La belleza no es más que un estereotipo de la sociedad, a la que todos nos sometemos. Lo que nos muestran, no es lo que creemos, pues la belleza está en el corazón, en nuestros inocentes ojos que son niños cuando añoramos algo o a alguien. Pero para mí, la belleza se esfumó hace muchísimo tiempo. Ya no puedo apreciar con mis propios ojos el color de las rosas rojas como antes, ni siquiera puedo caminar sin ayuda, pues mis ojos llevan una venda incurable que jamás se eliminará.

Me llamo Samantha Andersen, vivo en Vancouver, Canadá; y sí, soy ciega, pero no especules sin antes explicarte lo que ocurrió.

La vida arrebata muchas veces lo que más deseamos o queremos, pero en mi caso, me arrebató la vista en un trágico accidente, pero no es lo que piensas. Perdí la vista como consecuencia de un poder, un poder que no pude controlar en aquel instante y que poco a poco voy logrando apaciguar. Desde muy pequeña, sin saber aún si fue heredado de mis antepasados o de mis propios padres, puedo teletransportarme con tan sólo cerrar los ojos. Sí, es extraño y desconcertante, pero cierto.

Una noche pretendía huir del miedo y cerré los ojos con tanta fuerza que al abrirlos, aparecí en el puente de Brooklyn, pero con tan mala suerte que el tráfico estaba altamente congestionado. Caí entre cientos de vehículos con sus estridentes sonidos emitidos por el claxon y uno de estos, por desgracia, golpeó mi cabeza justamente cuando me levantaba del suelo, pues estaba arrodillada entre tanta presión y quedé ciega tras el impacto. A partir de ahí, todo cambió para mí. Pasé de ser una muchacha sonriente, optimista y con bastantes metas, a ser una joven impedida, sarcástica y fría. En mi caso, la vida me arrebató el sentido más importante pero agudizó los restantes, consiguiendo así una intensificación de mi poder.

Ahora cada vez que siento miedo o algo no deja de perturbarme, cierro los ojos y me imagino aquel bosque que tanto visité con mis padres. Aquel bosque por el que jubaga, correteaba y andaba durante horas y horas sin cesar. Y todo esto lo llevo a cabo gracias a la agudeza de mi poder, pues me teletransporto con el fin de olvidar, de recordar el pasado y disfrutar del aroma de un bosque que siempre ha formado parte de mí.

Pero no todo acaba aquí. Existe algo más que aún desconoces, y no, no es mi actual romance, del cual carezco, sino un hecho que cambió mi perspectiva de cómo ver la vida, pues al menos quedarme ciega me ayudó a valorar lo más importante: la familia. Una familia a la que no puedo ver pero que sí recuerdo con anhelo, y a aquellos que llegaron tras mi ceguera incurable, los veo de una manera bastante peculiar, pues mi poder, tras agudizarse, me permite recrear en mi mente sus rasgos faciales, así como sus rostros, con tan sólo tocar levemente su cara.

Y esta es mi vida. Una vida llena de desdichas y desilusiones que no dejan de llegar a contrarreloj. Una vida repleta de diversidad, de sentimientos encontrados y de una belleza que tan sólo el más hábil podrá disfrutar. ¿Te gustaría seguir, paso a paso, conociendo cómo vivo el día a día? Adéntrate conmigo en mi mundo sin visión, pero no sin antes estar dispuesto a sufrir tanto como sufro yo.

Comenzamos una nueva historia llena de secretos, ¿te atreves a descubrirla?😏

Advierto que, muy poco a poco, vais a ir conociendo más de la protagonista. Además, pido que le deis una oportunidad, pues es algo diferente.🤤💜