Capítulo 2. Alessia.
"No es importante saber cuanto tiempo queda, sino saber qué haces con el tiempo que se te concede..."
-El Señor de los Anillos
Hago maniobras con el volante del precioso coche de Tommy, miro por el espejo retrovisor como el auto destrozado de Logan se mueve detrás de mí haciendo que el que conduzco parezca sacado de revista y no de un desguace. Sacudo mi cabeza con el amago de una sonrisa que termina convirtiéndose en una mueca, ni siquiera pensaba que uno de los chicos más conocidos del instituto se atrevería a ayudarme.
He de admitir que es más guapo de cerca, verlo y decir que es feo sería de una completa estúpida. Bajo la oscuridad de la noche esas pecas resaltan de tal forma que parecen moverse mientras intentaba no sonreír. Sus ojos se habían tornado oscuros mientras me miraba completamente irritada por el asqueroso vómito que Tommy había volcado sobre mí, deseaba reír y, aún así, no ha soltado ni una carcajada.
Miro sobre mi hombro durante unos segundos, una mueca invade mis labios tras percatarme de cómo se encuentra el moreno que llevo en el copiloto. Sus padres le matarán mañana como no se haya duchado pero no puedo hacer nada más que llevarle a su casa. No puedo cargar con él hasta la ducha y cambiarle de ropa por más que quisiera y, menos, voy a decirle a Logan que me ayude a desnudarle.
Niego con mi cabeza empezando a aparcar el coche frente a su casa. Apago el motor del coche sabiendo que Logan está a unos metros detrás de mí estacionando su coche también. Acerco mi mano al rostro de Tommy, retiro los mechones de cabello oscuro de su frente, sus facciones marcadas mientras se me hacía imposible que, de nuevo, me cargara de tener que llevarle hasta su casa.
Miro la hora de mi reloj esperando que pueda llegar a tiempo a casa. Suspiro cuando confirmo que, como mínimo, llegaré a la hora que ellos se despiertan para ir a trabajar. Seré un caso perdido si no llego a tiempo para hacerles creer que llevo horas durmiendo en mi habitación y que me he levantado temprano para poder estudiar. Es mejor eso a llevarme una bronca del demonio por tener que llevar a mi novio hasta su casa más borracho que nunca.
Unos golpes en la ventana donde está Tommy me despierta, una ensoñación que me alegro de haber hecho terminar pues pensaba que moriría si seguía martirizándome de esa forma. Miro como Logan hace gesto señalando al exterior, un «¿vienes?» articulado por sus labios mientras asiento y hago lo que me ha dicho.
El fresco aire del exterior no hace nada en mi cuerpo mientras contemplo como el sol comienza a salir de su escondite a una distancia moderada. Resoplo diciéndole adiós a mis, ahora imposibles, horas de sueño, si encima suelo tardar media hora en coger el sueño, en estos momentos ni siquiera me planteo dormir.
— ¿Lo sacamos? — Pregunta, giro mi rostro para mirarle, mantiene sus labios entreabiertos como si se preparara para soltar algo. Miro la casa de Tommy asegurando que sus padres no están dentro, ninguna luz está encendida y, si ellos estuvieran ahí, habrían tenido las luces encendidas a la espera de que su hijo apareciera. Al menos la familia de Tommy se preocupa más por su hijo que la mía, quienes ni siquiera habían llamado para asegurar que me encontraba sana y salva.
— Voy a abrir antes la puerta — aviso, me encamino hasta las escaleras del porche. Es una suerte que Tommy sea un despistado y deje su llave escondida en una de las macetas de los laterales de la puerta, incluso él sabe hasta donde llega su torpe cabeza. Para este tipo de emergencias es increíble coger la lleve y abrir como si de tu casa se tratara. He venido aquí durante años como para poder saber que se siente de esa forma, esta es mi segunda casa.
Me giro de nuevo, voy a paso rápido hacia Logan cuando me percato de que él solo está arrastrando el cuerpo de Tommy. Dios, ni siquiera sé como es que él aún no se ha despertado tras tantos choques y golpes que se está dando. Casi me arrepiento de tratarle así, casi. Pues es él la persona que se ha encargado de beber, beber, y no parar de pedir copas.
En realidad se merece lo que le está pasando. Aunque me rompa el corazón verle de esa manera. Es mi amigo y no puedo dejar que siga así, pero no me escucha cuando le digo que debe dejar de beber. Terminará sufriendo una recaída y no podré hacer nada para salvarle del infierno en el que se adentra él solo.
Paso uno de sus brazos alrededor de mi hombro como lo había hecho cuando lo levanté del suelo. No se qué habría hecho en caso de que Logan no hubiera estado ahí, es la primera persona que me ha ayudado con Tommy sin querer nada a cambio. He estado durante semanas cargando con él, pero nunca había bebido tanto como para no poder sostenerse por sí mismo. Lo que ha hecho Logan por ayudarme ha sido por voluntad propia y es algo que agradezco demasiado.
Entramos en el interior de esa tan conocida casa para mí, todo perfectamente ordenado, impoluto, sin nada que eche a perder la mentalidad de lujo que posee la preciosa fachada del exterior. Todo es igual de lujoso, tanto fuera como dentro, no podría cumplir más tus expectativas. Me muevo trastrabillando a punto de caer de culo al no sentir que Logan se mueve.
Echo una mirada en su dirección admirando lo embobado que se encuentra con la casa a oscuras, por suerte entra algún que otro rayo de luz por las persiana alzadas. Ladeo una sonrisa sin creer como es que está tan sorprendido cuando él debería tener una casa igual o más grande que esta. En el instituto no se habla de otra cosa que de las increíbles vidas de los tres mosqueteros y Logan es también caracterizado por la enorme casa que tiene.
— Vamos — mascullo, intento sonar amable pero se me hace imposible cuando casi ni puedo sostener mi propio peso. Que Logan no me ayude no facilita las cosas para mi fuerza inexistente.
Sacude su cabeza dándose cuenta de lo que sucede, comenzamos a subir como unos malditos robots los escalones de su casa. Una pierna, luego la otra, al mismo compás y sin parar mientras las zapatillas de Tommy se enganchan en algún que otro escalón y tenemos que ejercer más fuerza que de costumbre.
Nos adentramos en su cueva personal, reconocer cada parte de esta casa me ayuda cuando ninguna de las luces del lugar está encendida. No puedo creerme de qué forma hemos logrado llegar aquí solo con la maldita luz del sol a la madrugada. Su habitación está igual que como su estómago se encuentra en este momento, completamente revuelta.
No hay nada en su lugar. Los calcetines enrollados como pelotas de fútbol europeo, los lápices desperdigados por el suelo, los deberes destrozados tal y como los dejaría un perro cuando termina de morderlos. Hago una mueca avergonzándome a más no poder sabiendo que Logan está viendo todo esto, aún así, agradezco que no suelte nada por sus labios finos y carnosos.
Le tendemos con un fuerte chirrío de la cama bajo su peso, hago el amago de una sonrisa cuando sus pestañas revolotean queriendo despertarse. El alcohol de su organismo hace que vuelva a cerrarlos como si de dos rocas pesadas se tratase. Miro a mi costado donde Logan contempla a Tommy analizando su rostro de la misma forma que lo hizo conmigo al salir de la fiesta.
No me atrevo, ni debería, ser la persona que le pregunte qué hacía tan tarde en una fiesta sin beber ni una gota de alcohol. La pregunta se responde cuando recuerdo que él es el camarero de todas las fiestas que hay en el condado. Aún me cuestiono como puede aguantar tanto tiempo despierto, las bolsas negras bajo sus ojos me dicen que no va a poder soportar mucho más.
— ¿Y sus padres? — Pregunta, formo una mueca ante la pregunta que yo tantas veces me hago en la cabeza. Ni siquiera entre Tommy y yo sacamos ese tema a la luz, me parece tan superficial y triste que no tengo valor para hablar de ello. Pero Logan no lo sabe, y no tiene sentido que se lo esconda cuando más de la mitad de la secundaria ya lo sabe, incluso me extraña que no lo conozca siendo él una de las persona más influyentes en el instituto.
— No están en casa la mayoría del tiempo — respondo sin querer dar muchos detalles. Tampoco es como si le fuera a contar la vida de mi amigo pero Logan parece comprender cuando asiente y se mete las manos en los bolsillos.
Miro por última vez a Tommy quien sigue durmiendo plácidamente sin percatarse de nada de lo que sucede a su alrededor. De como mañana, seguramente, tendrá pequeños moratones en sus pies y un dolor de cuello monumental. O de como otro chico ha tenido que ayudar a su amiga a llevarle hasta su casa porque él estaba lo suficientemente ebrio como para poder abrir sus ojos. Las desventajas de no saber ni en que mundo vives después de una noche de cervezas y alcohol sin control.
— Será mejor que bajemos — susurro, no creo que le vaya a despertar pero ni siquiera yo encuentro mi voz para mantenerla en un tono normal. Verle de esa forma crea un nudo en mi garganta que me impide continuar, esto se está tornando demasiado usual y no quiero que suceda, no quiero que Tommy caiga en una adicción.
Logan asiente comenzando a salir de la habitación, permanezco un tiempo contemplando como se da la vuelta. Por más que desee que duerma a gusto sé que, cuando se despierte, estará completamente asqueado de verse con el vómito llenando su cuerpo. Eso, si abre sus ojos antes de que el instituto termine, algo que veo demasiado difícil.
Sacudo mi cabeza dejando a Tommy detrás, salgo de la habitación cerrando la puerta detrás de mí. Sé lo que puede llegar a doler la luz después de una resaca pero, aún así, dejo sus persianas alzadas creyendo, y esperando, que con eso consiga despertarse a tiempo. Salgo al exterior con un pensamiento completamente diferente en mi cabeza. Logan está apoyado en el lateral de mi coche.
Agacho la cabeza creyéndome la persona más estúpida del universo. No puedo llegar a comprender como es que pensaba que él no querría algo de dinero a cambio de que me ayudara a llevar a Tommy a casa. Me acerco hasta él sintiendo su mirada clavada en mí, cojo el bolso del lateral derecho de mi cuerpo comenzando a sacar el dinero de este formo una mueca al ver los escasos billetes en el interior de este.
Me mandará a la mierda, pienso.
— ¿Qué haces? — Pregunta, le dirijo una mirada envenenada pensando que se cachondea de mí. Frunzo el ceño cuando afirmo que su rostro en verdad está confundido. Dejo de buscar en el interior de mi bolso un poco de dinero, aplano mis labios buscando algo que decir. ¿Cómo puedo joderla tantas veces en una noche?
— ¿No quieres dinero? — Interrogo, sacudo mi cabeza cuando contemplo la sonrisa que comienza a escalar sus labios y como sus pecas comienzan a hacerse más tenues mientras el sol acaricia su rostro de facciones marcadas. Sonreír no ayuda a que deje de sentirme como una maldita estúpida.
— ¿Por ayudarte? — Bromea, capturo mi labio inferior con mis dientes al mismo tiempo que asiento. Ahora de verdad soy idiota pues la forma en la que ríe causa un escalofrío en mi cuerpo, sus relucientes dientes salen a la luz mientras admiro la preciosa sonrisa que sus labios trazan —. Lo he hecho por voluntad propia, dulzura.
Alzo la mirada, la diversión en la suya provoca mi sonrisa. Más agradecida no puedo estar, más aún por que no habría podido pagarle a no ser que quisiera unos cuantos dólares arrugados. Era todo lo que podía darle.
— Muchas gracias — susurro, se despega del coche. No me permito mirar a sus ojos pues creo que, si lo hago, no podré retirar mi atención de ellos. Son tan embriagantes que ahora consigo entender como todas las chicas de la secundaria estás prendadas de él. Ese exterior verde que se va tornando rojo a medida que se acerca a su negra pupila hace una explosión de colores con los que desearías quedarte analizando durante todo el día.
— No ha sido nada — murmura antes de desaparecer hasta su coche, no retiro mi atención de su nuca. Entra a su auto volteando su rostro de nuevo a mí para darme un asentimiento. Una despedida que merece millones mientras sale con su coche a la carretera de al lado.
Dobla en una esquina dejando mi cabeza llena de cumplidos hacia él, el amago de una sonrisa terminando por cumplirse. Sacudo mi cabeza, todo esto parece un maldito sueño del que voy a despertar de un momento a otro. Es un alivio que mis ojos no se abren de repente y mi cuerpo aparezca en una cama.
Ha sido real por más sueño que pueda poseer.
SOUNDTRACK: "Your mind" de Hedia
¡Segundo capítulo!
Estoy superemocionada para que podáis ver todo lo que he escrito y las ideas que tengo para esta historia. Es diferente, para mí, y me encanta.
He hecho algunos arreglos en el estilo del reparto así que si queréis pasar de nuevo y darme mi opinión sobre cómo ha quedado, os amaría. Y más si me podéis decir lo si os ha gustado el capítulo.
Un beso, lind@s y XOXO
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