___Capítulo 23: Estoy aquí para la Luna___

Sacó su cabeza viendo todos lados para encontrar una escena que le desgarró.

Uraraka: ¿Izuku...?

Preguntó con una voz desgarrada al ver aquel chico con tantas heridas mortales.

Frente a ella, recargado en la pared al lado de la ventana, Izuku Midoriya estaba sentado herido portando su traje de Moon Knight con heridas en su pecho.

Izuku: Hola... Uraraka... perdón... pero... no sabía a quién pedir ayuda...

Dijo con una sonrisa forzada, sujetándose la herida más grande, aguantando el horrible dolor que estaba pasando.

Rápidamente la castaña ayudó al peliverde a meterse a la habitación, Uraraka se horrorizó más al ver de cerca las heridas, parecían cuchilladas de un objeto punzo cortante de gran tamaño.

Uraraka: ¡Iré por el botiquín! — Dijo alarmada, corriendo hacia la esquina de la habitación tomando una caja blanca, regresó corriendo a la cama en donde estaba postrado el peliverde herido.

Como pudo la castaña sacó alcohol y gasas empezando a desinfectar las heridas, el pecoso gemía de dolor al sentir el alcohol tocar la piel herida. Seguidamente al desinfectar la mayor cantidad de heridas, empezó a coser las heridas más pequeñas.

Mientras era curado, el peliverde observa como la castaña estaba nerviosa, tensa y preocupada viendo al pecoso.

Izuku: ¿No pregu..arg ras? — Pregunto con dolor, mientras la castaña seguía curando heridas.

Uraraka: Habrá tiempo para eso, cuando cierre la mayoría de tus heridas — Comentó preocupada mientras continuaba con su trabajo.

Minutos más tarde, la castaña estaba sentada al lado de la cama en donde reposaba el peliverde, gracias a la ayuda de la castaña la mayoría de las heridas fueron cerradas y desinfectadas, pero aun así las heridas más grandes no pudieron cerrarse en su totalidad, preocupando a la castaña.

Uraraka: Deberías ir a un médico, esas heridas no las puedo suturar.

Izuku: Aunque... quisiera... no puedo pisar hospitales... sin... que me hagan preguntas — Dijo con dolor haciendo pausas para poder tomar aire, cosa que le estaba provocando dolores horribles.

Uraraka: Aun así, no puedes quedarte de esta manera, debes ver a un médico — Regaño al peliverde, este como pudo se acostó en la cama apoyándose en el cabecero.

Izuku: La luna... estará en su mejor auge en... unos minutos... solo debo aguantar un poco — Dijo débilmente viendo como los escasos rayos lunares entraban por la ventana.

La castaña no tuvo más remedio que hacer caso a las palabras del peliverde, esperando ansiosa que las palabras del pecoso tomarán sentido, lentamente unos leves rayos de luz empezaban a mostrarse.

Uraraka: ¿Eso es...?

Volteo a su lado viendo como el pecoso con dolor caminaba hacia la ventana, eso asustó a la castaña que rápidamente se puso de pie, rodeando la cama para reprender su falta de interés en recuperarse.

Izuku: ¿Confías en mí...?

Uraraka: ¡No preguntes eso ahora! ¡Vuelve a la cama! ¡Tus heridas son graves como para que te estés levantando! — Reprendió con enojo al peliverde.

Izuku: Ochaco... ¿Confías en mí? — Preguntó por segunda vez esta vez conectando su mirada con la de la castaña.

Uraraka empezó a vacilar, ¿confiar? claro que confiaba, solo que esta propia imprudencia que estaba teniendo, le estaba poniendo de los nervios, ya que verlo así de herido y ver que no se estaba interesando en recuperarse le hacía enojarse, eso es lo que sentía.

Uraraka: Si... — Dijo débilmente.

Izuku: Gracias — Agradecido para después empezar a caminar rumbo a la venta, mientras caminaba hacia ella, tropezó.

Cuando estaba cayendo lentamente, velozmente la castaña lo tocó con sus cinco dedos, haciendo que empecé a flotar para después ayudarle a que se acerque a la ventana.

Uraraka: No se que sucede, quiero entenderte. Quiero saber que pasa, me preocupas... — Expresó mientras recargaba al peliverde en la ventana con delicadeza.

Izuku: Gracias Mochi...

Seguidamente la castaña se sentó frente del peliverde y como si fuera arte de magia, observó como lentamente sus heridas se cerraban, sorprendiendose viendo aquella escena.

Estuvieron unos minutos en completo silencio, ahora el peliverde estaba sanado pero se encontraba cansado, pero aun así estaba consciente que ahora debía dar varias explicaciones, pero debía esperar a que Uraraka preguntara no quería presionarla y menos incomodar más el ambiente de lo que ya estaba.

Uraraka: ¿Tu eres el que nos salvó ese día en la USJ? — Cuestiono después de un largo silencio, la mirada de ella estaba fija en el puesta sobre sus ojos, debía saber la verdad no quería mentiras y eso el pecoso lo sabía.

Izuku: Si fui yo el que los salvó aquel día y fui yo el que ha estado matando criminales, soy yo el que está siendo buscado por toda la policía y heroes del país — Reveló, debía ser honesto ya no podía mentir, después de todo, ya no le quedaba más remedio.

Uraraka: ¿Por qué mataste a todas esas personas? — El peliverde soltó un leve suspiro para después ver momentáneamente la luna para regresar su mirada a los ojos de la castaña.

Izuku: Hm, por que no merecían vivir, vivir es un regalo que pocas personas valoran y las que de verdad quieren o querían valorarla no pueden debido a personas que no la valoran. Yo funge como un puente de venganza y paz interior a aquellas personas que no pueden tomar cartas en el asunto... no soy un monstruo jamás maté a algún inocente, nadamas a aquellos que mataban, violaban o secuestraban...

Uraraka: ¿Y eso te da la razón de ser juez, jurado y verdugo?

Izuku: No lo sé, lo único que sé, pero siento que el sistema le ha fallado a personas que de verdad lo necesitaban...

Uraraka: ¿Por qué no confiar en el sistema? ¿Por qué simplemente matar y ya?

Izuku: ¿Por qué...?

"Izuku se había hecho la misma pregunta hace mucho, ¿por qué matar? una parte de él, sentía que no era necesario pero otra parte de él, se satisfacía al hacerlo, jamás creyó que aquellos pensamientos agresivos, no entendía a veces por que aparecian y por que al mismo tiempo desaparecen, como si jamás existiesen... Izuku pasó tiempo pensando la respuesta que lentamente se olvidó la pregunta, pero ahora aquella pregunta volvió y esta vez volvió a salir de una persona de la cual sentía atracción..."

Izuku: Creo que es la primera vez en mucho tiempo de la cual me reanima la pregunta... creo que es por venganza personal... — Dijo nostálgicamente viendo las estrellas.

Uraraka: ¿Venganza personal?

Izuku: Cuando tenía 5 o 6 años, me dieron la noticia que no posee ningún don, caí en depresión y eso causó efectos psicológicos, mi padre me llevó a un descanso a Egipto para despejarme... je, lamentablemente él murió por unos saqueadores, murió protegiéndome...

Los recuerdos empezaron a llegarle al peliverde, causándole una catarsis silenciosa, la cual la castaña sabía que estaba pasando pero no dijo nada, ya que debía dejar que el pecoso liberara toda aquella presión que le sucumbía por dentro.

Izuku: Sali herido, como pude me arrastre al templo de Khonshu, y él me otorgó la posibilidad de vengarme, creo que por eso, hago lo que hago... — Regreso a ver a la castaña que le estaba escuchando atentamente — Creo que solo soy un niño que llora en silencio, atesorando ver a su padre un dia mas...

En ese momento Izuku, sintió como algo transcurría por su mejilla, al tocarla se percató de cómo un líquido empezaba a salir de sus ojos.

Izuku: ¿Q-Qué me pasa...? ¿E-estoy llorando? — Preguntó sintiendo como sus ojos se humedecieron y por sus mejillas pasaban lágrimas sin cesar.

Uraraka: Si, si lo estás... — Respondió para después acercarse a este y abrazarlo.

Dicen que los abrazos crean conexiones emocionales enormes, ya que el propio contacto físico crea una sinapsis al recordar, recuerdos de tu niñez, cuando papá o mamá te daban un abrazo, cuando creces los abrazos son algo menos frecuentes, eso conlleva a que una persona no sepa comunicarse emocionalmente como es debido, por eso se dice que un abrazo tiene poder.

Y ahora Izuku Midoriya era consciente de ello.

El solo contacto del abrazo de Uraraka, hizo que el pecoso empezara a llorar aferrándose a la castaña, está ni se inmuto se quedó abrazado por todo el tiempo que fuese necesario.

Uraraka: Yayaya, todo estará bien, por que estoy aquí...

Izuku: ¡Ahhhhh! — Gritó aferrándose a la castaña.

Pasaron minutos en los cuales el pecoso lloró, sacando todo el peso de encima que portaba desde hace tiempo, dándose cuenta que no era un simple asesino como él mismo pensaba, era solo un niño que aún lloraba la muerte de su padre en silencio.

Uraraka: ¿Te encuentras mejor?

Izuku: Si... perdón por mojar toda tu pijama — Se disculpó viendo la playera de la castaña que estaba mojada de su hombro.

Uraraka: No te preocupes... Izuku... ¿cómo te hiciste esas heridas?

Izuku: Je, parece que me hice de varios enemigos con el pasar de los años, uno de ellos se llama Camaleón, puede imitar comportamientos a la perfección sin alguna clase de don solo con tecnología se alió con tres personas y entre ellas está lo que alguna vez fue mi exnovia...

Uraraka: ¿Tu exnovia te hizo esto?

Izuku: No tan así, ella murió hace tiempo, su nombre era Layla El-Faouly, murió una noche en la cual intentamos frenar que unos saqueadores tomarán reliquias de tumbas, muere en mis brazos... yo no pude hacer nada para salvarla, la enterré en el desierto del Sahara y e cargado con el peso de no haberla podido salvar, ahora alguien tomó su cuerpo... ella deseaba descansar, están usurpando su recuerdo y no permitiré eso...

Dijo decidido, Uraraka escuchó todo atentamente asintiendo alegre de que el pecoso por fin se liberara de las cadenas que le cohíbian, ahora parecía estar más centrado.

Uraraka: ¿Piensas volver a pelear?

Izuku: Si, pero esta vez tendré más cuidado, ahora se quien mas esta en el juego, no solo Camaleón y Layla están confabulados, Ritsu esta... — Se tapó la boca rápidamente al percatarse lo que acababa de decir.

Uraraka: ¿Dijiste... Rit-su? — Pregunto sorprendida.

Izuku: Uraraka yo...

Uraraka: ¿Él también está detrás de esto?

El peliverde se limitó a asentir, Uraraka miró al suelo derrotada era como si en su interior supiera que él terminara así.

Uraraka: ¿Recuerdas que te dije que te contaría todo cuando esté lista?

Izuku: Si no te sientes cómoda, no será necesario.

Uraraka: Tu me contaste tu mayor secreto y me dijiste quien eras en realidad, me contaste acerca de Layla. Lo mio con Ritsu no es tan emocionante o sentimental como lo tuyo. Cuando mis padres empezaron a tener problemas financieros, un chico se acercó a mi, el me dijo que ayudaría a mis padres. Al inicio fue bueno, pero lentamente me empezó a manipular diciendo que sin él mis padres se irían a la quiebra, eso me dio miedo, llegó el punto en el que me dijo que me casara con él... sin opción acepte...

Izuku: "Si antes lo quería muerto ahora lo quiero colgado en mi pared..."

Uraraka: Cuando acepté mis padres se preocuparon pero se callaron porque pensaban que eso deseaba yo, pero todo cambió una noche... él entró por la ventana y... — La castaña empezó a lagrimear.

Rápidamente el pecoso dedujo lo que intentó hacer el imbécil, como reacción inmediata abrazo a la castaña empezando a consolarla, eso pareció alegrar a Uraraka que se aferró al chico.

Uraraka: Por fortuna... no me hizo nada... sniff... logré deshacerme de él y al poco rato rompí nuestro matrimonio... eso lo enfureció diciendo que era suya y de nadie más, meses después ingrese a la UA... y ahora estamos aquí... Siempre pensé que sería capaz de conspirar con los villanos pero no pensé que mis teorías fueran ciertas...

Izuku: Perdón Uraraka, no lo sabía... perdón por insistir antes...

Uraraka: No te preocupes, te preocupas por mi... y yo por ti...

Ambos conectaron miradas sintieron una especie de chispa, lentamente se empezaron a acercar y cuando ya estaban a escasos centímetros, el chico empezó a parpadear para después ver que la castaña ya estaba cerca de él.

Izuku: ¿AH? ¿Ah?¿Ah? — Empezó a mover sus manos nerviosamente alejándose de la chica cayendo al suelo de trasero.

Uraraka sin entender qué había pasado volteo a verle confusa.

Steven: ¡Si vas hacer estas cosas avisa!

Uraraka: ¿Perdona? — Preguntó ofendida.

Steven: Eh, no, no me referia a ti... — Digno nerviosamente desviando la mirada.

Uraraka: ¿Entonces con quién hablabas? — Pregunto confusa.

Nuevamente empezó a parpadear, para después ponerse de pie soltando un leve suspiro.

Izuku: Em, bueno si queremos tener una relación, creo que debo ser honesto contigo... — Dijo nervioso sentándose nuevamente en su lugar.

Uraraka: ¿Más secretos? ya nada puede sorprenderme.

Izuku: Sufro de Transtorno de identidad disociativo — Reveló, Uraraka inclinó la cabeza sin entender — Je, veraz, yo no habito solo este cuerpo, yo soy Izuku Midoriya...

Nuevamente empezó a parpadear cambiando de personalidad a una más tímida.

Steven: Y... y yo soy Steven Grant...

Uraraka abrió los ojos de par en par, al escuchar tal revelación.

Steven: Entenderemos si... no quieres...

Izuku: Aceptarnos...

Uraraka sin entender nada, se acercó al pecoso tomando su mejilla cariñosamente.

Uraraka: Si me enamoro de Izuku, podré enamorarme de Steven... solo si me dan la oportunidad de conocerlos... — Dijo cariñosamente.

Ambos chicos abrieron los ojos de par en par al saber que la castaña los aceptaba tal y como eran, no sabían si esto iba a funcionar o no, pero valía la pena intentarlo.

Steven: Izuku, ya te beso... ¿yo... yo puedo hacerlo?

Uraraka asintió, acercándose a Steven para después besarlo, el chico se sonrojo mientras internamente festejaba.

Detrás de ellos la luna decoraba el cielo, iluminando la escena.

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