Capítulo 59. Alessia
Cierra los ojos y te besaré, mañana te echaré de menos.
- Paul McCartney.
Con el alma bajo mis pies y el cuerpo cansado, esquivo a las personas que se interponen en mi camino hacia la puerta de salida. La gente se arremolina a mi alrededor, algunos lanzando tímidas miradas en mi dirección y otros, menos disimulados, hablan a mis espaldas como si no fuera capaz de agudizar el oído y escucharlos.
Suelto un bufido sin hacer caso de todas las vistas tristes, los murmullos decepcionados y la fingida compasión que creen tener. Han pasado menos de tres semanas y aún sigo sin ver una pizca de esperanza en la muerte de Tommy o un simple clic que me haga abrir los ojos y salir al exterior de esta agonizante oscuridad.
El móvil vibra en mi bolsillo, lo saco distinguiendo el nombre de mi novio en la pantalla tratando de todas las maneras posibles borrar un dolor que nadie más que yo misma puede superar.
Pecoso: Espérame cinco minutos. Al entrenador se le ha ido la cabeza y nos ha hecho correr lo que no está escrito. Quiero que veas algo, no te vayas, por favor. Te amo.
Sonrío un poco, casi ni lo noto pero agradezco el sentimiento, por pequeño que sea, de cariño que tengo hacia él. Había pasado mucho tiempo desde que las ganas de sonreír habían desaparecido pero, aún así, rememorar cada facción del rostro de Tommy vuelve a llevarme al abismo infinito.
Tengo que hacer unas cosas en casa, ¿podemos quedar en otro momento?
Cierro los ojos con la sensación de culpa de nuevo clavándose en mi piel y permitiendo que la sangre caiga en el suelo y me mate con lentitud. La agonizante emoción de no tener nada por lo que luchar, de creer que tu vida está perdida en algún lugar al que no eres capaz de llegar.
Mis pasos son rápidos pero inseguros. Tardo bastante tiempo en reconocer que he dejado a Logan tirado, otra vez y que ningún sentimiento de remordimiento se extiende en mi cabeza. En mi cuerpo no parece existir ni una pizca de algo, está vacío de no ser por los órganos y la sangre que le completa.
Pecoso: Pero hoy íbamos a quedar :( Te echo mucho de menos, dulzura.
Una vez más, guardo el móvil en el bolsillo trasero de mi pantalón y llego a la puerta de mi casa. Saco las llaves girando el cerrojo y entrando al interior donde el silencio es, de nuevo, un punto clave en mi monótona vida desde que él murió.
— Ya estoy en casa — llamo, estoy acostumbrándome a ver a mis padres en casa esperándome con esas sonrisas en sus rostros como si nada hubiera pasado.
Dejo la mochila en el suelo del recibidor sabiendo que no me van a decir nada. En un pasado podrían haberlo hecho, les habría encantado tener algo con lo que sacarme punta. Ahora solo me dedican una mala mirada, me dicen cuatro palabras que ni escucho y me permiten ir a mi habitación donde pasaré toda la tarde y me haré la dormida para no bajar a cenar por que nada me entra en el estómago.
— Hola, cariño — saluda mi madre, me acerco a ella a darle un beso en la mejilla. La comida hierve en una olla con la tapadera puesta negándome ver lo que ha hecho —. ¿Cómo te ha ido? — pregunta mientras me giro para besar a mi padre como he hecho con ella.
Me encojo de hombros —. Como siempre — respondo, reciben la misma respuesta todos los días y las miradas de decepción que se lanzan entre ellos por no conseguir nada más son como puñales en mi pecho pero, ¿qué les voy a decir?
Lo único que se me ocurre y que sea importante es que estoy hecha una mierda. Logan trata también sonsacarme algo más que no sea sobre Tommy, cuida tanto sus palabras que a veces pienso que estoy hablando con un robot por sus entrecortes entre palabra y palabra. Mis padres son más de lo mismo excepto por el hecho de que ellos llaman a Logan cuando yo estoy en mi habitación para saber todo lo que yo no les cuento.
De una forma u de otra, los tres logran lo mismo. Un decepcionante día, otro más, en el que no muestro ni un ápice de alegría, de salir de la oscuridad que me engulle como si fuera su mejor comida.
— ¿No vienes con Logan? — pregunta mi padre.
Sonrío solo un poco para que algo de felicidad les llene el corazón —. Ha tenido entrenamiento hasta tarde, me ha dicho que si quería podía irme — miento.
En caso de decirles que no quería estar con él, que quería tiempo para mí misma, se habrían molestado. Le han cogido bastante cariño desde que todo esto ha sucedido, quizás como una manera de unión entre lo que sucede en casa y fuera de ella o quizás por que, ahora que no está Tommy, quieren que al menos pueda conseguir alguien con quien desahogarme.
— ¿Cuánto le queda a la comida? — pregunto para cambiar de tema.
Mi madre, que estaba apoyada en la encimera escuchando nuestra conversación, ensancha su mejor sonrisa y mira dentro de la olla ardiendo. El humo escapa al exterior llenando de vapor toda la cocina, me entra calor.
— Entre quince y veinte minutos — responde volviendo a poner la tapadera en su lugar —. ¿Te apetece un poco de sopa?
La verdad, no. Pero si le digo eso y que no quiero comer se va a enfadar y me va a obligar a comer más así que, simplemente asiento y me aclaro la garganta para volver a hablar.
— ¿Me podéis avisar cuando esté ya? — interrogo —. Tengo que hacer unas cosas de clases — vuelvo a mentir.
Aunque ellos saben que no es verdad pues es la misma excusa de todos los días, asienten y me dejan ir hasta mi habitación no sin antes haber cogido la mochila que había dejado en la entrada. Subo los escalones con parsimonia recordando que los mismo peldaños por los que estoy pasando son iguales a los que solía utilizar cuando escapaba de Tommy tras haberle echo alguna broma.
Vuelvo a tirar la mochila en algún lugar, mi cuerpo se desequilibra hasta quedar boca abajo en la cama en diagonal. Mis ojos se cierran casi por acto reflejo, me muevo hasta poner la cabeza en la almohada, de lado, dando a la pared. Entrelazo los dedos por debajo de mi cabeza y encojo mis piernas hasta que mis rodillas casi me tocan el pecho.
A pesar de que me dijeron que la herida sanaría poco a poco, la infección es tan fuerte que tengo la sensación de que va cada vez más a peor y que se está extendiendo, devorándome tanto por dentro como por fuera.
Tommy ahora es más que nunca un grano en el culo, una herida que supura sangre con cada bombeo y una enfermedad incurable. Todas esas cosas se juntan para recordarme que, de no ser por mí, la situación sería una muy diferente.
De no ser por que yo cogí el teléfono, cerré los ojos y dejé que mi coche se estampara con otro, habría conseguido llegar con Tommy a su casa, haberle dejado y conducir hasta casa de Logan donde seguramente me habría arreglado la vida con sus palabras y sus besos en la frente.
De vuelta otra vez a la misma historia de siempre, no superaré nunca la culpa de haberlo perdido pero, aún así, no hago nada por solucionarlo, por dejar que se disipe y no duela tanto. Una mano sujeta mi corazón, lo estruja y no lo deja libre y eso es peor que cualquier otro sentimiento.
Es volver de nuevo al mismo instante, recordarte que por más que quieras, no puedes coger una máquina del tiempo y volver atrás para que nada hubiese sucedido. Pero esto no es ninguna película, una serie sobre vampiros renaciendo o algo por el estilo, esto es la vida y la realidad es que se trata una mierda en la que tus única opciones son sobrevivir como puedas o morir en la miseria.
Yo cada vez tiro más para la segunda. Quiero acabar con todo aunque eso suponga darle fin a mi vida como consecuencia.
Unos golpes en la puerta disipan cada rastro de depresión en mi mente pero no en mi cuerpo. Lanzo una mirada hacia la puerta entreabierta por la que asoma una cabellera corta, sus cejas se alzan y esboza una pequeña sonrisa a través de su barba incipiente.
— Logan está fuera, cariño — susurra, entrecierro los ojos en su dirección maldiciendo que haya venido. Ahora sabrán que he mentido y la bronca será peor —. Quería llevarte a un sitio, te había pedido que le esperaras.
Me volteo en la cama dándole la espalda, no voy a lidiar con esto justo ahora.
— No quiero verle, papá — respondo —. Dile que estoy dormida o que me encuentro mal, hablaré con él más tarde.
No recibo ninguna respuesta de su parte durante los siguientes minutos. Finalmente, suelta un largo suspiro y el chirrío de la puerta abriéndose y sus pasos acercándose me ponen alerta. La cama se hunde bajo su peso pero no me muevo esperando que entienda la indirecta y me deje dormir tranquila. Al menos de esa forma no estaría mintiéndole a Logan sobre mi estado.
— Está preocupado por ti, Alessia — comienza, quiero soltar un bufido molesto pero eso solo provocaría que se enojara más conmigo o que el sermón durara más así que me limito a estar con los ojos cerrados y escucharle en la distancia —. ¿Cuánto tiempo más piensas dejar que esto arrase con tu vida?
— El tiempo necesario para que no duela, papá.
— Te va a doler siempre, cariño. Solo tú puedes hacer que sea cada día más llevadero.
— Entonces me temo que me va a llevar bastante tiempo volver estar bien de nuevo — espeto. Empiezo a ser yo la que se molesta con tantos ánimos y motivaciones que creen que van a hacer algo en mí, que me van a salvar o que van a conseguir que no signifique nada.
Las palabras no sirven, nunca han servido. Los gestos, las caricias, el cariño y el amor son los únicos que llegan a salvarte y ninguno de ellos está haciendo mella en mí.
— No puedes seguir así, cariño — vuelve de nuevo —. ¿Qué va a pasar con Logan? ¿Lo vas a dejar ahí, haciéndose esperanzas de que aparezcas por la puerta y le abraces?
— No le he pedido que viniera a verme. Es masoquista hacer lo que hace.
— ¡Ya basta, Alessia! — escupe, abro los ojos de la impresión. Le miro con su ceño fruncido, su rostro tenso y sus manos envueltas en dos puños —. ¿Qué cojones estás haciendo con tu vida? Le estás haciendo daño, ¿es que no eres capaz de comprenderlo de una maldita vez?
— ¡No puedo estar con él, papá! Veo a Tommy muerto en el suelo todos los malditos días con la sangre en mis pies, joder. No quiero que Logan esté con alguien que cada vez que le mira ve a un muerto, papá — gimoteo.
Cada rastro de enojo se evapora de su rostro suplantándolo por una inmensa tristeza, las lágrimas resbalan por mis mejillas, otra vez sorprendiéndome de todos los litros de agua que hay en mi organismo. Los brazos de mi padre me envuelven y me acercan a su pecho, me permite llorar sobre su hombro después de tanto tiempo guardando mis sentimientos para mí, para que no sufrieran más de lo que ya lo hacen.
— Él no tiene la culpa, te quiere ayudar, cariño — declara, me enjugo los ojos tratando de disipar las lágrimas de mi húmedas mejillas. Es inútil cuando siguen bajando como si fuera un río que se ha llenado tras una enorme sequía.
— No es por él, papá. Sé que me quiere ayudar — aseguro —. Soy yo, no quiero que un chico como él se quede estancado con una chica que ha matado a su amigo — sollozo —. Le he matado, papá. Logan no puede estar con una asesina.
Sus manos tratan de coger mi rostro, acunan mi barbilla entre ellas. Su ceño fruncido caracteriza sus emociones; preocupado, triste, adolorido. Son una de las pocas sensaciones que se cruzan por sus ojos y que no logran hacerme sentir nada más que decepción hacia mí misma.
— Ni se te ocurra pensar eso, Alessia. Tuvisteis un accidente, los dos. Le voy a agradecer a Tommy hasta que me muera por haberte salvado pero ni por un momento creas que el que Tommy hubiera muerto es tu culpa. Tommy quiso que fuese así y él sabía donde se estaba metiendo cuando hizo eso — responde —. Deberías estar saliendo de todo esto para agradecerle, no para hundirle más. Te estás matando tú sola, cariño, y ni siquiera te ha hecho falta un accidente — susurra.
— No puedo con esto, papá. Es demasiado para mí — susurro, tengo ganas de gritar y decirle al mundo que es una hija de puta por tratarnos así.
— Lo sé, cariño — deja un beso sobre mi frente y me vuelve a llevar a su pecho —, pero no puedes dejar que te gane. Logan te ama, nosotros lo hacemos y nos estamos muriendo de ver como te hundes en ti misma.
— Parece no acabar nunca — aseguro.
— Acabará — confiesa —. Te lo prometo, solo tienes que darte cuenta de que, si Tommy no está aquí, es por que quería que tú vivieras tu vida. No le defraudes ahora.
Cuesta decirle que no lo haré, que saldré de la misera pero sería mentir. Ya le he defraudado convirtiéndome en una masa de huesos y piel que no sabe donde va, donde quiere ir o qué quiere hacer. Tommy no lo habría querido pero, aún así, no se me ocurre ninguna forma para salir, para disfrutar una vez más de la sensación de estar viva.
Todo se simplifica a un intenso dolor imposible de borrar.
Alessia está depresiva. Alguien alguna vez me dijo que cuando estás depresiva sientes que lo que haces no sirve para nada, que todo aquello por lo que luchas arece no tener un futuro asegura, que caminas sin rumbo a un lugar que puede terminar siendo un callejón sin salida. Al parecer, Alessia está sintiendo todo eso, además de culpa y, sinceramente, me mata por dentro.
Pero, quitando esto, siento no haber actualizado ayer, con deciros que estuve hasta las doce de la noche estudiando sin parar, ¿me perdonáis? Espero que el capítulo, por triste que sea, pueda perdonarme.
¡Pregunta Random!: ¿Cómo actuaríais en caso de estar en el lugar de Logan? (Hay que tener en cuenta que han pasado más de tres semanas).
¡Besos y XOXO!
NHOA
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