Capítulo 13. Logan
responsabilidad; [sust.] Hecho de ser responsable de alguna persona o cosa.
Veía a Alessia por todas partes, su cabello pelirrojo deslizándose a cada lugar al que miraba. Sin embargo, giraba el rostro y ella no se encontraba ahí. Atribuía mis ensoñaciones con el hecho de haber sido un capullo con ella, descargué la bronca que mi padre me había generado y la volqué sobre ella como quien lanza unas bolas de hierro en el juego de la petanca.
Suelto un suspiro dejando caer mi trasero en una de las altas sillas de la cafetería, el dulce aroma a chocolate caliente, café y té se filtra en mis fosas nasales como una delicada caricia. Vuelvo a imaginar la sonrisa de esa chica a la que traté tan mal sin que ella tenga la culpa, sin duda, el mayor gilipollas de todos los tiempo.
Alessia es increíble, no solo lo digo yo, aunque soy el único que se atreve a aceptarlo libremente. Pero, ¡por Dios! Nadie posee la suficiente paciencia como para soportar a un chico que, cuando menos te los esperas, está borracho apoyándose en ti porque no es tan hábil como para sostenerse por él mismo.
Ni tampoco soportaría tener a una pelinegra que no aguanta que alguien que no está cerca de su alcance hable con su amiga, en este caso la pelirroja. Sacudo la cabeza, esa chica no se trae nunca nada bueno entre manos, trata de hacer sentir inferiores a los demás y llega a cansarme su forma de actuar. Probando de cualquier manera, convertirse en un modelo a seguir que no logrará ni con la más fingida actuación.
- ¿Qué te pasa, chico? Estás perdiendo clientela - Pregunta el viejo, alzo la barbilla analizando al señor. Sonrío distraídamente negando con la cabeza sin querer hablar de ello, me siento fatal por cómo me comporté cuando ella ni siquiera sabía lo que sucedió conmigo la pasada noche. Solo quería ayudarme y se lo denegué por estar metido en mis propios asuntos y no en cómo las personas de mi alrededor se comportan conmigo.
- Nada, solo estoy cansado - simplifico. Percibo por el sonido tintineante de la puerta como alguien entra a la cafetería pero ninguno de los dos nos paramos a observar quien entra ni a darle la bienvenida. El morocho se acerca a mí a paso ligero, las arrugas cubren gran parte de su frente cuando frunce el ceño tratando de descifrar mi estado de ánimo.
No es difícil fijarse de que me siento como la mierda.
- ¿Otra vez cuidando de tu padre, Logan? - Interroga de mala gana, sonrío ladino. Sé que odia cuando se percata de mis ojeras, siempre intento que mechones de mi cabello caigan por mi frente para que no parezca que estoy tan cansado. El negro consigue quitar algunos de los rasgos que cubren mis pómulos pero, al parecer, no ha servido lo bastante como para que él no lo note. Mi aspecto desalineado le asusta desde que empecé a trabajar aquí siendo él de las pocas personas, por no decir la única fuera de mi entorno familiar, que sabe lo que sucede dentro del lugar al que nombro hogar.
- No puede evitarlo, Luca - defiendo, rueda los ojos cosa que me hace reír. No es fanático de que le perdone, apuesto lo que sea a que, si mi padre apareciera por la cafetería, se armaría la tercera guerra mundial.
- Tu padre tiene un problema, Logan. Lo más común sería llevarlo a un especialista y que lo traten - aconseja, la inestabilidad vuelve de golpe hacia mí cuando sus palabras resuenan en mi mente como una horrible canción de esas que tanto odio, las que son más ruido que palabras y que te causan dolor de cabeza -. Tienes que comenzar a vivir sin librarle las batallas.
Me levanto de la silla en la que estaba decidiendo que ya es hora de ir a pedirle el pedido a la persona que ha entrado a la cafetería. Ronda por mi cabeza desde que la campana ha tocado y tengo que hacer mi trabajo. Me limpio las manos sudorosas en el delantal y cojo la libreta y el bolígrafo del bolsillo.
- Seguro que sí, Luca. Pero es mi padre - recuerdo -, él cuidó de mí cuando era un crío que solo querían que le cambiaran los pañales y que dormía unas cuantas horas con suerte - confirmo jocoso, no se traga mis palabras pero tampoco me debate lo que digo. Sabe que es inútil y que seguiré en mis trece por más que reconozca que tiene razón.
Camino a través del bullicio de la gente, grupos de personas hablando creando un murmullo no demasiado alto. A estas horas pocas personas son las que entran y se toman un café o una infusión, lo más común es hablar ahora con grupos de estudiantes, alumnos que, la gran mayoría, comparten instituto conmigo.
- Bienvenida al Doll's - saludo moviendo las páginas de la libreta en busca de una en blanco para apuntar su pedido -. ¿Qué desea...?
Me interrumpo a mí mismo cerrando la boca y dejando que una densa respiración suba a través de mi garganta. Esa melena pelirroja no se mueve para que pueda contemplar sus ojos, rojos como el infierno pero de un marrón precioso cuando el sol impacta contra ellos. El sonido exterior queda detenido y solo consigo fijarme en ella y cada uno de sus movimientos.
- Alessia - susurro sin aliento, comienzo a ser un manojo de nervios, aplano los labios tratando de encontrar las palabras necesarias para volcar todos mis pensamientos pero nada sale. En algún momento, ella voltea su rostro, como si se hubiera percatado, justo en ese segundo, de que me encontraba ahí.
Me sorprende verla sin nadie a su alrededor pero, aún más, que la sonrisa que sus labios forman no llegue hasta sus ojos. Lo noto por la manera en la que sus hombros se encuentran rígidos sin movimiento, llegando a pensar que, si los muevo, se romperían de la tensión que hay en ellos. Frunzo el ceño buscando la razón, sería una completa patada en el trasero si descubro que el causante de ese sentimiento, soy yo.
- Una manzanilla, Wilkinson - pide con diversión fingida. No hace falta ser un experto para adivinar que no está bien. Mi boca se curva flaqueando en el acto, me resulta extraño comprobar que no guarda rencor hacia mí y no estoy seguro de si eso es bueno o una maldición del infierno pero, no evito, que una carga se despegue de mi espalda. La mochila deja de pesar tanto provocándome un suspiro.
- Oye, yo... - retuerzo el papel en mis manos, hago bolitas rompiendo esquinas de las hojas de la libreta que después tiro al suelo. Después tendré que barrer pero la acción es insignificante y no lo aprecio cuando ella está delante de mí sin enfados ni rencores -. Quería disculparme- suspiro-, tuve una mala noche y la pagué contigo - explico. Me olvido por completo de que tengo mesas que atender, sus ojos están clavados a los míos y el brillo que siempre se encuentra en estos, ya no está, ha desaparecido. Aplano mis labios deseando entender qué es lo que sucede con ella, no es Alessia, alguien se ha tragado a la pelirroja.
- No te preocupes, Logan - tranquiliza -. Tienes razón, a fin de cuentas. Solo te busco cuando te necesito, supongo que te cansaste de ello - comprende erróneamente. Niego con la cabeza una y otra vez, guardo la libreta deseando que en la cafetería se instale un silencio con el que consiga explicarme sin terminar con dolores de cabeza.
- No, dulzura, has comprendido mal - admito, me siento a su lado notando que lucho por estar más cerca de ella. Su aroma, a fresas y frambuesa, llena de paz mi interior necesitando simplemente saber que se encuentra ahí, junto a mí, para que el estrés se libere de mi interior y busque una salida a través de ella -. Fue un día horrible y estaba cabreado con mi padre, me encabroné contigo porque eras la primera persona que se acercó a mí cuando aún estaba molesto y me comporté como un idiota - me reprendo.
- Estabas en lo cier...
- No lo estaba - la detengo, agacha su barbilla impidiendo que mida cada rasgo de su fino rostro, la manera en la que sus cejas se alzan unos casi inadvertidos centímetros y que tan divertido se me hace de ver. Mis dedos pican tocar su piel, esa que parece tan suave, y ansiando que ella se percate de que me encuentro aquí y de que me siento como la mierda después de lo que pasó. Quiero que entienda que ella no tenía la culpa -. Solo querías saber cómo estaba, te preocupaste por mí y yo te escupí en la cara. Lo siento - me disculpo.
No alza la cabeza, asiente simplemente sin moverla. Juguetea con sus manos, se pellizca los padrastros sin medir el nivel al que llega y haciéndome temer de que termine por lastimarse, la piel de los costados de sus dedos comienza a tornarse rosada. Abro la boca dispuesto a decir algo más su voz me interrumpe.
- Me he peleado con mis padres - suelta, aguanto la respiración. Si no me centro en inhalar y exhalar puede que comprenda mejor lo que dice, su voz es tan suave y está tan llena de tristeza que debo tragar duro para que el nudo en mi garganta no se desate y termine por bajar hasta mi estómago. Su voz se rompe en la última palabra, pongo todos mis sentido alerta.
No comprende lo que eso significa, si es malo o terrible, si es una simple rabieta entre ellos o un problema de los que tienes ganas de encerrarte en cualquier lugar y esperar a que el dolor se disipe. Se niega a a decir palabra alguna, apoyo mis manos debajo de su barbilla obligándola a que alce la cabeza. Dos brillantes fuegos ardientes encuentran su camino hasta mis ojos, me roba el aliento mirarla incluso cuando está a punto de echarse a llorar.
- No puedo más, Logan - murmura, frunzo el ceño intuyendo que el problema familiar que ella tiene también se identifica con el mío, no espero que sea igual pero ambos estamos sufriendo por algo de lo que, seguramente, no somos culpables. Lo reconozco en sus ojos, en la manera que desvía la mirada para que impida ver el dolor tras ella, como captura sus labios con los dientes para que no me fije en como estos tiemblan o en sus hombros tan rígidos que me da miedo tocarla por si llego a romperla.
Y, aunque la situación no lo requiera, he de admitir, que no he estado en una situación así desde hace bastante tiempo, cuando mi madre estaba a punto de marcharse de casa y yo le decía que cuidaría de mi padre para que no se pasara de dinero en algo que no hacía falta en nuestras vidas. Envuelvo mis brazos alrededor de ella apretándola contra mi cuerpo como el mismo día en el que mi madre se largó. Se aferra a mí llorando en silencio.
Su mejilla se acerca a mi hombro y mi barbilla toca la cima de su cabeza, permito que deje salir todo lo que tiene pues, tener este tipo de brotes, no es a cuenta de un mal día. Tiene que venir desde hace más tiempo y no haber observado eso me rompe en dos. Dejo un beso sobre la cima de su cabeza, sorbe por su nariz y se remueve en mis brazos para acomodarse.
- No aguantaré más tiempo del mismo modo - solloza, la aprieto más contra mí. Necesito que sepa que puede confiar en mí, que lo que pasó ayer a la mañana fue a causa de lo mismo por lo que ella está llorando hoy. La impotencia de pelearte con tus padres, por cualquier motivo, y no poder hacer nada para calmar tu bronca. Pero me preocupa más saber el fondo del problema.
- ¿De qué modo, Alessia? - Cuestiono, pocas veces la llamo por su nombre pero ahora se encuentra tan mal que no soy capaz de ponerle el mote, como si bromeara con ella como siempre hago. Es serio y no me permito reírme, casi me rompe el alma verla desahogarse así y nunca me he sentido así por alguien con el que tendría confianza.
Por mi cabeza corre la idea de salir del lugar lleno de murmullos ajenos a lo que sucede entre nosotros, vuelvo a dejar otro beso en la cima de su cabeza notando que mi camiseta se mancha de gotas que ella derrama pero que no me importan mientras ella descargue toda la tensión que posee en su interior.
- Obedeciendo todas sus órdenes - confiesa -. Antepongo su felicidad a la mía pero nunca es suficiente para ellos, siempre quieren más y no puedo seguir así. Esa chica que quieren que sea, no soy yo, Logan, no soy perfecta y pretenden que sea como ello pero no puedo, no quiero ser así - gime, mi barbilla se apoya en su cabello pelirrojo, trazo figuras en su espalda deseando que no note como mi corazón late feroz en mi pecho. Debe estar escuchándolo bombear desbocado.
- No puedes seguir así, dulzura - declaro, suelta una risa estrangulada por el llanto. Mueve su cabeza para acomodarse mejor.
- ¿Tú no harías lo mismo por tu familia? - Interroga, da en el clavo y, cuando no contesto, percibo su sonrisa pequeña, sin llegar a agradarse, mientras se refugia en mis brazos. Deslizo mi rostro de nuevo y mis labios se quedan clavados en su cabello sin despegarse. El bullicio nos permite desviarnos a otra dimensión, nos trasladamos a otro lugar inmersos en nuestra burbuja donde ni siquiera nuestros padres pueden entrometerse.
Miro hacia la barra, Luca se encuentra moviéndose de un lado a otro con unas tazas en las manos y estoy a punto de retirarme cinco segundo para ayudarle cuando su mirada choca con la mía. Me guiña un ojos y alza la barbilla señalando a la pelirroja, sonrío ladino volviendo a tener a Alessia en una cueva que le permita ser ella mismo, donde vuelque sus fobias y no tenga miedo de ser igual de juzgada que con sus padres.
- Gracias por esto, Logan - susurra, no cuento los minutos que pasan, ni siquiera me doy cuenta de el tiempo que ha transcurrido pero el sol comienza a ponerse y su respiracion se calma bastante. Sin embargo, no se despega de mis brazos y yo no le permito hacerlo. Ella alza su rostro de ojos cristalinos y mejillas sonrosadas.
- Cuando lo necesites, dulzura - ella sonríe, dejo otro beso, esta vez sobre su frente -. Cuenta conmigo.
SOUNDTRACK: "Up till dawn" de Lucas & Steve
¡CAPÍTULO SORPRESA PORQUE ME APETECE Y PORQUE OS TENGO DESCUIDADOS SIN TENER MI RUTINA!
Un poco de salseo para esta pareja. La verdad es que ya he escrito unos cuantos capítulos más y he tenido que releer esta parte porque no sabía ni en qué parte de la historia estaba :'D
Pero, la verdad es que era cuestión de días que Alessia terminara de esto modo. Seguro que nadie sabía que iba a ser con Logan con quién se descargase, ¿no?
- ¡ESTÚPIDA! ¡SON LOS DOS PROTAGONISTA! OBVIO QUE ACABARÍAN JUNTOS EN ESA CAFETERÍA. - la autora escapa antes de que le den con la chancla...
Besos y XOXO, chicxs
¡PREGUNTA RANDOM!: (Esta vez no va a ser mucho una pregunta) Díganme lo que piensa, sin pelos en la lengua, de esta historia. Me harían un gran favor si me dan sus opiniones, plis.
PD: Si no contestan no habrán más capítulos de ¡DA!
Nah, es coña <3
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