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Un día nublado, se consideraba un momento triste para cierta niña... Sr. Pomposo dió su último respiro aquel gato blanco y esponjoso cómo algodón de azúcar.
Anna lloraba desconsoladamente entre su vestido negro y su suave manta dónde solía dormir con su gato, lo había acompañado por un gran largo tiempo era ahora de dejarlo ir
-Anna tranquila...- Su madre con la más dulce y suave voz del mundo le habla a su hija.
-Lo extraño madre, me ha acompañado por mucho tiempo y acariciarlo me consolaba mucho - La Reina consoló con un abrazo para animarla, ambas fueron por galletas, la actividad favorita de Anna por las tardes siempre era estar entre los hornos desde muy pequeña aprendió a realizar platillos difíciles para su edad, como los Pay y hasta pasteles altos, era como si ya los hubiera preparado, tenía un gran recetario que le daban encargados de cocina
Ella rompía los protocolos y reglas de una princesa pero en cierto sentido se acercaba a los monstruos, habitantes del reino muy pacífico a los ojos de la primeriza niña de 8 años.
Viendo del otro lado de la moneda tropas se preparaban para defender y atacar la frontera pues fuerzas enemigas pensaban abarcar su territorio, los humanos fríos desde el nacimiento buscando poder y riquezas fuera de los rasgos comunes de supervivencia.
-Majestad en los informes se tiene entendido que la princesa sigue con vida y está encarcelada desde hace tiempo - El monarca de los monstruos y padre de familia sonrió, algo muy raro.
-Vigilen las entradas y salidas, esta información es peligrosa, corrobora tus fuentes y mañana necesito un informe nuevo - Aquel guardia se despide dejando a un padre pensando y distraído ante como recuperaría a su princesa.
Un día nuevo se asomaba por la estrecha ventana, Isabel había despertado a Lyra con un almohadazo, pronto darían las 5 y ambas deben estar lista en la formación que a cortas de tiempo lograron llegar.
-Muy bien a todos, que puntualidad... no perfecta... Pero me alegra que hallan entendido la regla esencial, no hay mucho que decir... se formarán escuadrones, adelante miren las armas mágicas, durante su desarrollo a final del curso se les otorgará una pero claro no la escogerán ustedes, el arma los va a escoger y quién no será expulsado- Los presentes se pusieron nerviosos pues algunos tenían deudas que pagar o sus vidas estaban en juego en el hecho que no tenían otro lugar en aquel Reino arraigado en clases sociales y ser un caballero de filas Reales te daba un estatus más alto por las grandes recompensas.
-Muy bien el Cuarto escuadrón... Demian, Isabel, Arthur y Lyra- Al mencionar esta última Isabel se alegró bastante, pero no todos estaban contentos el chico de cabellera Blanca miraba con Asco, sin rodeos paso hacia su grupo, de forma intencional choca con Lyra. - Antes de que se vallan, hay una Armadura Mágica capaz de inmunizar a quien la porta, Una gran reliquia que escoge al más fuerte con la mayoría de capacidades, Quien logre obtenerla tendrá un título asegurado y un ascenso de Rango...-
-Esa Armadura será mía, no creo que las mujeres logren obtener la fuerza que quiere la Reliquia- Arthur el chico Engreído del grupo mismo chico peliblanco fue directamente contra Lyra e Isabel a lo que esta última quería golpearlo, Lyra la sostuvo con fuerza, después de eso ambas chicas fueron a su habitación, estaban muy sucias de tierra hasta en la boca por el entrenamiento, el correr, sostener una espada de madera, comer por menos de medio minuto y seguir para llegar lo más agotado posible, soportar los comentarios de Arthur. De pronto el llamado de la puerta sorprendió a las jóvenes.
Un chico de cabello largo atado por un listón, anteojos quebrados y labios partidos se encontraba en la puerta. -N-No me dio tiempo de presentarme y Arthur me ordenaba no molestar, Me llamo Demian y espero ser de ayuda en el escuadrón- Isabel lo tomo de la mano y lo hizo pasar cerrado la puerta.
-Tonto no puedes estar aquí es el Área Femenil a demás estas muy sucio, toma la toalla y ahora que salga mi compañera vas tu- En cambio Demian se comenzó a reír y sin reprochar tomo la toalla,
-Hey Hey ni se te ocurra sentarte estas sucio de la cola-
-Quien es Isabel??-
-Oh!! Lyra! El es Demian es nuestro co- Fue Interrumpida por un leve golpe en la frente.
-La tonta eres tu, porque lo dejas entrar- La chica con el cabello mojado la piel resaltada por el agua y la toalla alrededor de su cuerpo no parecía avergonzada -Y tu... Mañana nos vemos en el entrenamiento, vete antes de que venga la maga Matilda, da miedo así que vuela antes de que sea tarde-
-Tomare ese consejo nos vemos después- Aquel Joven salió con un gran rubor en sus mejillas, nunca había visto a una chica tan cerca y a la ves tan lejos de verla sin prendas, con ese recuerdo salió lo más rápido de ahí siendo muy sigiloso. No sin antes aprovechar de la toalla que tenía en la mano se olfateo e hizo una mueca.
Llovía a mares, una pobre anciana que camina por aquel suelo rocoso con los pies morados, llega a una casa noble y toca con paciencia.
-Si dígame?- Un Hombre de test morena le atiende muy tranquilo
-Me debes un favor...Entrega esta carta a ella quiero que sepa que lo hice por su bien-
Aquel hombre solo asintió mientras tomaba la carta y dejaba a esa anciana que parecía sin sentimiento alguno, los pies descalzos por la falta de dinero y una enfermedad del corazón, preparaba una silla y una cuerda, sin remordimiento en su conciencia la rodea en su cuello, el trueno de la fuerte lluvia indicaba su acto.
Cap.3 "Gotas como balas"
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