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[ 6 ]


Nuevamente era sábado y Jin se encontraba camino al supermercado, era muy temprano por eso el rubio había decidido caminar, necesitaba tomar aire fresco luego de la noche que había tenido.

Su marido saldría nuevamente esa noche y él por supuesto que no estaba de acuerdo. No sabía cuándo había sido la última vez que habían pasado un fin de semana juntos los tres, como familia.

Pateó una piedra cuando llegó al estacionamiento del supermercado, a lo lejos divisó a varios de sus compañeros a los cuales saludó y con ellos esperó a que abrieran las puertas del personal. Ingresó al área de casilleros y lentamente metió su mochila dentro del suyo, miró alrededor buscando al pelirosa pero este no estaba por ningún lado.

Se giró cuando escuchó un estornudo muy tierno.

—Hola Jungkook —dijo con una sonrisa.

El chico lo miró un segundo antes de saludarlo también.

—Hola.

—Yo... Quería agradecerte por lo del fin de semana pasado —Jin volvió a abrir su casillero y sacó su mochila. —Hice esto en muestra de agradecimiento —el rubio sacó un plato mediano y se lo entregó al menor que lo recibió asombrado —Es un brownie, no sabía si te gustaba, es de bajo contenido calórico... —Jin se puso nervioso al no recibir ninguna palabra.

Jungkook por fin levantó la mirada y sus ojos marrones brillantes miraron al mayor con gratitud.

—Gracias, no tenías que hacerlo, en serio.

—Gracias a ti no me resfrié.

—Suerte la tuya yo sí —Jungkook abrió su casillero que estaba justamente al lado del de Jin y dejó el plato cuidadosamente dentro del locker. Se quitó la chaqueta y una sonrisa tiró de sus labios al darse cuenta que el rubio lo estaba observando.

Jin desvío la mirada de esa espalda musculosa y miró sus dedos.

Maldito mocoso.

El rubio miró de reojo como la camiseta blanca se apegaba al cuerpo del menor. Y cuando Jungkook se agachó Jin maldijo lo bien que le quedaban esos jeans ajustados.

Jungkook cerró su casillero en el momento que Jimin llegaba también.

—¿Te caíste de la cama Kookie?

Jungkook negó riendo mientras era abrazado por su mejor amigo.

Jimin también saludó a Jin y ambos salieron del lugar para dirigirse hasta sus puestos de trabajo.

Jungkook los vio alejarse y abrió el casillero, pasó su mano por sobre el brownie y sonrió por el gesto.

A su mente llegaron miles de imágenes de Jin cocinando con un delantal, su sonrisa eterna y sus bonitos ojos.

Mierda.

Cerró el casillero de golpe y se apoyó en este.

No quería seguir pensando en ese hombre, estaba luchando con todas sus fuerzas por quitarlo de sus pensamientos pero era muy díficil. O quizás él no estaba luchando lo suficiente.

No lo sabía.

Cuando su carro lleno de productos llegó se puso los audífonos y prontamente estaba saliendo de la bodega camino a uno de sus pasillos.


—¿Una fiesta? —Jin miró en dirección del pelirosa que estaba en la caja detrás de él —no creo llevar tanto tiempo para salir con ustedes Jimin.

—Oh, vamos, solo un rato... Además dijiste que tu esposo también saldrá hoy.

—Bueno si... Pero no es tan simple como llegar y salir.

Jimin hizo una mueca y sonrió cuando el primer cliente llegó a su caja.  Jin observó todo ya que ese día empezaba solo en su propia caja.

—Piénsalo, solo somos unos cuantos, iremos por unas cervezas, quizás algo para comer —dijo cuando el cliente se fue.

—Puede ser...

—Mucha conversación Jinnie.

Jin se levantó y saludó a su hermano menor —¿Qué haces tan temprano levantado Tae?

Su hermano sonrió —Mamá me envió, quiere hacer un pastel para Hobi... A propósito de eso —Taehyung desvió la mirada y sus ojos se posaron en el bonito pelirosa que estaba mirando hacia ellos.

Jin rodó los ojos —Él es mi compañero Jimin.

Jimin sonrió coquetamente en dirección al chico de cabello azul y alzó su mano en modo de saludo.

—Soy Taehyung, pero puedes decirme Tae.

—Oh, por dios Tae  —murmuró Jin avergonzado por la conducta de su hermanito.

—Está bien guapo Jinnie ¿Porqué no me habías dicho? —Taehyung susurró solo para que su hermano escuchara.

—Será porque tienes novia Tae —Jin rodó los ojos de nuevo.

Taehyung volvió a mirar al cajero pelirosa y se lamió los labios.

Jimin estaba con otros clientes por lo que se perdió completamente del gesto.

—¿Vas a pagar?

—¿Seré tu primer cliente?

—Lo eres —dijo Jin pasando los productos por la máquina.

—Dame su número.

—Ni lo pienses, ese chico es bien valioso, no creo que necesite de tus confusiones.

—¡Hey! Yo no estoy confundido.

—Claro que no. —Jin meneó su cabeza. —Solo te confundiste con Bogum pero decidiste estar con Chae young a pesar de eso.

Tae mordió su labio. Sacó su billetera y buscó su tarjeta.

—Quiero a Chae young. Además no es un tema para hablarlo aquí —dijo incómodo mirando de nuevo hacia donde estaba el pelirosa.

—Cierto. —Jin le dio la boleta —¿Que hay con ese pastel?

—Oh si, mamá le hará un pastel a Hobi y quiere que se vaya a dormir a la casa hoy, dice que te haría bien tener un tiempo con tu marido.

Jin se rió fuerte —Dile que no será necesario porque Sungmin saldrá esta noche.

—Ese infeliz... Mejor aún, salgamos los dos, hace mucho que no lo hacemos.

Jin miró a su hermano y si bien tenía razón eso no quitaba lo culpable que se sentía por dejar a su pequeño al cuidado de otras personas.

—No lo sé Tae.

Jimin pegó un grito cuando Jungkook llegó hasta él con un chocolate.

Tae alzó una ceja —¿Son novios? —le preguntó a su hermano interesado.

—No, solo amigos.

—Él también es muy guapo.

Jin miró a Jungkook y quería decir que sí, que el chico era malditamente guapo pero se mordió la lengua y miró a su hermano —Calmate ¿Si? ¿No tienes nada mejor que hacer?

—Bien, bien, me iré, no te enojes.

Taehyung le dio un último abrazo a su hermano, pasó por el lado de Jimin y cuando este lo miró Taehyung le guiñó un ojo haciendo sonrojar al bonito cajero.

Jungkook se rió y molestó a Jimin hasta que Jin apareció.

—Disculpa a mi hermano Jimin, tiene tan poco filtro.

—No te preocupes, estoy acostumbrado —el pelirosa se encogió de hombros —soy muy atractivo.

Jungkook y Jin rieron y se miraron unos segundos para luego apartar la mirada.

El rubio volvió a su puesto y Jungkook se fue hasta la bodega.

Jin se llevó la mano a su pecho para calmar los latidos de su descontrolado corazón.

¿Que mierda había sido eso?

El mayor se dedicó a atender a sus clientes tratando de quitar de su cabeza al bonito castaño. 

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