Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

47. Cuando una puerta se cierra.

Cody sentía que se iba a desmayar. El primo de Alice, Edward o algo por el estilo, acababa de decir que era un vidente al igual que él.

Su primera reacción fue de sorpresa. ¿Cómo sería posible? ¿Cuáles eran las probabilidades? Probablemente debió haber escuchado mal...

Pero luego de medio segundo se dio cuenta de que probablemente no estaba delirando. Ese chico en serio acababa de llamarse a sí mismo vidente.

Cody quería gritar.

"¿Cómo dices que dijiste?" fue lo único que Cody pudo decir sin soltar la comida de una.

"Que también soy vidente," repitió el chico. "No sabemos qué puede pasar si nos tocamos, por eso no te saludo."

"Yo..." Cody intentó actuar como si no entendiese lo que estaba diciendo. Probablemente había hecho una pésima actuación.

"No tienes que fingir, Cody. Te vi en una visión después de que Alice me contara sobre ti."

Alice, quien había estado escuchando la conversación con una expresión de ligera sorpresa, se dirigió a Edmund. "¿Vidente? ¿Por qué no me lo dijiste antes?" Luego volteó hacia Cody. "¡¿Por qué no me lo dijiste tú?!"

"No quería arruinar la sorpresa," le dijo Edmund con una sonrisa. "Pero al menos ya todos aquí podemos hablar libremente sobre el tema, ¿no es así?"

"No, no es así," le dijo Cody, su expresión mostrando un poco de enojo al mismo tiempo que seguía confundido sobre lo que sucedía en ese momento. "¿Quieres explicar una vez más de qué va todo esto?"

Edmund soltó una risa, aparentemente pensando que todo el asunto era gracioso. "Yo soy vidente. Alice sabía que yo era vidente. Ella me contó sobre ti y yo tuve una visión donde tú hablabas con Poryes. No tomó mucho cerebro adivinar que tú también eras un vidente, así que tampoco tomé mucho tiempo en organizar una visita hasta aquí desde Nuevo México."

Cody tenía tantas preguntas. La mayoría de ellas empezaban con "¿Cómo?" pero las guardó para después. Tenía que salir del shock rápidamente y pensar en lo que eso significaba.

Ahora ya eran cinco las personas que sabían sobre sus visiones: Tina, Brandon, Max, Alice y Edmund. ¿Qué tan malo podía ser? Confiaba en los primeros tres, y los últimos dos no tenían una razón para estar en su contra.

Y tal vez no era tan malo que Edmund lo supiera. Después de todo, él parecía ser buena persona, además de que también era un vidente. Era como si Cody por fin tuviera a alguien con quien compartir su secreto y que al mismo tiempo entendiera completamente su situación. Poco a poco, Cody se fue dando cuenta de que Edmund podría serle de ayuda más que una amenaza.

"Bien," dijo Cody por fin. "Eso no me lo esperaba, pero es un placer."

Edmund sonrió más ampliamente. "El placer es mío, Cody. Sé que juntos podremos derrotar a TARTH."

Cody le sonrió, sabiendo que al menos temían un objetivo en común. "Vayamos al punto. Alice me dijo algo sobre unos "Felices" o algo así?"

"Los Felices, sí," respondió Edmund. "Si quieres saber sobre nuestro grupo, será mejor que nos sentemos. Hay mucho qué discutir."

Así que los tres se sentaron en la sala de la casa de Alice. Edmund, quien parecía ser un chico bastante carismático, comenzó hablando sobre cómo los había conocido.

"Mi ex novio," explicó él, "tenía un gran odio por los homófobos. Irónico, en verdad. No los toleraba."

"¿Por qué lo llamas irónico?" preguntó Alice.

"Porque la homofobia, según la definición popular, es el odio hacia los homosexuales. Otros la definen de otra manera, pero lo que importa es que él odiaba a los homófobos tanto o más que ellos a él. Entonces él descubrió a Los Felices y me convenció a unirme junto a él."

"¿Y qué pasó con él? ¿Sigue ahí?" le preguntó Cody.

Obviamente, seguía siendo un tema fresco para Edmund hablar de él, porque se encogió de hombros y miró hacia otro lado.

"No, lo sacaron por ser demasiado extremista. Yo, por otro lado, me quedé porque me interesó todo lo que estaban haciendo en la organización. Estaban logrando varios cambios que prometían buenos resultados y me pareció buena idea contribuir."

"¿Qué clase de 'cambios' estaban logrando?" preguntó Cody, interesado en lo que Edmund tenía qué decir.

"Al principio eran cosas simples," explicó el chico. "Cosas como juntar firmas para abrir clubs de Alianza Gay-Hetero en escuelas de la comunidad. De vez en cuando hacíamos protestas y huelgas en lugares que le negaban derechos básicos a personas por sus preferencias sexuales. Poco a poco fui dándome cuenta de que ellos hablaban en serio."

Cody lograba ver algo en los ojos de Edmund que reconocía en alguien más. Cada vez que mencionaba algo relacionado con los derechos de la gente, sus ojos se iluminaban como fuegos artificiales. Era la misma pasión que tanto admiraba de Tina en cuanto a justicia.

"Supongo que Los Felices son de Nuevo México, ¿cómo es que se llegaron a enterar de TARTH?" le preguntó Cody.

Edmund rio como si la respuesta fuese obvia. "En realidad, Los Felices están esparcidos por todo el país."

"¿En serio?" dijo Cody, bastante sorprendido.

"Te lo juro. Los Felices son un grupo pequeño en cada estado por separado. Pero, después de todo, estamos en los Estados Unidos de América, ¿no es así? Igual con nosotros, estamos separados pero unidos."

"¿Eso significa que hay un grupo de ustedes en Texas?"

"Correcto. De hecho, los representantes de Nuevo México planeamos una reunión con los representantes de Texas. La reunión será mañana, y será abierta, así que puedes ir si gustas. Ahí aclararemos más dudas sobre lo que sucede y las acciones que llevaremos a cabo. Sería una buena oportunidad para que aclares dudas sobre Los Felices, y tal vez decidas unirte a nosotros."

No lo había pensado, pero eso sería perfecto para Cody. Tenía tantas cosas en la mente en ese momento, pero lo único en lo que podía enfocarse era en la idea de Tina y él uniéndose a Los Felices, derrotando a TARTH. Definitivamente le encantaría la idea.

"Puedes contar con que yo iré," le respondió Cody.

"¡Así se habla!" le sonrió Alice, poniendo su mano en el hombro de Cody. "Te dije que eran buenas noticias." Y por primera vez en lo que parecían haber sido años, Cody le devolvió la sonrisa a Alice.

"¡Perfecto! Si me das tu número o e-mail, puedo mandarte la información completa." Edmund sacó su teléfono y Cody le dictó su número.

"Una cosa, ¿puedo llevar a amigos?" preguntó Cody.

"Por supuesto," respondió Edmund con entusiasmo. "Como te dije antes, es una reunión abierta, así que puedes llevar a cuanta gente quieras."

Cody sonrió automáticamente, pensando en lo feliz que estaría Tina una vez que se lo contara. No se había dado cuenta hasta entonces, pero era como si una ola de un sentimiento renovado hubiese inundado su cuerpo entero. Como si toda la esperanza que había perdido desde que Max se había ido hubiese vuelto de golpe, lista para patear traseros homófobos. Y por Max, Cody estaba listo para patear cuantos traseros fueran necesarios.

Cody llegó a la casa de Tina esa misma tarde. Se había limitado a mandarle un mensaje de texto preguntando si se encontraba en casa. En cuanto había recibido su respuesta, se había apresurado en llegar lo más pronto posible a entregar la noticia.

Tina abrió la puerta, esta vez pareciendo la misma Tina que todos amaban, y no un intento fallido de una Tina elegante. Salió descalza en unos jeans negros y una remera negra con el logo de Guns N Roses. Las pistolas en el logo rodeadas por rosas le recordaron a Cody lo hermosa que Tina podía llegar a ser, sin necesariamente dejar de ser feroz.

"¿Me necesitabas, cariño?"

"Siempre, amor mío," respondió Cody. Ambos adolescentes rieron y Tina lo dejó pasar.

"Tu mensaje decía que tienes buenas noticias," comenzó Tina. "Acabo de discutir con mi madre y necesito cualquier pizca de positividad que tengas. Sorpréndeme."

Cody sonrió y se sentó en el sofá de Tina, palmeando junto a sí mismo como indicación de que quería que se sentara a contarle. Tina puso los ojos en blanco y suspiró, pero no se negó y se sentó junto a su mejor amigo para contarle de sus problemas.

"Cuéntame tus penas, hija mía," le dijo Cody, a lo cual Tina sonrió.

"No son penas, son más bien como molestias que me atormentan," contestó ella. "Pero bueno... ¿por dónde empezar?"

"Por donde quieras, Tina. Tengo todo el día."

"Bien... mi madre no entiende que no me quiero casar con Manson. Sigue pensando que está haciendo lo correcto y que yo debería estar agradecida con él por lo que hace."

"¿O sea que lo mismo de siempre?"

"Y seguirá siendo así, Cody. ¡Mis padres no recapacitan!" Tina pasó su mano por su corto cabello y luego puso sus manos en su regazo. "Nunca entenderán que están vendiendo a su hija por unos papeles."

La conversación había dado un giro por el callejón de la profundidad.

"¿Has pensado que ellos lo ven como más que unos papeles? ¿Tal vez como una oportunidad para que puedas conseguir algo mejor que lo que ellos han logrado?" le preguntó Cody.

"¿Y quién dice que no quiero algo como lo que ellos lograron?" reclamó Tina. "Tienen una pareja que los ama y no les hace falta la comida, ¿qué más necesito?"

"Un hogar estable," le respondió Cody. Tina sólo miró hacia el lado opuesto. "La seguridad de poder salir a la calle sin tener que preocuparte por que un oficial te detenga y te separe de tu familia. Que te regresen a un país al cual lo único que podrás llevar será una maleta llena de desilusión y penas. Tal vez quieren evitar que algún día pierdas a tus amigos. ¿No lo crees?"

Le tomó unos segundos a Tina responder. "Sí, tal vez. ¿Pero a qué costo? ¿Mi felicidad?"

"Te han dicho lo que pasará unos años después de que estén casados?" preguntó Cody. "Porque, por lo que sé, existe el divorcio."

"No habría necesidad de divorciarse si no nos casásemos en primer lugar."

"Pero tampoco habría seguridad de que nadie te echará del país."

Tina se quedó en silencio un par de segundos más antes de voltear hacia Cody y responder. "A estas alturas, no sé cuál sería peor."

Los dos se quedaron en silencio un momento. Cody sabía que hablar de eso con Tina era difícil, siendo que él intentaba ver las cosas desde el punto de vista de tanto los padres como la hija. Así que dejó el tema de lado y comenzó a hablar de lo que había ido a decirle.

"Hay un grupo de gente que quieren derrotar a Domínguez," comenzó Cody.

"¿Quiénes son?" preguntó Tina.

"Se autodenominan Los Felices."

"¿Y qué es lo que hacen, exactamente?" preguntó después. "¿Y de dónde los conoces?"

Cody le explicó todo el asunto a Tina. Le dijo desde lo de Alice hasta lo de la invitación. Y aunque Tina se vio dudosa cuando Cody mencionó a su ex novia, Cody le explicó también que ella decía estar de su lado porque quería ayudar a Scott. A Tina no le había quedado de otra más que creerle.

"¿Tú confías en ella?" le preguntó Tina.

"No tengo una razón para no hacerlo," le respondió Cody. "Si lo piensas bien, el único problema con ella era que ustedes no la querían."

Tina se encogió de hombros y miró la hora en su teléfono. "Ya casi llegan mis padres. ¿Quieres quedarte a comer?"

"¿Segura?" le preguntó Cody. "Creí que estabas enojada con tu madre..."

"Lo estoy, pero tengo necesidades básicas que ella arregla con su deliciosa comida."

Ambos rieron y Tina comenzó a caminar hacia su habitación. Cody la siguió, recordando que había dejado un detalle fuera de la conversación.

"Tina, hay otra cosa importante sobre todo esto."

"¿Qué cosa?" preguntó ella mientras llegaban a la puerta y Tina la abría.

"El primo de Alice, Edmund, es un vidente."

Tina se quedó paralizada a media entrada. Volteó lentamente hacia Cody con una expresión de terror en su rostro. Lo examinó por unos segundos, en los cuales él esperaba que ella preguntara algo.

"¿Vidente?" preguntó ella por fin.

"Vidente," confirmó Cody.

"¿Como tú?"

"Como yo," respondió él.

Le explicó todo el asunto brevemente. No había mucho qué decir, de todas formas. Las noticias eran tan nuevas para él como lo eran para ella. Sin embargo, surgió el tema de las visiones y, como normalmente ocurría con ellos, los minutos se vieron envueltos por las conversaciones hasta la hora de la comida. Ambos adolescentes podían concordar en algo: las cosas pronto iban a cambiar.

***

Hola! Perdón por haber tardado tanto en publicar algo, pero al menos esta parte fue un poco más larga que las anteriores. Estos últimos días han sido un poco locos y necesitaba tiempo para terminar el capítulo. Espero poder publicar algo pronto, y gracias por su paciencia!

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro