Cuando jeongyeon entró en la sala de recepción, jihyo se puso de pie y le dio un elegante saludo.

-Gracias por su precioso tiempo- Los ojos verdes de jihyo brillaron intensamente.

-jihyo, deja de jugar-

-Oh, hablo en serio. Es difícil ver a la princesa en estos días-

Lady Park, jihyo, rápidamente se convirtió en la amiga cercana de jeongyeon con su personalidad genial.

-Eso es porque yeonjun es tan lindo-

-Ojalá mi hermano menor fuera joven- jihyo dijo con una mirada sincera.

-¿Por qué? ¿No es el Duque jimin siempre confiable también?-

-Ugh. Princesa, no hay un hermano menor confiable en el mundo-

Su expresión de disgusto parecía seria.

-No sabes cuánto odio verlo. No sabes cómo me dijo que dirigiera el Desfile de los Caballeros el día de la fiesta, ¿eh?-

Jimin era considerado un hombre popular no solo en el reino sino también en todo el Imperio, pero para jihyo, su hermana, era simplemente un hermano terrible.

-Más que eso, princesa, ¿está tu vestido listo para el gran festival?-

-¿No me pondría mi vestido oficial?-

-Waaah-jihyo suspiró profundamente.

-¡Estoy aquí hoy porque sabía que serías así! Es un gran día muy importante-jihyo miró a jeongyeon con una expresión severa en su rostro.

-Pero es solo un evento del Reino-

-Princesa, es una ocasión sagrada y también una tradición en el Reino de Yoo. ¡Pero aún más importante....!-

Jeongyeon abrió mucho los ojos ante la dureza de jihyo

-¡...También es un evento al que el Imperio presta atención! En otras palabras, tenemos que mostrar visualmente que vivimos mejor que nunca y que somos felices-

-¿Eh? ¿Repentinamente?-

Jihyo suspiró de nuevo, mirando a jeongyeon

-La princesa realmente no sabe nada-

Francamente, sunmi arregló que las dos se encontraran, porque jihyo era la única que sería capaz de ayudar a jeongyeon. Sobre todo, las dos tienen algo en común.

-Somos un par de orgullosamente divorciadas que abandonarón a sus estúpidos ex-maridos y encontraron la libertad-

-Uh, si lo dices así, es como si los insultarás-

-Mi madre es muy exigente con su hija divorciada-

-En segundo lugar, hay que prestar más atención a las condiciones-

-¡No pienso así!-

Sunmi se veía triste mientras la miraba, todavía una hija joven y fresca, pero no era una cuestión de prioridad en este momento.

-Entonces, piénsalo así. ¿Qué expresiones faciales mostrarán las damas nobles que están tratando de luchar contra ti? Cuando vean que eres tan hermosa y tan llena de confianza-

-Ah-

-Pero, si aún quieres mostrar una apariencia pura, simple y frugal, no te detendré-

Sunmi fue sabia.

-No-

Ahora los ojos de jeongyeon ardían tanto como los de jihyo

-Madre, ¿puedo tomar prestadas tus joyas?-

-Por supuesto, tu padre ya me dijo que sacara todas las joyas de la familia real-.

Lo mismo sucedió con los padres que querían mostrar la felicidad de su hija después de su divorcio.

-Necesito un vestido nuevo,Es mejor tener al menos cinco conjuntos nuevos hasta el último minuto-

-No-

Jeongyeon se miró brevemente a sí misma, a quien había olvidado después de haber dado a luz a un hijo.

-Diez, Esperen, necesito al menos veinte-

-Esa es una buena elección, hija mía-

No todas las mujeres nobles del Imperio que la despreciaban vinieron al Gran Festival. Sin embargo, se había invitado a algunos nobles involucrados en relaciones diplomáticas con el Reino de Felice. Y si miraba sus bocas ligeras, los rumores se esparcirían instantáneamente como la pólvora.

-Sí, porque es una guerra de mujeres-.

Aleteando, el espíritu de lucha de jeongyeon se encendió. La venganza más perfecta era ahora mostrar su felicidad. Entonces no hubo necesidad de dudar más.

Afortunadamente, jeongyeon tenía un arma llamada belleza. Lo único que quedaba por hacer era pulirla.