Victor murió...
Entrenar a Yuri había sido solo un pretexto para huir de la verdad.

Él lo sabía, lo había calculado bastante bien y  había vivido en aquellos meses lo que no había disfrutado por más de 20 años.

Y ahora ya no estaba.

-Idiota... -musitó Plisetsky levantando la mirada y suspirando con pesadez.

Yuuri estaba roto y así como sus sentimientos le inundaban, la lluvia parecía comprenderle.

Las gotas de lluvia resbalaban por sus mejillas luchando por mezclarse con las lágrimas que parecían no acabarse ni detenerse.

El corazón del rubio se agitó cuando Yuuri estornudó y se abrazó los costados.
Plisetsky no podía seguir ahí sólo mirando, aquello también le devastada. Se quitó la chamarra que llevaba puesta y corrió hacia él, lo cubrió con ella al mismo tiempo que lo hacía con el paraguas. Tenía que hacerlo. No iba a dejarlo. No iba a dejar que se destrozara a sí mismo.

-Yuuri... Vamos.
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