Capítulo 62. Alessia
"Antes de curar a alguien, pregúntale si está dispuesto a renunciar a las cosas que le enfermaron."
- Hipócrates.
Pongo las manos sobre el alféizar de la ventana impulsándome para sentarme sobre él. Una fresca brisa me da la bienvenida acariciando mis pómulos y besando mi frente. El aire se filtra en mis pulmones mientras agradezco al cerrar los ojos e inspirarlo por conseguir relajarme. Apoyo la cabeza sobre el borde vertical de la ventana dejando caer mis pies dentro de la casa para evitar caerme.
La sensación de tranquilidad, los pájaros lanzándose al vuelo en el oscuro cielo lleno de preciosas estrellas recordándome a las pecas de un precioso chico. El silencio de la calle a las diez de la noche llena mis oídos de tranquilidad. Imagino que los niños habrán dejado de jugar y estarán en sus casas cenando con sus familias disfrutando de la tranquilidad que supone no haber perdido a un ser querido.
— ¿Cuántas veces te he dicho el pánico que me da verte ahí, cariño? — la voz dulce de mi madre se hace presente en el umbral de la puerta. Sorprendentemente, sin regañarme por un cosa que, si nada hubiera pasado, me habría matado.
Giro mi cabeza para verla apoyada en el marco de la puerta con su atención enfocada en mí y una pequeña sonrisa extendiéndose por su rostro, pese a todo, triste. Su cabello pelirrojo brilla bajo la luz de la habitación y su rostro sin maquillaje la hace parecer mucho más joven y llena de vida. Me gusta más esta versión de mi madre, la que no quiere parecer perfecta delante de los demás.
— Lo siento — respondo, aún así no me muevo. Otra corriente de aire vuelve a pasar por mi rostro tornándose aliviador —. Necesitaba esto.
Mis ojos vuelven a la calle, distingo la figura de mi madre acercándose hasta mí dentro de la habitación y su cabeza negando repetidamente pensando que no consigo fijarme en ella. Me recuesto sobre ella cuando está detrás de mí y sus manos comienzan a peinar mi pelo con tanta delicadeza que me tranquiliza. Cierro los ojos sucumbiendo a sus caricias.
— Recuerdo el día de tu cumpleaños cuando solo quisiste invitar a Tommy a casa — habla tras unos segundos. No le pido que se detenga y tampoco abro los ojos por que el recuerdo me hace sonreír. El pequeño y tierno rostro de Tommy con un diente caído a la espera de que el Ratón Pérez le diera algo mientras estaba sentado en el mismo lugar que estoy yo ahora con él enfrente de mí —. Te habías enfadado con una amiga en el colegio y no querías hablar con nadie. Tommy vino a casa y entró a tu habitación a hablar contigo. Solo quisiste estar con él — sigue.
Se queda callada por unos minutos. En mi cabeza, el recuerdo sigue reproduciéndose como una película sin fin. Detrás de una escena viene otra, detrás de un punto viene otra frase e incluso ahora, los párrafos no parecen terminar nunca.
— Tommy ha cuidado siempre de ti, cariño. Nunca le ha importado salir lastimado por ello.
— Lo sé — contesto, no consigo decir nada más sin que una lágrima escape de mis ojos.
— Por eso tienes que superarlo, Alessia. Tommy hizo lo que hizo por cuidar de ti y no le gustaría nada ver en lo que te estás convirtiendo — vuelve de nuevo. No sé qué molesta más, el hecho de terminar mi película mental con un accidente o el que todos piensen que esta racha es como una montaña rusa con subidas y bajadas pero con una euforia al final de la atracción.
Aquí la única euforia que encuentro es el dolor.
— No es tan...
— Alessia — interrumpe una voz. Enfoco la vista en mi padre que viene detrás de mamá, se lleva una mano al cuello pellizcándolo —. Logan está fuera. Pregunta por ti.
Frunzo el ceño visualizando el rostro de mi padre con una expresión neutra y el de mi madre apremiándome a que me levante y baje con una sonrisa enorme cubriendo sus labios. Frunzo el ceño sabiendo que no me ha mandado ningún mensaje esperando que quede con él por que el móvil no me ha sonado en casi cuatro días. Hace tiempo que Logan no me habla y no sé si sentirme aliviada o preocupada.
Escojo la segunda cuando comienzo a bajar las escaleras y me encuentro con la puerta abierta. Su espalda está volteada contra mí. Distingo su cuerpo rígido con la cabeza en alto y completamente recto.
— ¿Logan?
Si ya de por sí estaba tenso, con mi voz le saltan las alarmas una detrás de otra. Su rostro se voltea para enfrentarme y todo él clava su atención sobre mí. Le veo tragando saliva y paseando su mirada por mi rostro sin cesar.
— ¿Qué estás haciendo aquí? — pregunto, se le marca la mandíbula por la presión. Voy con cuidado en cada frase que suelto al diferenciar la molestia de su rostro.
— ¿Podemos salir fuera? — interroga. Sin embargo, parece más una afirmación que una pregunta y la dureza en su voz solo consigue que asienta con la cabeza.
El mismo aire que me acarició cuando estaba en el alfeizar de la ventana se convierte en un frío escalofriante cuando mi cuerpo toca la calle. Sus pasos siguen un poco más alejados de mi casa y me arrepiento de no haberme puesto nada más que el pijama de verano. En la noche, el frío es un poco más fuerte y la preocupación que comienza a acumularse en mi cuerpo hace que se me cale la inestabilidad en las venas.
— ¿Cómo estás?
Camina dejando el paseo del porche atrás y entrando en la calle para ir a no sé dónde. No pretendo estar bien cuando pregunta.
— Mejorando.
Tampoco puedo decir que estoy como el primer día. Al menos, decir su nombre no me rompe en dos hasta la mañana siguiente. Ahora con suerte consigo pronunciar su nombre sin que mi voz se quiebre.
Asiente comprendiendo, o al menos intentándolo. No le he visto desde después del entierro de Tommy cuando me acompañó para ir al instituto. Nuestra confianza pende de un hilo y las tijeras están a milímetros de distancia esperando para cerrarse y cortarlo. El más pequeño paso en falso puede rompernos a ambos y ahora no tengo capacidad suficiente como para perderle a él también. Aunque haya sido una completa hija de puta con él.
— No has contestado a mis mensajes — espeta. Lo que antes podría haber sido un paseo con una pareja caminando y besándose, ahora es un camino con dos personas físicamente cerca, hablando, pero demasiado distanciadas emocionalmente.
Duele ver la fuerza en su voz cuando la afirmación sale de sus labios y la mirada al frente al soltarla sin darme ni unos segundos de atención. Sería egoísta por mi parte pedirle que me mire cuando llevo más de tres semanas que no le he dado ni la hora.
Los sentimientos, todos completamente horribles, se acumulan en mi cabeza, en mi alma y en mi cuerpo finalmente. La incertidumbre no me deja respirar con normalidad y debo recordar cómo caminar cuando soportar mi cuerpo se torna demasiado difícil
Esto no me gusta.
— No me he estado encontrando bien, lo siento.
— ¿Crees que esto es fácil para mí acaso? — interroga, frunzo el ceño sin entender el cambio brusco de conversación. Se para en medio de la calle para mirarme con los ojos envueltos en dos intensas llamas de fuego —. No te has encontrado bien pero tampoco has dejado que ni una sola puta persona te ayude. No has dejado que yo te ayude, Alessia. ¿Qué es lo que te cuesta?
— No quiero meteros en esto, Logan. Lo tengo que superar yo, no vosotros — respondo, su rostro se contrae por el enfado. Me reprendo a mí misma por no escoger las mejores palabras.
— ¿Es un delito querer hablar con mi novia para ayudarla? — cuestiona —. Por que si es así, dímelo antes de que sea tarde — habla irónico.
— ¡No! — grito —. No es malo, Logan.
— ¿Entonces por qué no me contestas, joder?
— Estoy deprimida, maldita sea. Necesito tiempo — respondo, comienzo a ponerme nerviosa y a soltar lo primero que se me viene a la mente y, por lo que parece, las palabras no son las más indicadas para describirme. Logan está que escupe fuego por la boca cuando contesta.
— ¿Más? ¿Qué necesitas? ¿Una vida para recuperarte? — suelta —. Ha pasado casi un mes, he intentado hablar contigo cada puto día, he ido a tu casa todas las semanas para ver si al menos podías compartir unos minutos conmigo, he estado llamando a tus padres durante todo este tiempo para saber cómo estabas, ¿qué más necesitas para saber que tienes a gente que te quiere ayudar y pasas de ellos?
Inspiro para relajarme, sus palabras lastiman más de lo esperado. La piel se me pone de gallina, esto va enserio y es más fuerte de lo que parecía al principio.
— No quiero meterte en esto, Logan. Es demasiado y tienes que cuidar de tu padre, no quiero ser una carga — respondo.
— ¿Entonces tengo que quedarme sentado esperando a que la chica que quiero se digne a creer que no tiene culpa de nada?
— No, claro que no.
— ¡Pues dime que hago, joder! — masculla, el grito lo siento en cada parte de mi cuerpo y tengo ganas de tirarme al suelo y llorar de la impresión. Su rostro está completamente rojo de la ira y aguanto ese miedo que se cala en mis huesos —. ¡Dime si puedo seguir contigo o tengo que ir por mi puta parte porque ya no tengo ni puta idea de lo que tengo que hacer!
Se gira dándome la espalda, se lleva las manos a la cabeza estirando de su cabello moreno. Trago saliva con las mejillas húmedas por las lágrimas que no me había dado cuenta que se habían derramado.
Lo estoy parando, estoy jodiendo su futuro.
Es la única frase que emerge en las profundidades de mi mente cuando lo observo. La visión completamente negra que se extiende delante de mi ojos haciéndome ver que lo estoy haciendo como el puto culo.
— Tenemos que darnos un tiempo — hablo en un hilo de voz.
No consigo levantar la cabeza cuando lo siento mirándome de vuelta, ni siquiera soy capaz de respirar delante de él. Olvido todo lo que he aprendido hasta ahora y solo logro analizar cada movimiento que se encarga de hacer mientras estoy sin mirarle. Los sonidos, los pequeños movimientos, el bufido después de hablar.
— ¿Qué?
Inspiro.
— Te estoy parando, Logan. No te mereces esto — respondo.
Jamás en mi vida he visto las cosas más claras. Logan tiene que abrirse camino en su vida y no puede hacerlo con una persona que a cada dos por tres está pensando en su amigo muerto y en la culpa que le carcome.
— ¿Entonces ya está? — espeta —. Vas a rendirte sin siquiera intentarlo — afirma.
— Lo estoy intentando, Logan — respondo a la defensiva —. Pero no puedo hacerlo tan rápido como te gustaría.
— ¿Tan rápido como me gustaría? — pregunta —. ¿Me estás jodiendo, verdad? — interroga retórico —. ¿Sabes? Al final no solo te estás dañando a ti misma con esta mierda. Pregúntale a tus padres o párate un momento a pensar en mí. Dices que no quieres arrastrarnos a esto pero es lo único que estás consiguiendo. No comes, no duermes, no paras de llorar y encima te crees que no nos estás haciendo daño.
La congoja no me deja respirar y suelto el primer sollozo cargado de dolor. Nunca lo había sentido tan fuerte y las palabras son tan reales que no puedo hacer otra cosa.
— No solo te estás haciendo daño a ti misma y parece mentira que no te des cuenta de ello — masculla —. Te estás convirtiendo en todo aquello que odias, casi ni te reconozco, Alessia.
Espera unos segundos, los suficientes para darse cuenta de que no consigo formar palabra. Se larga rozando mi hombro en el camino recordándome que se está yendo, no solo de mi lado sino de mi vida. La llantera se prolonga tanto tiempo que me duele la garganta y los ojos me escuecuen.
Me siento en el suelo arrastrándome por un valla blanca que rodea el césped de una casa. La soledad no es lo que he conseguido de esta mierda sino el hecho de perder a más de una persona que me ha amado. Hacer esto solo ha servido para joderlo todo más, para ser la peor persona del puto universo y no darme cuenta hasta que ha sido demasiado tarde.
Hasta que Logan se ha dado cuenta de que soy un cáncer para él.
¡CAPÍTULO NUEVO!
Después de tanto tiempo (dos semanas) es un alivio poder estar aquí otra vez. Dios, he echado demasiado de menos esto; escribir, escribros (¿me habéis extrañado? Yo demasiado de lo que es posiblemente normal).
Admito que el estar de viaje (me he ido a Francia) ha sido precioso, de verdad que es increíble el sitio y las casas eran preciosas. Pero habría sido cinco veces mejor de haber podido escribir.
¡ASEGURADO! No escribir es una mierda, es mi aire para sobrevivir, mi agua para hidratarme y mi comida para no morirme.
Espero que os haya encantado el capítulo y que hayáis llorado mucho aunque parezca que sea una insensible.
¡Os quiero demasiado!
XOXO,
NHOA
PD: Seguramente haga un mini maratón durante esta semana de los cinco capítulos que no he escrito durante estas dos semanas. Amadme por ello.
PD2: Quedan 6 capítulo para terminar así que disfrutadlos todo lo que podáis. <3
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro