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[ 34 ]


El día estaba soleado, pequeñas nubes aparecían de pronto pero no llegaban a tapar el sol que a esa hora bañaba la ciudad.

Jin acomodó la gorra de Hobi y tomó su mano para salir del jardín infantil. Fuera de este Jungkook los estaba esperando apoyado sobre su automóvil con una enorme sonrisa en el rostro.

Lentes de sol, camiseta ancha negra, un pantalón corto verde olivo o eso pudo apreciar Jin cuando se iba acercando al menor. El cabello de Jungkook estaba alborotado en ondas preciosas.

Jin quería comerlo a besos.

Jungkook peinó su cabello con sus dedos y se agachó cuando Jin y Hobi se pararon frente a él.

—Hola Hobi.

—Biien.

Jin rió —Aprendió a decir eso, sin que le preguntes como esté, siempre te va a decir bien.

El castaño sonrió y acarició la mejilla abultada del pequeño. Luego se irguió y sus manos picaron por tomar a Jin de la cintura y juntar sus bocas. Había pasado un día desde que ellos se habían visto, desde que habían vuelto a estar juntos y Jungkook sentía que lo extrañaba como un loco cada hora que pasaba sin él.

—¿Dónde quieren ir? —el castaño abrió la puerta trasera y Jin sonrió enternecido al ver una silla de auto anclada en el asiento trasero.

—Es justa para su peso, edad y todo eso ¿Te gusta el color? No sabía si te gustaría.

Jin todavía tenía a Hobi de la mano, por lo que pudo dejar un beso en sus labios en agradecimiento sin preocuparse de que el pequeño escape —Gracias por pensar en él.

Jungkook quedó medio atontado por ese repentino acto y luego sonrió ampliamente mostrando todos sus dientes —compré unos juguetes también por si se aburre.

El rubio sintió un enorme nudo en su garganta y se obligó a no llorar, pero lo que estaba haciendo Jungkook lo destrozaba y lo volvía a armar. El amor que podía ver en sus ojos, la aceptación de sus decisiones pasadas, porque Jin tenía una vida muy diferente a cualquier hombre de 28 años y estaba al tanto que Jungkook era tan joven a su lado, tan carente de algunas experiencias, pero sin duda alguna Jungkook lo amaba. Lo podía ver en sus acciones, en su preocupación, en su aceptación completa a su vida, en su aceptación a su hijo.

—¿Estás bien? —Jin no se había dado cuenta en que momento Hobi ya no estaba a su lado, sino que ahora sonreía mientras observaba los amarres de su silla de auto.

—Si, estoy bien —una sonrisa genuina se dibujó en sus labios.

Jungkook se quitó las gafas y se acercó un paso hacia él, sabía que no era el mejor lugar para demostrar su amor, pero al parecer Jin estaba procesando de algún modo lo que estaba pasando y él necesitaba que se enfocara en ellos.

—Sé que quizá me apresuré con la silla y todo eso, pero si vamos a salir con él, es necesario que esté seguro...

Jin lo tomó de la camiseta y le estampó el beso que había querido darle desde que lo vio apoyado en su vehículo. Sus lenguas se encontraron de inmediato y cuando Jungkook jadeó en su boca fue que el mayor lo dejó ir.

—Lo siento, tenía tantas ganas de besarte —Jin acomodó su gorra rosada y miró hacia otro lado avergonzado.

—Mejor vamos antes que los otros papás pongan una queja en tu contra —Jungkook cerró la puerta de Hobi y rodeó el automóvil para subirse.

El rubio, que ya estaba dentro de este se abrochó el cinturón. Jungkook lo imitó y prontamente estaban saliendo rumbo a la sorpresa que Jungkook tenía para ellos.

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Jungkook bajó la canasta con comida que había preparado para esa tarde.

Tenía todo controlado.

Todo menos la energía de Hobi. El niño parecía no tener descanso y corría por todo el parque gritando y riendo dulcemente mientras Jin lo perseguía también riendo.

El menor sonrió contento, su corazón latía fuerte en su pecho al verlos tranquilos y felices. Atrás habían quedado los días en donde Jin se veía deprimido y ojeroso a causa de Sungmin, la preocupación que antes veía en sus ojos ya no estaba. El tormento de vivir con un abusador ya no existía.

—¡Ven a jugar con nosotros!

El castaño dejó la canasta y volvió a su automóvil a buscar una pelota de fútbol. Hobi grito de alegría al verla e inmediatamente llegó a su lado y se la quitó para luego patearla.

Ambos adultos rieron por las destrezas del más pequeño y se dedicaron a correr tras él jugando con la pelota y riendo los tres sin parar.

Las horas pasaron y la brisa cálida de la tarde despeino sus cabellos. La risa del pequeño Hoseok se escuchaban por todo el parque causando ternura en quienes pasaban cerca de ellos.

—Estoy tan cansado —Jin se llevó la botella de agua a los labios y suspiró para luego tirarse sobre el pasto.

Jungkook lo siguió y finalmente el pequeño. Los tres se acostaron mirando el cielo, raramente Hobi estaba tranquilo, bueno, había corrido lo suficiente como para sentirse tan agotados como los adultos, pero Jin nunca había visto a su hijo así de relajado.

—¿Tienen hambre? Podríamos comer lo que traje.

Jin asintió recobrando el aliento, realmente estaba muy cansado.

Muy a su pesar Jungkook se levantó y acercó a ellos la canasta y una manta que estiró en el verde pasto del lugar. Hobi se levantó de inmediato y al ver la canasta abierta quiso sacar algo para comer pero Jungkook se lo negó.

—Espera un poco Hobi, primero sacaremos las cosas ¿Si?

—¡No!

—Hobi —dijo Jin en advertencia.

—Déjalo, le serviré a él primero, debe estar hambriento. —Jungkook sacó unas galletas de chocolate y se las entregó. Jin que estaba viendo el intercambio de sintió conmovido por la paciencia de Jungkook.

Si bien todavía el castaño no presenciaba las pataletas y llantos descontrolados de su hijo, Jin tenía la pequeña intuición que Jungkook estaba medianamente preparado para eso. No por nada había comprado una silla de auto y un montón de juguetes para Hobi.

Jungkook lo estaba intentando y eso enamoraba cada minuto un poquito más.

—Traje uvas y bueno muchas cosas más.

Jin asintió y se sentó sobre la manta, Hobi no quiso sentarse en ella por lo que se quedó en el pasto. Jungkook se acomodó a su lado para que no se viera tan feo que el niño estuviera en el pasto y ellos sentados en la manta.

El rubio buscó los jugos y bebidas y mientras comían observaban a las demás personas que ese día habían decidido pasear por el parque. Hobi comenzó a bostezar mientras cerraba sus ojitos, por lo que Jungkook lo tomó en brazos y lo acomodó en su regazo. El niño se acurrucó en su pecho y Jungkook sonrió enternecido y meció suavemente al pequeño niño.

Jin limpió sus lágrimas, se sentía tan idiota por estar llorando por ver aquella escena, pero sus emociones lo traicionaron al ver a Jungkook tan comprometido con ambos.

Era muy bonito de ver.

El castaño ágilmente se levantó con el niño en brazos y le guiñó un ojo a Jin. Este embobado recogió las cosas y los siguió hasta el automóvil.

—¿Qué dices? ¿Lo acostamos en su silla o dejamos que descanse en el asiento trasero?

Jin volvió de guardar la canasta en la parte trasera y miró a su pequeño muy cómodos en los brazos de Jungkook.

—Que descanse, así nosotros también podremos estar un rato solos —lamió sus labios instintivamente al ver los fuertes brazos del castaño.

—Está el niño aquí Jinnie, no seas pervertido —dijo riendo.

—Entonces deja de mirarme con esos ojos ¡No soy un robot Kookie!

El castaño acostó a Hobi en el asiento trasero y tomó otra manta que había llevado y lo arropó. Dejó un pequeño beso en su frente y cerró despacio la puerta.

Jin estaba apoyado en el automóvil y cuando llegó Jungkook frente a él estiró los brazos y lo abrazó por la cintura hundiendo su cabeza en su cuello —Gracias por este bonito día, no sabía que habías preparado todo esto para nosotros.

Jungkook suspiró y rodeó su cuello con sus brazos y sus dedos acariciaron los cabellos de la nuca del mayor.

—Hago todo esto porque me gusta estar con ustedes dos —Jungkook lo tomó suavemente de los hombros para que pudieran mirarse a los ojos. Cuando Jin alzó la cabeza y sus miradas se encontraron, Jungkook reafirmó en su interior el amor que sentía por ese hombre. —Te amo Jin, ustedes son lo más importante para mí. Se que tu vida no ha sido fácil y qué has tenido que lidiar con muchas cosas siendo tan joven y creo que esa es una de las cosas que me enamoraron de ti, porque a pesar de toda la basura que te rodeaba en esa casa, tú te diste la oportunidad de elegirme... Dejaste que te amara, dejaste que entrara en tu vida de mil maneras diferentes —ambos rieron suavemente por el uso de palabras, pero luego Jungkook volvió a ponerse serio —gracias también por haberte dado la oportunidad de amar y de hacer algo por tu hijo. Eres un gran hombre, me siento malditamente orgulloso de ti Jin.

—Yo debería estar agradecido de ti. Me salvaste a mí y a Hobi, apareciste en el mejor momento y yo... —Jin sonrió —yo jamás pensé que nosotros llegaríamos tan lejos. Pero amo esto, en serio, a pesar de que tu papá no este de acuerdo, cosa que lamento mucho Kookie, pero yo te amo mucho y quiero estar contigo... Hay algo que he querido preguntarte desde ayer pero no había tenido tiempo.

—¿Qué es? —el menor llevó sus manos hasta su mejilla. No podía alejar sus manos de Jin, sentía que era todo como un sueño y que si lo soltaba, Jin se iba a esfumar entre sus dedos.

Jin lamió sus labios y acarició el abdomen del menor bajo su ropa. Observó a las personas del parque, algunos los estaban mirando otros simplemente pasaban cerca de ellos sin percatarse de su abrazo. Aunque a Jin no le importaba en demasía la opinión de las personas ajenas a ellos.

El mayor volvió a mirar los ojitos brillantes del castaño y le sonrió dulcemente cerrando sus ojos unos segundos. Luego quitó sus manos y buscó algo en el bolsillo de su pantalón. Cuando lo encontró se lo entregó al menor —¿Quieres ser mi novio Kookie?

Jungkook tomó la pequeña cajita y la abrió, dentro de esta había un brazalete de cuero que tenía un broche de plata, era muy masculino a ojos del menor.

El castaño sonrió y alzó la mirada, cuando sus ojos se encontraron Jungkook no tuvo que dar una respuesta, todo estaba ahí. En la forma en cómo se miraban, en la manera que se cuidaban, sus besos, sus caricias llenas de cariño.

Era un si a todo lo que quería con Jin.

—Por supuesto que quiero ser tu novio, de hecho, te adelantaste —Jungkook sonrió alejando las lágrimas de su rostro con movimientos de cabeza un tanto graciosos. —Te lo iba a pedir justo ahora —sonrió y dejó un besito en sus labios, se alejó un poco y caminó hasta el automóvil. Se sentó dentro de este mientras parecía buscar algo. Luego volvió y se paró frente a él nuevamente —Hay algo que he querido darte hace mucho y ahora creo que es el momento adecuado.

Jin arrugó su ceño divertido al ver lo que Jungkook traía en sus manos —¿un periódico?

El menor se lo entregó —Revisa lo que está encerrado.

El rubio observó detenidamente, eran avisos de arriendo de casas. Habían tres colores diferentes de marcador y al menos diez propiedades remarcadas.

—La roja son las casas que están más cerca del jardín de Hobi, las azules cerca de la casa de tus padres y las amarillas están justo en el medio de ambas.

Jin alzó su mirada y el nudo en su garganta volvió a aparecer —Kookie...

—Vivamos juntos, los tres. Yo sé que puede ser muy apresurado, pero tú entrarias a trabajar y yo puedo buscar algo los fines de semana y también puedo trabajar en la cafetería de los papás de Nam, piénsalo, no me digas que no enseguida...

—No te voy a decir que no Kookie —Jin sintió sus orejas ponerse calientes —acepto. Acepto, si... Vivamos juntos.

Jungkook lo besó. Lo tomó de las mejillas eufórico, aún tenía el bonito brazalete en su mano. Jin simplemente se dejó besar y cerró los ojos cuando sus lenguas se encontraron y el beso pasó de suave a más caliente en cosas de segundos.

—Piénsalo —Jungkook lamió su lóbulo —podríamos estar juntos todas las noches —ahora besó un poco más abajo llegando peligrosamente a su clavícula —nos levantariamos y tomaríamos desayuno juntos con Hobi.

Jin jadeó en respuesta —Quiero —susurró.

Jungkook sonrió y lo besó efusivamente —entonces llamaré para que vayamos a ver el que decidas primero.

—Pero yo aún no consigo el trabajo Jungkook, me dijeron que me llamarían.

—Tengo ahorros —le guiñó el ojo —mis papás no tienen idea que desde los 15 años que estoy guardando sus mesadas. Créeme tengo dinero como para vivir un año sin trabajar.

Jin se rió y negó con su cabeza —¿Eres tan inteligente?

—Lo soy —el castaño dejó un beso rápido en sus labios —tengo muchos talentos.

El rubio sonrió de lado y volvió a mirar el periódico —¿Podemos ir a ver las casas? Solo por fuera, quiero saber como se ven.

—Por supuesto, lo que quieras. Ahora ayúdame a ponerme mi brazalete, por favor.

Jin lo tomó entre sus dedos y se lo puso en su muñeca izquierda. Luego se miraron.

—Te amo Jin.

El rubio humedeció sus labios y lo abrazó. Cuando sus pechos estuvieron juntos y escucharon el corazón del otro Jin habló —Yo te amo más porque me devolviste a la vida Jungkook... Te amo muchísimo por eso.

El menor tragó sus emociones y lo abrazó aún más fuerte mientras la suave brisa del atardecer desordenaba sus finos cabellos.

★☆★

Me entró una basurita en el ojo.

Feliz jueves ❤️

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