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[ 40 ]

Taehyung se pasó una mano por el rostro mientras esperaba que alguien respondiera al llamado que hizo segundos antes.

Pero nada pasaba y el rubio comenzaba a impacientarse y antes de que decidiera volver a su hogar la puerta principal se abrió y una señora de contextura delgada y muy ojerosa se presentó ante él.

—Hola, buenas tardes —dijo Taehyung un tanto asustado por el ceño fruncido de la mujer.

—Hola, ¿En que te puedo ayudar?

—Yo...

—¿Eres amigo de Jimin?

El rubio negó —No... no somos amigos.

—¿Entonces?

La mujer se cruzó de brazos y Taehyung sabía que sería todo muy díficil a partir de ahi, él sabía que la mujer no estaba de acuerdo con la orientación de su hijo pero él estaba empecinado a recuperarlo y se pondría los pantalones de una vez por todas y lucharía por ese hermoso hombre de piel suave y sonrisa hermosa.

—Yo... nosotros fuimos...

—No —la mujer levantó la mano para que Taehyung dejara de hablar pero el rubio no se quedaría así.

—¡Novios!, ¡fuimos novios y yo quiero recuperar lo que no supe cuidar! —gritó desesperado.

La mujer se quedó de piedra mientras Taehyung acortaba la distancia entre ellos y llegaba hasta ella.

—Yo no creo en eso... deberías irte.

—¿En que no cree?

Ella tragó visiblemente afectada por la presencia del rubio —en el amor entre dos hombres... no es normal, no es natural...

—Señora, por favor, deme unos minutos...

—¿Para que?, según lo que dices con mi hijo ya no están juntos ¿No?, entonces ¿Que haces aquí?

—Quiero recuperarlo, me porté mal y él ya no necesita más rechazos en su vida.

—Oh dios, eres un idiota romántico. Jimin siempre prefirió los de tu tipo.

—La verdad es que no lo soy, pero por él me esforcé, su hijo es maravilloso.

Ella pareció pensar un poco en las palabras del menor y asintió lentamente —lo es... mi Jiminie es un chico ejemplar.

Taehyung lamió sus labios —yo estoy al tanto que estoy siendo un tanto irrespetuoso al venir aquí.

—Claramente.

—Lo siento por eso, pero es que Jimin no contesta mis llamadas, ni mis mensajes y he ido a su universidad y él nunca está por ningún lado... Mi cuñado... —Taehyung tragó, no sabía si mencionar a Jungkook sería un problema para él, no sabía siquiera si la madre de Jimin estaba al tanto de la orientación sexual del mejor amigo de su hijo, de todas formas lo dijo —mi cuñado Jungkook no me habla de él.

—¿Jungkookie es tu cuñado?

Asintió midiendo las reacciones de la mujer —Él vive con mi hermano mayor.

La mujer perdió los pocos colores en su rostro —no puede ser, ¿Jungkookie también?

Ella comenzó a balbucear, su entrecejo se frunció y luego lo miró con cara de pocos amigos. Pero Taehyung de a poco se estaba dando cuenta que la madre de Jimin no era aquella mujer tan dura de la que le había hablado. Taehyung solo podía ver a una mujer extremadamente ojerosa y cansada.

—Disculpe, no sabía si estaba al tanto de eso... yo, yo necesito saber si Jimin está bien, si se está alimentando... necesito saber de él, no hay día que no trate de buscarlo para hablar y arreglar las cosas... disculpe señora.

Taehyung agachó la cabeza abatido, la verdad que no dormía bien hace semanas, en lo único que podía pensar era en el hombre que dejó ir. Un sollozo escapó de su garganta y las lágrimas no se hicieron esperar.

—Pasa.

Fue lo único que dijo la mujer antes de darse media vuelta y entrar a su casa.

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Jimin tomó la mochila de su casillero cansado por el trabajo de aquel día, el supermercado había estado lleno de clientes todo el día. Tenía un terrible dolor de cabeza y estaba de un humor asqueroso.

Se despidió de sus compañeros y salió del supermercado.

Había viento esa noche, de ese viento que te hace apurar el paso porque el frío se colaba por todas partes en su cuerpo.

Esperó a lo menos media hora antes de que el bus pasara. Se sentó luego de casi veinte minutos, ya casi llegaba a su casa.

Cuando bajó el viento lo azotó con fuerza haciéndolo maldecir por no haber llevado un gorro ese día y la verdad era que su chaqueta tampoco era muy abrigadora pero era la única que tenía y no podía pedirle a su madre que le comprara una nueva. Primero estaban los mellizos, él se podía aguantar el frío, sus hermanos menores no.

Apuró el paso y casi corriendo llegó a su casa. Apenas entró el olor a comida le dio la bienvenida, una sonrisa se coló en sus labios al sentir el aroma de la comida de su mamá. Hacia un par de meses que su madre ya no cocinaba las preparaciones espectaculares que antes solía hacer.

Desde la partida de su padre, en realidad, desde el abandono de su progenitor su madre había tenido que hacerse cargo de la familia. Entonces ya no tenía tiempo para cocinar para ellos, su madre se mataba trabajando para mantenerlos y con el dinero que ganaba más lo poco que Jimin sacaba en el supermercado mantenían a su pequeña y quebrada familia.

La sala estaba vacía, escuchó las risas de sus hermanos en la cocina y la de su madre también y eso fue lo suficientemente raro pero que llenó de amor el corazón de Jimin, su madre estaba riendo, él quería llorar por lo bien que se escuchaba después de tanto tiempo de verla llorar y maldecir su mala suerte.

Entró a la cocina y se quedó congelado en el marco de la puerta.

Taehyung estaba haciendo malabares con tres manzanas rojas y seguramente era por eso que todos reían.

Su boca se secó al ver a su ex novio en su casa con su familia, todos riendo como si eso no fuera algo extraño, como si Taehyung siempre hubiese pertenecido a su hogar.

Su madre miró al piso cuando el silencio se hizo presente, los mellizos salieron corriendo de la cocina sin saludarlo, nada raro, pensó Jimin.

—Iré a poner la mesa —la señora Park salió de la cocina y Jimin metió las manos en sus bolsillos para que Taehyung no viera el temblor de estas.

—Hola Minnie.

El azabache suspiró, Taehyung estaba rubio.

Rubio.

Se veía malditamente sexy con todo ese cabello largo y lacio cayendo sobre su frente. Se veía mucho mejor de lo que él recordaba.

—Hola, no quiero ser descortés, pero ¿Que haces aquí?

Taehyung dejó las manzanas en la frutera que estaba llena de otras frutas, Jimin frunció el ceño ¿Cuando había comprado frutas?, no recordaba haberlas visto al salir.

—Yo tenía que hablar contigo y vine hasta aquí. Lo siento.

Jimin salió de sus pensamientos y volvió a mirar al hombre frente a él, se veía triste, ojos brillando por la culpa y una mueca dolorosa en los labios.

Parecía como si quisiera llorar.

—¿Mi mamá te dejo entrar?

—Bueno si... estoy aqui, estábamos haciendo la cena.

El azabache entró a la cocina y cerró la puerta.

Se acercó a Taehyung con su ceño fruncido —¿A qué viniste?, ¿Que le dijiste a mi madre?

—Oye cálmate.

—¿Que me calme? —Jimin rió sin humor alguno —nosotros ya no estamos juntos, es más, mi madre no tenía idea quién diablos eras tú, ¿Quien te dio el permiso de venir a mi casa a hablar con ella?, a meterte en mi casa, ¡¿Quien?! —dijo enojado.

El rubio tragó y dio un paso atrás, diablos, su Jiminie sí que era una cosa preciosa cuando se enojaba.

—Lo siento, necesitaba hablar contigo, pedirte perdón...

—No —lo interrumpió enseguida —no vas a venir aquí a hacerte la víctima luego de lo que pasó ese día, no Taehyung, las cosas no se solucionan con una mirada arrepentida y esos malditos ojos brillantes. Maldición.

—Lo sé, lo sé, las cagué y no hay día en que me arrepienta pero me asusté ese día, entré en pánico, bebé por favor.

—No soy tu jodido bebé.

Bien, Taehyung se estaba empezando a preocupar. Jimin se veía más enojado de lo que él mismo había presupuestado, incluso le había hecho caso al consejo que le había dado Jin cuando le comentó que quería recuperar a Jimin.

No seas tonto Tae, Jiminie es como un ángel precioso, seguramente te va entender y arreglarán las cosas.

Si claro, jodido Jin y sus consejos de mierda, pensó el rubio mientras veía a su ex novio prácticamente echar vapor por la nariz.

—Tienes razón, no todo se soluciona así como lo estoy haciendo, pero al menos lo estoy intentando... no seas tan duro, quiero enmendar mi error.

Jimin pareció flaquear pero su mirada siguió siendo fría mientras miraba al rubio frente a él.

—¿Como es que mi madre te dejó entrar?

—Solo hablé con el corazón con ella, no le dije nada que no fuera real, no vine a mentir. Se que ella no acepta que tú tengas novios en vez de novias, se que es díficil para ella pero me escuchó y me dio la oportunidad de entrar a tu hogar —Tae lamió sus labios —estaba desesperado por verte, la verdad que estos meses sin ti han sido difíciles y quería intentarlo... yo nunca había amado con la intensidad con que lo hice contigo, jamás había sentido lo que tú me hacías sentir con un beso, con tus caricias, jamás tuve algo así antes y creo que me asusté, lo siento, lo menos que quería era esconderte... no te lo merecías, nadie merece eso. Fui cobarde y te perdí. No hay día en que no me odie por eso. Perdón Jimin, perdón por hacerte llorar.

El azabache tragó y giró su cabeza cuando pequeñas lagrimas cayeron sobre sus mejillas, no quería llorar, no quería malditamente mostrarse débil frente a Taehyung, pero la verdad era que él estaba viviendo un infierno sin él, estaba triste y sin ganas de nada, como si alguien le hubiese quitado la energía de su cuerpo, las ganas de seguir adelante. Era frustrante sentirse así.

Tener el corazón roto.

Buscó con su mirada algo que alejara las lágrimas pero cuando sintió los brazos de Taehyung sobre él se tensó. El enojo era mucho más grande que las ganas que tenía de enterrar su nariz en ese cuello tentador.

Se trató de mover pero Tae no lo dejó.

—Te amo amor —su voz tembló y besó su cabello con tanta devoción y amor que Jimin se derritió ante eso —te amo tanto, tanto, perdóname por favor —finalmente Taehyung lloró mientras se aferraba al cuerpo de Jimin.

El azabache correspondió el abrazo y enterró su nariz en su pecho llorando y sollozó un poco más ante las palabras de amor del rubio.

—Te voy a cuidar Minnie, dame la oportunidad de volver a conquistarte. Por favor bebé.

La puerta se abrió y la señora Park entró a revisar la olla.

No miró a la pareja quienes se habían separado y ahora limpiaban sus lágrimas.

Ella revolvió la olla lentamente mientras Jimin y Taehyung estaban detrás de ella sin saber que hacer.

—¿Se van a quedar ahí parados?, hagan la ensalada.

Ambos se movieron enseguida chocando en la pequeña cocina mientras buscaban la lechuga y los tomates que temprano había comprado Taehyung en compañía de la señora Park y los mellizos.

Ambos se pusieron uno al lado del otro mientras cortaban los vegetales ya lavados.

La madre de Jimin salió de la cocina y Taehyung botó el aire que había retenido todo ese rato.

—Ella es un poco intimidante.

Jimin rió más aliviado —es italiana.

—Oh...

—Ajá, deberías ver a mi abuela, ella sí que intimida.

Taehyung sonrió y giró su cabeza para mirarlo, aún no tenía una respuesta del hermoso azabache que había robado completamente su corazón pero no lo había echado de su casa lo cual era algo bueno ¿No?

—Minnie.

Jimin también lo miró con sus ojos aún aguados por las lágrimas que había derramado minutos antes —te extrañé —dijo con una pequeña sonrisa en los labios.

Taehyung dejó de cortar el tomate y lo tomó de las mejillas para besarlo tiernamente. Sus bocas se juntaron y Jimin ladeó su cabeza para sentir los labios del rubio más profundamente. El rubio gimió satisfecho por el beso y cuando estaban separándose la señora Park entró a la cocina.

—¡Oh por dios!

Jimin se giró y asustado se quedó bien cerca de Taehyung.

—Lo siento mamá —dijo avergonzado, sus mejillas se ruborizaron enseguida.

—Supongo que ya no eres mi bebé... Traten de no hacer eso mientras andan los mellizos por aquí ¿Si?

Ambos asintieron y continuaron con la tarea asignada.

Las horas pasaron y todos se relajaron mientras cenaban, los mellizos hicieron bromas y Jimin rió muchas veces mientras su corazón estaba en calma al ver a su mamá sonreír. Era bonito verla así de contenta.

Luego del postre ellos lavaron toda la loza utilizada ya que la señora Park estaba cansada y debía trabajar al otro día.

Tae y Jimin se habían ofrecido a hacerlo porque sabían que mientras hacían eso podrían besarse y tocarse un poco mientras limpiaban todo.

—Es súper tarde —Tae se secó las manos y esperó a que el azabache hiciera lo mismo y salieron de la cocina.

—¿En que te irás?, es peligroso que te vayas a esta hora.

Taehyung se puso su abrigo de plumas blanco y se acercó a Jimin —traje el auto de Jin.

—Oh, eso está bien, por aquí no es muy bueno de noche.

—Estaré bien, te llamaré cuando llegue a casa ¿Si?

El azabache asintió.

Tae cerró su abrigo y se acercó. Acarició su mejilla sonriendo cuando Jimin cerró sus ojos ante el contacto.

—Te amo bebé, gracias por darme esta oportunidad.

—Te amo también y espero que sepas aprovechar esto —dijo con un toque de arrogancia.

—Mierda, extrañé tanto esto bebé —un último beso y Taehyung salió al frío de la ya avanzada noche.

Jimin se apoyó en la puerta y cerró los ojos no creyendo todo lo que había pasado horas atrás.

Su madre supuestamente homofóbica le había abierto la puerta de su hogar a su ex novio, ese mismo que Jimin había estado odiando y amando desde que se hubieran separado.

Todo era muy bueno y eso era raro en la vida de Jimin.

La puerta fue golpeada y el azabache dio un salto asustado. Abrió solo un poco y arrugó su ceño al ver a Taehyung nuevamente. Abrió más la puerta y lo hizo entrar.

—Toma, traje esto para ti.

Jimin tomó la bolsa, que era un poco grande. La abrió y sus ojos se abrieron sorprendidos cuando tocó la prenda que estaba dentro.

Sacó el abrigo de una marca deportiva que era igual al de Tae pero el de Jimin era de color negro.

—Tae —susurró.

—No creas que soy un acosador, pero vi las fotos que subiste y... bueno quería comprarte algo con lo que no pasaras frío, el invierno va a ser una mierda este año...

—Gracias, en serio, lo aceptaré por que realmente no tengo nada más abrigador.

Los labios de Jimin temblaron y Tae lo abrazó enseguida —se que ha sido difícil bebé, eres un hombre maravilloso por ayudar a tu madre, no sabes lo mucho que te admiro Minnie. Y pienso que serás un buen padre cuando tengamos hijos

Jimin se rió —Ya Tae, no digas esas cosas.

—¿Por que no?, ¿No te gustaría un bebé acaso?

—Claro que si tonto, amo a los niños, menos a mis hermanos.

Taehyung lo besó suavemente y sonrió ampliamente con su corazón latiendo fuerte en su pecho.

Había recuperado a Jimin y eso lo tenía dichoso, ahora le quedaba trabajar en conquistarlo de nuevo y ganarse su confianza nuevamente.

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Capítulo Vmin porque los amo y me chupa un huevo si lo ven como hermanos akjskska okno

Lxs amo ❤️

Tengan un bonito fin de semana ❤️



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