Domingo 28 de febrero 2016.

¡Joder que el barco ya zarpó y todo me da vueltas! ¿Y esto por qué no lo dicen en Titanic?

El barco era enorme y por lo que había visto era muy hermoso cada lugar y lo único bueno es que había comida ilimitada para todos. ¡Había una heladería y una pizzería! Sin duda podría morir feliz aquí... bueno hipotéticamente si esta gran bestia se hundía. ¿por qué le daban de comer mucho a todos? Nos pondríamos gordos... Y con más peso...
Hablando de paranoias... Debería quitarme este chaleco naranja, en cima que no me combina, atraigo miradas de burla, pero no me culpen, yo cuido mi seguridad.

—Hola yo soy Rachel, pero me dicen Rach y yo...— le miré confundida. ¿y quién era ella? —Uh, lo siento. No quería ser entrometida pero mi hermano no te deja de ver y ya me desesperó eso así que ¿Qué te parece una cita a ciegas?

—¿Quién eres y por qué eres tan extraña? — ella se sonrojó y miró nerviosamente a la piscina. Ahí era donde estaba, me había escapado del camarote porque me aburría ver como mis padres discutían por cosas sin sentido y luego pensaban que eran aún unos críos que iban a la secundaria y hacían cosas indebidas. Era el primer día y ya me quería bajar pero ya estamos un poco lejos de la costa. Y de los tiburones... También de los icebergs.

—Lo siento, soy...

—Eso ya me lo habías dicho— rodé los ojos y le sonreí, esta chica... Me agradaba.

—Oh es verdad— se dio dos golpecitos en la cabeza y rió. Ella debía de tener unos catorce y era muy tierna a decir verdad—. Pero es que mi hermano me mandó hablar contigo— sonrió—. Dice que eres muy exótica de ver y estas sumamente atractiva— le vi y sonreí—. Ups, creo que no debí decir eso— reí a carcajadas y la miré.

Y ahora que lo pienso... estoy en la proa. Y me veo ridícula con el chaleco. Solo me faltaba la dona y listo, podría estar a salvo.

—Entonces ¿quién es tu hermano?

—Te dije que él quería una cita a ciegas, dah— rió—, será una sorpresa.

—¿Cómo sabré que no es un pervertido que se quiere aprovechar de mi? — enarqué una ceja y Rachel me sonrió.

—Porque es mi hermano y lo conozco...

—¿Cuántos años tiene? — ¿En verdad iba hacer eso? ¿Aceptar una cita a ciegas?

Ay caray, que el movimiento de este barco me está agitando mucho el cerebro y el uso de la razón.

—Diecinueve años— sonrió, no estaba mal, un año mayor.

—¿Es guapo?

—No, es feo. Yo soy la linda de esta familia— reí, sin duda esta chica se llevaría bien con mis primos y era que... la boda de mañana se iba a celebrar con casi veintiocho familiares. ¡Era una locura! Tenía doce primos y cada uno de ellos con exuberantes personalidades y tamaños, desgraciadamente soy la mayor de ellos y la más pequeña de estatura.

La chica tenía unos ojos celestes enormes, tenía una personalidad atrevida y cabello rubio.

¿Qué de malo tenía que aceptara una cita con un extraño que estaba en el mismo barco que yo no quería estar?

Definitivamente, esto no iba a ser un encuentro como el de Rose y Jack, ni vigilantes pervertidos a la vista.