Capítulo 60. Logan
"Si duele un recuerdo, te cura el olvido."
- Estopa
Echo un último vistazo a la pantalla del móvil con la esperanza de que su nombre aparezca en ella y que pueda coger el teléfono para poder hablar con mi chica. Estos pasados días han sido un infierno a toda regla. Despertarse, mirar que mi padre no se ha ido a ningún bar de mala muerte a gastarse el dinero en las máquinas, trabajar por la tarde para conseguir esas monedas que mi padre gasta cuando le viene en gana y volver a casa sin un minuto de distracción que solo una chica en concreto me puede brindar.
La necesito más de lo que es humano pensar. Tengo gansas de verla, sentirla, tocarla y probar su boca otra vez. Pero ella se encarga de no contestar mis mensajes ni mis llamadas. Es una chica desaparecida en combate.
Entro en la cancha de fútbol esperando que el entrenador no me eche la bronca por llegar tarde, me he quedado dormido con el móvil en la mano y hasta que no me ha sonado la tercera repetición de la alarma no he conseguido despertarme.
Problemas de dormirse a las tres de la madrugada deseando que tu novia te conteste a cualquier cosa. Lo único que he recibido son palomitas azules en el chat y una llamada perdida en su teléfono.
Espero que no se me noten las inmensas ojeras que cubren mis mejillas y el cabello desordenado cuando toco la cancha de fútbol. Esta vez no es un desorden que parece adorable, cualquiera pensaría que tengo un nido de pájaros en la cabeza con el desastre que hay ahí arriba.
Me escabullo entre los compañeros que están ya entrenando, recibo algunos saludos y una mirada de desaprobación de Thiago. Sé lo que piensa, lleva días diciéndome lo mismo y aguantarle el idéntico sermón de siempre otra vez no es soportable.
Paso de largo agradeciendo al cielo que el entrenador aún no se haya dado cuenta de que llego bastante tarde. Si sigo así tardaré un minuto en cambiarme de ropa, uno más en estar presentable de cuello para arriba y un segundo salir al campo donde me crujiré los huesos a base de carreras en círculo alrededor de la cancha.
— Logan — me llama, mi piel se estremece y cierro los ojos ante la serena y autoritaria voz del entrenador. Inclino mi nariz hasta quedar cara a cara con él. Su cuerpo, apoyado en el umbral de la puerta con sus brazos cruzados delante de su pecho es impotente.
Las facciones angulares de su rostro demuestran una impaciencia con la que comencé a caracterizarle hace varios años. Siempre con prisas a todas partes y exprimiéndonos hasta que no queda ni una sola gota de energía en nuestro cuerpo, se ha convertido en una persona que realmente admiro.
No solo por su manera de motivarnos aunque a veces parece que nos esté echando una bronca de tres pares de narices, sino por la intención de hacernos cada vez mejores, de superarnos cada día sin importar nada. A pesar de parecer un cascarrabias amargado, es de las pocas personas que se involucra en nuestro bienestar, mucho más de lo que hace cualquier otro maestro.
— ¿Te vas a quedar ahí parado o vas a entrar de una maldita vez? — interroga, quizás es esa una de las cosas que más me gustan, lo directo que es hay veces que llega a aliviarme.
Por desgracia, hoy no es uno de esos días.
— Por supuesto — respondo, pongo bien la mochila en mi hombro moviéndome hasta cruzar la puerta y sentarme en una de las sillas. Intento mostrarme lo menos incómodo posible, una de las cosas que aprendes estando con él es que la incomodidad solo juega en tu contra.
— ¿Has pensado lo de la universidad? — pregunta cerrando la puerta del despacho y andando hasta llegar a su silla. Aguanto el tiempo necesario para no hablar mientras él se acomoda en su silla de cuero. Mi trasero duele en este asiento de plástico y le tengo envidia —. Queda menos de un mes para terminar el instituto, las universidades están esperando tu respuesta pero si no se la das pronto van a tener que sustituirte por otro chico — responde.
Me llevo las manos a la cabeza revolviendo mi ya de por sí desordenado cabello. Las decisiones se arremolinan delante de mis ojos, me hace recordar a un drogadicto que ve a personitas flotando a su alrededor como figuras de juguete.
Suerte que esas personas se diviertan, yo en su lugar estoy hecho una mierda.
— No he tenido tiempo de pensar en ello, entrenador. He estado bastante ocupado estas semanas — respondo con la voz cargada de remordimiento. ¿Qué se supone que tengo que elegir después de todo esto? Esperaba que pudiera escoger ir a Yale, con Alessia, haría la prueba de acceso y vería si podía conseguir alguna beca de deporte para pagar el curso.
Ahora no sé ni en qué día estamos.
— ¿Cuándo piensas elegir, Logan? Hace ya más de dos semanas que te he dicho que fueras pensándolo, tienes que decidir cuanto antes. La universidad no es ningún capricho que puedes dejar pasar de largo como si nada.
— Ya lo sé, joder — desplazo la vista cuando descubro la mirada de advertencia en la cara del entrenador —. Sé que esto no es algo con lo que tengo que jugar. Ni siquiera estoy jugando, solo necesito un poco más de tiempo.
— ¿Cuánto exactamente? La semana que viene tengo que dar el parte de a qué universidad vas a ir, si no ya puedes ir despidiéndote de tener plaza en algún sitio.
Me refriego los ojos, quiero salir de aquí, darle cuatro golpes a algo y escapar de la pesadilla que estoy sufriendo desde hace más de tres semanas. ¿Tan difícil es ser feliz sin tener problemas en tu vida?
— Te lo diré en cuanto lo sepa, antes de la semana que viene intentaré tenerlo claro — respondo, suelta un bufido que no sé diferenciar si es de un búfalo o del entrenador que tengo delante.
— Más te vale, Logan. Me están poniendo la cabeza como un bombo los entrenadores de las universidades para saber con quien vas a ir — comienzo a coger la mochila del suelo y me levanto, estoy por abrir la puerta cuando vuelve a hablar. Parece que es la única forma con la cual le gusta terminar una conversación —. Eres un buen jugador, Logan. No desperdicies una oportunidad como esta — masculla.
Por un segundo pienso que está molesto. Después recuerdo que siempre se asemeja a un león muerto de hambre mostrando sus dientes de depredador y solo se me ocurre girar mi rostro en su dirección y asentir.
— No lo haré.
Respiro aire con fuerza cuando salgo del despacho después de haber cerrado la puerta. Si el entrenador me ve mostrando alguna irritación puedo ir olvidándome de tener su ayuda. Pero, aún así, respeto sus palabras y me vuelvo a acomodar la mochila en mi hombro para caminar de una vez por todas hasta los vestuarios.
— ¿Por qué cojones aún no has elegido la universidad? — pregunta una voz molesta detrás de mí. Trato de no mostrarme sorprendido por que haya escuchado a través de la puerta como una maruja chismosa y sigo caminando. Por el rabillo de mis ojos veo esa cabellera morena y esa cara de niño rico. Fuerzo una sonrisa.
— No todos tenemos las cosas claras como tú, niño rico — mascullo enseñándole una fingida diversión. Giro a la derecha entrando a los vestuarios al fin. Me muevo hasta encontrar mi taquilla y el asiento que me corresponde. Dejo la mochila encima de la estrecha tabla de madera.
— Tú también has tenido las cosas claras desde el principio, Logan — espeta molesto. No entiendo la razón por la que se encuentra molesto y menos aún por qué me está echando un sermón por una situación que debería resolver yo.
— Eso es lo que tú siempre has creído, Thiago. En ningún momento te he dicho que iría a una universidad tan cara. Ese ha sido solo tu sueño — declaro, se queda callado tratando de buscar en sus recuerdos una evidencia que pueda asociar conmigo. Su rostro se retuerce en la molestia al no encontrar nada.
— ¿Enserio vas a desperdiciar la oportunidad que te ha dado el entrenador? — pregunta más enfadado que nunca. Thiago no ha sido en ningún momento uno de esos chicos mimados que hacen una rabieta de cada inconveniente que aparece en su vida. El hecho de que ahora esté haciendo exactamente eso conmigo me desconcierta más de lo que quiero admitir.
— Aún estoy pensándolo, Thiago. No he decidido nada todavía — contesto armándome de paciencia para no explotarle en la cara todo lo que tengo que sopesar para, finalmente, tener una decisión asegurada.
Me fijo en otra cosa que no sean sus palabras, como en la manera en la que su pelo está igual o más destrozado que el mío ahora que se ha quitado el casco o en la forma de tener mal puestas las enormes alfombrillas encima de sus hombros y que casi le tapan la fina cara que tiene. De acuerdo, esto solo sirve para que él se impaciente más.
— ¿Como puedes estar pensándolo todavía? Es una puta beca, Logan. Te han ofrecido las misma universidades que a mí y son las mejores que pueden haber en este maldito país — escupe.
Mi calma comienza a tener un límite y como siga así va a superarlo. Inspiro sin contestarle y poniéndome la camiseta del equipo. Una imagen de Alessia con esta misma camiseta llena mi mente y me es inevitable pensar en otra cosa. Una piedra se instala en mi garganta al recordar lo alegre que estaba cuando se la regalé y como los besos se convirtieron en algo más cuando eso no nos bastaba.
— ¿Es por Alessia, no? — pregunta, dirijo mi atención a él de nuevo con una expresión cansada. Lo último de lo que quiero hablar justo ahora es de mi situación con mi propia novia. Aún me parece estresante no conseguir hablar con ella como para hablar de ella con otra persona.
— No quiero hablar de eso ahora, Thiago — respondo, me muevo hasta llegar al espejo de los vestuarios. Tal y como había pensado desde un principio, las ojeras son lo único que destaca en mi rostro a parte del asqueroso cabello con el que me he atrevido a salir a la calle esta mañana.
— Sé que Alessia te importa, Logan, pero si empiezas a rechazar todas tus oportunidades por querer estar con ella no vas a llegar a ningún sitio el día de mañana.
La impaciencia toma posesión de mi cuerpo, apoyo las manos sobre el borde del lavabo y miro a Thiago con expresión inexpresiva a través del espejo. Sus ojos tratan de transmitir una compasión que no necesito, no tengo por que escuchar los pensamientos de una persona que no entiende ni la mitad de mi historia.
Ni siquiera sabe que mi padre tiene problemas con el alcohol, ni que necesito trabajar para conseguir dinero. Él solo piensa que tengo una mansión como la suya, que trabajo por diversión y que mis padres siguen juntos y trabajan viajando la mayor parte del año sin mirar atrás. Es lo que todo el maldito instituto se ha encargado de creer y yo nunca se lo he negado a nadie.
Excepto a Alessia.
— Dime una cosa, Thiago — espeto, asiente a pesar de que era una frase que no necesitaba respuesta —. ¿Te imaginas un futuro sin Elizabeth?
La pregunta le deja mudo, aprovecho el momento para abrir el grifo casi oxidado y lavarme la cara a la espera de que por un milagro divino las ojeras se disipen de mi rostro y vuelvan a su lugar, en el infierno.
— Pueden pasar un millón de cosas de aquí a unos años, Logan, no tengo ni idea de lo que va a pasar.
Cojo la toalla de encima del trozo de madera que me sirve de soporte, me seco la cara de las pequeñas gotas que mojan mi camiseta —. No te estoy preguntando qué crees que pasará, Thiago, te pregunto si te imaginas un futuro sin ella en tu vida.
Suelta un bufido —. Ahora mismo no, pero...
— Entonces ya está, Thiago. No quiero pensar en una decisión tan importante cuando estoy en una situación con Alessia de la que no sé si voy a salir. Ella no está bien ahora mismo y no quiero ser un estúpido egoísta que solo mira por sí mismo. Tú harías lo mismo por Elizabeth — aseguro.
Su cara se contrae en una mueca de decepción, sé que he dado en el clavo cuando se sienta en el banco de madera y creo que se ha roto el trasero del golpe. Sonrío terminando de ponerme los pantalones del equipaje y cogiendo el casco para salir de este lugar y comenzar a calentar.
— A veces me pregunto como sabes callarme la boca en un segundo — espeta levántandose del asiento.
Profiero una carcajada —. Me llevaré el secreto a la tumba.
¡NUEVO CAPÍTULO!
¿Os podéis creer que he escrito el capítulo 61 antes de este? A veces me preocupa mi estupidez. Bueeeeno, espero que hayáis tenido un buen fin de semana. En cuanto al capítulo, también tengo la esperanza de que os haya gustado. Logan no puede elegir si Alessia no está en su vida...
¡Pregunta Random!: ¿Qué pensáis de eso?(Es decir, de que Logan haga sus decisiones acoplado al estado de ánimo de Alessia)
Besos y XOXO
NHOA
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