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Después de ese desayuno. Izuku acompañó al rubio a sus debidas clases. Shoto les vio entrar con su típica cara de póker mientras sentía que a un extremo alguien le miraba intensamente. No giró su rostro para ver de quién se trataba, él ya lo sabía.
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Pasaron al rededor de 2 días. Aizawa junto a Kayama y Yamada estaban en la sala de profesores intentando sacar conclusiones, pues, aún no tenían idea de cómo podía funcionar el quirk de aquel villano. Lo presionaron, amenazaron, incluso casi lo torturaron con el único fin de que hablara. Necesitaba a su alumno de vuelta, necesitaban de uno de los más destacados. No podían simplemente dejar que por culpa de un incidente perdiera todo lo que en un momento le costó tanto tener.
El profesor pelinegro estaba bebiendo un recargado café negro, muy puro para el gusto de alguien normalmente, pero era el más indicado para acabar con la apatía y sueño que sentía en ese momento. Yamada, apretaba sus puños con fuerza, estaba muy frustrado por todo eso. Por lado de la heroína y profesora, pensaba en muy seriamente seducir a aquel criminal con el mismo fin de recolectar información y algo más.
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Izuku ese día había despertado con dolor de cabeza, culpa de un bicolor y un pelirrojo. Se habían tomado la dicha de colocar música a una alta cantidad de volumen y el sonido casi deja sordo al pequeño peliverde.
Katsuki por su lado, había desaparecido completamente de la vista de todos durante el día, y por muy increíble que pareciera, sólo el niño el había visto en la mañana, puesto a que dormían juntos.
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Eran las 4p.m. y el rubio aún no se aparecía. Al niño, que había pasado casi todo el día en la habitación de Ochaco (otra vez), estaba muy preocupado y triste. Quería ver a "Kacchan" y no tenía idea dónde se había metido. Incluso, algunos profesores se alertaron pero no le dieron tanta importancia. El cenizo siempre hacía ese tipo de cosas, sólo que esta vez tenía una pequeña y bonita responsabilidad que le iba a perjudicar, si en dado caso, no vuelve pronto.
Izuku bajo su tristeza no quiso comer, no quería hablar y hasta le había insultado a Shoto por querer decirle que Katsuki se había ido y le había dejado para siempre, eso hizo que el niño creara una barrera de desconfianza e inseguridad, temía que fuese verdad y no una tontería del bicolor para "jugar" con él.
Llegó la noche, y como todo buen niño se fue a dormir a la habitación de su Kacchan. Le había pedido a la castaña que le llevara hasta el lugar y que dejara la puerta semiabierta para que el rubio, si es que volvía, no lo despertara con sus toques y llamados.
...
Kirishima estaba detrás de la escuela escondido. No quería ser descubierto y tener una maravillosa sanción por estar escabullido dentro de unas hojas, sólo para tener a la vista a su amigo y crush. Notaba como aquel chico estaba sentando leyendo algunos libros y también limpiaba constantemente su brazo derecho. El pelirrojo veía expectante cada movimiento hecho por el rubio. No entendía muy bien que hacía el a esas horas por ahí, si bien duerme temprano, había pasado todo el día allí. Le preocupó y pensó seriamente si llegar hasta donde él. Lo hizo.
Qué mala idea.
- Hey, Bakugo!.- saludó animado Kirishima.
- ¿Quién mierda te dio autorización para venir hasta aquí?.- preguntó viendo directamente a los ojos del contrario.
- Sólo me preocupo por ti..- quiso ser sincero esta vez y se avergonzó por ello.
- No necesito tu lástima..- masculló irritado.
- Pero-
El rubio le gruñó en señal de silencio, mientras tomaba sus cosas y las guardaba en su mochila. Se levantó del suelo, estiró sus extremidades y cuello para irse de ahí a paso rápido.
- ¿Piensas quedarte toda la maldita noche ahí?.- preguntó con una voz tan despreciable. Realmente estaba enojado.
- V-Voy..
...
Izuku temblaba mientras sentía fuertes escalofríos en todo su pequeño cuerpo. Su cara sudada y ojos vidriosos debido a la fiebre, le mostraba su parte más vulnerable. No conseguía respirar bien, y sus ineficientes pulmones sólo se limitaban a recibir poco aire. Abría la boca intentado gritar pero solo salían jadeos ahogados, era doloroso y aterrador estar en esa situación para él.
Sintió como la puerta fue abierta silenciosamente, y la luz del pasillo le dio la vista a su salvador. Su emoción creció y el corazón del peliverde saltó en gozo, quiso saltar pero su ya débil cuerpo lo hizo desmayarse en segundos. Katsuki entró a paso rápido hasta el lugar donde se encontraba el menor, temió por tercera vez que algo realmente malo le hubiese pasado.
Corrió directo a la enfermería, dejándolo al cuidado de Recovery. Después fue en busca de Aizawa, tenía que contarle lo que había encontrado en unos libros antiguos de la biblioteca local. Al llegar solo recibió un regaño pero afirmación con respecto a la charla. Sin más que hacer, el rubio se dirigió a la enfermería nuevamente para cuidar de su pecoso.
He vuelto, pero no por mucho tiempo xd
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