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Capítulo 36. Alessia

superfluo; [sust.] No necesario, que está de más.

Sostengo su cuerpo pegado al mío, paseo los dedos por las hebras de su oscuro cabello con su pecho completamente junto a mí. Sonrío, inconsciente, notando su boca moldeando mis labios a su antojo. Abro los ojos deleitándome de la hermosa vista de sus pecas perdiendo color y dando paso a tono rojizo que se extiende levemente hasta su cuello.

— Vamos a llegar tarde a clases — susurra, captura mi labio inferior entre sus dientes mientras sus manos viajan con libertad por la piel expuesta debajo de mi camiseta. Suelto un suspiro apoyando mi frente sobre la suya.

— ¿Nos vemos en unas horas? — pregunto capturando todo el aire que consigo en mis pulmones. Sigo acariciando su cabeza con el deseo creciente de hacer algo con mis manos.

Contemplo sus preciosos ojos verdes con ese brillo enternecedor en a parte más alta de esas canicas, la diversión ilumina su mirada provocando en mi rostro una sonrisa. Niega con la cabeza repitiendo mi acción y dejando que en su garganta nazca un ronco ronroneo.

— Quiero tenerte unos minutos más para mí.

Vuelvo a sentir sus labios sin permitir que una carcajada escape de mi garganta, suelto un jadeo que se queda sofocado por su lengua que se junta con la mía como si nunca la hubiera conocido. Envuelvo de nuevo mis manos alrededor de su cuello, lo acerco a mí hasta que solo queda ropa para no tocarnos.

No consigo recordar absolutamente nada cuando estoy a su lado, los nervios se evaporan, los miedos encuentran su camino al infierno y la libertad vence a la castidad. Habrían mil razones en el mundo por las que estar con este chico serían imposible, pero solo hay una en especial que me importa y que rompe todo lo demás.

Siento algo fuerte por él y eso logra que todo lo malo que lleva detrás se convierta en la nada misma.

Mis padres no suponen un problema para mí al tener entre mis brazos al chico de pecas infantiles, los pensamientos horribles que invaden mi mente cada día no son ni la más mínima mierda cuando siento sus labios sobre los míos.

Busco en algún lugar de mi mente el día en el que todo comenzó a cambiar, el día, la hora, el minuto o el segundo en el que dejé de ver a Logan como un simple chico que se tiraba a cada persona que tenía vagina para admirarle como el hombre que dejaría de lado todo lo que está haciendo para ayudar a una persona.

A lo mejor fue aquella vez que me ayudó a llevar a mi novio a casa cuando estaba completamente borracho y no tenía ni idea de qué hacer con él. Posiblemente fuera en el momento en el que aparecí en el Doll's y él me consoló con gestos y sin palabras.

Cada cosa que ha hecho me ha ido acercando un poco a lo que es en este mismo instante, ese precioso chico que ahora se despega de mí y llena mi rostro de pequeños besos que derriten mi alma y me hacen perder el aliento por él.

— ¿Cómo puedes ser tan dulce? — pregunta, clavo mi mirada en la suya con la sonrisa escapando de mis labios sin yo quererlo. Mis manos vuelan hasta su barbilla, dejo un casto beso sobre su boca que él me devuelve con más intensidad.

Me ganaré un retraso de parte del profesor como siga así — pienso.

Permanecemos enfrascados en el otro tal y como si la vida dependiera de ello. Solo siento sus labios sobre los míos calando mis venas de placer y sus manos creando un camino que arde por cada centímetro que recorre con las yemas de sus dedos.

— ¿Alessia?

Los ojos se me abren como dos enormes platos, despego mi boca de la de Logan de inmediato reconociendo la voz que ha hablado. Mi mirada choca al instante con la de un pelinegro que carraspea incómodo.

Trato de ponerme la blusa bien al momento en el que escucho una risa poco disimulada detrás de mí. Echo un vistazo matando a Logan con la mirada, se pasa una mano por la boca intentando quitar la rojez de sus labios que dudo demasiado que se le vaya.

No quiero ni imaginarme cómo debo estar yo.

— Yo... — titubea, vuelvo la vista hacia él —. Lo siento, no sabía que estabas ocupada.

— Tranquilo, Rodgers — contesta Logan, le enveneno con una mirada pero no consigo absolutamente —. Estoy seguro de que no lo has hecho a posta — ironiza con una sonrisa cínica abriéndose paso en su boca.

Entrecierro mis ojos deseando que deje de hablar, se encoge de hombros cuando sus ojos chocan con los míos y nota mi enfado. Suelto un bufido girando la cabeza hacia un incómodo inocente.

— No pasa nada, Tommy — le interrumpo antes de que abra la boca —. De todas formas, Logan y yo ya nos íbamos a clases — aseguro.

— ¿Cuándo he dicho yo eso?

Volteo el rostro reconociendo la diversión que tiñe el rostro de Logan. Pagará por esto como siga diciendo esas tonterías que salen de su boca. Alza las manos jocoso y se agacha para recoger mi mochila del suelo.

— Te veo dentro, am... Alessia — se detiene, miro por el rabillo del ojo como se va alejando.

— ¡Espera! — retengo —. Voy contigo — aseguro, mira detrás de mí unos segundos antes de volver a enfocar sus ojos en mí. Asiente con la cabeza sosteniendo las asas de su mochila entre sus dedos.

Me giro sobre mis talones sonriendo a Logan, le quito mi mochila de sus manos intercambiando lso roles en cuanto a sentimientos se trata. Una fina línea cubre las comisuras de sus labios y un ceño demasiado fruncido me hace duda acerca de la separación que existe entre ambas cejas.

— ¿Te he dicho que no me gusta que te vayas con él? — cuestiona, suelto una risa acercándome a él. Su aliento de perro gruñón se entremezcla con el mío. Dejo un pequeño beso sobre sus labios deseando que deje atrás esa sobre protección que tiene en cuanto a Tommy se refiere.

— ¿Te he dicho que estás increíblemente guapo cuando te enfadas?

Dirige su mirada hacia mí olvidándose de Tommy, me doy palmadas en la espalda reconociendo que he cumplido mi objetivo. Ahora es él quien se acerca a mí para dejar un beso en mi nariz, sonrío enternecida.

— ¿Nos vemos para el almuerzo? — cuestiona delineando con sus dedos el contorno de mi rostro.

— No lo dudes — aseguro con sus labios de nuevo en los míos.

— Hasta luego, dulzura.

Un carraspeo nos interrumpe, cierro los ojos acordándome de la presencia de Tommy.

Gilipollas.

— Nos vemos luego — murmuro antes de voltearme sobre mis talones y chocar mi mirada con un incómodo Tommy. El alma se me va a los pies cuando recuerdo que no debería haberlo hecho.

Si es que no puedo estar ni un solo día sin hacer las cosas bien.

Mantenemos un silencio de camino a nuestra aula, escucho la puerta de unas clases siendo cerrada y presupongo que Logan ya habrá entrado a la suya. Que yo recuerde, la asignatura que le tocaba ahora estaba cerca de donde nos encontrábamos.

— ¿Cómo vas con Wilkinson? — pregunta forzando a las palabras a salir. Me encojo de hombros notando la rigidez de su espalda al hablar, tampoco soy tan estúpida como para notarlo. Aunque haya sido una idiota hace unos segundo por no acordarme de que él estaba detrás de nosotros.

— No me puedo quejar — respondo, aplano mis labios fijando mi vista en el suelo y obligando a mis pies a coger la carrerilla que lleva Tommy. Levanto la cabeza con el fin de observar su rostro, la culpa me golpea cuando distingo esa vena en su cuello resaltando lo que no está escrito.

Agacho la cabeza.

— Tuve problemas con mis padres hace unos días — susurro, eso sí capta su atención y dirige su mirada a mi perfil. Suelto un suspiro sin saber realmente si esto le gustará —. Se enteraron de que no... — intento buscar la voz que se ha perdido en un oscuro túnel al recordarlo todo —. No les gusta que hayamos terminado — confieso del tirón.

Me quedo quieta delante de la puerta, paso una mano por mi pelo retirándolo de mi rostro. Mis pies adoptan una posición con la que es imposible no mirarle a los ojos, observo la línea de su mandíbula marcándose a más no poder.

Un suspiro escapa de su boca antes de volcar toda su atención en mí.

— Mentiría si dijera que no me gusta que tus padres quieran que estemos juntos, amor — asegura, esquivo su mirada sintiéndome repentinamente cohibida ante la situación —. A veces incluso me sorprendo de no ponerme a patalear como un niño pequeño cada vez que os veo juntos — murmura.

— Sabes que no es esa mi intención, Tommy — declaro con la mayor sinceridad con la que puedo tintar mis palabras.

— Sé que no, Alessia. Puedo hacer que tus padres vean que es mejor un chico como Logan que yo pero eso no quita el hecho de que mientras lo diga esté pensando en la manera de volver a estar contigo — masculla, el aire se queda atascado en mi garganta, tengo que recordar de cómo respirar para volver a inhalar y exhalar con normalidad.

— ¿Eso que quiere decir? — cuestiono, la conversación a pasado de ser un consejo para que mis padres dejen de darme la vara con lo de mi separación con Tommy a ser una verdadera ruptura en todos los sentidos que la palabra obtiene.

Niega con la cabeza soltando un suspiro que termina transformándose en una amarga risa. Mueve sus manos hasta guardarlo en los bolsillos delanteros creyendo que con eso consigue hacerme creer que no le asa nada y que está completamente a gusto con este momento.

— No puedes esperar que no desee golpear a Wilkinson cada vez que le veo besándote, amor — menciona, con ese tono que pretende no mostrar sus sentimientos pero que con una sola mirada en mi dirección me los muestra —. Estoy tratando de todas las formas posibles no incrementar los sentimientos que tengo por ti. Eres la persona a la que he amado desde siempre, Alessia. Solo intento que comprendas que duele saber que llegaré al instituto y no estarás tú para alegrar mis días.

Todo lo que he hecho para que el aire entre y salga de mi cuerpo, se evapora. Miro sus ojos ahora casi negros y las ganas de llorar como un bebé crecen en mi interior. Me abrazo a mí misma buscando el consuelo que solo puedo encontrar en mí misma.

Suspiro.

— ¿Qué quieres hacer? — pregunto, no puedo esperar que se quede a mi lado a pesar de todo esto. Sabía cuales eran las consecuencia una vez que saliera a la luz y yo he estado dispuesta en todo momento. Pero, ver cómo la persona a la que considero un hermano se aleja de mí duele más que todas las suposiciones que mi cabeza haya creada.

— Ni siquiera yo lo sé — susurra — Puede que un tiempo alejado de todo me venga bien — propone. En ningún momento su mirada se ha cruzado con la mío. Permanezco con la vista al frente observando sus párpados cerrados.

Asiento con la cabeza aunque no pueda verme.

— Avísame cuando quieras hablar — murmuro con el corazón en un puño —. Estaré para ti siempre que quieras.

Entro al aula sin girarme ni un instante, no espero a que él me responda porque sé que un minuto más me romperá en dos y no puedo perderme ninguna clase. Bastante estoy haciendo con llegar tarde y que mis padres se enteren de ello.

Las lágrimas se acumulan en los bordes de mis ojos luchando por salir al exterior y saborear mi piel. Trago saliva, me cuesta la vida dirigirme a mi pupitre. Niego con la cabeza pensándomelo mejor y sentándome en una mesa más alejada de Tommy.

Si esto es lo que necesita, no seré una idiota como para negárselo.

Pero eso no impide que el corazón me duela como el infierno.

¡NUEVO CAPÍTULO A TODXS!

He llegado a la conclusión de que, en cada capítulo, le pasa algo a Alessia. ¿Debería dejar de hacerlo?

De todas formas, vosotrxs pedisteis llorar hasta las trancas con esta historia así que hay que atenerse a las consecuencias.

Sigo de exámenes hasta arriba, ahora que estamos a punto de acabar el trimestre (queda menos de un mes para coger vacaciones), estoy llenita de estudios. Como siga así terminaré desmayándome. A lo que quiero llegar es que, en cuanto coja las vacaciones, voy a pegarme un zafarrancho de trabajo para poder escribir esta historia y terminar de editar NSLTC.

¡Pregunta Random!: ¿Cuántos capítulos creéis que le queda a la novela par terminar?

¡Segunda pregunta Random!: ¿Creen que va siendo hora de hacer la ronda de preguntas para los personajes?

Si contestan a ambas dentro de nada, estarán...

¡Besos y XOXO!

N H O A

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