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16. Juego de preguntas

—Necesitamos hablar—dije lo más serio que pude interrumpiendo la conversación que Daniel tenía con dos chicos. Se despidió de ellos prometiendo buscarlos luego, en cuanto obtuve su atención me crucé de brazos—¿Qué sucedió anoche con Vanessa?

—Nada que debas saber—contestó tranquilamente—Sólo le di mi número.

—Y bailaron anoche, ¿Otra cosa?

—Oye tranquilo, amigo. Todos bailaban, sólo fue eso. Tú mismo lo viste—intentó calmarme. Por su aspecto sorprendido y algo relajado pude asegurarme que realmente no mentía—No le haré daño, además es como dijiste, apenas nos conocemos.

—No quiero que le hagas daño, Daniel, Vanessa es muy especial y ella...

—Lo sé, tranquilo—dio algunas palmaditas a mi hombro—¿Todo bien con Jazmín? Se veían muy bien juntos y el idiota de Derek estaba odiando eso—sonrió divertido.

—¿Derek nos estaba mirando?

—Claro. ¿No lo notaste?—se sorprendió un poco sin eliminar la emoción—El chico invitó a Jazmín para bailar y ella lo rechazó muy horrible—rió divertido negando con la cabeza—No hubiese querido ser él en ese momento.

—Entonces si fue cierto...—bajé poco a poco la voz. Daniel me miró sin entender, aclaré mi garganta explicándole—Jazmín me contó sobre Derek pero no pensé que fuera verdad, ¿Crees que él...?

—No lo sé pero es...—su sonrisa bajó un poco—Hablando de cierta persona—fue sarcástico. Antes de que pudiera decir algo, un chico de mi estatura se acercaba a nosotros, su cabello era negro y un poco más largo que el mío, sus ojos eran marrones, era un poco más musculoso que yo pero no menos que Daniel. Era algo moreno y con ese típico aspecto arrogante que a las chicas les encanta, a todas menos Jazmín.

—Hola, chicos, ¿Todo bien?—sonrió ampliamente observándonos.

—Todo bien—contestó mi amigo—Gran fiesta la de anoche.

—Me alegra oírlo—sus ojos se fijaron en mí.

—Opino lo mismo—sonreí un poco sin muchos ánimos.

—Genial. ¿Puedo hablar contigo un momento, Darío?

—Claro—miré a Daniel y éste avisó que esperaría en el salón. Al principio dudó sobre dejarme solo—¿Qué necesitas?

—Nada realmente sólo quiero preguntarte algunas cosas—se encogió de hombros recostándose de los casilleros, el chico era extremedamante arrogante. Tenía algo que no me gustaba y entendía a Jazmín por completo. Al final terminé asintiendo algo nervioso—Sé que esto no debe involucrarme pero quiero saber—volvió a decir—¿Jazmín y tú tienen algo?

Mis ojos se abrieron como platos. Había sido demasiado directo, ¿Qué demonios le interesaba a él? ¿Para qué necesitaba saberlo? Derek esperó impaciente sin moverse.

—Pues...yo no...—tragué con dificultad pensando como decirlo—creo que...

—Te agradecería que hables sin balbucear, somos adultos, ¿No?—golpeó algo fuerte mi brazo. Soporté eso sin quejarme, en mi mente dudaba sobre mentir, si lo hacía probablemente Derek intente algo con Jazmín pero si no lo hago entonces él querrá matarme. No estaba exagerando, sus ojos se habían vuelto fríos y ese golpe "amistoso" no había sido para nada "amistoso".

—Imagino que estás algo molesto con lo de anoche, ¿No es así?—acaricié mi brazo intentando suavizar el leve dolor.

—Para nada—rió amargamente lo cual me hizo sentir un poco más incómodo—Sólo quería saber, se veían muy bien juntos. Jazmín es una buena chica y me sorprendió que prefiriera bailar contigo, digo, ya sabes no eres lo más perfecto para ella...

—¿Tienes problema con eso?—mi tono de voz fue más bien como una advertencia.

—Vaya, vaya—sonrió con algo de curiosidad—Entonces si tienen algo. Era lógico aunque me sorprende totalmente—negó con la cabeza lentamente mirándome—De todos modos, deberías dejarla, tómalo como un consejo.

—No somos novios, Derek.

—Tranquilo, no es necesario negarlo...

—No estoy negando nada, Jazmín no es mi novia. Sólo somos amigos, no estamos...

—Amigos con derecho, entiendo. No lo imaginé de ella...

—No hables de ella así—ordené serio—No tenemos nada, somos amigos, muy buenos amigos. Lo siento pero no tengo la culpa de que te haya rechazado anoche y todas las veces anteriores.

Al instante supe que había dado en el punto exacto. Derek colocó su mano en mi hombro apretándolo fuertemente, me sorprendió la fuerza que tenía.

—No suelo ser agresivo con las personas que considero mis amigos pero creo que deberías tener cuidado Darío—intenté mantenerle la vista fija pero estaba torturándome el hombro, algunos estudiantes parecían no notar la situación—Si dices no tener nada con ella entonces aléjate, Jazmín es muy hermosa y atractiva, no me ganarás en eso—me soltó finalmente alejándose luego.

Toqué mi hombro moviéndolo un poco haciendo algunas muecas de dolor, caminé hacia mi clase intentando ignorar eso.


—Hola chicas—Daniel sonrió encantadoramente a las chicas de la mesa. Todas nos saludaron, me senté en el mismo puesto que antes pero...

—Está en el baño, vendrá en unos minutos—avisó Stephanie al verme algo preocupado.

—Entiendo—sonreí un poco comenzando a comer.

—Tenemos que salir más a menudo, todos disfrutamos, ¿Cierto?—sonrió Liliana.

—No todos, al parecer el idiota de Derek está celoso de nuestro Darío.

—Daniel—reproché mirándolo. Le había contado sobre la conversación y prometió no decir nada, ¿Por qué tuve que decirle si lo conozco perfectamente?

—¿Qué sucedió?—Stephanie se preocupó mirándome y luego a mi amigo.

—Listo, regresamos—miré a Annie que llegaba con Jazmín. Noté algo diferente en ella, supe que era, Jazmín nunca usaba vestido. Llevaba uno gris muy fresco y suelto, su suéter era blanco, las mangas estaban dobladas hasta los codos, su cabello iba suelto al natural, usaba unas zapatillas azules que me hicieron sonreír un poco. Me sonrió al verme, su puesto estaba a mi lado. ¿Habrá escuchado la canción que le envié?

—¿No es así, Darío?

—¿Qué?—miré a las chicas algo perdido. Me había distraído con la sencillez de la chica que me traía loco.

—¿Derek te hizo daño en el hombro?—preguntó Liliana.

—¿Por qué hizo eso el idiota?—exigió saber Jazmín—Déjame ver.

—No es necesario...

—Déjame ver—se levantó bajando un poco la chaqueta y la camisa, sentí sus dedos rozar mi piel e intenté no estremecerme pero ella pareció pasarlo por desaparecibido—No veo ningún moretón, ¿Por qué hizo eso?—me miró algo seria. No estaba enojada conmigo, sus ojos me miraban dulcemente pero su rostro estaba serio. Se veía hermosa con ese vestido y...

—Darío—Daniel volvió a despertarme de mis pensamientos.

—Él sólo cree que tenemos algo—contesté a Jazmín. Estando sentado y teniéndola frente a mí de esa forma me sentí pequeño pero cómodo—Ignóralo.

—No voy a ignorarlo, ese idiota no tiene derecho a lastimarte. ¿Qué más te dijo?

—Jazmín tiene razón, debe aceptar que no puede obligarla a estar con él—defendió Liliana mirándome—Todos sabemos que Jazmín al que quiere es a ti.

Tanto ella como yo tragamos con dificultad sonrojándonos. Los demás sonrieron divertidos.

—¿Qué dijo, Darío?—Annie quería saber.

—Dijo que eras muy hermosa y atractiva, que debía alejarme de ti porque no era lo suficientemente bueno y que no podía ganarle en esto—señalé. Respiró hondo asintiendo, pude ver una mirada de maldad en su rostro.

—Hermosa y atractiva pero...—tomó su plato de espaguetis—...sé defenderme muy bien.

—¿Qué harás?—el tono de Stephanie me hizo saber que debía detenerla.

—Sólo hablaré con él—se encogió de hombros, antes de que se alejara, tomé su cintura y ella se tensó—No intentes detenerme.

—Jazmín no es necesario, podemos ignorarlo—quise quitarle el plato de sus manos pero lo apartó de mí. Se deshizo de mi agarre y se acercó a la mesa de Derek con sus amigos.

—Oh por Dios—susurró Liliana sin apartar la mirada.

En cuestión de segundos todos miraron la escena y no hubo necesidad de hacer esfuerzo para escuchar ya que el gran silencio de la cafetería era suficiente.

—Ni se te ocurra tocarme, sólo intentaba ser tu amiga y veo que es imposible—Jazmín aún sostenía el plato. Derek se había levantado, si intentaba sobrepasarse no dudaría en correr hacia ellos.

—No digas eso, escucha, Darío...—en cuanto el chico intentó tocarla, el plato de espaguetis terminó sobre Derek. Todos contuvieron la respiración unos segundos y esos fueron los segundos exactos para la advertencia de Jazmín.

—Vuelves a tocar a Darío y haré algo peor. Puedo ser muy hermosa y bla, bla, bla pero no soy tan tonta como las demás con las que sueles estar—aclaró. Sonreí orgulloso de escucharla decir eso—Así que ese es el trato, tú te alejas y se termina el problema. Creo que eres inteligente Derek White, no lo arruines.

Las risas comenzaron a escucharse en todos los rincones de la cafetería y Jazmín se acercó a nosotros, al llegar a la mesa las chicas incluyendo a Daniel la felicitaron por eso. Derek salió enfadado de la cafetería y alguno de sus amigos fueron tras él.

—No debiste...

—Él te lastimó, eso no es nada, no has visto nada—corrigió sorprendiéndome.

En cuanto todo volvió a la normalidad, Jazmín sacó su celular conectando los audífonos. Me colocó uno sin decir nada, en cuanto la canción comenzó sonreí mirándola.

—¿Te gustó?

—Totalmente, gracias por eso—susurró y me tensé por la sorpresa al sentir su mano buscar la mía por debajo de la mesa—No me has dicho que tal me veo, estoy algo incómoda aún...

—Estás hermosa—sonreí entrelazando nuestras manos.

—¿Qué harán?—preguntó Jazmín mirando a las chicas.

—Debo ir a recoger algunas cosas que debe entregarme mi padre, luego regresaré.

—Nosotras te llevamos—se ofreció Liliana.

—Yo esperaré aquí, sé que si salgo de la escuela no volveré.

—Cierto, esperaremos aquí—dijo Jazmín mientras los demás sonreían divertidos. Teníamos dos horas libres a causa de la falta del profesor, en cuanto quedamos solos decidimos ir al auditorio que siempre estaba solo. Al estar en ese lugar silencioso, subimos al escenario caminando a la parte trasera, allí se me ocurrió algo.

—Juguemos algo.

—¿Cómo qué?—dejó su bolso sobre una mesa redonda que había al lado de varias sillas ordenadas. Tomó una acercándola para luego sentarse y observarme.

—Un juego de preguntas—me acerqué haciendo lo mismo.

—De acuerdo, ¿Qué necesito?

—Saca un cuaderno y un lápiz o lapicero—abrí mi bolso buscando lo que usaría. Al tenerlo sobre la mesa, Jazmín esperaba mis instrucciones—Puedes preguntarme lo que quieras saber sobre mí y yo haré lo mismo contigo.

—Entiendo. ¿Tiene un límite de preguntas?—comenzó a escribir en su cuaderno.

—No. Es libre. Primero las damas—escribí mi primera pregunta.

—¿Debo ir contestando en la hoja?—asentí sin verla—¿Cuál es tu nombre?

—Darío Mi...

—No ese, tu nombre completo—terminé de escribir mirándola.

—Darío Alejandro Miller.

—¿Te llamas Alejandro?—se mostró sorprendida.

—Sí, ¿Por qué?

—Por nada—sonrió divertida anotando.

—Misma pregunta. Tu nombre completo.

—Evelyn Jazmín Young—escribí su nombre algo confuso.

—¿No sería primero Jazmín?

—No, mi primer nombre es Evelyn pero las personas acostumbran a decirme Jazmín—explicó mirándome al terminar de anotar.

—Te diré Evelyn entonces.

—No lo hagas, enserio—pidió algo incómoda—Es mi turno. ¿Qué tipo de música sueles escuchar?

—Prefiero de todo un poco—respondí y esperé a que escribiera—¿Cuántos hermanos tienes?

—Sólo uno. Tiene 13 pero él es especial.

—Tengo una hermana que tiene 13, se llama Delia y creo que algunos hermanos son especiales—escribí en el cuaderno.

—No, no es esa clase de especial—la miré sin entender—A los dos años mis padres se enteraron que mi hermano era Autista.

—¿Autista?—sentí curiosidad y asombro.

—Tiene un leve retraso mental, su mente es como la de un niño de 7 años—explicó sonriendo un poco—Ha sido duro tener paciencia con él.

—Estoy seguro de que eres una gran hermana para él—la animé al ver que parecía estar incómoda—No te preocupes, no soy la clase de persona que discrimina a los niños especiales—al terminar de escribir continuó ella.

—Color favorito, deporte favorito y comida favorita.

—Debe ser una pregunta.

—Es una, bueno, son tres en una—sonrió.

—Color favorito: Negro. Deporte favorito: Basquetbol y comida favorita...—pensé unos minutos.

—¿No sabes cuál es?

—Son muchas pero creo que las hamburguesas son mis favoritas—asentí satisfecho y ella negó con la cabeza—De acuerdo, mi turno. ¿Alguna vez has peleado con alguien?

—¿Qué tipo de pregunta es esa, Darío Alejandro?

—¿Qué?

—No es muy romántico de tu parte—acusó. Bajé la vista avergonzado y ella rió divertida—No pero si he discutido con muchas zorras en mi antigua escuela—anoté eso en la hoja.

—Muy bien, es mi turno—dijo mirando su cuaderno para la siguiente pregunta. Escribía la siguiente pregunta que tenía en mente...—¿Estás enamorado de mí?

—Sí. Ahora...—caí en cuenta de su pregunta—No espera, ¿Qué dijiste?

—Te toca preguntar—aguantó una sonrisa divertida.

—¿Cuál fue la pregunta anterior?

—Ya respondiste, ¿No recuerdas?—jugó con el lapicero mirándome.

—¿Por qué preguntaste eso?—sentí un leve calor en mi cuerpo. Podía imaginarme rojo como un tomate.

—Estamos haciendo lo que dice el juego, ¿Preguntarnos cosas, no?—se encogió de hombros.

—Jazmín...

—Oh vamos—rodeó los ojos cruzándose de brazos sobre la mesa—No debes preocuparte por eso, ¿Sólo es un juego de preguntas, cierto?—sonrió divertida mientras notaba un brillo de picardía en sus ojos.

—Recuérdame no proponer otro juego contigo—me incliné hacia atrás negando con la cabeza. Jazmín me había tomado desprevenido en su pregunta.

—Tu turno.

Miré la pregunta en mi hoja pero decidí cambiarla.

—Recordando el tema de la primera persona que te encanta y la segunda persona que es tu alma gemela...—fui al punto—¿Me consideras la primera o la segunda?

Ella tardó un largo rato en responder pero no apartó sus hermosos ojos de mí. Hasta ese momento no me había fijado tanto en sus labios.

—No has llegado a la segunda—fue sincera. Sin decir nada escribí la respuesta—¿Has sentido deseos de besarme?

—Jazmín—reproché escribiendo torpemente ante eso.

—Es una pregunta.

—Eso es trampa, el juego termina—me levanté guardando mis cosas. Ella hizo lo mismo y cuando caminé al escenario, tomó mi mano mirándome con sus ojos dulces.

—¿Qué tiene de malo que te pregunte esas cosas? Es lógico que te mueres por mí.

—Eso diría Derek a una de sus novias.

—No lo nombres, por favor.

—Lo siento.

—Sólo responde, Darío—coloco ambas manos en mi pecho, justo en mi corazón, se apoyó de puntitas intentando alcanzarme, rodeé su cintura con mis brazos mirando sus labios—¿Has sentido deseos de besarme?—susurró con un hilo de voz. Sentía su aliento chocar con mis labios, estábamos muy cerca, casi podía rozarlos, ella cerró sus ojos subiendo sus manos a mi cuello.

Mi corazón latió fuertemente, acaricié su mejilla con cuidado dispuesto a hacerlo. Los impulsos me controlaban, terminé la poca distancia que había, no podía creer lo que haría. Por fin besaría a Jazmín. Por fin lo que tanto deseaba.

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