20
Ni siquiera Bakugo sabía porque había hecho eso pero solo sabía que estaba muy, muy pero muy putamente feliz. En todo el esplendor —mal hablado— de la palabra por parte del rubio. E Izuku no estaba para menos, tenía algo en su cabeza que le estaba comiendo vivo junto con los nervios pero trataba de estar lo más tranquilo posible, después de todo, estaba con Kacchan y le había dicho que lo quería mucho, así que estaba todo bien.
Se fueron a pasos lentos a uno de las habitaciones del lugar donde era la fiesta, nuevamente tenían que pasar por todo el bullicio y ruido de música a alto volumen, pero valía la pena. Izuku le había dicho al rubio que quería un momento a solas con él, y sin duda, el rubio no dudaría en concederle ese deseo a su hermoso pecoso.
Caminaron hasta donde se suponían que ser los cuartos para dormir pero nadie ahí, a excepción de ellos dos, quería irse a dormir tan temprano o a encerrarse en una habitación. Sin más, entraron a una, y agradecieron a los dioses y todas las divinidades por tener una llave, así sería más privado y evitarse cualquier tipo de accidente con sus otros compañeros.
Se sentaron en la cama, y ambos se quitaron sus zapatos para estar más cómodos. Katsuki estaba nervioso, quizás, hasta aterrado por estar encerrado allí con el peliverde. Sabía que ya habían dormidos juntos antes y toda la cosa, pero sabía que esta vez era diferente así que cuando estuvo a punto de hablar sintió como el aire se le iba y los colores se le subían de golpe al rostro.
Izuku había empezado a besarlo. Era un beso suave y lleno de dulzura, así como lo representaba el mismo pecoso. Un beso lleno de sensaciones y sentimientos cálidos, que hacían que el corazón de ambos se derritieran por tan lindo gesto. Cuando se separaron para tomar aire, nuevamente el peliverde había tomado los labios del rubio. Se abalanzó arriba de su adorado rubio, y con anhelo besaba aquellos labios, sin amago de querer despegarse de allí.
Decir que Katsuki no estaba nervioso ni ansioso, sería mentira. Sentía que su cuerpo temblaba y ligeras descargas le recorrían el cuerpo. Escuchaba levemente los jadeos de Izuku por falta de aire, y se maldijo mil veces por sentir su entrepierna empezar a reaccionar. Cuando Izuku había dejado de besarlo, suspiró tranquilo, quizás así podía calmarse y no pasar una vergonzosa noche donde tendría que darle a entender al menor que estaba con un problemita debido a sus desesperadas hormonas.
Pero qué equivocado estaba.
Izuku se había quitado la camisa y dejó al descubierto su pecho, hombros y parte de su cuadrilátero. Estaba viendo detalladamente su parte superior, y notó los pequeños puntitos color café que se extendía por todo su cuerpo. Era como un firmamento, lleno de estrellas y tan lindo, que a su parecer, no podía simplemente dejarlo así. Con vaga experiencia empezó a besar cada una de sus pecas, mientras acariciaba todo a su paso, e Izuku no podía estar más feliz, pues por lo visto, a su Kacchan le habían encantado sus pequeñas pequitas.
Invadido por la emoción del momento, Katsuki vio como aquellos pezones rosa pálido se volvían erectos y con cuidado, también quiso besarlos. Los lamió, chupó, relamió y mordió. Lo hizo con tanta vehemencia que no escuchó cuando aquella voz dulce se escapaba de los labios de Izuku con gemidos ahogados. Siguió tocando allí mientras veía como la cara de Izuku se volvía aún más roja y sus pezones también, más rojizos, más hinchados. Entonces, el rubio sonrió por lo bien que hacía su trabajo.
El menor estaba totalmente excitado por los toques de su acompañante, sentía la sensación de dura polla del rubio rozarse con sus nalgas, y no podía evitar suspirar impaciente. Kacchan lo estaba poniendo cada vez más ansioso, y éste parecía alargar más las cosas entre ellos. Cuando sintió que el rubio, por un desliz, se despegó de su cuerpo, el pecoso aprovechó para tumbarlo completamente en la cama dejándolo boca arriba. Con cuidado se inclinó arriba del cuerpo contrario y empezó nuevamente un beso, que claramente, el rubio no rechazó.
Mientras Katsuki besaba y tocaba todo lo que pudiera de Izuku, no notó cuando su cremallera fue bajada ni cuando sus pantalones estaban a media nalga sino hasta que sintió la ausencia de los labios del peliverde. De repente, un choque electrizante le punzó en todo el cuerpo.
Izuku estaba tocando su pene.
Bakugo se había maldecido unas quinientas veces por ponerse tan duro y ahora tan excitado, parecía un adolescente de trece años apunto de hacerse su primera paja. Claramente, él no tenía nada de malo en que su nerd quisiera darle una "ayudadita" con su problema pero hasta cierto punto se sentía nervioso. ¿Y si se corría antes de tiempo?, ¿Y si tenía la polla pequeña y el otro se decepcionaba de él? ¿Y si entonces po-..?
Una humedad. Se sentía algo caliente y viscoso tocando su pene, y eso no hizo más que alterarlo. Rápidamente vio hacia abajo buscando respuestas, ¡Y vaya respuesta que consiguió!
Izuku estaba haciéndole una felación. En pocas palabras, una maravillosa mamada.
Bakugo tragó grueso e intentó por todos los santos no venirse. Al menos, no tan rápido. Empezaba a sentir placer, y las succiones que le daba el pecoso a su erguida polla lo hacían levitar por segundos. Empezó a contar pollitos persiguiendo a una gallina, una que otra oveja.. Pero el sonido morboso de la saliva y constante chapoteo de los labios de Izuku junto a sus bolas, sinceramente, no le ayudaban mucho.
Veía como aquel chico de aspecto tan "inocente" era esta vez, claramente, un nerd pervertido y lujurioso lleno de deseo. Y no le desagradaba en lo absoluto, ahora está vez temía que después de todo esto sea un maldito sueño o pesadilla, no sabia ni como denominar el nudo que se le hacía en el estómago. Bueno, sí. Se quería correr.
Un poco desesperado y ansioso por llegar a su orgasmo, sin prestar mucha atención, tomó los rulos verdoso de Izuku y lo hizo ir más rápido, mucho más rápido. Escuchó una que otra arcada pero no le importaba, si Deku le hizo esto, el mismo tenía que pagar las consecuencias. Sentía como aquella garganta cada vez se cerraba y abría, caliente y apretada. Joder, ¡quería enterrarse allí toda la vida!
Poco después sintió nuevamente ese cosquilleo fastidioso en su estómago, vientre y parte de sus bolas. No tardó mucho cuando se corrió, sentía la cabeza de aquel pecoso subir desesperado pero la mano del rubio lo mantuvo allí, sin opciones. Y tal cual como el peliverde se sintió "acorralado", tuvo que hacer la única alternativa que tenía. Tragar todo aquel espeso semen.
Después de reincorporarse, Izuku estaba rojísimo. Miraba con detenimiento la cara del rubio sin saber que decir, y Bakugo lo tomó de los brazos para acercarlo a él. Lo empezó a besar con devoción, sin aparente asco después de tener conocimiento que antes de ese beso, había estado su esencia allí pero lo ignoró. Esta vez quería complacer a su pecoso idiota.
Pero por segunda vez consecutiva, estaba equivocado.
Izuku se había alejado del beso y con cuidado buscó algo en el bolsillo de su pantalón. Katsuki estaba ¿sorprendido? ¿aturdido? ¿estático?. Quizás las tres. Aún no salía de la pequeña conmoción que tenía. ¿Acaso Izuku ya estaba preparado para esto y él... no? Se sintió terriblemente idiota en esos momentos... y un poquitito abusado.
El pecoso lo miró con una sonrisita que no supo descifrar, ¿acaso se estaba burlando de él? ¿por qué demonios estaba quitándole el pantalón? ¿por qué ahora estaba tocando de nuevo su pene?
¡Estaba desnudo!
— Oi, Oi, Oi Deku.. ¿Qué intentas? — preguntó un poco sorprendido por todo lo que estaba pasando, es que iban volando y no se daba cuenta. Izuku lo miró extrañado y se acercó nuevamente a sus labios para besarlo, beso que el rubio no rechazó ni tampoco lo haría.
El peliverde empezó a besar su mandíbula, luego su cuello y empezó a aproximarse al lóbulo de su oreja para así darle un pequeño mordisco. — ¿No es obvio, Kacchan~? Vamos a hacerlo.. — dijo con una voz extremadamente melosa y lenta, susurrante. Todos los vellitos del cuerpo de Katsuki se erizaron y su pene saltó en su lugar.
— Deku.. ¿e-estás seguro? — un regaño mental llegó a él por titubear al hablar. Izuku aún escondido en su cuello asintió emocionado, y poco a poco volvía a besar al rubio debajo de él. Volvieron a empezar con sus toques y caricias, con sus besos y mordidas.
Midoriya podría ser el tipo de persona más introvertido y tímido de toda la tierra pero era una persona muy, pero muy meticulosa con sus cosas. Siempre estaba preparado para cualquier situación, y siempre intentaba conseguirle solución a absolutamente todo. Por ende, ese momento allí no era excepción.
Tomó dos dedos de él y con un poco de esfuerzo hizo espacio entre él y Katsuki, interrumpiendo el beso en la acción. Tomó tres de sus dedos y los metió sin previo aviso a la boca del rubio, suplicando con esas esmeraldas que no se cuestionara porqué ni para qué hacía eso. Y agradeció miles de veces cuando vio que el otro no se quejó de nada. Cuando sintió sus dedos estar los suficientemente empapados y llenos de saliva, los sacó de aquella cavidad y los llevó hasta su parte trasera.
Bakugo iba a hablar pero Midoriya notó eso, y con la vergüenza aún martillandolo y el desespero matándolo, empezó a besar al rubio mientras metía sus dedos en su recto para dilatar aquella entrada, suspiró sonoramente cuando sintió que estaba lo suficientemente estirada para recibir a su Kacchan.
— Kacchan.. — el pecoso estaba tan avergonzado que ni se notaba en anteriormente estaba chupando un pene y tragando semen. Nada que ver.
— Dime.. Deku.. — Katsuki se había detenido por un momento solo para enfocar sus ojos en el peliverde. Sabía que estaba desesperado al igual que él para de una vez coger pero definitivamente, dejaría que Deku llevara el paso. Al menos está vez.
— Mételo.. — pidió en un susurro mientras se mordía el labio inferior un tanto penoso por la petición.
— Oblígame. — le retó mientras una pequeña sonrisa burlesca se asomaba por la comisura de sus labios.
— ¡Quiero que me folles! — habló un poquito más alto pero ni con eso el rubio se movió. Entonces, el menor se molestó. Odiaba que Katsuki fuera tan arrogante y orgulloso, sobretodo en estos momentos. — Fóllame, Kacchan.. ¡Quiero que lo metas y me des duro! ¡Muy duro! Y que me llenes y me dejes sin-
Si bien, Izuku estaba muy nervioso y su ansiedad hizo que empezara a decir cosas que, claramente, nunca diría en sus cincos sentidos. Bakugo estaba ¿sorprendido otra vez? Sinceramente, estaba conteniendo sus ganas a propósito porque le gustaba ver a Deku desesperado y suplicando por él pero esto.. bueno, eso hizo que al rubio se le olvidara hasta su apellido y sin preámbulos empezó a alinear su pene en la entrada del pecoso.
Izuku soltó un jadeo de sorpresa cuando sintió como aquella "cosa" venosa y palpitante entraba con cierta rudeza en su interior, se echó en el pecho del rubio mientras trataba de relajarse lo más que podía pero a Bakugo poco le importaba, iba a cogerse a Deku para que se tragara de nueva cuenta sus palabras y su deseo se le cumpliera de buena vez. Cuando sintió que estaba todo dentro, escuchó un suspiro de alivio por parte de Izuku, como si la peor parte ya hubiese pasado.
Pero, oh no. Esta vez Izuku era él que se había equivocado porque ahora era que empezaba su hermosa pesadilla.
Pido perdón, he tenido problemas y no he podido subir capítulos. Espero estén bien. ;D
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro