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-¿Ves esta foto?- Señalo Jisung con uno de sus dedos, bajo la atenta mirada del bebé que tenia sobre sus piernas -Este es papá Minho y este...-

-Amaa~- Formulo como pudo con su boca babeante apuntando a la fotografia.

-Soy yo. Yo Jisung, él Minho y tu- Toco la punta de su nariz juguetonamente -bebé Jeongin- El menor volteó su cabeza, asi mirando a los ojos a Jisung quien siempre tenía una alegre sonrisa que le transmitia calma y amor. Presionó sus pequeños y rosados labios como queriendo decir algo.

-Ma isuu~-

-¡Qué adorable!- Dió un gritito besando toda la carita de Jeongin mientras este carcajeaba. Eran todavia unas pobres silabas, ellos eran nombrados como "Pa Mi-ho~" y "Ma isuu~", estaban felices de que el pequeño aprenda bastante rapido a reconocerlos.

Un año había pasado desde que decidieron adoptar al pequeño niño, el cual nunca lograron encontrar quien era la verdadera madre. Fue entonces que Minho con ayuda de Chan, quien ya tenía algo de experiencia, buscaron los papeles y pidieron una orden para que él menor quedara a su cargo. No hubo problema alguno y aunque el menor solo tenía un apellido y tutor legal que era "Lee", no le molestaba en lo absoluto mientras permitiera que se quedara con ellos.

En aquel tiempo y meses depués de que encontraron a Jeongin, se enteraron de la noticia que un país había aprobado al fin el matrimonio igualitario, llenandolos de esperanza de así un día poder ser más libres y formar una familia como debe ser.

Pese a todo eso, estaban felices con su propia definicion de familia.

Jisung miró el reloj que colgaba en la pared, dandose cuenta de que Minho llegaría en cualquier momento y todavia no había hecho la cena, eran casi las 8, debía apresurarse -Ven aquí Innie, vamos a cocinar-

Cargó al pequeño en brazos y con mucho cuidado bajó las escaleras, prometiendose a si mismo que ordenaria los juguetes despues de cenar o cuando Jeongin estuviese dormido. Con su mano libre abrió las puertas de la alacena, tal vez pronto deberia ir de compras. Sacó un paquete dispuesto a hacer la comida favorita de su amado: Espaguetti con salsa blanca y champiñones. Claro que por precaucion a Jeongin solo le serviria la pasta junto a salsa de tomate.

-Mier- Se calló a si mismo antes de terminar -Lo siento Innie, solo que olvide comprar salsa de tomates- Suspiro algo cansado rascando un poco el puente de su nariz. Ultimamente andaba algo pensativo por todo lo que estaba pasando en el exterior, tenía mucho miedo de salir con Jeongin a la calle y no regresar a casa.

El sonido de las llaves en la puerta lo hizo reaccionar, escuchando como unos pies cansados entraban a la vivienda.

-¡Llegué!- Gritó resonando en toda la casa, pegando un leve brinco al ver a ambos en la cocina.

-Baa~- Soltó el pequeño Jeongin con emocion al ver al castaño, haciendo que este sonriera de inmediato ante su aura contagiosa, tomandolo ahora entre sus brazos

-¿Como te fue, baby?- Preguntó Jisung mientras preparaba las cosas para comenzar a cocinar.

-Cansador, como siempre, pero todo al final del dia vale la pena al ver a mis dos amores- Contaba mientras dejaba que el bebé jugara con su corbata algo floja color vino -¿Y a ti? Supongo que ya estas acostumbrado a pasar mucho tiempo con Innie-

-Supongo que si, es lindo, pero de todas formas extraño cuando no estas aqui. Jeongin hace avances todos los días que me alegría que vieras- Minho suspiro mirando como Jisung hacia un puchero jugando con sus dedos, de la misma manera que lo hacía cuando tenían 8 años.

-Lo se baby- Con su mano libre lo atrajó para darle un beso en la frente -Por esa misma razon eh pedido una semana libre para estar con ustedes- El pelinegro quito su puchero inmediatamente transformandolo en una sonrisa de ojos brillantes. Hace tiempo no pasaban todo el día juntos y, no queria decir nada, pero lo ponia un poco triste.

-¿Hablas enserio, Honnie?-

-Onii~- Susurro el bebé contagiado de la alegria de sus dos padres, sonriendo con sus pequeños dientecitos y ojos como dos lineas. Sus mayores solo prounciaron un "Aww" al unisono.

-Si, no pienso desaprovechar ningun momento en toda esta semana-


La rutina diaria que habían hecho desde la llegada del pequeño, solia ser un poco más divertida para Jisung. Antes se basaban en ir cada uno a su trabajo y encontrarse cuando el sol se ocultaba, claro que lo disfrutaban porque se amaban el uno al otro, pero era algo...aburrido. Ahora solo Minho trabajaba y Jisung se ocupaba de enseñarle a Jeongin pequeñas cosas día a día con ayuda de su papá Seungmin. Los días domingos eran sus favoritos, ya que se levantaban temprano y junto a un Jeongin dormido iban a casa de los padres de Jisung, desayunaban algo en el camino y luego almorzaban y pasaban el resto del día en esa hogareña casa donde crecieron.

Los mayores estuvieron muy sorprendidos el día que Jisung y Minho llegaron con un bebé en brazos y sin saber que hacer. Pero bueno, no era la primera vez. Les explicaron todo lo que habia pasado, haciendo que comprendieran de inmediato todo y les ofrecieran ayuda sin problema. El anterior domingo Chan sugirió tomarle una foto como recuerdo al pequeño Jeongin para luego enmarcarla y ponerla junto a los demás cuadros que adornaban su pared de recuerdos. No podían negarse.


-Tenga buena noche, joven-

-Igualmente- Se despidió de la señora mayor que atendía en la tienda a la vuelta de su casa. Minho insistió en que podia ir el mismo en el auto y no tendria que arriezgarse, pero le comentó que no habría problema ya que era cerca y podia pasar unos minutos a solas con el bebé mientras el iba y volvia.

Con una bolsa cargada de dos refrigerios, la salsa de tomate y un pure de manzana de los favoritos de Jeongin, Jisung caminaba con normalidad por la calle mal iluminada, días antes unos niños saliendo de la escuela habian dañado uno de los faroles de la calle haciendola mucho más peligrosa. Cuando doblo la esquina se detuvo ligeramente, viendo a lo lejos el callejón donde se chocó con aquella mujer antes de encontrar a Jeongin, ¿Acaso esa mujer no tenía a nadie cercano como su madre tenía a su papá Chan y papá Seungmin? En el interior el de mejillas abultadas estaba un poco preocupado acerca del paradero de la muchacha.

-¡Hey maricón!- Se asustó al escuchar un grito a sus espaldas, solo atinó a ignorarlo y seguir de largo a paso rapido -¡Aparte de maricón, eres sordo!- Le aventó algo, que pego directo en su nuca haciendo que perdiera el equilibrió y cayera de rodillas al suelo. Le habrían tirado una lata de cerveza

-Ashh mierda- Susurró. Con sus ojos un poco borrosos ante el dolor punzante en la zona baja de su cabeza, seguía el recorrido que el pequeño bote de pure de manzana hacía fuera de la bolsa, que habia aterrizado en el suelo sin cuidado alguno.

-Vaya boca, con razón besas pollas- Carcajeó mientras se le acercaba. Jisung escuchaba más pasos a sus espaldas, calculaba un aproximado de 5 personas -¿Qué es esto? ¿Qué clase de maricon compra comida para bebés?- El pelinegro lo fulmino con la mirada, apretando los labios e intentando levantarse -No me digas- Rió incredulo -¿Dos maricones con un niño? ¡Esto es el cólmo!- Todos rieron, dejandolo expuesto y como un fenómeno.

-Soy más capáz de cuidar de un niño antes que tu, alcoholico de mierda- Soltó cuando ya estuvo de pie.

-Tú pequeña rat- Fue interrumpido cuando una de las botellas de refresto fue impactada contra su mejilla por Jisung, quien aprovechando la ventaja salió corriendo y cultandose tras un basurero para que así no lo pudiesen seguir hasta casa -¡Maldito! ¡Te encontraré y te mataré!-











¡Ustedes los afeminados son una aberración del señor!






























-Jisung esta tardando demasiado...- Suspiró mirando al pequeño Jeongin quien jugaba con un pequeño peluche de zorro. Tan pronto Minho se paró de su asiento para ir a tomar el pequeño telefono que dejo junto con su saco en el perchero, la puerta principal de abrió de golpe, dejando ver a un Jisung algo tembloroso -Baby, ¿qué te pasó?-

-Nada, solo...-Los ojos del menos parpadeaban repetidas veces como pensando una escusa -Solo me tope con unos tipos, no fue nada grave, estoy bien, descuida- Se aclaró rapido. Minho noto claramente que él estaba asustado, pero para no parecer un paranoico lo dejo pasar, abrazandolo.

-Esta bien...-Le acarició el cabello con delicadeza, recordando como sus padres hacian lo mismo cada que se lastimaba o lloraba, esperando tambien poder ser así con el pequeño Innie -Vamos a comer cariño-


Minho y Jeongin dormian cómodamente, bueno, casi. Minho se había dormido en el pequeño sofa que había al lado de la cuna del menor, esperando a que este se durmiera. Jisung los observó con ternura, cubriendolos con una sabana a cada uno, y luego de acomodar todos los juguetes en su lugar y darles un beso en la frente a cada uno, salió de la habitacion.

Era tarde en la noche, pero como Minho pasaría la proxima semana en la casa aprovecho los últimos momentos del día para dejar todo en la lavadora que encenderia apenas se despierte. De todos modos Jisung era conocido por no poder conciliar tan rapido el sueño, por más cansador que haya estado el día cuidando a su pequeño, no lograba dormir con facilidad.

Tarareando una cancion cargó toda la ropa hasta llegar al cuarto de lavado, posicionando cada prenda con proligidad dentro del aparato. Presentía que algo no andaba bien, ¿había olvidado algo importante?

El timbre sono.

-¿Qué...?- Susurró con confusión y un poco de miedo, eran casi las 2AM, ¿Quién podría venir a visitarlos a esa hora? Sus padres apenas si venían a la casa y la única otra persona que conocía donde vivian era el amigo de Minho, Mingi.

Con lentitud y sin hacer ruido por sus pies descalzos, se encaminó a la puerta como si fuese una pelicula de terror. Tragó en seco, sintiendo como todos sus bellos se erizaban a cada paso. Su corazón casi parecia salir de su pecho debido a los fuertes latidos. Con una de sus manos temblorosas tomo el pomo, acercando su oido intentando adivinar quien estaba del otro lado.


Pero en un rapido movimiento, solo se escuchó el sonido de una camioneta raspando el asfalto con fuerza casi haciendolo sangrar, dejando la puerta abierta para la brisa de madrugada, donde solo quedaban un castaño y un bebé de ojos de zorro.

La noche donde todo parecía una pesadilla de la cual nadie pudo despertar.


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