[ 2 ]
Jin observó a su marido y bufó cuando este se paró de la mesa y dejó su plato sobre esta. Suspiró un poco cansado por lo tedioso que había sido su primer día en el supermercado, estar al pendiente de lo que decía el bonito chico de cabello rosa había sido más difícil de lo que creyó.
Terminó de cortar la carne y la puso en el plato verde de su hijo. Llegó hasta la mesa y se sentó frente a él. Su pequeño ya lo estaba esperando en su propia silla expectante por su cena.
Sonrió al ver a su hijo tomar la cuchara de plástico y enterrar esta en el plato para luego comer.
Miró su casa toda desordenada. Juguetes tirados por toda la sala, ropa en las sillas, loza sin lavar en la cocina.
Estaba cansado.
Lo único que quería era dormir y no despertar o por lo menos dormir más de cinco horas seguidas sin interrupciones.
—Mañana tengo partido de fútbol.
Jin miró a su marido que estaba sentando en uno de los sofás de la sala.
—Mañana debo volver al supermercado ¿No recuerdas que te dije que trabajaría sábados y domingos?
Sungmin arrugó su ceño —¿Entonces?
—Entonces tienes que cuidar de Hobi.
—¿Yo?
—Pues claro, eres su padre.
Sungmin miró al niño que ahora tiraba parte de su comida al piso y comenzaba a aplaudir por su acción.
—Él se porta mal conmigo —dijo volviendo su mirada a la televisión.
—Él se aburre contigo, podrías llevarlo al parque si el día está bonito o no sé.
—¿Y Taehyung?
—¿Que hay con él? —Seokjin metió los trozos de carne en el platito.
—¿No puede cuidarlo?
—¿Porque mi hermano tendría que cuidar de nuestro hijo cuando tú estás aquí en casa?
El azabache meneó la cabeza —Tienes razón.
—Por supuesto que la tengo, no tiene sentido que él venga. Entonces... —Seokjin le alcanzó su vasito de jugo a su hijo y volvió su vista hacia su marido —Mañana te quedas con Hobi. Yo trabajo de diez a seis.
—¿Tienes que trabajar?
—Tengo, si. Además es solo los fines de semana, tampoco es la gran cosa.
Sungmin asintió y cambió de canal. Jin por su parte siguió mirando a su hijo mientras este seguía botando su comida sin meterse nada a su boquita.
El rubio suspiró y le quitó la cuchara. Y por supuesto que su hijo se puso a llorar.
—Cariño, mejor te la doy yo ¿Si? Estás botando todo. Mira —Seokjin apuntó al piso para que su pequeño mirara todo el desastre que había ocasionado. —¿Ves lo sucio que está quedando el piso que papi limpió antes de irse a trabajar?
Jin no estaba muy seguro que su hijo estuviera entendiendo lo que le decía, pero al parecer había funcionado porque Hoseok había parado de llorar y ahora estaba esperando que su papi le diera la comida.
—Eso es —elogió —muy bien Hobi.
El pequeño masticó su carne y sus ojitos de fueron hasta los de Jin —Maasss.
—¿Te gustó la comida de papi? —Jin sonrió y acarició los cabellos castaños de su regalón.
—¿Le vas a dejar la comida hecha para mañana? —Sungmin preguntó desde la sala.
—¿No deberías hacerla tú?
—No le gusta mi comida.
El rubio bufó.
Siempre era así en su casa.
Su marido cooperaba muy poco en el cuidado del pequeño Hoseok, pero eso no era tan malo ya que él estaba en casa en la semana y se hacía cargo de todo. Aunque a veces era agotador, eso Jin no lo iba a negar jamás.
—Bien pequeño, creo que ya estás listo para descansar un poco antes de ir a la cama.
Tomó a su pequeño y lo bajó de la silla. Este corrió hasta su juguete de dinosaurio preferido y se sentó en la alfombra de la sala.
Jin tomó todo lo que su hijo había ocupado y se fue directo a la cocina para lavar todo.
El azabache llegó a la cocina con un vaso y un plato que Jin no sabía de dónde había salido.
—¿Y eso?
—Estaba en la habitación —se encogió de hombros para luego dejarlo solo.
El rubio tomó el plato y el vaso y comenzó a limpiarlos mientras pensaba en una y mil maneras de matar a su marido. Odiaba que comiera en la habitación, siempre dejaba migas de pan o manchaba las sábanas con café. Realmente odiaba que no tuviera consideración con algo que habían hablado muchas veces.
Jin dejó todo limpio y cuando salió de esta encontró a Hobi durmiendo en el piso.
Miró a su marido y este levantó la mirada de su celular —No vi que estaba durmiendo.
Jin suspiró pero no dijo nada. Fue hasta la habitación de su hijo, dejó todo listo y fue hasta donde él estaba enrollado durmiendo. Lo tomó suavemente entre sus brazos para llevarlo hasta su cama. Cuando llegó a esta lo acostó y se aseguró de dejar al menos una fuente de luz por si se despertaba a media noche, así evitaría un llanto desconsolado, aunque Hoseok solía dormir bien y de corrido hasta las 6 de la mañana.
Dejó un besito en su frente y salió de la habitación.
.
.
Eran las diez de la noche cuando finalmente Jin se metió en la cama. Su marido ya estaba acostado. Puso su alarma aún sabiendo que Hobi lo despertaría temprano.
Se acomodó mejor y de pronto su marido le estaba dando besos en el cuello.
—Sungminie bebé estoy cansado.
—Solo un poquito Jinnie.
El azabache continuó besando su cuello mientras que una de sus manos se fue directo a masajear la entrepierna de su marido. Jin jadeó en respuesta y tiró su culo para atrás hasta que sintió el duro miembro de su esposo.
Sungmin tiró del pantalón de pijama del rubio y cuando este estuvo fuera de su cuerpo se dedicó a quitarse su propia ropa.
Jin se giró para atacar la boca de su esposo y mientras se subía sobre él escuchó un quejido desde la habitación de Hoseok.
—No puede ser —el azabache suspiró.
—Voy rápido.
Jin se levantó y se puso su pantalón nuevamente y salió rumbo a la habitación de su pequeño Hobi.
—¿Que pasó bebé? —Jin se sentó al borde de la cama y acarició su mejilla de forma cariñosa.
El niño no respondió ya que no hablaba mucho, Hoseok estaba en terapia de lenguaje hace al menos dos meses.
Jin sonrió cálidamente —¿Quieres que duerma contigo?
Hoseok parpadeó dos veces y no dijo nada.
El rubio lo intentó nuevamente —¿Aquí? ¿Yo, aquí? —palmeó la cama mostrándole a su pequeño.
—Sssiii. Aquí —respondió.
Jin suspiró pero contento de que al menos su hijo pudiera decir sí, eso ya era un gran avance para él.
Se acostó de lado y atrajo a su pequeño hasta su pecho. El niño cerró los ojos y Jin también lo hizo. Siguió acariciando sus cabellos esperando a que se durmiera.
Aunque tenía ganas de estar con su marido, dormir junto a su niño era lo que más le gustaba hacer en el mundo.
Ya después de que se durmiera su bebé él volvería a los brazos de su marido.
Solo esperaba que este estuviera aún despierto cuando volviera a la cama.
── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──
Esta historia tendrá capítulos más cortos. En unas horas más subiré el número 3 😚.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro