5. ¡No nos ignoren!
¡No nos ignoren!
Nosotras no le debemos a ustedes, más bien es... Lo contrario. Ustedes son las que debieran estar agradecidos con nosotras. Les damos que comer, les damos para su salud, para respirar, para tener fragancias impregnadas en sus cuerpos. No somos tan inútiles como nos pintan.
Ustedes son los bastardos, malagradecidos y crueles, que nos cortan sin piedad ¿Acaso les pedimos que lo hicieran? ¿Les dijimos que se ocuparan de nosotras?
No. Nunca les dijimos eso.
Ustedes solo lo hicieron. Violaron nuestras tierra vírgen, dejándola con un hueco que no puede ser tapado, una herida que no puede ser curada, una mal que ya no puede corregirse.
Somos inofensivas. No se lo décimos, pero lo somos. Y también somos tímidas. Sentimos, lloramos, morimos.
¡Tenemos el mismo derecho que ustedes de existir!
Ustedes no son mejores, ni peores que nosotras. Damos aire, damos vida, damos agua, sombra y comida. Somos buenas y pacíficas, no como ustedes pedazos de carne en guerra, en una constante pelea de avaricia.
Son unas criaturas sin alma. Malvadas. Y poco a poco quedarán en la ruina.
Se los advertimos desde ahora, tomen conciencia y escuchen nuestras penas, que luego nosotras no podremos escuchar las vuestras.
Fin.
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