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[ 23 ]


Yoongi le abrió la puerta a su hermano, era tarde y al otro día debía trabajar pero aún así dejó que este pasara.

Lo primero que vio fue la mano derecha de Sungmin, esta estaba herida y Yoongi tenía una idea de que es lo que había pasado.

—El hijo de puta tiene a otro —fue lo primero que salió de los labios del mayor.

—Debes dejar de pegarle Sungmin, un día de estos te va a moler a palos.

—Solo fue uno, no pude controlarlo, él maldito me dijo que le doy asco ¿Que se cree? El hijo de perra tiene comida en la mesa gracias a mi, si tiene alguna necesidad yo pago por ello.

Yoongi se talló los ojos —Sana está durmiendo no grites. Vamos a la cocina.

Los hermanos sacaron una cerveza cada uno del refrigerador y se sentaron en la terraza. Yoongi no quería que su familia despertara por el mal humor de su hermano por lo que una buena opción era tomar la cerveza fuera de esta.

—¿Cómo sabes que tiene a otro?

—Revisé su teléfono, tenía una última llamada, justo a la hora que salió con Hoseok.

—¿Lo tiene agendado?

—Si.

Yoongi no podía creer que Jin fuera tan descuidado —¿Como se llama?

Sungmin tomó un sorbo —Conejito, así lo tiene agendado.

Yoongi asintió y tomó un largo sorbo de la cerveza clara que tenía en su mano —Deberías dejarlo, después de todo tú tienes tu asunto también por otro lado.

—No. No puedo dejarlo, el hijo de perra me necesita.

El rubio profesor rodó los ojos —Eres muy hijo de puta —sentencio.

—¿Y tú? Ya no te ves con ese chico que te tenía como un imbécil.

—No y cállate, Sana puede despertar en cualquier momento.

—Tranquilo, nunca se va a enterar que a su esposo le gustan las pollas y no las vaginas.

—Me gustan ambas. Pero no estamos hablando de mi —Yoongi pareció meditar un momento —Jin me cae bien y pienso que esto le hace mal a Hobi, ustedes cada vez discuten más, él siempre está solo en casa cuidando del pequeño mientras tú vas a ver a tu otra familia.

—Yo lo odio.

—Nadie te obligó, podrías haber hecho una vida sin conocer al hijo de Eunbi, pero no lo hiciste porque te gustó Jin.

—En ese momento si, ahora lo veo y me dan ganas de partirle la cara.

Yoongi negó —Hace las cosas bien, no lo golpees de nuevo, alguien se va a enterar y te van a denunciar.

—Me importa una mierda, quiero verlo arruinado y ahí recién me iré ¿Crees que su amante le va a gustar tener a un hombre todo desfigurado y lleno de cicatrices?

El rubio alzó la mirada hacia su hermano mayor —Sungmin no hagas cosas de las cuales te vas a arrepentir luego, déjalo tranquilo.

—¿De parte de quién estás?

—De la parte de Jin, no seas hijo de puta, el chico no te ha hecho nada.

El mayor se levantó furioso y se pasó una mano por el cabello. —Tengo que encontrar con quién se está viendo, tengo que darle un pequeño recordatorio de porqué decidió casarse conmigo —su sonrisa no se borró y Yoongi sintió temor por su cuñado y sobrino.

—Será mejor que te vayas. Mañana debo madrugar y Sana también.

—Cierto... Bien me iré. —Sugmin y Yoongi caminaron hacia la reja de la propiedad —hermanito no te olvides que soy el único que sabe que hace 4 años te sentías como un puto campeón por romperle el culo a ese chiquillo... No lo olvides... Recuerdas que los delitos por agresión sexual no se absuelven.

Yoongi observó el vehículo de su hermano mayor partir y se sintió enfermo. Odiaba a su yo de hace 4 años, odiaba haber confiado en su hermano, pero lo que más odiaba era el haberle hecho daño a ese chico.

Porque jamás nunca pudo quitárselo de la cabeza.

Con el ánimo por los suelos y un poco de miedo se fue a acostar. Abrazó a su mujer de la cintura y dejó un tierno beso en su cuello.

No pudo dormir tanto esa noche por lo que apenas despertó decidió hacer algo para ayudar a su cuñado y calmar en algo la culpa que lo acompañaba desde que le hubiera hecho tanto daño a Jungkook.

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Jin volvió de dejar a Hobi en el jardín infantil, se quitó la bufanda que se había puesto para tapar la hinchazón de su mejilla y comenzó a ordenar su casa. Sungmin no había llegado a dormir y eso había sido realmente tranquilizador.

Levantó los cojines del sofá y sonrió al encontrar todos los tesoros escondidos de su pequeño. Guardó todo en la caja de juguetes y se dirigió a la cocina para poner agua a hervir. Estaba ansiando una taza de café.

De pronto la puerta fue golpeada y él rápidamente fue a ver quién era.

—Hola Yoon —dijo sorprendido de ver a su cuñado en su casa tan temprano.

—Hola Jin ¿Puedo pasar?

El rubio cajero tragó y sabiendo que lo primero que vería Yoongi sería el golpe en su mejilla, de todas formas lo dejó entrar.

Yoongi suspiró mientras la puerta era cerrada —¿Tomaste algo para eso?

Jin negó —se acabaron las pastillas y a mí todavía no me pagan.

Yoongi buscó dentro de su chaqueta y le pasó una caja de pastillas anti inflamatorias. —Toma una antes que se siga hinchando.

—¿Él fue a tu casa anoche?

—Si, y ya sabe que tienes algo con otra persona, deberías ser más discreto.

Jin sintió su rostro ponerse pálido y luego se avergonzó. Mordió su labio y una lágrima cayó por su mejilla herida. Yoongi inmediatamente acarició su rostro suavemente acercándose a él y limpiando el rastro que dejó en la suave piel de su cuñado.

—Ya sabes que puedes contar conmigo para lo que sea Jin, si necesitas algo me lo puedes pedir, Hobi siempre va a ser mi sobrino y yo no quiero que pasen por necesidades.

—Estoy bien, estaré bien... Tengo que estarlo.

Yoongi suspiró —¿Porqué no lo denuncias? Lo sé, no me mires así, pero tú y yo sabemos que Sungmin no te va a dejar.

—Lo sé, estoy jodido, desde que puse un pie en esta maldita casa firmé mi sentencia.

Yoongi asintió en silencio, pero luego habló —te voy a conseguir un trabajo de tiempo completo, buscaremos ayuda y de a poco te vas a ir alejando de mi hermano.

Jin tragó —¿Porqué estás haciendo esto Yoon?

Yoongi le sonrió dulcemente —Es muy simple, tu siempre fuiste bueno conmigo y amo a Hobi y si tuve la oportunidad de conocerlo fue gracias a ti... Y también porque yo no he sido un buen hombre y eso me hace querer hacer millones de cosas buenas para tapar mis errores del pasado.

—No creo que sea tan así... Tú eres un buen hombre Yoongi.

—Ya te dije, estoy tratando de compensar mis fallas en el pasado, pero eso es otro tema. Dime ¿Les falta algo? ¿A ti o a Hobi?

—No, estamos bien Yoon, gracias.

—Bien, me iré antes que mi hora libre se termine.

Yoongi abrió la puerta y sintió la mano de Jin sobre la suya —Gracias por la preocupación Yoonie.

El profesor asintió embelesado por la belleza de su cuñado y le sonrió con afecto para luego salir de la casa y subirse a su vehículo.

Jin cerró la puerta y comenzó a buscar su teléfono. Había sido un idiota al haberlo dejado encima de la mesa del comedor. No lo encontró en la sala ni en la cocina y se comenzó a preocupar.

Fue hasta la habitación principal y ahí mismo estaba el teléfono sobre la cama. Lo tomó enseguida.

No tenía ninguna llamada de Jungkook ni mensajes. Mordió su labio porque no sabía que podía haber encontrado Sungmin en el teléfono si él había borrado todo.

Se tiró en la cama y se quejó por el dolor en su mejilla. Pensó en Jungkook y en cuanto le gustaría estar entre sus brazos, como le gustaría sentir sus labios sobre los suyos. Quería tocarlo, sentir su suave cabello castaño entre sus dedos, tocar la cicatriz de su mejilla, besarlo hasta cansarse.

Jin se abrazó sobre la cama y se dejó ilusionar por lo que su imaginación podía recrear cuando se trataba de él y Jungkook.


Jungkook se dejó caer sobre la banca para descansar de su extenuante jornada de ejercicios. Tomó su botella de agua y tomó varios sorbos largos sin dejar de pensar en ningún momento en Jin. La llamada había sido tan rara y él estaba temiendo que algo malo le hubiese pasado.

Mordió su labio ansioso. Namjoon llegó a su lado y también se dejó caer sobre la banca.

—¿Que tan difícil es saber datos de una persona Joonie?

—Sobre qué específicamente.

—Trabajo, horarios... ¿Vida social?

Namjoon sonrió —¿Necesitas un hacker?

—Si.

—Mis servicios son caros Kook.

—Puedo pagar.

—Necesito al menos un nombre.

Jungkook meditó, ese día en su departamento Jin había dicho el nombre de su esposo pero no lo podía recordar.

—Lo averiguaré.

—¿Puedo saber?

Jungkook negó y se levantó para llegar hasta los casilleros, se quitó la camiseta y los pantalones. Se quedó en bóxer. Se miró al espejo, tenía leves marcas en su cuello y una mordida que ya estaba desapareciendo de su cadera.

Suspiró y se metió a la ducha pensando en Jin. Realmente él necesitaba saber que había pasado, pero tenía miedo de llamarlo, tenía un poco de temor de buscarlo.

Cuando salió de la ducha se secó el cuerpo y se vistió rápidamente. No podía quitarse la mala sensación de su interior. Temía que algo le hubiera pasado a Jin, por lo que salió del gimnasio y tomó el primer taxi que pasó, le dio la dirección y cuando llegó a casa del rubio le pidió al taxista esperar un tanto alejado. Quería ver si estaría el esposo también ahí.

Pero una cosa le decía que Jin estaba solo.

El horario.

Era temprano por la mañana por lo que Hobi estaba en el jardín y seguramente el marido del rubio trabajando, o al menos eso quiso creer Jungkook mientras caminaba directo a la puerta de entrada.

Lamió sus labios y rogó a todos sus santos que el mayor estuviera solo.

Golpeó dos veces y cuando la puerta se abrió dio dos pasos hacia atrás...


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1/4?

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