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[ 15 ]

Jungkook se quitó su sudadera y la tiró sobre la cama. Caminó por su habitación pateando sus zapatillas y lo que sea que estuviera en el piso. Se sentó en su cama y su ceño se frunció completamente al recordar las palabras de Jin. Estaba tan molesto.

¿Porque alguien se mantendría en una relación con alguien que no ama?

Jungkook podía apostar su vida a que Jin no amaba a su esposo. Porque si lo hubiese estado jamás lo habría besado de esa manera, no habría aceptado ir a comer con él, no lo hubiese tirado contra la arena para besarlo y tocarlo tan malditamente bien.

Esas cosas no las hacia una hombre enamorado de su pareja.

Se tiró sobre la cama mirando su techo. Él muchas veces se dijo que no volvería a repetir sus acciones del pasado y ahora lo estaba haciendo con Jin. Se pasó una mano por el cabello recordando su historia con Yoongi, aquel primer hombre que le había robado más de un suspiro en su primer año de universidad.

Tenía 18 años cuando había visto por primera vez al pálido profesor. No le hacia clases directamente a él sino que a la novia que Jungkook tenía en ese momento.

Había sido amor a primera vista, el profesor de literatura era lo más sexy que el menor había visto en sus cortos años. Y no pasó mucho tiempo antes que empezaran a coquetear a escondidas de todos.

Jungkook mordió su labio mientras recordaba al profesor heterosexual en público, pero que en la intimidad no lo era ni un poco.

Su puerta fue golpeada dos veces.

—¿Kookie?

—Pasa papá.

Alexander entró y le sonrió a su hijo mientras se sentaba sobre la cama.

—¿Estás muy cansado? Hice la cena ¿Tienes hambre?

—No tengo hambre papá, gracias.

El mayor de ambos miró los ojos tristes de su hijo. Sabía que le estaba pasando algo pero no quería empujarlo a que le cuente las cosas, quería que su hijo se acercara a él sin sentirse obligado a hacerlo.

—¿Vas a dormir?

—Leeré un poco y después dormiré.

—Bien, de todas formas dejaré tu plato en el refrigerador por si te da hambre —el médico se levantó pero antes de salir miró a su hijo una vez más —compré tu leche favorita cariño, para tus paseos nocturnos a la cocina.

Jungkook rió bajito y le dio las gracias a su papá mientras este cerraba la puerta.

Se acomodó nuevamente sintiendo un pinchazo de culpa al ver la preocupación en los ojos de su papá. Pero no podía decirle que estaba detrás de un hombre casado, no por segunda vez. Alexander había sido enfático en su momento al negarle su apoyo si volvía a estar con un hombre casado. Y mucho menos después de lo que Yoongi le había hecho en uno de sus encuentros sexuales.

Lo había dejado atemorizado por un largo tiempo y por eso solo había estado con mujeres, pero Jin había llegado a cambiar todo eso.

Suspiró al pensar en aquel bello hombre y en su intento por alejarlo. Aunque quizás eso no sería tan malo, quizás esa era la señal para que Jungkook de un paso al costado.

Golpeó con su puño las sábanas.

No. Él no quería alejarse, quería llegar más allá con el mayor, quería quitarse el miedo horrible que tenía a ser follado nuevamente, quería saber que tan dulce podía ser Jin con él, porque estaba casi seguro que el  rubio era un hombre muy diferente a Yoongi.

Tenía que serlo.

Con ese pensamiento se levantó y fue por una ducha. Al salir se sentó en su cama desnudo y por su cabeza pasó una idea, más bien una prueba para el rubio.

Sonrió al tomar su teléfono y enviarle un mensaje a una de sus tantas conquistas. Todas las chicas volvían por él, jamás le habían dicho que no, por lo que su plan saldría a la perfección.

Se puso su pijama con estampado de zanahoria, que solamente usaba cuando estaba un poco triste, y se metió entre sus sábanas. 

Al poco tiempo Jungkook estaba durmiendo tranquilamente mientras soñaba con el hermoso hombre rubio.


—¿Que te pasa?

—¿Eh?

—No me estás escuchando Jinnie.

—Lo siento Tae ¿Que decías?

—¿Porque no vuelves a estudiar?

Jin suspiró —No sé si me darían la beca completa, además los horarios y todo eso, con suerte puedo trabajar los fines de semana.

—Mamá podría cuidar a Hobi, yo también podría los fines de semana.

Jin miró a su hermano, las palabras atascadas en su garganta, necesitaba un consejo. Necesitaba desahogarse con alguien.

—¿Te acuerdas del chico del supermercado?

—¿El de pelo rosado? —Taehyung lamió sus labios —¿Está soltero?

—Basta, y no, no es él... El otro chico.

—El otro chico guapo... Si, lo recuerdo.

El rubio entrelazó sus dedos nervioso. Miró la taza que tenía en sus manos y se aclaró la garganta —Tu sabes que las cosas con Sungmin no están bien.

—¿Cuándo han estado bien Jinnie?

—En algún momento... Creo.

—Yo no se qué te llevó a estar con una persona como él... Lo respeto porque es tu marido y fue tu decisión hacer una vida a su lado, pero tú no eres tú cuando estás con él y lo sabes.

—Ya sabes porque lo hice Tae.

—¡Pero no tenías que hacerlo! Eunbi hubiese estado feliz de que Hobi se criara con nosotros, no necesitabas casarte para eso Jinnie.

—Hobi es su hijo... De hecho legalmente tiene más derecho.

—Espera... ¿Él se quería llevar a Hobi?

Jin asintió y cerró los ojos. Ese era el secreto que había guardado por años. Cuando había anunciado su matrimonio con quién también había sido la conquista temporal de su hermana, su familia había enloquecido, nadie entendía nada y Jin no pudo explicarlo, no en ese momento.

Sungmin había tenido un breve romance con su hermana mayor Eunbi, luego ella había quedado embarazada y por si no fuera poco a los pocos meses le diagnosticaron un cáncer terminal. A duras penas había podido nacer Hoseok y Jin le había prometido mientras su hermana daba sus últimas respiraciones, que él se haría cargo del pequeño. Que lo amaría y cuidaría como si fuera suyo.

Al tiempo después y cuando Hoseok tenía apenas un año Sungmin apareció en la vida de Jin. Este quería la custodia del niño, pero Jin se negó, por lo que llegaron a un acuerdo.

Casemonos Jin, le doy mi apellido, el niño se cría con su padre y nosotros... Bueno nosotros podemos hacer algo también.

El rubio había quedado de piedra al escucharlo y prontamente ató los cabos sueltos de una conversación que había tenido con su hermana en el hospital.

Yo lo perseguí hasta que me dijo que sí, yo sabía que le gustaban más los hombres que las mujeres, pero yo lo quería Jinnie... Me gustaba tanto.

Jin y Sungmin se casaron para que Hobi pudiera mantenerse en la familia. Jin con el tiempo lo aprendió a conocer y en su momento le había gustado. Y creyó haber estado enamorado en algún momento de su relación, en los tiempos felices, pero eso no fue más que parte de su ganas de amar y ser amado.

En los tiempos difíciles también había anhelado tener un compañero a su lado. Un hombre que pudiera consolarlo en sus momentos tristes, un abrazo cariñoso al discutir.

Pero Sungmin no había sido nada de eso. Y ahora todo se reducía a Jin y el miedo de perder a Hobi.

—¿Jinnie? —Taehyung chasqueo sus dedos frente al rostro de su hermano quién tenía los ojos cristalizados por las lágrimas que estaba tratando de retener.

—Lo siento... Yo... —limpió sus lágrimas —yo tengo tantas cosas en la cabeza ahora mismo.

—¿Que pasó con ese chico bonito del supermercado?

—Oh si... Bueno yo lo besé... En realidad él me besó primero y luego ya no pude parar Tae... Él es —lamió sus labios —Dios, es realmente adictivo... Y es tan atractivo, pero a la vez es como un niño... Me encanta de verdad. Yo no se qué hacer porque cada vez que lo veo me quiero tirar encima de él o que él lo haga... Me estoy volviendo loco Tae.

Los ojos de su hermano menor estaban abiertos tan grandes que Jin temió que se pudieran quedar así. Jin respiró más tranquilo ahora que había contado lo que tenía guardado hace más de dos semanas dentro de su pecho.

—Di algo por favor.

—No sé que decir... Tú eres un hombre grande y sabes lo que haces ¿Un romance fuera del matrimonio? No me parece tan alocado cuando le perdonaste dos infidelidades a tu esposo.

—No se trata de eso... Nunca pensé en devolvérselo, tu sabes que nosotros nos casamos y no sentíamos nada el uno por el otro.

—Lo entiendo... Pero eso con los años cambió un poco ¿No?

—Si, cambió un poco, pero siempre me faltó algo.

—Y ahora ese chico completó lo que te faltaba ¡Demonios Jinnie! —Taehyung rió mientras su hermano mayor se mostraba abatido por haber contado aquello. —¿Y que tal es en la cama?

Jin se atoró y agitó sus manos para hacerlo callar —Oye, no hemos llegado a eso.

—No aún —dijo el menor alzando sus cejas.

—No hablemos de eso, el domingo me alejé de él... Y no hemos hablado ni nada.

Taehyung rió.

—¿Que?

—Por eso esta semana te has comportado como un león enjaulado —dijo divertido.

Lamió sus labios y suspiró —creo que Sungmin lo sospecha.

—Claro que si, él también ha sido infiel. Sabe que es lo que hace uno —Taehyung reflexionó. Y luego de un silencio miró a su hermano y le sonrió —deberías llamarlo.

—¿Que? No... Él no debe querer saber nada de mí.

—Intenta, no pierdes nada. Invitalo a salir.

—Tae, por dios —el rubio se llevó sus dedos a su frente y masajeó. Empezaba a arrepentirse de haberle contado a su hermano sobre Jungkook.

—¿Él sabe que estás casado?

—Lo sabe.

—¿Y no le importa?

Jin suspiró pensando en las palabras del menor.

Te puedo compartir, no me importa.

—Él no ha dicho nada al respecto.

—Entonces lo acepta... Creo que solo depende de ti Jinnie.

El rubio volvió a suspirar.

Claro que dependía de él y estaba al punto de enloquecer. Quería verlo tanto, escuchar su risa, ver su sonrisa, oler su cabello.

Mierda.

Jin aprovechó que Hobi aún estaba en el jardín y tomando el consejo de su hermano, tomó su teléfono y llamó a quien estaba ocupando sus pensamientos desde que lo había conocido.

── ∗ ⋅◈⋅ ∗ ──

3/4?

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