojece por ello. Después de todo se siente culpable de besar a su mejor amigo siendo consciente que él se casaría en el futuro con Eijirō, el mal partido tonto que no sabía valorarlo como él.

—Vaya, ¿por qué? —pregunta Shinsō.

—¿Uh? ¿Por qué estás tan interesado en Midoriya? —pregunta Denki con el ceño fruncido.

—No ha venido, ¿y si algo malo le está pasando? —Shinsō no quiere pensar lo peor—. ¿Y si tiene problemas? Somos sus amigos.

—Apenas si le hablaste la otra vez, no vengas con que son súper amiguis o algo así. —Vuelve a sentenciar Denki dando un zapatazo al suelo.

Bakugō baja del árbol con Todoroki al lado.

—¡Les dije! Ni el tonto de Todoroki me vence —exclama con aires de grandeza.

—Bakugō, algún día te venceré. —Le pica con el dedo en las mejillas. Bakugō toma la mano del de cabellos bicolor y entrelaza sus dedos.

Shinsō arquea una ceja. ¿Bakugō tomándole de la mano a alguien?

—Me debes un jugo de durazno ahora, Todotonto.

—Bien, bien. Después de todo, el viejo me ha dado mucho dinero para gastarlo con mi novia. —Le dirige una sonrisa haciendo que las mejillas de Bakugō se ponen rojas.

—¡Calla y compláceme! —Y caminan cogidos de las manos a la cooperativa de la escuela.

—¿Bakugō y Todoroki juntos? —Denki hace una estupenda "o" con la boca.

—Ujum. Últimamente está pasando mucho tiempo con Bakubro, es un misterio.

Pero no para el mejor detective de todos.

Este es un caso digno para el detective Shinsō.

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