[ 31 ]
—¿Usted es el papá de Hoseok?
Jin colgó la chaqueta de su hijo en el colgador correspondiente y se irguió para responder a la nueva tía de la sala de Hobi.
—Si, lo soy.
—Mi nombre es Dahyun, soy la nueva ayudante de la sala.
—Mucho gusto —Jin le sonrió y ella le devolvió la sonrisa. El rubio buscó con la mirada a su pequeño y volvió a sonreír cuando lo vio jugando con un autito de juguete.
—¿Usted puede venir mañana a ayudar a ornamentar la sala? Con el cambio de estación queremos redecorar para que los niños se sientan más a gusto.
—¿A qué hora? Lo que pasa es que tengo una entrevista de trabajo a las 9.
—Oh, bueno en ese caso no se preocupe, le pediré a otro papá o mamá que no tenga nada que hacer —le sonrió dulcemente la chica.
—Me hubiese gustado haber ayudado.
—Ya habrán más ocasiones señor Kim —la chica se alejó un poco y antes de irse por completo dijo: —espero que le vaya muy bien en su entrevista de trabajo.
Jin sonrió y decidió que era momento de retirarse antes de que Hobi quisiera irse con él a casa.
Caminó a paso lento para luego tomar el transporte. El jardín infantil de su hijo estaba bastante lejos de la casa de sus padres. En algún momento pensó en cambiarlo, pero tomando en consideración todo lo que le costó a Hobi acostumbrarse y adaptarse a ese lugar, lo descartó completamente.
Suspiró mientras veía la universidad de Jungkook, su corazón golpeteo fuerte y sin pensarlo dos veces se levantó de su asiento cuando varios estudiantes comenzaron a descender del bus. Respiró y se encaminó detrás de estos.
No sabía bien porque estaba recorriendo los pasillos, él había dado su palabra que no buscaría al menor, pero mientras más caminaba la idea de encontrarlo ya no era tan descabellada.
Conocía bastante bien las instalaciones, varias veces había ido a dejarle comida a Jungkook. Pero mientras sus pensamientos le nublaban el juicio, se encontró en un lugar que no conocía.
Paró y observó lo pulcro que estaba aquella parte del edificio. Jin observó las puertas de las salas y se acercó a una. Miró por la ventana y pudo reconocer claramente lo que era un salón de clases universitario, de hecho esa sala se parecía bastante a lo que fuera muchos años atrás su salón en su universidad.
—¿Busca a alguien joven?
Jin se giró, un hombre joven lo miraba a través de sus gafas.
—Creo que me perdí. Disculpe.
—Estás en la facultad de medicina ¿Eres estudiante?
—No... Yo vine buscando a alguien y me perdí. —Jin tragó y lo miró, le daba un poco de vergüenza preguntarle por donde salir.
—Soy Park Chanyeol ¿Cómo te llamas?
—Soy...
—¿Jin?
El profesor se giró solo para encontrar a uno de sus estudiantes.
—Hola Jimin —dijo Jin, de pronto aliviado por ver al pequeño pelirosa.
—Buenos días profesor Park.
El aludido asintió en formar cordial y volvió a fijar su mirada en el hombre bonito de cabello rubio —Tengo que preparar una clase. Buenos días —antes de alejarse miró a Jimin —Park, no llegue tarde a la clase.
El pelirosa negó y luego de que su profesor se fue miró a Jin interrogante.
—¿Buscabas a alguien? —le sonrió dulcemente viendo como el mayor se ruborizaba.
—Vine sin pensar... ¿Él está bien? ¿Volvió a clases ya?
—Él está bien y no, aún no vuelve, se suponía que lo haría esta semana pero al parecer no va a pasar.
Varios estudiantes comenzaron a llenar el corredor y Jin supo que tenía que irse del lugar. No iba a negar que estaba bastante decepcionado por no haber encontrado al hermoso castaño.
—Será mejor que me vaya, debes ir a clases.
Jimin se ajustó la correa de su bolso en su hombro y se despidió del mayor, le dio las indicaciones para que encontrara la salida fácilmente. Caminó hasta su salón y la mirada de su profesor cayó sobre él. No sabía cómo descifrar esa mirada, pero pasando del extraño comportamiento de su profesor, Jimin se preguntó si sería bueno comentarle a su amigo que Jin había estado en su universidad.
La clase prontamente comenzó y Jimin dejó de pensar en Jin y Jungkook.
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Jeon Heechul dio vueltas en lo que sería su próximo centro médico. Estaba todo casi listo, solo faltaba poner la decoración y podrían empezar a funcionar.
—Jeon Heechul, pensé que vendría Alexander el día de hoy —el castaño estrechó la mano con uno de los arquitectos encargados de la obra.
—Alexander se quedó con Jungkook y un amigo de él, estamos preparando un pequeño viaje.
—Me alegro por eso, la familia es lo más importante.
—Así es, bien, muéstrame cómo va quedando todo.
Ambos hombres subieron al segundo piso y entraron a todas las consultas que tendría el centro médico. Heechul admiró el lugar, le gustaba como habían plasmado sus ideas.
Se veía bastante lujoso.
Cuando salieron hacia el espacio que sería el de la sala de espera de las consultas médicas Heechul escuchó voces. No pasó mucho hasta que al segundo piso llegó su hijo con su mejor amigo, Alexander también venía con ellos.
Ambos saludaron al arquitecto y prontamente Alexander se quedó conversando con el profesional mientras ellos 3 recorrían el lugar.
—¿Les gusta?
Ambos asintieron y Jimin habló primero —Es lujoso señor Jeon.
—Lo es.
Jungkook asintió también y una mueca se formó en sus labios al ver todo tan lujoso, aunque él estaba acostumbrado, pero vio los ojos de su amigo y de pronto se sintió incómodo.
Jimin admiró el espacio bien iluminado, los grandes ventanales y los bellos colores que habían elegido para esas suaves paredes.
Era tan diferente al lugar en donde él y sus hermanos se atendían cuando estaban enfermos. El sistema público de salud era tan deprimente y malo, cosa que contrastaba con las clínicas lujosas y hermosas de los Jeon.
—¿En qué estás pensando? —Heechul miró a Jimin.
—Uh, nada señor Jeon, esto es de verdad muy bonito... De muy buen gusto... Cuando veo centros médicos así como este, pienso que la salud es verdaderamente un privilegio que pocas personas puede costear.
—Tienes razón.
—Si, lo sé, no me malinterprete señor Jeon, este lugar es precioso y seguramente los médicos que trabajarán aquí serán de los mejores, pero me da un poco de lástima ver que la salud se ha vuelto un negocio tan lucrativo.
Heechul abrió su boca y observó a su hijo reír mientras se alejaba hacia una de las ventanas.
—Yo no tengo la culpa que la salud pública sea una basura Jimin. Eso es algo que el Estado debe garantizar, una salud digna y de calidad —dijo enfático el mayor.
—No lo estoy atacando señor Jeon, pero dígame ¿Usted ha hecho algo por los que no pueden tener acceso a un lugar como este?
—No. No lo he hecho —dijo un poco apenado.
—No lo culpo, nadie lo hace... Los médicos olvidaron en algún lugar del camino lo que es la vocación de servicio, yo los veo como grandes empresarios. —A Heechul se le deformó el rostro al escuchar al pequeño pelirosa diciendo todas esas verdades. —Señor Jeon ¿Usted se ha atendido en un hospital público? —prosiguió el chico.
—¿Porqué me quieres hacer sentir culpable por abrir un centro médico?
—Oh no, señor Jeon, no quiero eso... Discúlpeme —Jimin se alejó pero Heechul lo tomó suavemente del brazo para que se detuviera.
—Dime ¿cómo podría hacer algo por las personas que menos tienen?
—Uh, eso es fácil... Podría atender gratis una vez a la semana o hacer un comité con médicos que quisieran hacer eso con usted... Podría rebajar los costos de atención para las personas que no puedan seguir esperando por una hora médica en el hospital... Yo sé que quizás está pensando que quiero que usted cambie el sistema que tenemos, pero no es así... Aunque una buena acción podría contagiar a otros médicos como usted —se encogió de hombros tratando de no parecer nervioso por la mirada que le estaba dando el padre de su mejor amigo.
Heechul se quedó en silencio varios minutos sin soltar el brazo del menor. Cuando se dio cuenta que aún lo tenía tomado lo soltó y se pasó una mano por el cabello.
—Iré con tu papá Jungkook.
El mayor se alejó y Jungkook llegó hasta donde Jimin que estaba pálido como el papel.
—Creo que la cagué.
—No lo creo, pero le diste algo en que pensar... Créeme mi padre no es un desalmado como para no hacer nada con todo lo que le dijiste.
—Se va a enojar conmigo y no me va a llevar de viaje —Jimin hizo un puchero.
—Mis padres te aprecian mucho Minie. Tu tranquilo, iremos de viaje.
Jimin asintió, después de todo le había costado mucho que su madre accediera a dejarlo viajar. Pero había aceptado y eso era lo que importaba.
Jungkook volvió a sus pasos anteriores y se acercó al enorme ventanal, Jimin lo siguió y se paró a su lado.
—Jungkookie.
—¿Si?
—No quiero hacerte sentir mal por tener papás así de millonarios ¿Si? Solo que a veces me duele la desigualdad, se que no es culpa tuya, incluso de alguno de tus padres. Las cosas están mal y nadie hace nada por ayudar a los que menos tienen, ¿Te acuerdas cuando nos inscribimos de voluntarios para ir a esa comunidad que ni agua potable tenían?
—Si, fue algo muy fuerte de ver.
—Pero se sintió bien hacer algo ¿No?
—Si —una idea cruzó por su cabeza luego de haber escuchado a Jimin. Estaba casi seguro que iba a resultar.
Los amigos se encaminaron hasta donde estaban los Jeon. Jimin se sintió un poco incómodo pero cuando Alexander y Jungkook se alejaron de ellos, Heechul se acercó a él con su mirada cálida. Jimin suspiró más tranquilo sabiendo que el padre de su mejor amigo no lo estaba odiando.
—Tienes razón Jimin... Hay que hacer algo, se que no está en mi poder cambiar todo, pero si puedo ayudar un poco ¿No? Alex estuvo de acuerdo y lo plantearemos en la próxima junta de directorios, después de todo nosotros somos los dueños, podemos empujar a que los médicos nos cooperen.
Jimin sonrió contento —Nunca está demás una ayuda señor Jeon.
—Y estaré muy interesado en escuchar tu opinión sobre que deberíamos hacer para que esto que ves aquí —alzó sus manos hacia el lugar donde se encontraban —pueda llegar a más personas... A personas que lo necesiten.
—Tengo muchas ideas señor Jeon.
—Me parece perfecto, ahora vamos que se nos hace tarde.
Alexander cerró la enorme reja que custodiaba su propiedad mientras Heechul rodeaba su camioneta.
—Niños, pongan sus cinturones de seguridad —se burló mientras escuchaba a su hijo quejarse de su broma. Su teléfono comenzó a sonar y al ver que era su abogado de confianza quien llamaba se bajó del vehículo para contestar.
—Heechul, tengo malas noticias para ti.
—¿Qué pasó?
—El bastardo de Sungmin consiguió salir de la cárcel bajo fianza. Lo soltaran mañana.
—¿Qué?
—Lo que escuchaste, pagó todos los millones que pidieron y pronto estará libre, con medidas pero libre.
—¡Maldito hijo de puta!
Alexander llegó hasta su esposo que gritaba mientras hablaba por teléfono. Se quedó escuchando y quedó de piedra.
—¿Qué va a pasar con Jin? ¿Sabes algo al respecto?
—Sí. Me comuniqué con su defensor público y la investigación va lenta. La denuncia ayudó a que le pusieran una orden de restricción a Sungmin, pero ya sabes cómo es la justicia aquí... Ese chico está desprotegido.
Heechul pateó una piedra y cerró los ojos muy enojado por lo que estaba escuchando. —Dime que hay una manera de meter a ese maldito infeliz de vuelta a la cárcel.
—Apelaremos al fallo del juez, no te preocupes. Nos encargaremos.
—Bien, mándame un correo electrónico con el detalle.
—Lo haré, no te preocupes, Jungkook está a salvo, sería muy imbécil si quisiera hacerle algo a tu hijo Heechul... Ah, me olvidada, con respecto al otro tema...
Heechul miró a Alexander que estaba frente a él y no dijo nada solo escuchó lo que su abogado amigo le decía. Finalmente la llamada se cortó y el castaño guardó su teléfono.
—Amor ¿Qué pasó? —Alexander vio los ojos preocupados de su esposo y miles de alarmas sonaron en su cabeza.
—Ese hijo de puta va a salir mañana de la cárcel.
—¿Qué? —el rubio miró detrás de su marido hacia el vehículo en donde su hijo reía despreocupado de lo que estaba pasando.
—Vamos. Necesito pensar en que mierda haré.
Alex asintió y le dio un beso a su marido para luego dirigirse a su propio vehículo.
Heechul se subió pálido y en silencio. Jungkook notó el cambio en su padre pero no dijo nada.
El mayor condujo hasta su residencia y esperó a que los chicos se bajaran del vehículo y emprendió rumbo desconocido para su hijo pero no para su marido que miró como se alejaba el vehículo por la calle principal. Con una sonrisa nerviosa obligó a los chicos a entrar a la casa y no respondió a las preguntas de su hijo y se metió a la cocina con la excusa de prepararles algo para comer.
Jimin se tiró en uno de los sofás mientras Jungkook hacia lo propio en otro. El pelirosa observó a Jungkook sacar su teléfono y hacer un puchero mientras lo miraba.
—Ayer vi a Jin en la universidad.
Jungkook dejó caer el teléfono y Jimin se levantó para recogerlo. —No te agaches Jungkookie.
—No pasa nada si lo hago Minie —el castaño mordió su labio.
—Puedes preguntar.
Suspiró tristemente —¿Qué estaba haciendo ahí?
—¿Qué crees tú? Buscándote seguramente.
Los ojos de Jungkook se cerraron —No lo entiendo... Me busca, pero cambió su teléfono para que yo no pudiera comunicarme con él, me bloqueó de todas sus redes... No creo que haya estado ahí por mi —dijo abatido.
Jimin se sentó al lado de él y acarició su cabello en silencio.
Jungkook se acomodó y apoyó su cabeza en el hombro de su amigo. Cada día se sentía más triste, seguía pensando día y noche en el hermoso rubio, y también pensaba en el pequeño Hobi. Quería tanto estar con ellos.
Un suspiro tembloroso salió de sus labios al darse cuenta que nada eso iba a ocurrir mientras Jin estuviera alejándose de él de esa manera.
Dolía su rechazo y más le dolía no ser valiente y buscarlo en su casa, pero es que Jungkook no sabía si podría soportar ver su rostro sin poder besarlo y tocarlo.
Cerró los ojos cansado y abrumado por sus pensamientos mientras Jimin lo consolaba en silencio.
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Heechul observó la modesta pero bonita casa en donde sabía vivía Jin junto a su familia.
Se bajó de su vehículo y caminó hasta la puerta. Tocó dos veces y esperó pacientemente a que alguien le abriera. Escuchó unos gritos y luego unas risotadas.
La puerta se abrió y sonrió cuando observó a Jin en brazos de quien suponía era su hijo.
—Buenas tardes Jin, ¿Puedo pasar?
Jin parpadeó dos veces y asintió asustado mientras dejaba entrar al mayor a la casa de sus padres.
—Disculpe el desorden...
—No te preocupes, los niños desordenan todo, entiendo... Lo he vivido.
El rubio bajó a Hobi y le pasó su pelota para que se entretuviera en algo que no fuera el extraño que estaba en la sala de sus abuelos.
—Tome asiento.
—Si, gracias —Heechul se acomodó en uno de los sofás admirando la bonita y acogedora casa, le recordó a su primer hogar junto a Alexander y Jungkook. —Disculpa por haber venido de un momento a otro, pero hay algo que debemos conversar, hay cosas que debes saber y quiero ayudarte.
—Yo... Señor Jeon...
—No digas nada ¿si? Solo escucha lo que tengo que decir.
Jin asintió y se sentó también en el sofá frente al padre de Jungkook.
—Dígame.
—¿Haz hablado con tu abogado?
Jin negó.
—Me lo esperaba —Heechul miró al pequeño que se acercaba a él y le entregaba un avión de juguete. La boca del mayor se abrió en sorpresa. —¿De dónde obtuvo este avión?
—Ah eso, si... Uhm, fue Jungkook quien se lo dio —su corazón se aceleró en su pecho al decir su nombre en voz alta.
Heechul sonrió amplio —Ese avión se lo regalé cuando el cumplió 3 años, por ese tiempo no estaba muy bien económicamente, estaba terminando mi carrera y tenía solo trabajos esporádicos.
—No lo sabía —murmuró el rubio.
—Él siempre lo llevaba consigo, sobre todo si tenía que hacer alguna actividad con niños.
—Puede llevárselo si lo desea... Después de todo es algo de él.
—No, por supuesto que no lo haré, Jungkook se lo dio a tu pequeño y eso es por algo ¿No?
Jin miró sus manos, estaba temblando —Señor Jeon, dígame ¿A qué vino?
—Quiero protegerte a ti y a tu pequeño. Sungmin mañana saldrá de la cárcel Jin... Tú abogado debería haberte informado, sé que hay una orden de restricción a tu favor pero yo no estaría tan tranquilo.
El rubio parpadeó muchas veces y se tapó la boca con su mano.
No, no, no, debía ser una puta broma.
Se levantó del sofá y nervioso se pasó la mano por su cabello. Gritó hacia el pasillo y prontamente su hermano menor llegó en ropa interior a la sala.
—Taehyung por dios.
Heechul miró un segundo al joven y luego apartó la mirada incómodo.
—No dijiste que había alguien en la casa Jin —se encogió de hombros.
—¿Puedes llevar a Hobi a tu dormitorio un momento?
—Si. —Taehyung tomó al pequeño en brazos y miró a Heechul —Buenas tardes.
—Buenas tardes —dijo el mayor.
—Disculpe —Jin se sentó nuevamente.
—No te preocupes... Entonces ¿Aceptas mi ayuda?
Jin no respondió enseguida, se quedó pensando un momento en que pasaría si Sungmin llegaba a hacerle daño a Jungkook nuevamente.
Él no iba a permitir que eso pasara, no de nuevo.
—¿Porqué me quiere ayudar señor Jeon?
Heechul suspiró —Porque eres importante para mi hijo y él haría lo mismo si pudiera.
Jin bajó la mirada un poco avergonzado por las palabras del mayor. Todavía se sentía un poco impotente por no poder proteger a su hijo. Ya no quería sentirse así, quería ser fuerte para él.
—Yo... No sé que decir señor Jeon.
—Dime Heechul por favor... Y tengo ahora mismo una excelente idea pero necesito saber si estás dispuesto a aceptar mi ayuda.
Jin sintió sus ojos cristalizarse. Nunca era fácil recibir ayuda de otras personas, aceptar que no puedes con todo no era tan fácil como todo el mundo pensaba.
—Yo... Acepto.
Heechul sonrió y sacó su teléfono del bolsillo de su chaqueta. Presionó un par de veces y se llevó el aparato a su oreja.
—Buenas tardes Aisha, necesito dos pasajes adicionales para el viaje que haré con mi familia. —Heechul miró la cara de sorpresa del menor y aguantó las ganas de sonreír más amplio.
Ese chico le daba una buena impresión y ahora podía entender un poco a Jungkook. Jin era un chico sencillo y él estaba más que encantado de ayudarlo.
A pesar de saber lo que opinaba Alexander del chico, él lo iba a ayudar... Y también trataría de hacer de Cupido para su hijo, después de todo una ayuda no le haría daño a nadie.
Heechul y Jin se quedaron un rato más conversando, el rubio podía entender un poco más el carácter protector de Jungkook.
Y lo extrañaba más que nunca...
Quería verlo tanto.
Cuando Jeon Heechul dejó su hogar Jin corrió hasta la habitación de su hermano que estaba mirando televisión junto a Hobi.
—¿Te puedes quedar con él? Voy a salir ahora.
Taehyung asintió —¿Tiene que cenar?
—Si, a las 7. —Jin se movió por la habitación cambiándose de ropa y cuando estuvo listo se acercó a su pequeño y dejó un beso en su mejilla.
—Suerte Jinnie, saluda a Jungkook de mi parte —dijo el peliazul burlón.
—Jodete Tae.
Salió casi corriendo de la habitación, la adrenalina corriendo por su sistema.
Se iba a arriesgar a buscar a Jungkook...
Después de todo tenía el apoyo de su padre.
¿Qué podría salir mal?
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Espero que tengan una buena tarde, este capítulo salió más largo de lo que creí pero no lo quise cortar.
*Chanyeol 👀
Nos leemos pronto 💕
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