[ 24 ]
Jin se tapó la mejilla pero Jungkook ya lo había visto. El menor entró como un huracán dentro de su casa y simplemente lo tomó de la cintura y lo abrazó fuerte, tan fuerte que Jin pensó que lo iba a quebrar. Sus brazos se fueron hacia su cuello y escondió su cabeza en ese lugar. Inhaló el perfume del menor y su pecho dolió. Cerró los ojos fuerte mientras su cuerpo comenzaba a sacudirse producto del llanto que estaba tratando de aguantar.
-Si quieres llorar Jinnie hazlo, yo voy a estar aquí para ti, voy a sostenerte siempre ¿Si? Voy a ser tu apoyo. Llora amor.
El rubio se dejó ir y lloró en brazos de su amante. Esos fuertes brazos lo rodearon y lo sujetaron cuando sus piernas le fallaron, Jungkook besó su cabello con cariño, tratando de borrar el dolor en él.
Cuando Jin se calmó Jungkook lo llevó de la mano hasta el dormitorio principal y no miró nada, solo lo acostó en la cama y lo besó. Sus labios masajearon suave los contrarios y prontamente su lengua encontró a la de Jin, saboreó la boca del mayor mientras su mano recorría su cuerpo.
-¿A qué hora llega el infeliz de mierda?
Jin suspiró -A las 6.
Eran las dos de la tarde.
-Te voy a sacar de este lugar Jin, no puedes recibir este tipo de agresiones, no es sano, así no se debe vivir, nadie merece que lo traten de esa manera... Quiero ayudarte y lo haré.
-No Kookie, no es bueno que te metas en estas cosas, tú eres joven... No quiero que él te haga daño.
Jungkook rió -¿Has visto mis músculos? Tengo más fuerza que él, hago taekwondo hace años... Ese imbécil no podría contra mi.
Jin mordió su labio y sonrió. -Gracias por venir.
Me dejaste preocupado anoche, cortaste la llamada.
-¿Anoche?
-Si, me llamaste pero no dijiste nada y me preocupe por eso vine -Jungkook arrugó su ceño mientras veía a Jin palidecer -¿Fue él, cierto?
-Oh dios. -Jin se levantó de la cama y se puso la mano en la boca, su pecho comenzó a latir tan rápido que dolía -¿Hablaste con él?
-No, simplemente dije tu nombre y cortó la llamada. Lo siento Jinnie.
El rubio parpadeó y negó con su cabeza -No importa mientras no te busque... Deberías cambiar de número Kookie.
-Lo haré, no te preocupes por eso.
Jungkook también se levantó de la cama y rodeó esta para acercarse a él. Acarició suavemente la mejilla lastimada y sus ojos se volvieron tristes al ver los ojos aguados del mayor.
-Él es peligroso Kookie, yo no quiero que te haga daño.
-¿Porqué tienes tanto miedo? ¿Es por Hobi?
Asintió -Él va a hacer hasta lo imposible por quitarmelo.
-Debes hacer la denuncia Jinnie, si él te golpeó esa es una agravante para un futuro juicio por custodia. -Jungkook sacó su teléfono y le sacó tres fotos a Jin. Luego guardó el aparato y suavemente juntó sus bocas.
Jin llevó sus manos hasta el cuello del menor y las dejó ahí mientras el beso se profundizaba. Gimió un poco por el dolor y otro poco por lo bien que se sentía la lengua dulce de Jungkook sobre la suya.
-Kookie -susurró.
El menor miró sus ojos y lamió sus labios, se acercó un poco más a él y lo arrinconó contra la cómoda que estaba en el lugar.
-Te he extrañado tanto Jinnie.
El menor acarició sus muslos y lentamente fue subiendo sus manos, con sus uñas rasguño la piel de su abdomen y luego acarició sus pezones haciéndolo jadear.
Jin cerró sus ojos mientras sentía esas manos sobre su piel erizada. Mordió sus labios cuando la lengua del castaño humedeció la piel de su cuello. Sintió la erección presionar sobre la suya y gimió.
El mayor se incorporó y caminó hasta la cama, se acostó en esta invitando a Jungkook a subirse encima de él. El castaño se quitó la camiseta haciéndolo jadear por la vista que le estaba dando de su cuerpo trabajado. Lamió sus labios de nuevo mientras veía al menor despojarse de cada prenda.
Sabía que había algo sucio y malo en querer que Jungkook lo tome en la misma cama que por tanto tiempo había compartido con su esposo. Pero al ver el deseo en los ojos del otro él simplemente aprovecharía el momento.
De todas formas para él ese lugar no significaba nada.
El menor se subió y gateo por la cama hasta quedar sobre Jin, volvió a atacar su cuello, lamiendo y chupando cada centímetro de su piel. Mordisqueó su nuez de Adán para luego chupar el lóbulo de su oreja.
-Te voy a tomar aquí mismo en donde has dormido todo estos años junto a ese maldito infeliz, voy a dejar mi fragancia en tu almohada para que a la noche no puedas pensar en nadie más que en mi.
-Eso ya lo hago hace mucho -gimió y llevó sus manos hasta la espalda del menor para acariciarla.
Jungkook lo besó tratando de no tocar la mejilla lastimada. Luego se incorporó y ayudó a quitarle la ropa al rubio. Cuando ambos estuvieron desnudos se metieron bajo las mantas y se abrazaron.
El castaño lo preparó y rápidamente ambos estaban jadeando mientras el menor se hundía dentro de él.
Jin sintió su cuerpo arder mientras era tomado tan suavemente. Estaba en el cielo, bien podría aguantar todos los golpes y malas palabras si después Jungkook llegaba a él para sanarlo con sus besos y caricias.
-Eres tan bello Jin -dijo con los dientes apretados mientras entraba y salía de su interior.
Jin gimió y su boca fue tomada para acallar su sonido. Sus lenguas se encontraron y lucharon por quién dominaba a la otra. Jungkook salió de él y lo cambio de posición, sus manos se acomodaron en las caderas ajenas y lo embistió de una vez haciéndolos gemir a ambos.
Se sujetó de la orilla del colchón y dejó que Jungkook lo tomara y dejara nuevos recuerdos en ese lugar. Mordió su labio y agachó la cabeza, llevó una de sus manos hasta su polla y comenzó a trabajarla mientras Jungkook se hundía cada vez más profundo creando oleadas de placer que nunca antes había experimentado.
Sintió la boca del bonito castaño detrás de su nuca besando y adorando cada espacio de su piel. Había cariño en ese toque, había cuidado y deseo de no hacer daño. Jin sabía que su orgasmo lo iba a romper y que lloraría.
Jungkook entró una vez más y cada vez se le hacía más difícil aguantar sus ganas de descargarse, pero quería que llegaran los dos juntos por lo que volvió a salir y esperó a que el mayor se pusiera de espaldas y se acostó a su lado. Jin lo miró un segundo sin comprender, pero cuando el castañito lo giró y quedó de lado; el rubio entendió que era lo que quería.
Puso una de sus fuertes manos en la cintura y se posicionó detrás de él. Jin levantó un poco su pierna para que Jungkook pudiera entrar más fácil y así fue. El menor tomó su pene y fue introduciéndose de a poco y lentamente mientras escuchaba a Jin gemir y apretar la mano que tenía en su cintura.
Jungkook jamás lo había hecho así con nadie pero había algo protector con hacerlo de esa manera y él quería que Jin entendiera el mensaje. Que si bien él era joven y quizá no sabía mucho de la vida, Jungkook quería que el rubio entendiera que él lo iba a cuidar, lo iba a proteger de los maltratos y lo más importante; Jungkook iba a hacer hasta lo imposible por sacarlo de ese lugar; a él y al pequeño Hoseok.
Su boca se fue hasta su cuello y comenzó a dejar besos húmedos mientras Jin se rendía ante las muestras de amor que Jungkook le estaba ofreciendo, giró un poco su cabeza a pesar del dolor que sintió en su mejilla y buscó la boca ajena, cuando se encontraron gimió en esta siendo callado por un suave y delicado beso.
-Lleguemos junto -susurró en sus labios y Jin tragó el nudo en su garganta.
Las embestidas siguieron su curso a un ritmo constante pero que tenían a ambos gimiendo y jadeando por los orgasmos que se estaban construyendo en el interior.
Jungkook se agarró aún más fuerte a la cadera del mayor y lamió detrás de su oreja enviando miles de descargas eléctricas hacia la zona baja del rubio.
Jin gritó y Jungkook se dejó ir mientras se movía sin parar para dejar hasta la última gota de su semen dentro del condón. El mayor tenía toda su esencia en su mano, no había querido acabar sobre las sábanas para no tener que volver a hacer la cama después.
El castaño salió de él y se quedó un momento en silencio mientras su cabeza comenzaba a trabajar a toda máquina tratando de ver la manera de ayudar al mayor. Sabía que no podía hablar con ninguno de sus padres, ellos no entenderían y él no quería alejarse del rubio cajero.
Jin en tanto buscó su camiseta y se limpió las manos y volvió a la cama para abrazar al castaño. Jungkook se quitó el condón, lo anudó y lo dejó en su mano para botarlo cuando se levantara. Recibió a Jin entre sus brazos y acarició sus cabellos lentamente como si tuvieran toda la vida para hacer aquello.
-Sé que no es el mejor lugar para abrazarnos... Lo siento por eso Kookie.
-No te disculpes, así son nuestras circunstancias pero lo cambiaremos en algún momento ¿Si? -el menor tomó la mano de Jin y besó sus nudillos.
El rubio sonrió y cerró los ojos, se sentía bien estar con él de esa manera, se sentía tranquilo aunque sus sentidos estaban en alerta ante cualquier ruido o cualquier cambio en el ambiente.
-¿Qué vas a hacer con las fotos que me tomaste?
-Tengo un tío que es policía, es jefe en uno de los departamentos... No sé cuál, pero acudiré a él -Jin levantó la mirada -yo sé que tú eres valiente Jinnie, sé que podrás hacerle frente a ese maldito y yo te voy a ayudar pero tienes que denunciarlo, yo te voy a apoyar en todo. No estás sólo.
El mayor asintió con un puchero en sus labios, su mentón tembló ante la mirada dura del castaño. Había determinación en sus ojos y a él le estaban faltando las fuerzas que a Jungkook le sobraban.
Se despidieron en la puerta con un beso lleno de promesas y apoyo incondicional por parte del menor. Prometieron verse lo más pronto posible y comunicarse através de terceros por lo que Jin le dio el teléfono de su hermano Taehyung para cualquier emergencia.
Jungkook caminó hasta la calle principal mirando a cada lado, paranoico por estar en ese lugar. No era seguro, pero él era capaz de todo por saber de Jin.
Tomó un taxi y revisó su billetera, tenía poco efectivo ya que le había dejado la mitad a Jin a pesar de que el mayor se había negado rotundamente a recibirlo, Jungkook simplemente se lo dejó en el bolsillo de su pantalón mientras lo besaba efusivamente en sus esponjosos labios.
Sonrió, pero no duró mucho, estaba preocupado por el mayor, no quería que pasara un día más cerca del animal que tenía de marido.
-¿Dónde lo llevo joven?
-A la comisaría del centro por favor.
Jungkook se acomodó en el asiento y cerró los ojos mientras repasaba una y otra vez en su mente el encuentro que había tenido junto a Jin.
-
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Namjoon recibió el mensaje del nuevo número de su amigo Jungkook más un nombre para empezar a hacer su trabajo.
Kim Sungmin.
El moreno comenzó a teclear y prontamente muchos datos salieron en su pantalla, arrugó el ceño ante las imágenes que encontró y reconoció inmediatamente a su compañero de trabajo en una que otra foto.
Había un pequeño con su compañero de trabajo y entendió que ambos hombres estaban casados y tenían un hijo. Namjoon tomó su teléfono y marcó al nuevo número de Jungkook.
Mientras su amigo contestaba Nam comenzó a revisar otros aspectos del hombre y sus ojos se abrieron en demasía al encontrar la información laboral del sujeto.
-¿Encontraste algo?
-Bastante... Pero antes de seguir tienes que decirme el porqué estás haciendo esto.
Escuchó un suspiro al otro lado de la línea -Lo hago por Jin. Ahora dime lo que encontraste.
-Es dueño de un restaurante en el centro, uno muy lujoso.
-¿Dueño? No puede ser ¿Estás seguro?
-Lo estoy. Aunque no está a su nombre, ni te imaginas las cosas que uno se puede enterar revisando en los lugares adecuados.
-Hijo de puta.
Namjoon no entendía nada pero no preguntó y solo terminó por contarle otras cosas que había encontrado.
Jungkook por otra parte estaba furioso. El marido de Jin era el jodido dueño del restaurante en donde él con sus padres iban a comer algunas veces al mes. Ese lugar era carísimo y no podía creer que Jin viviera tan humildemente mientras su esposo sacaba tan buenas utilidades.
Algo había escondido y él no iba a descansar hasta encontrarlo.
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