Capítulo 51. Logan
"Enseñarás a volar, pero no volarán tu vuelo. Enseñarás a soñar, pero no soñarán tu sueño. Enseñarás a vivir, pero no vivirán tu vida. Sin embargo..., en cada vuelo, en cada vida, en cada sueño, perdurará siempre la huella del camino enseñado"
- Poema de la Madre Teresa de Calcuta
Las fiestas me desagradan, para qué voy a mentir. Podría estar divirtiéndome con mi novia y haciendo cualquier cosa más interesante que esto pero, al contrario con respecto a lo que pienso, lo único que mis manos tocan son vasos de plásticos y botellas a punto de vaciarse. Miro el reloj en mi muñeca de nuevo, las seis menos cinco. Solo me quedan cinco minutos para escapar de esta cueva de trogloditas con ganas de beber hasta desmayarse.
Una vez más, no tengo ni idea de la persona que ha decidido hacer la fiesta en una casa que se asemeja más a un palacio. Cierro la botella de alcohol devolviéndola a su lugar, una fila de personas dormidas con sus cabezas pegada a la improvisada barra me dan la bienvenida más cariñosa que he recibido nunca.
Que se note la ironía.
Echo un vistazo por encima de mi hombro a la espera de que la persona dueña de esta casa se haga presente delante de la pequeña cantidad de personas, ebrias todas, que bailan como si les fuera la vida en ello. No recibo un mínimo saludo de parte de ninguna persona, ni un fajo de billetes por estar entregando bebidas por doquier a personas que no creo que tengan siquiera la edad permitida para beber legalmente.
Niego con la cabeza, más le vale a la persona que me ha traído hasta aquí que me dé el dinero que me debe. Si no, ya puede ir despidiéndose del carisma que representa a Logan Wilkinson. No sucumbiré a la excusa de estar ebrio para que me pague lo que me habían escrito por mensajes.
Me levanto el cuello de mi camisa hasta la nariz, hago una mueca de desagrado cuando el asqueroso pudor del alcohol se filtra en mis fosas nasales como si se tratase del aire que respiro. O al menos el que trato de respirar pese al sudor y las bebidas que llenan este sitio de mierda.
La última botella es depositada en la despensa que hay detrás de mí, esa era la última que tenía que recoger antes de que lo único que se escuchara fuera la música a todo volumen y las personas tiradas en el suelo sin ganas de seguir queriendo mover sus cuerpo para terminar en el mármol duro bajo sus pies.
Con un último suspiro, decido que es hora de largarse. A no ser que la persona encargada de esta maldita fiesta salga de alguna habitación y me diga que aún no es hora de que me marche. Gracias al cielo, nadie sale de ningún lado y el aire se cala en mi huesos como un viento de tranquilidad cuando pongo un pie fuera de la casa. Las nubes que envolvían mi cabeza de asqueroso pensamiento permite que el sol se pose sobre todas ellas y me haga el favor de hacer que las ideas recobren el sentido que poseían antes de entrar aquí.
Observo con pesar como el sol comienza a salir de su escondite recordándome que, en menos de unas cuantas horas, deberé prepararme para un turno en la cafetería y que, con suerte, tendré cinco horas para dormir. Eso sin contar con que me tengo que duchar y desprenderme de este asqueroso olor que se queda impregnado en la piel como un recordatorio del lugar en el que te encontrabas.
Casi desearía no haber venido, casi. Después recuerdo todo lo que tenemos de dinero y las ganas de conseguir más trabajos se incrementan. Jamás seré capaz de negar lo que un trabajo, por duro que sea, puede brindarme. Aunque eso suponga terminar a las tantas de la noche, dormir con suerte tres horas, y volver a otro trabajo.
Saco el móvil paseando mis dedos por los contactos que hay en él, una preciosa pelirroja aparece la primera de todas siendo clara la necesidad que tengo por hablar con ella a cada momento del día. Recuerdo su petición exacta y autoritaria de que al terminar la fiesta debía decirle que estaba sano y salvo, como si alguna persona ebria de las de allí dentro fuera capaz de darme un botellazo en la cabeza sin lograr defenderme.
Yo: Ya voy para casa, dulzura. Estoy perfectamente.
Sonrío sintiendo el corazón latir a mil por hora, la manera en la que noto como ambos significamos demasiado para el otro. De como parece que tenga una piedra en la garganta, una piedra que sabe a azúcar, y que no me deja pensar con claridad pues el amor baña cada una de las palabras que escribo.
Mi cabeza vuelve a posarse sobre la carretera llena de coches aparcados delante de esa enorme mansión dejando claro a qué han venido. Piso delicadamente tratando de no encontrarme con ningún charco de vómito que pueda pisar y que me dé arcadas. La mayor parte del hermoso jardín que rodea la casa está lleno de mierda, y de personas llenas de una mierda diferente en su organismo.
— Tú — habla una persona. Giro mi cabeza como un resorte, reconociendo la voz furiosa y ahora gangosa del pelinegro que me contempla con una ira incomparable a cualquier otra. Sus ojos se encuentran inyectados en sangre pero no consigo afirmar si es a causa de que está más borracho que una cuba o que de verdad tiene unos instintos asesinos por matarme.
— ¿Qué haces aquí, Rodgers? — interrogo acercándome a paso cauteloso hasta él. Las personas ebrias suelen ser bastante impredecibles, además de patosos —. Son las seis de la mañana, deberías estar en casa.
— Tú me has quitado mi casa, idiota — espeta —. Alessia era mi hogar y me la has arrebatado — masculla, aplana sus labios como si creyera que no sé lo que se siente cuando eso sucede. Tuve que soportarlo casi un mes mientras mi Alessia salía con la persona que no amaba.
— ¿Quieres que te lleve a casa? — evado su explicación, me sentiría como una mierda si dejo al pelinegro en medio de la calle permitiendo que cualquier persona le encuentre y a saber qué le pueden hacer. No es que estemos en un barrio que se pueda catalogar como seguro.
— No quiero nada de ti, imbécil. Quiero que me devuelvas a mi novia — comenta, la ira tiñe su tono de voz. Aún está en esa fase de rabia y enfado que se siente antes de pasar a la siguiente, en la que una auténtica tristeza se abre paso a través de él. Sin embargo, reconozco el momento exacto en el que su cerebro deja de funcionar correctamente y sus piernas se debilitan antes de precipitarse al suelo.
Me muevo rápido llegando hasta él, tratando de que toque el suelo y pueda dañarse esa furiosa cabeza que tiene pegada al cuello. Mis manos consiguen coger su brazo y envolvérmelo por el cuello, su cuerpo se vuelca sobre mí incapaz de sostener su propio peso. Aprieto la mandíbula descubriendo por tercera o cuarta vez, ya no tengo ni idea, de que él es demasiado pesado como para aguantarlo yo solo.
Aún así, intento dar zancadas para llegar hasta mi coche. He logrado pasar todo un casino agarrando a mi padre, conseguiré llevar al mismo lugar a un persona con su mismo estado que resulta ser el amigo y ex novio de mi novia.
Estúpido Rodgers.
Para cuando mis manos tocan las llaves, las introduzco en el cerrojo y levanto a Rodgers del suelo para colocarlo en el copiloto, mi cuerpo se siente exhausto. Respiro haciendo uso de toda mi educación y las pautas que me han enseñado para ser una buena persona y para no asestarle un golpe que le deje con una hemorragia cerebral.
Puede que de esa forma se dé cuenta de lo que está haciendo con su vida y con la de los demás.
Dejo de ignorar el móvil que me ha sonado hace unos segundos, seguramente sea Alessia y necesito de sus palabras para seguir adelante. Necesito sentir que está conmigo y que no voy a permitir que la ira me embriague contra su aún mejor amigo.
Dulzura: Dame un toque cuando llegues a casa, así puedo hablar contigo antes de acostarme y soñar con cosas bonitas ;)
Sonrío.
Yo: Te amo.
Guardo el móvil en el bolsillo, de nuevo, la sensación de la que tanta gente habla, la de estar enamorado, se propaga como un maldito cáncer por todo mi cuerpo, invadiendo cada órgano vital que necesito para no morir.
El amor.
El mejor cáncer de todos los tiempos.
Arranco el destartalado coche emprendiendo el camino hasta la casa del pelinegro, ya le diré a Alessia cuando llegue a casa y la llame lo que ha sucedido. Mientras tanto, no quiero que se preocupe y comience a romperme el corazón por verla mal.
Sé que ella trata a Rodgers como si fuera el hermano perdido que nunca consiguió tener. Han sido amigos desde que ella tiene uso de razón y yo moriría en caso de ver así a una persona que amo. Lo hago cada vez que mi padre se emborracha y gasta todos nuestros ahorros. Pero, joder, odio la manera que eso me hace sentir, la impotencia que inunda mi cabeza cada vez que la escucho llorar por su culpa.
Porque Rodgers no puede poner un poco de su parte y no volcar sus penas en una bebida que solo le amargará la vida y le llevará a una espiral de dolor y decepción de la que no podrá salir nunca a no ser que lo pille a tiempo.
A no ser que se percate de que está jodiendo su vida como un quinceañero inmaduro.
— Estar enamorado de Alessia es una mierda, ¿sabes?
Miro por el rabillo de mi ojo como parece despertarse un poco, su voz ya no está cubierta de una capa dura de furia e ira. Ahora está tratando de sobrepasar la fase de la tristeza y la amargura y parece irónico que todo gire entorno a mi novia. La persona que amo.
Debo reconocer que eso provoca una oleada de enojo hacia él.
— Discrepo con eso — murmuro sosteniendo el volante con fuerza. Mis nudillos se pintan de un enfermizo tono blanco y aspiro una gran bocanada de aire obligándome a relajarme para no volcar ese sentimiento sobre él.
Suelta una risa irónica que no entiendo.
— Claro que discrepas — espeta, de nuevo con ese sentimiento de amargura inundando su voz —. Los dos estáis tan enamorados que dais asco. Me das asco — se corrige—. Yo debería ser la persona que bese a Alessia, no tú.
Vuelvo a tomar una bocanada del aire que poco a poco, va dejando de ser tan puro y se llena de una peste e a alcohol que me provoca ganas de abrir la puerta del coche y mandarlo a la mierda y, al volver a la calidez de mi vehículo, llenar el ambiente de colonia para hacer como si nunca hubiera aparecido.
Pero soy buena persona, me repito, no me pondré al nivel de un chico ebrio.
— Duérmete otra vez, Rodgers. Estás hablando cosas sin sentido.
— No tendrán sentido para ti, Wilkinson — suelta molesto, de la misma forma enfermiza que me está poniendo a mí —. No sabes lo que se siente no tener a la persona que amas a tu lado, sosteniendo tu mano, sonriéndote como si fueras todo su universo y besándote aun sabiendo que ella no tiene los mismos sentimientos por ti. Has conseguido a la chica, Logan, has conseguido a la única chica a la que he amado alguna vez.
Respira.
Espira.
Esto no sirve de una mierda.
— Alessia te echa de menos, Rodgers. Ella estaría contigo de no ser porque la has apartado de su lado y has comenzado a beber como un poseso y a creer que eso te ayudaría a olvidarla.
— Ella nunca estará a mi lado de la forma que yo deseo, idiota — lloriquea —. Alessia te escogería a ti por delante de todos los demás.
Suspiro.
— Alessia solo quiere verte feliz, Thomas — declaro, desvío cada tema que se vuelve demasiado difícil de sostener. Apago el motor cuando su casa está frente a nosotros. Sus ojos, por más que tratan de mantenerse abiertos, comienzan a cerrarse. La marca de unas lágrimas ya secas derramadas por su moreno rostro confiesan la debilidad que siente, el estado tan vulnerable en el que se encuentra.
— ¿Y si yo solo soy feliz con ella, Wilkinson? ¿Y si yo dejaría de ser un maldito ebrio a cada hora del día solo por ella?
Miro sus ojos, sus párpados parecen pesarle toneladas. Me pongo recto sobre mi asiento, con la espalda pegada al respaldo y mi atención fija en el paisaje que se extiende a través del parabrisas. Aprieto mi mandíbula.
— Entonces estamos jodidos — susurro, sé que el sueño le ha invadido para cuando vuelvo a hablar. Su respiración se torna más pesada pero la congoja en su respiración sigue escuchándose —. No pienso dejar que se resbale de mis dedos. Ella es la única que me mantiene cuerda.
FANGIRLEO TOTAAAAAAAAAAL
Espero que os haya gustado el nuevo capítulo, quedan menos de veinte para terminar y me da pena hacerlo. Voy a lloraaaaaaaaaar :'(
Por otra parte, vamos subiendo en el ranking y no puedo estar más emocionada. Muchas gracias, sois los mejores.
Besos y XOXO
NHOA
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