Déjà vu
Déjà vu
Cuando Raven acepto los sentimientos del heredero de sangre de Batman, y por ende los propios, supo desde ese preciso momento que las cosas no serían fáciles para ellos. Y es que considerando la ascendencia de ambos y la historia que cargaban a cuestas era imposible esperar un romance de cuento de hadas, menos aún una relación "normal" como la de cualquier persona.
Sin embargo no importa cuánto estuviese consciente de lo anterior, nada en el mundo preparo a la hechicera para lo que tenía frente suyo en ese mismo instante.
Djinn, le había dicho Damián que se llamaba o al menos ese era el único nombre que el muchacho conoció de la que alguna vez fue su compañera, se encontraba frente a ellos totalmente calmada y hasta indiferente, como si hubiesen sido horas y no años los que estuviese desaparecida. De piel tan morena como su ascendencia exigía, cabello castaño rizado que le llegaba a la cintura, curvas poco pronunciadas pero bien definidas y ojos de un lavanda que le recuerda a la primavera, Raven se ve incapaz de renegar la innegable belleza de la que alguna vez fue el gran amor de Damián Wayne.
Sin embargo, aquello que realmente le desconcierta no es la presencia de la mujer, sino el pequeño niño que la acompaña en ese momento, una copia exacta del descendiente de Ra's Al Ghul, pero con los hermosos ojos lavanda de su madre. El hijo de Damián y Djinn, hijo cuya existencia su amado desconocía. Lo hilarante de la situación sería suficiente para destornillarse de risa si no estuviera aun estupefacta por la sorpresa. Ahora es que puede entender aunque sea mínimamente lo que Bruce Wayne debió sentir cuando la mortal Talía Al Ghul le permitió conocer a su hijo de sangre.
El niño no ha dicho palabra alguna desde su llegada, limitándose a observar con curiosidad infantil todo a su alrededor, es obvio que ese pequeño no ha sido criado como un arma letal, y por ello Raven no puede evitar sentirse aliviada ante semejante hecho, aunque ciertamente la mirada profunda del infante revela la conciencia acerca del terrible legado a cuestas.
- ¿Por qué no me lo dijiste? – escucha exigir explicaciones su Amada a la genio que impasible le observaba como si fuera la primera vez, había mucho entre ellos que explicar y la hija de Trigón se sentía como una intrusa en medio de aquellos imponentes seres, que de no ser por las decisiones tomadas quizás ahora estarían juntos, idea que le atormentaba la mente y aguijoneaba el corazón.
- No lo creí relevante. - contesto la mujer sin expresión en su rostro. - Tu destino era otro y debía ser respetado al igual que yo debía buscar el mío.
Raven recuerda como veinte años atrás el primer equipo de los Teen Titans creado por Damián se había deshecho por diversas circunstancias, dando paso a que tomaran caminos distintos. Ella decidió unirse a los Titans con su primer compañero y Damián formar un equipo completamente nuevo más afín a sus intereses, más severo, más flexible...más letal.
En más de una ocasión, pese a la buena relación entre Nightwing y Robín, hubo conflictos entre ambos líderes, debido a las formas poco convencionales que los adolescentes tenían de hacer las cosas. Fue en uno de esos encontronazos que Raven conoció a la genio de ojos lavanda, cuando intento acercarse a Damián con sus poderes para calmarle y la joven se interpuso entre ellos del mismo modo, con su magia primigenia y exorbitante.
Rachel aún puede recordar la mirada que Djinn le dirigió, amenazante, posesiva y retadora. La muchacha era peligrosa y lo sabía, más al mismo tiempo no tenía intenciones de hacerle daño siempre que la hija de Trigón no intentara un movimiento en falso. Ese día entendió que lo que fuese que estuviese naciendo entre aquellos dos, era algo más profundo que una simple relación de amistad o compañerismo.
Poco tiempo después se enteró de boca de Wally que ambos muchachos habían tenido un conflicto del tipo sentimental suscitado por un anillo; realmente el velocista no dijo mucho y ella no pregunto, mas nunca pudo dejar de pensar en el nieto de Ra's Al Ghul y la genio de fantasía que le acompañaba.
Por eso es que un par de años después, cuando supo gracias Nightwing que Robín y Djinn habían iniciado una relación ni siquiera se sorprendió, en cierto modo lo esperaba, y aunque la sensación de incomodidad del primer encuentro se acrecentaba dentro de ella, prefirió no hacer mucho caso de ella. Después de todo fueron ellos los que abandonaron a Robín en primer lugar, no tenía derecho alguno a opinar o sentir por las decisiones que su ex-líder tomara a partir de allí.
Para sorpresa de todos aquellos que conocían al nieto del demonio, la relación que este mantenía con su compañera se tornó en la más estable que algún miembro de la familia alguna vez tuviera, incluso, llegado el momento se escucharon los rumores acerca de una posible boda. Sin embargo justo en el décimo aniversario de su separación como equipo y apenas un año después de que este recibiera de manera formal el manto de su padre, la genio desapareció de sus vidas sin decir palabra. Nuevamente los rumores susurraban que únicamente se había despedido del heredero Al Ghul, mas nunca hubo nadie que lo confirmara y el muchacho se negaba a hablar de ello. Si su equipo o sus hermanos no obtuvieron explicación alguna, mucho menos lo haría ella con quien el ya hombre no había vuelto a intercambiar palabra.
Fue el rol de Damián como Batman el que les llevo a unirse nuevamente en batalla, pues siendo ella a quien Zatanna le cedió el mando de la Justice League Dark, era obvio que en algún punto sería necesario que trabajaran nuevamente juntos.
Al principio, lo admitía, fue difícil por su culpa. Era ella quien se sentía abrumada por las emociones que tan bien ocultaba Batman pero que no escapaban a su empatía. Tristeza, abandono, rencor e incluso preocupación era lo que la hija de Trigón lograba sentir en el interior del heredero de sangre, con tanta claridad como si el mismo Wayne se los mostrara. Y peor aún era saber, que lo que realmente le desconcertaba era entender que, pese a los años transcurridos, aquellos sentimientos que mantenía en secreto por su compañero no habían desaparecido, sino todo lo contrario, se acrecentaban día sí día también.
De algún modo los vestigios de amistad formados en su juventud retomaron el mando de su relación durante la madurez, haciendo que el lazo entre ambos se acrecentara hasta convertirse en una verdadera amistad. A pesar de sus obligaciones se las arreglaban para compartir el poco tiempo de ocio que poseían y aunque ninguno tocaba el tema de sus relaciones anteriores, la confianza creció de tal modo que en algún punto dejaron rápidamente de tener secretos entre sí.
Para cuando Raven, ahora ya no adolescente sino una mujer, se dio cuenta que de nueva cuenta estaba enamorada del murciélago menor, ya era muy tarde para evitarlo. Así que dispuesta a arriesgarlo todo y no cometer los errores de su juventud se sinceró con aquel al que ahora se atrevía a llamar confidente. Por supuesto nunca espero ser correspondía, apenas y se permitía desear una oportunidad de intentarlo; por eso es que cuando el hombre correspondió su confesión con un escueto "Yo también estoy enamorado de ti", la demonesa tardo demasiado en asimilarlo.
Su relación nunca fue sencilla, pero si honesta y llena de amor, superaron mil y un obstáculos para llegar hasta donde estaban ahora, a pocos días de una boda cuya propuesta había llegado tras una cruenta batalla contra Trigón en donde solo ella y Damián habían quedado en pie para hacer frente al demonio y la cual habría terminado con la humanidad de no ser por, para frustración de muchos, la espada que Ra's hace tanto entregara a su nieto.
Y ahora tenía frente a si a un pequeño niño idéntico a Damián, de mirada curiosa cuyo escrutinio no le incomodaba tanto como el hecho de no ser capaz de sentir ninguna de las emociones del infante, herencia de su madre sin lugar a dudas.
- Debes protegerlo. - alcanzo a escuchar la hechicera. - Finalmente el pasado me ha dado alcance y nuestro hijo ya no está más a salvo a mi lado. Ni siquiera sé si poder salir con vida del enemigo que me acecha, pero estoy segura Khalid se encontrara a salvo contigo y será feliz incluso si yo no vuelvo a su lado. - finalizo la mujer con un tono de voz que pese a parecer monótono dejaba entrever el dolor que abandonar a su hijo le causaba.
Un cruce de miradas silencioso entre ambas hechiceras dejaba clara la petición silenciosa en los ojos de la mujer. "Protégelo" le suplicaba y Rachel lo haría sin lugar a dudas; porque aquel pequeño podía ser el hijo que el hombre que amaba había tenido con la mujer que amaba, pero era solo un niño que necesitaría de una familia más que nunca y ella jamás tendría el corazón tan helado para abandonarlo.
- Debo irme. - anuncio la de ojos lavanda y Rachen no pudo menos que agachar la mirada al observar como Damián le detenía al tomar las delicadas manos entre las suyas.
- Por favor no hagas esto. - suplicaba el hombre con una voz que la demonesa jamás creyó llegar a escuchar, rota y temerosa. - Sea lo que sea a lo que te enfrentes podemos ayudarte, por favor no abandones a nuestro hijo. No nos abandones.
Y Rachel no pudo evitar soltar una solitaria lágrima de tristeza que limpio de inmediato al notar la morada inocente del niño sobre ella. Porque si bien no dudaba de los sentimientos que Damián le profesaba, él había sido sincero desde el principio. Djinn ocupaba un lugar en su corazón que jamás podría ser reemplazado y que si bien eso no le impedía amar a Rachel con fuerza y sinceridad, tampoco ese amor significaba que podría olvidarla. Ahora, con un hijo de por medio, aquellas palabras eran más sinceras que nunca.
- Si hubiese otra forma, que no implicase alejarme de Khalid, puedes confiar en que la tomaría. Más no existe, debo hacer frente a esto sola y espero salir victoriosa, pero de no ser así, sé que tú y nuestro hijo estarán bien. Ahora eres feliz y has encontrado una mujer que te ama tanto como yo lo hago y que se amara a nuestro hijo de la misma forma.- explico Djinn con una sonrisa triste al tiempo que se soltaba del agarre de Damián y extendía los brazos hacia su hijo en busca de un último abrazo que el pequeño le regalo con fuerza deseando no soltarla jamás. Una despedida silenciosa y cruel que no hizo más que incrementar el agujero en el pecho de Rachel, pues ningún niño debía tener que decir adiós para siempre a su madre, en especial uno tan pequeño. Ella era incapaz de tener hijos, su sangre demoniaca se lo impedía, más no podía siquiera de imaginar el dolor tan grande que implicaba tener que abandonar a uno.
- Por favor sean felices. - dice la mujer, mientras Damián ahora sostenía de los hombros al pequeño que luchaba por no echarse a llorar allí mismo, y con un cruce de miradas dejaba claro que la petición era también para ella, sinceridad y cariño era todo lo que los ojos lavanda le transmitían y Rachel deseo que los suyos reflejasen lo mismo a la desolada mujer.
Djinn desapareció para siempre tras un cegador espectáculo de luces y fue entonces que finalmente Khalid, ahora sabiéndose solo en el mundo soltó en llanto silencioso. El Wayne mayor no dudo un instante en levantarlo en brazos y estrecharlo contra sí, intentando transmitirle sin palabras que no estaba solo y él cuidaría de ellos con su vida. Raven se unió al abrazo sorprendiendo al hombre que en respuesta le estrecho también con fuerza.
- Amada. - susurro vulnerable Damián consciente de que muchos de los temores de su futura esposa debían haber aflorado tras ese encuentro.
- Estaremos bien Amado. - contesto ella creyéndolo en verdad. - Todos lo estaremos. - confirmo mientras acariciaba con cariño los negros cabellos del pequeño que ahora gimoteaba bajito contra el cuello de su padre.
Porque ella quizás no era el gran amor del amor de su vida, nunca sería Djinn y no planeaba intentar reemplazarla. Pero Damián la amaba y ella lo amaba a él, ambos estaban dispuestos a luchar por sacar a flote su relación y eso, por el momento, tendría que ser suficiente. Después de todo la historia quizás se estaba repitiendo, quizás su vida no sería más que un deja vu tras otro, pero si Diana y Bruce habían logrado salir adelante siendo quienes eran, sin lugar a dudas ellos también podrían.
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