Capítulo 15
Canción para acompañar el capítulo si así lo desean: PLAVE - Pixel World.
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~ D-17 ~
Hanna.
Luego de hacer tantas filas hasta para subirnos a varias atracciones, hemos podido disfrutar bastante. Reí hoy más que en todo un año. En los pequeños puestos de comida que habían encontramos algunos que nunca habíamos comido antes, así que decidimos probarlos. D4 casi se ensucia la ropa cuando escupe un trozo de chicharrón porque lo sintió picante. Yo casi me atraganto con el mío por estar riéndome de su expresión.
Parece que D4 no es bueno comiendo comida picante. Anotado.
Nos subimos a una montaña rusa, a los columpios voladores (como les llamo yo), entramos a un pequeño laberinto, yo logrando salir primero que él, y competimos en un puesto de tumbar unas botellas para ganar premios. D4 me ganó en esa.
Hoy fue uno de esos días que, cuando acaban, te preguntas si fueron un sueño. No todo fue perfecto, obviamente.
Me pelee con uno de los dueños de los puestos de juegos porque sentí que de alguna manera tenía manipulado uno de los juegos para que no logremos ganar el premio mayor. Al final decidimos irnos de ahí para no causar un escándalo que haga que nos saquen.
D4 se perdió en el laberinto y tuve que pedir ayuda al organizador del laberinto para encontrarlo al darme cuenta que había pasado demasiado tiempo desde que habíamos entrado y yo salí.
Alguien tropezó conmigo y regó un poco de su soda en mis zapatillas favoritas, ahora tienen una mancha un poco chocolate y de seguro olerán a soda. Yo casi vomito luego de salir de la montaña rusa y D4 casi se desmaya del susto cuando apareció un payaso de la nada tratando de conseguir que quisiéramos comprarle globos con formas de animales o plantas y demás cosas.
No todo fue perfecto, y aún así... lo fue.
—¡Pero miren qué pareja más joven y hermosa! ¿Quieren que les tome una foto para que tengan de recuerdo? —nos pregunta con entusiasmo un señor bajo de unos 60 años con una de esas cámaras que sacan las fotos al estilo polaroid.
Yo me quedo en blanco, sin saber qué responderle ya que había salido de la nada en nuestro camino mientras veíamos a nuestro alrededor para decidir qué más hacer a continuación.
—¡Claro! —le responde de inmediato D4 con una gran sonrisa en el rostro.
Abro la boca para debatir o negarme pero ya el señor está apuntandonos con la cámara para sacar la foto; D4 me agarra de la mano mientras mira a la cámara con una sonrisa más pequeña, más tímida.
No puedo evitar apreciar lo claras y honestas que son todas sus expresiones. Es como un libro abierto.
No finge. Sonríe si quiere. Dice lo que quiere sin filtro alguno. Hasta ahora no siento que me haya mentido o fingido sobre algo. Obvio aún tenemos mucho por descubrir del otro pero ahora mismo me atrevo a decir que D4 es alguien genuino, no es perfecto, pero lo que ves en él es lo que es. Sin trucos, mentiras o trampas.
Sería tan fácil tomarle cariño...
- click -
Dejo de mirar a D4 de inmediato y volteo hacia el señor con desconcierto y molestia. ¡No siquiera avisó antes de tomar la foto!
El señor al ver mi obvio descontento me da una sonrisa de disculpa mientras sostiene la polaroid saliendo de la cámara.
—Bueno, creo que la dama no estaba preparada para ser fotografiada, ¿Desea que tome otra? No cobraré la primera ya que fue mi culpa por no hacer la cuenta regresiva —ofrece apenado.
Frunzo el ceño con disgusto y volteo para irme, pero D4 me frena por los hombros y me coloca frente él mirando hacia el señor con la cámara, mi espalda chocando con su pecho. Mis vellos se erizan al sentir su calor corporal tan cerca del mío. Si antes podría tener la posibilidad de sentir un poco de frío, ya no es posible.
—Vamos Hanna, sonríe un poco, seguramente estabas poniendo cara de amargada y por eso saliste fea, en las fotos hay que sonreír —exclama D4 sin soltar mis hombros para que me quede en mi lugar.
Exhalo indignada y le doy un manotazo a una de sus manos como castigo. El finge hacer sonidos de dolor pero no me suelta. Ruedo los ojos exasperada.
Estaba mirándote a ti, idiota.
Obvio tampoco voy a dejar que veas mi rostro en esa foto donde, muy probablemente, puse cara de estúpida mientras te miraba de manera muy fija y extraña.
—Yo no acepté posar en ninguna foto contigo, hazlo solo —me cruzo de brazos. Miro con seriedad al señor ya que es lo único que puedo mirar, al él estar frente a mis visión.
El señor parece un poco incómodo por mi mirada pero no sé qué más hacer, no tengo nada en contra suyo, solo trato de pensar en otra cosa que no sea la cercanía de D4 detrás de mí. Me pone de los nervios.
Él es demasiado... físico. Cariñoso. No es algo bueno para mi cuerpo ahora mismo porque en cualquier momento empezaré a parecer una bandera roja del calor que me está haciendo sentir con sus manos en mis hombros, su pecho ancho y duro tocar mi espalda, y su aroma, que llega a mi nariz con cada poca inhalación que doy.
Huele a lavanda y tiene un ligero olor a algún tipo de perfume de hombre. No es asfixiante o empalagoso, para nada. Es embriagador. Huele tan bien que estoy considerando muy seriamente sólo voltear y enterrar mi cara en su cuello hasta terminar ebria por su aroma.
Vuelvo a mí cuando veo al señor poniendo expresiones raras mientras mira detrás de mí, las manos de D4 se despegan de mi cuerpo y mi mente lo agradece pero mi cuerpo lo clama ya que ahora se siente vacío. El señor pone cara de entendimiento y luego pone una expresión traviesa antes de colocar la cámara de nuevo en posición de toma.
—¿Qué le dijis...? —pregunto a medias antes de sentir las manos de D4 de nuevo en mi cuerpo, solo que esta vez las posa en mi cintura y luego me rodea con sus brazos hasta reposarlas en mi estómago —¿Qué crees que haces? —le pregunto con pánico y congelada en mi lugar. Apenas puedo respirar con toda la electricidad recorrer mi cuerpo en cada lugar que nuestros cuerpos se tocan.
—Lo siento —susurra en mi oído, su aliento haciéndome cosquillas. Siento mis orejas enrojecer pero luego todo mi cuerpo también lo hace pero por razones muy diferentes por las que creí que pasaría.
Porque D4 empieza a hacerme cosquillas por todo mi estómago.
Río tan fuerte que seguramente muchas personas a nuestro alrededor deben estar mirándome mal, juzgándome por no tener una risa angelical y ser tan escandalosa mientras río y grito hasta querer llorar de la risa. Pues no me voy a disculpar por ser humana y reaccionar como cualquier otra persona que no soporta para nada las cosquillas.
Luego de unos segundos que me parecieron tortuosamente eternos, escucho el sonido de la cámara al tomar una foto y D4 para de hacerme cosquillas. Si no fuera porque me sigue sosteniendo ya hubiera caído al suelo. Mis piernas se sienten débiles por la adrenalina de ser atacada sin previo aviso, también estoy sin aliento y sin energía, como si hubiera corrido una maratón.
—Me voy a vengar —le amenazo sin aliento. Dejo caer hacia atrás mi cabeza, chocando con su hombro izquierdo, mientras trato de reponerme y evitar que mi alma escape de mi cuerpo. D4 ríe por lo bajo, aprieta sus brazos a mi alrededor y recuesta su cabeza sobre la mía.
° ° °
Después de tomarnos aquella foto y que el señor nos hiciera un descuento por las incomodidades, más por ver mi rostro lleno de reproches y resentimiento por la emboscada de cosquillas, me fui a comprar un algodón de azúcar y a D4 se le antojó unas pulseras que por mucho que traté de negarme y hacerme la dura, terminé comprándoselas cuando puso cara de cachorro triste cuando creyó que no lo estaba viendo.
Luego salimos de ahí y cada quien tomó su camino. Yo tomé un taxi porque ya se estaba haciendo de noche, por más que me ofrecí por compartir el taxi con él, solo declinó amablemente mi ofrecimiento y me agradeció por todo. Esto me hizo preguntarme mucho por su vida privada.
¿Trabaja en algo más como cualquier persona?
¿Dónde vivirá?
¿Duerme o es como los vampiros? Que no pueden dormir.
No se me puede culpar por tener tal imaginación, él es prácticamente algún tipo de ser mágico del amor.
Al llegar a casa noto, por el calzado al entrar, que Nicholas aún no esta en casa y que Hajoon si lo está. Cuando me dirijo hacia mi habitación escucho un poco de ruido provenir de la habitación de Hajoon, que está junto a la mía. No trato de descifrar qué está haciendo, solo entro a mi cuarto, cierro la puerta y prendo la luz.
Lo primero que hago es sentarme en mi cama y abrir el pequeño bolso que cargaba, saco la polaroid por la que pagué y sufrí. Resoplo una risa por lo ridículamente feliz que nos vemos.
Sus brazos me rodean, pareciendo como si me estuviera abrazando cuando la realidad era que me estaba atacando con cosquillas. Una de mis manos está sobre las suyas; en ese momento estaba tratando miserablemente de frenar el movimiento de sus manos. Los dos estamos con grandes sonrisas en el rostro, mis mejillas están tan rosadas y mi hombro izquierdo está un poco descubierto por nuestros movimientos.
Pero nos vemos genuinamente felices y enamorados de la vida.
Yo me veo genuinamente feliz y enamorada de la vida.
Soy yo y a la vez no lo soy. Pero quiero serlo, todo el tiempo, de ahora en adelante. Quiero reír más, divertirme más, vivir más.
Sonrío hacia la foto y me hago una promesa a mí misma que no planeo romper.
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