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 18 de diciembre de 1992...

Los dos jovenes, que se llevaban pocos meses y centimetros de diferencia, posaban junto a un pequeño diploma uno al lado del otro en conjunto con sus compañeros. El día de la ceremonia de graduacion había llegado, y tras un largo y cansador tiempo de escolaridad, lograron cumplir la meta.

Meses antes del cierre de notas, Jisung y Minho se encontraban en un pozo, sus notas habían bajado considerablemente a diferencia de otros años, aparentemente sin razón o por mera distraccion. Para sus padres, que al principio fue algo preocupante verlos en ese estado ya en su último año, notaron ciertos comportamientos que tenian entre ellos. En los 10 años que habían pasado siendo amigos nunca se distanciaron o incluso discutieron acerca de algo, pero en esos meses se los vio extrañamente timidos o desconfiados.

Tanto el padre de Minho, que era el único que estaba en la casa dado el repentino fallecimiento de su madre tras sufrir un accidente años atrás, junto a Chan y Seungmin hablaron sobre el tema un día que sus pequeños estaban en clase. Se conocian muy bien dada la cercania de sus hijos, pero al tocar el posible tema querian saber, al menos por el señor Lee, que estaba a favor de cualquier relacion que pudiesen tener. 



-¡Les deseamos suerte a nuestros ya adultos jovenes que egresan, vivan bien y nunca dejen de soñar!- Dijo la directora a traves de un microfono, retumbando en todo el salón y haciendo que todos festejaran con alegría.


Jisung y Minho con grandes y brillantes sonrisas gritaron al unisono junto a sus compañeros, y cuando sus miradas se encontraron no desperdiciaron la oportunidad de darse un cálido y fuerte abrazo, Minho tomando por la cintura al más pequeño, logrando levantarlo unos centimetros del suelo, mientras que este se aferraba al agarre que tenia sobre sus anchos hombros. Sus padres aplaudían entre el publico, más su papá Chan, que estando a varios metros lograban escuchar sus elogios y gritos de emocion.

Aunque los adultos suelan decir que los días de escuela son mejores, que solo debes concentrarte en eso, estudiar, no debes de trabajar 8 horas al día con pagas minimas, pagar cuentas, calcular los ahorros para lograr comer al menos dos veces al día, entre otras cosas; Minho y Jisung estaban entusiasmados por ver lo que el futuro deparara para ellos.

Y claro, sin importar el camino, carrera o profesion que eligieran independientemente, siempre encontrarian el tiempo para estar juntos. Como las almas gemelas que se hacían llamar.



Ese mismo día, luego de recoger los platos usados y lavarlos, ambos jovenes se fueron a la cama. El señor Lee había comentado a los padres de Jisung que debia irse a un viaje por su trabajo y que regresaría en una semana, cosa que no era problema y que tanto Jisung como Minho tendian siempre dos hogares.

-¿Ya has pensado en que ocupar tu mente ahora que salimos de la secundaria?- Preguntó Minho, hechando su cabello castaño hacia atras mientras acomodaba el pequeño colchon en el suelo y sacaba una sábana del armario.

Jisung mirando por la ventana de su habitacion, la misma que en algunas noches la única luz que entraba era la de la misma luna, lo pensó -Creo que quiero seguir con la musica...- Susurró, casi sonando de una manera tímida. Ultimamente había cierta tension en el aire cuando estaban juntos.

-Eso sería muy bueno, tienes un don para escribir melodías, te ira bien si sigues así- Le alagó terminando de acomodar sus cosas y acostandose boca arriba sobre dicho colchon -Quien sabe, en el futuro puedes volverte famoso y tener a todas esas chicas gritando "Dios Jisung eres tan guapo, casate conmigo"- Se burló con voz chillona sacandole una risa al menor.

-¿Como crees? Eres un tonto- Seguido le lanzó una amohada justo a la cara, estallando en risas otra vez.

-No dijiste que no-

-Probablemente no llegue a ser famoso, menos a casarme con una chica- Inmediatamente se retracto de sus palabras, podria llegar a sonar con otra intencion y aunque sabia que Minho no lo juzgaria, el miedo siempre estaba.

-¿Chica?- Susurró.

-Yo...me exprese mal, no importa-

-Jisung- Le habló con la vista fija en el techo y sus manos juntas en su pecho, casi como si estuviese perdido en sus pensamientos -A ti...¿alguna vez te ha gustado alguien?-

-Emm...No- Mentia, parpadeó repetidamente intentando calmar su corazón acelerado que queria decir lo contrario -¿A ti?-

-Si- Contesto directo y seguro, tal como los primeros días que se conocieron. Recordaba aun a un pequeño Minho de 8 años que no se sabia expresar, entonces respondia friamente. Su corazón se oprimio un poco al escucharlo su respuesta.

-Oh que bue- El movimiento rápido de su mayor lo interrumpió, obsevando directamente a esos ojos gatunos brillantes que siempre lo miraban como la cosa más tierna del mundo

-Jisung, ¿sabes que es lo que más le gusta de esa persona?- Jisung negó mientras éste tomaba sus manos suavemente -Me gustan sus ojos redondos y brillantes, como dos perlas tahitianas de envidiable color oscuro. Me gustan sus mejillas redondas y abultadas, como dos bollos dulces que quisiera morder. Me gusta su cuerpo, tan fino y delicado, y más cuidado que el de una mujer. Pero dejando de lado el fisico...- Entrelazando sus manos y acercandose hasta estar cara a cara -Me gusta la manera tan dulce que tiene de ser, ese lado carismatico pero a la vez tímido, como siempre me apoya y..me ama por ser yo. Lo conozco desde hace tiempo y creo que todo eso fue suficiente para ir dandome cuenta de cuando lo amaba-

-¿Lo...amabas?- Susurro incredulo ante las palabras tan romanticas que salian de sus labios, sin darse cuenta de a quien en verdad estaba describiendo Minho, era a él, a Jisung.

-Baby..-Soltó una risita bajando la cabeza y luego volviendo a su posicion. Ambos corazones latiendo con fuerza dada la cercania, sus estomagos como dos remolinos que buscaban chocar y volverse uno -Quien me gusta...eres tu-


Entonces bajo las mismas estrellas y las ramas que se podias observar desde la venta del gran ciruelo, donde una vez hace ya 10 años prometieron estar siempre juntos, su lazo se volvia más fuerte. Prometieron esta vez amarse hasta el final. Dos almas gemelas que se juntaron por casualidad, sellaron un romance con un beso sin dobles intenciones para luego acostarse abrazados.





-Hannie- Susurró Minho para comprobar si su, ahora novio, estaba dormido. Jisung hizo un sonido que le dió a entender que lo estaba -¿Has oido eso que dice, que el primer amor de un niño es su madre?-

-Si, lo dijo uno de nuestros profesores, ¿por qué?- Se movió un poco, dejando libre su mano del agarre que le proporcionaba para así rascar levemente su ojo ya cansdo.

-No es por nada, pero...¿Tú tienes madre, Jisung?- El menor frenó sus movimientos.

-¿Mamá?-


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