
[ 1 ]
Jungkook ajustó los tirantes de su mochila al entrar a su lugar de trabajo. Como cada sábado el muchacho de 22 años se dirigía hasta el supermercado en donde se desempeñaba los fines
de semana como reponedor de diversos productos.
Llegó hasta donde dejaba sus pertenencias y rápidamente corrió hasta la bodega del lugar para comenzar una nueva jornada de trabajo.
Namjoon fue el primero que lo vio y pasó a saludarlo mientras llevaba su carro lleno de cereales.
—Kookie, el jefe te está buscando.
Jungkook arrugó la nariz y se encogió de hombros despreocupado.
—¿No te dijo que quería?
—No, pero tú y yo sabemos que es lo que quiere.
El menor alzó los ojos —Solo fue una mamada en el baño ¿Porqué se enojarías por eso?
—Quizá porque estabas en horario laboral o quizá porque era el primer día de esa chica... No lo sé Kookie —dijo divertido.
Se encogió de hombros tranquilamente y cuando divisó a su jefe se encaminó hasta él.
—Jeon, buenas noches, es un honor que se haya dignado a llegar temprano a su lugar de trabajo.
—Buenos días jefe. Me atrasé en casa, ruego que me disculpe.
El hombre rodó los ojos y le entregó unos papeles.
Jungkook arrugó el ceño, no entendía porqué le estaba pasando esos documentos a él.
—Estos papeles son para los cajeros, llévalos por mi, por favor.
El menor se obligó a no rodar sus bonitos ojos y se dio media vuelta para salir de la maldita bodega.
—¿Que soy, su jodido mensajero?
Jungkook iba hablando solo y aunque sabía que lo podían escuchar sus otros compañeros poco le importó.
El supermercado aún no abría sus puertas por lo que el menor llegó rápidamente hasta el sector de cajas en donde divisó a cuatro de todos los cajeros del supermercado.
—Claro, y a sí me molesta a mi jodido viejo de mierda —dijo el castaño al ver que ni la mitad de sus compañeras y compañeros estaban en sus puestos de trabajo.
—¡Jungkookie!
Jeon abrazó a su amigo y le entregó inmediatamente la hoja.
—¿Que es esto? —el pelirosa miró el papel y arrugó su ceño haciendo sonreír al menor.
—No lo leí Jimin. Pero es para ustedes —Jungkook miró hacia sus otros compañeros quienes hablaban entre sí antes de que el supermercado abriera.
Jimin alzó la mirada para observar a su amigo.
—¿Que tanto ves? —se irguió en su silla para poder mirar en la misma dirección que su amigo.
—¿Porqué hay tan poco de ustedes?
—Lisa está enferma y a Eunwoo lo despidieron.
Jungkook asintió —¿Y van a traer a alguien para que ocupe su puesto?
—Por dios Jungkookie —Jimin se tapó la boca con una de sus manos.
—¿Qué? —lo miró.
—Eres insaciable hombre —se rió y golpeó sus manos —¿Estás buscando carne nueva?
—Siempre —el azabache le guiñó el ojo mientras Jimin seguía riendo.
Jungkook se despidió de su amigo y terminó de repartir las hojas a los demás cajeros.
Volvió a la bodega para poder empezar con el trabajo del día.
Tomó su carro y comenzó a vagar por los pasillos, sonrió cuando vio a Namjoon hablar con una de sus compañeras de trabajo.
Siguió avanzando hasta que llegó al pasillo que le correspondía.
Abrió las cajas y comenzó a sacar los shampoos y acondicionadores que debía reponer. Sonrió porque le gustaba ese pasillo, amaba el olor de esos productos. A veces abría las botellas de las nuevas fragancias, pero aún no encontraba una que fuera de su total y absoluto agrado.
Prontamente terminó sus labores y se dirigió de nuevo a la bodega. Se sentó para esperar sus productos mientras veía a sus compañeros moverse de un lado a otro.
Namjoon volvió también con una enorme sonrisa en su rostro y se sentó a su lado.
—Terminaste pronto Kookie.
—Ajá —Jungkook estaba revisando su celular. Sonrió al ver el mensaje de una de sus tantas conquistas.
—Oye, suelta eso —Namjoon le pegó en la cabeza y Jungkook enojado por la interrupción guardó su móvil en el bolsillo de su pantalón.
Jungkook lo miró y se dio cuenta que el mayor quería contarle algo.
—¿Porqué me estás mirado así? Me estás asustando Joon.
El rubio sonrió aún más amplio mostrando sus bonitos hoyuelos —invité a salir a Soyeon.
—¡Ya era hora! —Jungkook palmeó la espalda del mayor y este lo miró negando con su cabeza.
—Oye, no todos somos rápidos como tú.
—Lo sé, soy asquerosamente guapo y muy productivo. Nadie me dice que no.
Namjoon alzó los ojos pero la sonrisa no se alejó de su boca.
—Bien, iré a terminar los dos pasillos restantes y me iré a cambiar de ropa.
—¿Van a salir hoy?
—Claro. La invité a tomar un helado.
Jungkook hizo una mueca —¿Helado?
—Si, Kookie, algunos todavía creemos en las citas.
El menor bufó.
—¿Para qué? Si igual vas a terminar en la cama con ella.
—Cuidado, no quiero olvidar que eres mi mejor amigo.
Jungkook alzó las manos para evitar que su amigo se enojara.
—Lo siento, lo siento.
Namjoon negó con la cabeza y se movió hasta la salida dejando al castaño solo de nuevo.
Jungkook no entendía el romance.
Él simplemente salía con quien le decía que sí, no volvía a llamar jamás y no se ataba a alguien.
¿Para que complicar las cosas?
—Jeon.
La voz de su jefe lo hizo levantarse.
—Si jefe.
—¿Puedes cubrir el pasillo 10?
Jungkook asintió y luego de recibir el carro con lo que debía reponer salió contento directo al pasillo de los licores.
Cuando llegó a este se puso los audífonos y comenzó con su tarea.
No se dio cuenta de cuando habían abierto el supermercado hasta que unas bonitas manos tomaron una caja de licor al lado de donde él estaba trabajando.
Giró su cabeza para encontrar a la dueña de tan bonitas uñas y le sonrió coquetamente. Al ver un pequeño rubor en las mejillas de la mujer Jungkook se sintió como un campeón.
Se quitó los audífonos y humedeció sus labios ante la atenta mirada de ella.
—¿Necesita ayuda señorita?
—Gracias por lo de señorita guapo... Y si, necesito ayuda.
Jungkook aprovechó de mirar sin vergüenza a la mujer. Tenía un buen cuerpo, sin dudar siquiera, Jungkook sabía que esa mujer estaba casada.
¿Cómo lo sabía?
Fácil, la mujer estaba excesivamente halagada por el comportamiento del castaño y le era fácil coquetear con él de vuelta, además lo miraba como si estuviera hambrienta. Y Jungkook no tenía ningún problema en ser visto de esa manera.
Y obviamente tenía un enorme anillo en su mano izquierda.
Luego de 15 minutos, Jungkook tenía un teléfono celular y dos direcciones de correo electrónico para ponerse en contacto con la mujer.
Silbó mientras arrastraba su carro de vuelta a la bodega. Pasó por las cajas y antes de meterse a la bodega algo llamó su atención.
Jimin estaba en su puesto habitual pero alguien estaba sentado junto a él.
El menor no pudo apreciar quién era a quien su amigo estaba enseñando, seguramente era quien ocuparía el puesto de quién había sido despedido. Jungkook solo podía ver su espalda y su cabello rubio.
Llegó hasta la bodega y entró.
Dejó el carro a un costado y se acercó a sus compañeros, que también eran reponedores como él y se dejó caer en una de las sillas desocupadas.
Ellos estaban hablando de alguien pero Jungkook no tomó atención, buscó su celular para no estar tan aburrido, aún faltaban 20 minutos para terminar su jornada laboral.
—Pero ¿Lo viste? —escuchó decir.
—¿Viste lo guapo que era?
Jungkook arrugó su ceño.
¿De quién estaban hablando?
—Su cabello es tan brillante.
—Definitivamente es un hermoso hombre —finalizó una de sus compañeras.
—¿De quién hablan? —Jungkook se levantó y llegó hasta ellos.
—Mira —Soobin, el chico del pasillo de las leches le entregó su celular para que Jungkook pudiera apreciar lo que estaban viendo.
El castaño tomó el teléfono y observó la fotografía de un hombre. Era rubio y estaba sonriendo en la fotografía.
Jungkook observó sus facciones, el tipo sí que era guapo, alzó la mirada sin entender porque sus compañeros estaban revisando el perfil de aquel hombre.
—¿Quién es él?
—Nuestro nuevo compañero de trabajo —Taemin dijo —uno de los dos que llegaron hoy.
—El gerente nos quiere matar —rió Jisoo —¿Cómo se le ocurre traer hombres tan guapos? ¿No sabe que va a pasar?
Jungkook arrugó su ceño —¿Que va a pasar?
Los tres chicos rodaron los ojos.
—Cierto, Jungkookie eres demasiado heterosexual para esta conversación.
El castaño se rió. Él no era tan heterosexual como creían, pero no tenía porqué ir contando por ahí con quien se involucraba.
Aunque siempre había fanfarroneado sobre sus conquistas de turno y de lo fácil que abrían las piernas para él, habían cosas que no contaba.
Ni a sus mejores amigos.
Jungkook revisó la hora y ya era momento de salir de ese lugar.
Ahí mismo en la bodega, pero en el segundo piso, se encontraba la sala del personal, en donde podían almorzar o tomar café. Ese era el lugar preferido de Jungkook, por lo que se dirigió ahí antes de salir de su trabajo.
Puso a hervir el agua y mientras esperaba miró por la ventana que daba hacia toda la sala de ventas, desde ahí podía ver las cajas de pago y los pasillos más próximos.
Divisó de nuevo al hombre rubio que estaba temprano junto a Jimin y su curiosidad por ver su rostro comenzó a ser prioridad para él.
Mordió su labio y una idea pasó por su cabeza. Esperó a que el agua estuviera lista y bajó de vuelta a la sala de ventas.
Su jornada laboral ya había terminado por lo que buscó unas galletas y una gaseosa e hizo la fila en la caja de Jimin.
Cuando llegó su turno su amigo sonrió al verlo.
—¿Ya terminaste por esta mañana Jungkookie?
—Si, terminé. Pero debo volver en la tarde —Jungkook se deslizó unos pasos para poder ver al hombre que estaba anotando algo en un pequeño cuaderno. Demasiado pequeño para escribir, pensó el castaño.
Alzó su cabeza hacia el hombre detrás de su amigo y Jimin se pegó con su mano en la frente.
Corrió su silla y en ese momento el rubio levantó la mirada.
Jungkook abrió su boca y ladeó su cabeza tratando de entender porqué ese hombre era tan guapo.
El otro le parpadeó muchas veces un tanto incómodo bajo esa mirada.
Jimin los presentó —Él es Jungkookie, somos compañeros en la universidad y también trabaja aquí los fines de semana.
—Hola, soy Jin.
Jungkook sabía que tenía que decir algo, pero mientras miraba los ojos contrarios y luego esos abultados labios, ya no supo que decir, ni que hacer.
Jimin aclaró su garganta y le alzó una ceja a su amigo quien al parecer encontró su voz.
—Hola, si, soy Jungkook.
Estiró su mano por sobre la estación de pago y encontró la mano suave y firme del contrario.
Jin se removió inquieto por la mirada del chico sobre él.
Jungkook se dio cuenta y fijó su mirada en su amigo —Llevaré esto Minnie.
Trató de no mirar al hombre que aún estaba sentado y que había vuelto a escribir en su pequeñísima libreta de notas. Pero no pudo y lo miró nuevamente, aunque por unos segundos porque Jimin lo interrumpió preguntándole la forma de pago para su compra.
—Kookie, hey...
—Lo siento... Creo que no dormí mucho anoche —sonrió y su mirada se fue de nuevo a su rubio compañero de trabajo.
—¿Con quién te enredaste anoche? —Jimin rió y Jungkook quiso golpearlo —¿Quién fue esta vez? —el pelirosa siguió molestando —¿Jenny? O ¿Hyejin?
Jungkook tensó la mandíbula ante los nombres mencionados por su endemoniado amigo. Por alguna razón, que por supuesto no entendía, no quería que Jin tuviera una mala percepción de él.
No tan pronto.
—No, nada de eso... El lunes tengo examen y me quedé estudiando —se encogió de hombros para parecer tranquilo pero Jimin no creyó nada y solo se quedó sonriendo como un idiota mientras Jungkook trataba de no mirar al rubio frente a él.
—¿Que estudian? —Jin miró a Jimin y luego a Jungkook.
—Enfermería —respondieron ambos.
Y Jungkook se deleitó con la atractiva vista que tenía frente a él.
Había visto hombres guapos antes, pero el rubio era por lejos lo mejor que había visto en sus 22 años.
Jimin aclaró su garganta de nuevo y Jungkook finalmente sacó su billetera para pagar.
Se despidió y cuando estuvo fuera del supermercado respiró hondo.
Había sido realmente raro su comportamiento, hasta el mismo se daba cuenta y se quería dar una patada en el culo por haberse puesto como un idiota frente al hermoso rubio.
Seguramente él estaría pensado que se había comportado como un niño.
Jungkook apretó los puños odiando el camino de sus pensamientos.
No tenía porqué importarle lo que piense un hombre que apenas conoce.
No tenía sentido.
Jungkook tomó su celular y se lo llevó a la oreja. La llamada conectó y dejó que la dulce voz de una de sus conquistas de turno lo envolviera.
—¿Que vas a hacer en la noche Joy?
Jungkook se rió y salió del estacionamiento del supermercado quitando de su interior su raro comportamiento con su nuevo compañero de trabajo.
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Hace un tiempo largo que tengo guardado esto y empezaré hoy 😉.
Espero sea de su agrado como mis otras historias 💜.
Actualizaciones lentas. Daré prioridad a mis otras historias 😚
Nos leemos pronto!! 😘😘
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