Fui a dónde me lleva el viento y me encontré con cosas que nunca hubiese esperado ver.
Fui dónde me lleva el viento y te encontré de casualidad mirando el horizonte, como si se te fuera la vida en él.
Fui a dónde me lleva el viento y en el camino vi una hermosa flor sentada en el pavimento, con la mirada triste y desolada.
Fui a dónde me lleva el viento y me perdí en los atardeceres que nunca disfruté por miedo a lo que dirían los demás.
Fui a dónde me lleva el viento y de pronto sentí que algo me arrastraba hacía un lugar que nunca esperé ir.
Fue como si un hilo se hubiera conectado de repente, con mi pasado presente y futuro, y me guiase como un imán que se conecta con su otra mitad.
Y ahí supe que, si seguía por dónde me llevaba el viento,
Un día me perdería y no volvería a encontrarme jamás, y me perdería como una hoja marchita que cae en otoño, porque ese es su destino final.