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Capitulo 17

Me encontraba sentado con los pies encima de la mesa en mi oficina y un vaso de café en la mano. 
Mi ojos están fijos en el piso y yo ando pendiente del móvil.
Admito que siento algo de miedo, puesto que toda esta situación me ha pillado desprevenido.

Y lo peor de todo es que Pilar se encuentra en casa de ese miserable.
Juro por lo más sagrado que tengo, que es mi coche, que si le sucede algo malo a Pilar ese cabronazo me las va pagar.
Vamos cómo que me llamo Naim Vera.

Me levanto ofuscado, camino por mí oficina como una pantera hambrienta. Estoy al rojo vivo y  para ser sincero no tengo ni la más mínima idea de lo que debo hacer.

Tocan la puerta, perfecto y ahora ¿quién será?
Cómo ando sin secretaria vete tú a saber quién es.
Abro la puerta despacio y para mí sorpresa es Isaac.
El que me faltaba para comenzar el día con alegría.

— Adelante estás en tú casa.

— Naim, déjate de payasadas y céntrate esto es muy serio. Los hombres de Leonard nos están buscando. Y más a ti, que mantuviste una relación con su hermana, muriendo por tú culpa.

— ¡Venga ya! Si solamente me acostaba con ella a cambio de información.

— Ya, pero ahora Leonard ha salido de la cárcel y busca venganza.
Escúchame con atención, vas llevar este micro, tenemos rastreado tu móvil y cualquier cosa que te suceda debes informar de inmediato.

— Okey. Y si me están pegando más palos que una estera, como te aviso.

— Para eso llevarás el micro. No te lo quites y por si acaso lo pierdes, toma esta pulsera, es una pulsera que nos dirá en la ubicación que te encuentres, si las cosas van mal, sólo debes pulsar este pequeño botón e inmediatamente se activará la alarma.

Miro a Isaac no muy convencido. Al final el que se está jugando el cuello soy yo.
Se hace un silencio, dejo ahí sentado a Isaac para irme hacia la ventana y mirar el paisaje.

— Naim, tranquilo todo saldrá bien.
Y de paso te quería preguntar por Yasmina.

— Deja a mi hermana en paz. Ella en estos momentos se está recuperando y pronto comenzará a caminar. Si no lo ha hecho ya.

— Admiro el coraje de Yasmina. Ahora he caído en el error de haberla dejado ir.

— Te quería so' inútil. No se puede jugar con los sentimientos de una persona, así que, me alegro de que Yasmina te mandara a tomar por culo.

— Gracias por tus consejos. Te dejo con Lisset, y ojo con lo que haces.— Gilipollas no. Lo siguiente.

Isaac se va y yo sigo aquí mirando los coches aparcados, la gente paseando y los edificios y casas que se ven desde mi oficina.
Pienso en mi pasado.
De nuevo esos hechos vuelven a interponerse en mi vida.
Al parecer cuando haces algo malo te ponen el sello, por algo que has hecho y lo llevarás arrastrando el resto de vida que te quede por estar en este mundo.

Llamo a Pilar, necesito escuchar que está bien.

— Pilar cómo estás.

— Naim — La escucho sollozar. Algo dentro de mí me pone sobre aviso.

— Pilar, dime qué te ocurre. Ese hijo de puta te ha echo algo.

— Naim, ayúdame André...— Mándame la ubicación de tú casa que te juro que le parto las piernas.

— No vengas yo estoy bien.

Mentira y gorda. Si lo estuviera no estaría sollozando.
Cómo no puedo verme quieto, llamo a Eustaquia para que me diga la dirección de donde vive ese desgraciado.

Vaya día que llevo hoy.
Encima no sabe la dirección. Me ha prometido que se lo preguntará a Trinidad, espero que mi soborno de darle un poco de marihuana haga su efecto.

Al momento me devuelve la llamada Eustaquia, antes debe tirarme los trastos, en otro momento le seguiría la broma. Pero ahora estoy que no me calienta ni el sol.
Necesito desesperadamente ir a buscar a Pilar y al paso que llevo llega semana santa y sigo aquí plantado esperando.

Gracias a Dios, Eustaquia pudo conseguir la dirección donde vive Pilar con su padrastro.
Nada más poner el culo en el asiento puse el GPRS, estaba algo alterado y con la aterradora idea de aquel miserable le hubiera puesto un dedo encima a Pilar.

Conducí como un loco hasta la casa de los Ferrec.
Me bajé del auto molesto deseando de poder ver de nuevo a Pilar.

El recibimiento por parte de Bárbara no fue nada cordial, a pesar de eso guardé mi frustración aparentado calma.
Lo primero que hice fue preguntar por Pilar.
Como ya me suponía, Bárbara no quiso que la viera.
Cómo mi paciencia tiene un límite, la hice a un lado llamando a voces a Pilar.

— Vete ahora mismo de aquí, no quiero tener problemas con mi marido por tú culpa.

— Encima ¿No? Suélteme y dígale a Pilar que no me moveré de aquí hasta llevarla conmigo.

Mientras yo intentaba salirme con las mías, vi desde lejos como Pilar bajaba las escaleras.
Al escuchar su voz me dirigí hacia ella.
Su apariencia no era normal, tenía aspecto de agotamiento, en sus ojos había un filo de rojez de habérsela pasado todo el rato llorando.
La abracé dejando que llorase en mi hombro.

— Pilar.— no podía seguir hablando quería leer en su mirada que todo estaba bien. Sin embargo su boca desmentía lo que yo observaba en ella.

— Naim estoy bien.

— No te creo, ahora mismo te vienes conmigo.

— Mi hija no se va a ningún lado.

— Déjame tomar mis propias decisiones. Yo no quiero estar aquí, ese miserable abusa todo el tiempo de mí incluso ha llegado amenazarme. — gritaba Pilar sofocada.

— Qué te ocurre Pilar. Nunca has soportado a André, lo acusas de algo que no es y a mí me haces daño, yo quiero nuestra felicidad.

— Nuestra. No madre, tú felicidad, tus intereses. A ti no te importa lo que ese desgraciado me haga, solo te interesa vivir como una reina  despreocupándote de todo.

— No te voy a permitir que me hables así. — Al ver la mano levantada de Bárbara, me interpuse por medio parándola.

— Si le pone la mano encima a Pilar no miraré que es su madre y mujer.

— No me puedo creer lo que escucho. Te advierto Naim que estás equivocado con Pilar. Ella no está nada bien, necesita tomarse un tratamiento para sus nervios si no es capaz de hacer cualquier locura.

— Cuando usted está entera es porque no tiene que estar muy acorde.
Bárbara abra los ojos, su hija no miente, yo mismo lo vi como intentó abusar de ella.
Cómo siendo usted su madre hace la visita gorda a un problema tan serio como es el abuso y más tratándose de su propia hija.
No lo entiendo, ella sufre en silencio todas las vejaciones que ese mal nacido le hace, se ve obligada a callar por miedo y mientras él hace lo que quiere con ella. Cómo puede decirme que no cree a su hija.

— Siempre se lo ha inventado, incluso la llevé al médico y este dijo que no había nada raro.

— Me violó mamá, André pagó al médico para que pusiera otro informe. Yo no miento mamá creerme. — La voz se pierde junto a sus lágrimas. La estrechó contra mi pecho acariciándome su espalda.
Después de comprobar que esa mujer no sabe lo que es diferenciar entre la verdad y la mentira y por supuesto la palabra "madre" le queda grande.
Me llevo a Pilar conmigo, ya he visto demasiado como para dejarla en ese lugar.

Cómo a mi nada me puede salir a derechas, antes de montarnos en mi coche diviso como Liset llega enfadada clavando sus tacones fuerte en el asfalto y con su bolso que más que bolso parece una maleta se planta delante mía.

— Que se supone que estás haciendo Naim.

— Bailar despacito. ¿Tú qué crees?

— No me vaciles Naim, y ahora mismo nos vamos tú y yo para mi casa.

Alzó mis ojos al cielo pidiendo paciencia. De nuevo fijo mi mirada en Liset y en modo de advertencia le pido que nos deje en paz.

— Anda Liset ve hacer tú trabajo y ahórrate tus consejos.

— No te das cuenta que no está bien, Pilar siempre se ha inventado calumnias referente a mi padre.

— Mentirosa. Sabes perfectamente que tú padre me ha golpeado, amenazado y en cierta ocasión estuvo a punto de abusar de mí. Recuérdalo, tú estabas presente.

— Estás paranoica.

Ya no podía soportarlo más. Solté la mano de Pilar para agarrar el brazo a Liset.

— La envidia es muy mala. Yo creo a Pilar y ahora mismo vamos a ver quién miente.

Solté de malos modos a Liset para abrazar a Pilar.
Mientras besaba su mejilla le susurré en su oreja de ir ha un hospital. Ella al principio se quedó sorprendida, después asintió con la cabeza.

— Vamos y vosotras dos os venís conmigo. — Dirigiéndome ha Liset y Bárbara las hice que se montarán en el coche para ir hacia un hospital.
Conocía a la ginecóloga Oruja, muy buena ginecóloga y buena en la cama.
Desde luego que putero soy.

Al llegar al hospital, las tres caminaban en silencio.
Lógico ya les había dicho anteriormente que debían acompañarme si no querían que pasara una desgracia.

Estuvimos un rato esperando fuera en la consulta hasta que una enfermera llamó a Pilar.
No me gustaba hacerle esto, sabía que la iban a examinar y todo por demostrar que dice la verdad.

Pasadas dos horas mi buena amiga la ginecóloga, nos explicó el resultado de las pruebas.
Al parecer Pilar había sufrido violación y abuso sexual desde la adolescencia.

Aprieto mis puños notando como mi pulso se alza fluyendo más rápido por mis venas. Comienzo a enfurecer, ver por todo el bochorno que está pasando Pilar hace que tenga más ganas de partirle la cara a ese hijo de puta que durante tantos años a coaccionado a Pilar para abusar sexualmente de ella, llegando a ser maltratada.
Ahora comprendo por el trauma que está pasando.
Pero esto no se va quedar así.

— Era necesario tener que recurrir ha un médico para que crea que las palabras de su hija Bárbara.

— Yo...yo...estoy consternada.

— Estás pirada. Tú hija estaba sufriendo y tú no ha hecho nada por ella. Pero eso sí, tu marido se va quedar sin dientes. No puedo borrar del cuerpo de Pilar todo el calvario  que ha debido de pasar, provocado por un demente.
Pero si con golpearle le hago que se sienta mejor yo más. Haré lo posible para que no salga de la cárcel hasta que se muera.

Escucho detrás mío que me llaman. Ni caso.
Yo voy a lo mío, quiero justicia, y desquitarme con ese desgraciado.

Llamo a David para que vaya con Pilar a la policía y ponga la denuncia. Con su declaración y las pruebas de la ginecóloga serán suficientes para arrestar al viejo verde.

Llamo a mi buen amigo Ricky para que me diga con exactitud donde se encuentra el padrastro de Pilar.
Mi buen amigo y hacker de informática empieza hacer su trabajo. Minutos después me manda una mensaje con la ubicación de André.

Pongo en el GPRS la dirección, no veo el momento de poner en su lugar al padrastro.

Nada más aparcar el coche, miro atónito el edificio.
Sabía que me sonaba de algo la dirección y aún así no quería pensar que volvería años después a este lugar.
Aquí fue donde comencé con las peleas ilegales, dejándome los puños y con el temor de llegar a perder mi vida.

Fuera hay un guardia de seguridad, como ya me se de qué va esto, solo debo enseñarle una tarjeta y soltarle un billete de cien euros para que haga la vista gorda.
Me ha salido caro el favor.

Conforme voy recuperando la compostura al tener ante mí el ring donde tantas noches peleaba intentando salir airoso de la situación y ahora que estoy aquí  de pie con mis manos metidas en los bolsillos siendo testigo de tanta tensión hace que me replanté a que he venido.
No me importa si ese tal André sea político.
Al final nadie le quita lo que es. Un miserable vestido de corderito.

Miro  uno a uno todas las personas que se encuentran en círculo gritando el nombre del luchador con sus billetes en la mano.

¡Bingo! Ay está mi adorable amigo André sentado fumando un puro hablando con dos hombres más rodeado de mujeres.
Lo miro con atención antes de comenzar a caminar hacia donde se encontraba.
Cada paso que daba notaba mi furia calentar mi sangre.

Antes de llegar hacia dónde está él, observo si lleva escolta.
Deduzco que podrían estar escondidos.
Antes de actuar le pregunto a una mujer la cual estaba minutos con él flirteando.
Ella muy amable me dice que no.

Lo que no sepan las prostitutas, no lo sabe nadie.
Agradezco el detalle a la muchacha y sin ningún tipo de miramiento me lanzo sobre él agarrándole por su camisa.
En ese momento no tengo tiempo para hablar, sino para actuar.

Comienzo a darle puñetazos en su estómago, seguido de varios en su cara, bloqueo cualquier ataque por parte de él, siguiendo con patadas y puñetazos en varias zonas de su cuerpo.
Tirado en el suelo sangrado se encuentra André y a mí me sacan entre dos hombres de seguridad hacia la calle.
Mientras que uno me sujeta el otro comienza a darme golpes en el estómago hasta que se oye una voz y estos paran.

— Entonces tú eres Naim. — No sé quién ese hombre con una cicatriz en su rostro y un tatuaje en su cuello.
Lo único que puedo saber son las claras amenazas que me dice antes de desaparecer por la oscuridad del callejón al sonido de  las sirenas del coche de policía.

Adolorido, camino intentando escabullirme para no ser arrestado.
Agradezco a Isaac que me meta en su coche y me saque de aquel lugar.

— Tú si no estás metido en líos no eres persona.

— He venido hacer justicia.

— Hoy has tenido suerte Naim, pero ándate con cuidado, hoy nos ha llegado un soplo de que Leonard está en la ciudad.
¿Sabes lo que supone si ese tío te encuentra?

Trago saliva manteniendo mi mano con hielo en el costado.
Puedo llegar a entender que tratándose de la banda, no se andan juegos, si el líder es Leonard y si me quiere, tarde o temprano me buscará.
Lo que más me preocupa, es lo siguiente.
Me querrá vivo o verme morir.

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Cómo se encuentran mis querid@s lectores.

Ante todo quería disculparme por haber tardado en actualizar el capítulo.
La he mantenido parada debido a que estaba escribiendo otra historia.
Título:
*UN NOVIO DE ALQUILER*  la historia está Terminada si lo desean les invito a pasarse y leerla.

Agradezco mucho que aún teniendo la historia tanto tiempo parada sigan pendientes en cada actualización.
Yo prometo actualizar a partir de hoy más seguido.

Les dejo con este capítulo deseando como siempre que les guste.
Un besazo muy grande 😙

Disculpen y gracias por su paciencia.

Nos leemos mañana 🤗🤗 hasta entonces espero que tengan buen día, tarde o noche.

❤️❤️❤️😙😙😙
Muy amables y gracias por sus votos comentarios y visitas.

***Mían Jollel***

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