—No entiendo bien este ejercicio, Sakura.
—A ver, enséñame, Ino. —La pelirrosa miró y encontró de inmediato el error. —No cambiaste el signo, mira —señalando el problema—, si lo cambias la ecuación tiene sentido. ¿Lo ves, cerda?
—Oh, tienes razón, frentona, gracias —dijo sin ocultar su felicidad— Ahora que ya tengo tu atención me dirás porqué tienes ese rostro de amargada.
—¿Amargada? Claro que no, Ino.
—Bueno, Sakura, ¿cuál es el problema?
—No entiendo.
—Déjame replantear la pregunta para ti, pequeña pelirrosa: El Uchiha, ¿qué te hizo esta vez? Y no, no me mientas —dijo mirándola a los ojos—. Me lo debes.
—¿Qué te debía, Yamanaka?
—¡Me cambiaste! Me dejaste por una nueva amiga, ¿te parece poco, Haruno? —habló indignada— ¡Por Kami! ¿Escuchaste lo que me hiciste decir? Parezco la novia celosa.
Ese comentario hizo que soltara una carcajada que resonó en la habitación de Sakura, la cual estaba adornada con detalles color rosa. —¡Estás loca! Yo no hice tal cosa, pero ya que lo mencionas...
—¿Qué? ¿Te gusta Sayuri? ¡Wow! Eso sí es nuevo.
Sakura volvió a reír. —¿Quieres realmente escuchar algo nuevo? —Miró como Ino asentía. —Sayuri es Sasuke.
—¿Qué? ¿Entendí bien, frentona?
—Ino, te lo diré de otra forma: Sasuke es Sayuri, ya sabes es una igualdad.
—¡Ah! Utilizó el jutsu de Naruto, ¿verdad?
—Así fue —afirmó Sakura.
—¡Es un maldito! —expresó— ¿Y cómo te enteraste?
—Él me lo dijo.
—Pero mira nada más, aparte de mentiroso, es un maldito descarado, por no decir que también es un idiota —dijo muy indignada—. Dime que al menos lo golpeaste en donde más le duele,
—¿Dónde?
—Por favor, Sakura, ya sabes...ahí abajito.
—No, no hice nada de eso, solo lo dejé hablando solo.
—¿De nuevo? —preguntó la rubia arqueando su ceja.
—Sí, de nuevo, eso le molesta mucho. Sabes que es bastante orgulloso y no admite que nadie lo deje con la palabra en la boca.
—No, Sakura, no —habló irritada—, ya lo habíamos acordado. Ese Uchiha solo aprenderá con dolor.
—No vale la pena —aclaró la pelirrosa levantando sus hombros—. Es un idiota más. Sigamos estudiando. Ya no le dirijo ni dirigiré la palabra, es un simple compañero, no, mejor dicho, es solo un conocido.
—¿Damos por cerrado este asunto, Sakura? Porque siento que no es así, digo, siempre que pasa algo te encierras en tus libros y te olvidas del mundo. Y no lo permitiré —finalizó cerrando su libreta— Veamos una película.
—¿Y la tarea? —Sakura enfatizó, cuando miró a su amiga reír.
—Eres una exagerada y compulsiva, acabas de hacer un examen muy complicado, por no hablar de la pelea con Sasuke —sentenció—. En conclusión, lo que te hace falta es relajarte, siempre te lo he dicho. Eres la nerd de cabello rosado.
—Bueno, pues esta nerd escogerá la película. ¿Estás de acuerdo, cerda?
—Está bien, frentona, yo confío en tu buen gusto —siseó—, pero debo aclarar que cuando se trata de novios no confió nadita en ti.
—Oh, cállate, tonta, iré a preparar palomitas.
°*°*°*°
—¿Y qué tal si vamos entrenar? —preguntó Naruto aburrido y debido a la detestable actitud de su amigo— Estoy seguro que eso te reanimaría.
—Ella no ha ido —respondió Sasuke.
—Otra vez con lo mismo —soltó cansado— ¿Y qué esperabas? No te disculpaste, simplemente creíste que confesando lo sucedido se arreglaría todo. —Ganándose la mirada de odio de Sasuke nuevamente.
—Lo sé —musitó—, pero pensé que, si ponía las cosas en perspectiva, ella comprendería.
—Claro, tu perspectiva. —Naruto arqueó las cejas y lo miró con sarcasmo. —Y luego dicen que yo soy el estúpido. Date cuenta, Sasuke, no hablaste con Sakura antes porque tenías miedo de ser sincero. Sayuri era la máscara perfecta para ti.
—Sí eres estúpido, Naruto.
—Solo que no más que tú. —Se acercó a su amigo. —¿Por qué estás estudiando? Ya fue el examen.
—Del cual me sentía muy preparado, Naruto.
—Eso ya lo sé, idiota, y te aseguro que en esta ocasión aprobaré con excelentes calificaciones.
—Todo por las sesiones de estudio con Sakura —resaltó Naruto.
—¿Cuál es tu punto?
—Pues simple, Sasuke, que hables con ella.
—No puedo, antes debo de aclarar ciertas cosas con mi padre. Él sigue desaprobando a Sakura, y ni siquiera la conoce.
—Pues entonces habla primero con él —dijo siendo lo más lógico—. Tienes que hacerle ver que Sakura es buena para ti, tarado, ¿lo entiendes?
El Uchiha quería golpear a su amigo, pero se contuvo porque sus palabras guardaban completamente la razón.
—Tampoco puedo hacer eso —aseguró con decepción—. Mi padre nunca aceptará lo contrario.
—¿Y por qué no, Sasuke? Tú tienes la prueba. —El Uchiha lo miró sin entender de qué carajos estaba hablando el chico rubio. —No puede ser —susurró Naruto—. ¡Tu examen! Sacaste una excelente calificación.
La mirada de Sasuke cambió por completo, debía admitirlo, su amigo tenía la razón. ¡Diablos! ¿Desde cuándo Naruto usaba su lógica? Tal vez al usar ese jutsu para convertirse en Sayuri, le había quebrado el cerebro de alguna manera.
°*°*°*°
—Buenas tardes, padre —saludó con su inusual y característico tono seco—, ¿puedo hablar contigo?
—¿Qué sucede, Sasuke? —preguntó mientras acomodaba los pergaminos que tenía frente a él.
—Quiero mostrarte el resultado del examen que realicé hace poco.
—En el cual obtuviste la mejor nota, supongo —puntualizó el líder del clan Uchiha.
—¿Cómo lo sabes?
—Será porque soy tu padre y la escuela tiene la costumbre de avisarnos de sus calificaciones —ironizó—. Espero que haya respondido a tu curiosidad.
—Sí —respondió su hijo sentándose a su lado—, no lo había visto de esa manera, pero ahora que lo mencionas, mi curiosidad suena sin sentido.
—Ok, hijo, ¿qué sucede? Tienes toda mi atención, para la siguiente solo menciona que deseas hablar conmigo.
—Lo tendré en cuenta.
—Bien —suspiró Fugaku—. ¿Qué sucede, Sasuke?
—Hace unos días como bien sabes, presenté el examen y lo aprobé sin dificultad alguna, porque he estado estudiando día a día y he mejorado gracias a Sakura.
—Pensé que habías terminado con tu novia.
—Y lo hice —puntualizó Sasuke—, solo que me reuní con ella para estudiar como amigos, incluso Iruka lo dijo, tengo aquí las últimas calificaciones de los trabajos en la academia, también a consecuencia de las sesiones de estudio que tuve con Sakura
—Ya veo, Iruka mencionó que es una estudiante de grandes méritos y que siempre trata de ponerte en tu lugar y no solo a ti, sino al bueno para nada de Naruto; sin olvidar que tu hermano también dijo algo similar.
—Te lo dije, padre.
—No sonrías, Sasuke. El problema aquí eres tú, no Sakura, y si no lo has entendido esta plática no tiene sentido.
—Padre, eso no es cierto. Ya lo entendí —expresó tratando de guardar la calma.
—¿Y qué fue lo que entendiste? —preguntó con mucha curiosidad.
—Que todo esto es mi culpa y que debí de estudiar, pero también es tu culpa por presionarme.
Fugaku gruñó. —Sabes Sasuke, esta plática se está tornando más interesante y esclarecedora. Darme cuenta de mi pequeño error no tiene precio —habló sin ocultar el sarcasmo.
El tono de Fugaku no era el esperado por Sasuke.
—Sí, bueno, lo que quiero decir es que ya aprobé el examen mejorando mí nivel académico y si prometo seguir así, ¿me permitirás estar con Sakura?
—Bajo esa óptica, no podría negarme, Sayuri —finalizó con una flamante sonrisa triunfadora.
—¿Có...cómo lo sabes? —cuestionó Sasuke muy avergonzado por esta situación y con los ojos muy abiertos.
Fugaku lo miró y dijo: —Pensé que habías entendido el punto de quién es tu padre o al menos tenías una idea.
—Si lo sabías, ¿por qué no me dijiste nada?
—Tenías que darte cuenta de tus propias fallas, hijo —habló con toda calma.
—Son bastantes, padre. —Dejándose caer en una silla. —Ahora no sé qué hacer. Sakura no me perdonará.
—Bueno, tal vez si comenzaras actuar como Sayuri con tu verdadera apariencia podrías ser perdonado...
—¿¡Qué actué como mujer!?
—Sabes a lo que me refiero, Sasuke.
—No lo sé, papá —suspiró— acaban de decirnos que estamos en el mismo equipo y ella no quiere estar en el equipo donde yo esté. No quiere formar parte del equipo siete, pero supongo que eso ya lo sabías, ¿verdad?
La media sonrisa de Fugaku se lo confirmó.
—Así que no te la está poniendo fácil, ¡eh! —advirtió su padre con un poco de diversión— Y no la culpo.
—Lo sé —dijo fastidiado—, pero tengo entendido que no hay forma de cambiar de un equipo ya asignado.
—Bueno, no, una vez asignado tu equipo no lo puedes cambiar así de fácil, sin embargo, puede ser por un ascenso rápido; o una misión importante que tiene relación con lo primero, y claro, por fallecimiento —dijo—, por lo que en este caso no aplica ninguna de las razones anteriores.
—No, ninguna.
—Dicho lo anterior, creo que deberás de ganarte la confianza de Sakura, como tu nueva compañera.
—¿Cómo, padre?
Fugaku alzó sus hombros. —No tengo ni idea, pero cuando lo descubras me tendrás que contar.
La expresión de Sasuke no reflejaba la felicidad que su padre tenía.
°*°*°*°
—¿Cuánto tiempo debemos de esperar? —preguntó Naruto por décima ocasión, ya aburrido de estar en el salón de la academia— Sakura-chan, ¿traes algo de comer? Tengo hambre.
—No tengo, Naruto —dijo con mucha seriedad y frialdad sin despegarse del libro que leía, por lo que sin pensarlo dos veces sea acercó a la pelirrosa.
—Sakura-chan, estás enojada conmigo, ¿verdad?
—No, Naruto, ¿hay alguna razón por la que debería? —siguió hablando de la misma forma fría.
—Me estás mintiendo —resopló el chico rubio más cerca de su amiga—. No deberías estar molesta, nosotros ahora somos un equipo —explicó de manera reflexiva.
—El tonto tiene razón, Sakura —sentenció Sasuke— Somos un equipo y por tanto deberíamos de llevarnos bien y apoyarnos.
—No discuto eso —subrayó la pelirrosa, en tanto cerraba su libro— ¿Qué propones, Sasuke? No mentiras, no engaños. Aunque sé que para ti sería complicado negar tu naturaleza. No eres capaz de aceptar que soy más inteligente que tú.
—Naruto, podrías dejarnos solos un momento —pidió Sasuke sin dejar de mirar a Sakura.
Pero en eso alguien abrió la puerta corrediza del salón, dando paso a la imponente figura de un shinobi de cabello blanco alborotado y con el ojo izquierdo cubierto.
—Hola —saludó de forma muy despreocupada—, ustedes deben de ser los integrantes del equipo siete.
—Sí, somos nosotros —confirmó un molesto Naruto.
—¡Qué bien, chicos! Odiaría tener que buscarlos por toda la academia —dijo el jonin—. Mi nombre es Kakashi Hatake y seré el líder del equipo siete y también su sensei en pocas semanas, y aunque ya sé sus nombres me gustaría que ustedes mismos se presentaran.
—Yo primero, yo primero —gritó Naruto—, solo que antes podría decirnos la razón de su tardanza, Kakashi-sensei.
El jonin suspiró. —Tuve una plática muy amena con sus padres. Eso fue lo que me retrasó, Naruto. Ahora que lo sabes, como dije hace un momento me gustaría que se presentaran diciéndome lo siguiente: su nombre, qué esperan para el futuro y qué les gusta hacer.
—Mi nombre es Uzumaki Naruto, quiero ser Hokage como mi papá y lo que me gusta hacer es entrenar y comer ramen.
—Sí, muy bien, ahora tú, la chica del lindo cabello color rosa teñido.
—Me llamo Haruno Sakura, quiero convertirme en una gran kunoichi; también me gusta entrenar y estudiar, por cierto, mi cabello no lo tiño, es rosa.
—¿En serio, Sakura? Pues es muy lindo —corroboró Kakashi, provocando una linda sonrisa de la pelirrosa—. Sigues tú, el niño con cara de amargado.
—No estoy amargado —resopló—. Yo soy Uchiha Sasuke, quiero convertirme en un digno representante de mi clan; me gusta mucho entrenar con mis compañeros, pero lo que más me gusta es estudiar con Sakura. La chica más inteligente y bonita que conozco —finalizó mirándola directamente.
—¡Sasuke-kun! —musitó muy avergonzada, ya que se había tornado el centro de la atención de su equipo.
—Ok, creo que eso será todo por hoy, claro, si Sasuke no quiere decirnos algo más de su relación con la señorita Sakura —ironizó Kakashi al escuchar lo que había dicho su nuevo alumno.
—De hecho, Kakashi, tengo algo más que decir —respondió, dando a entender que no le importaba que lo dicho por su sensei fuera algo retorico—. Y si me perdona la linda chica, me gustaría que acompañara a la biblioteca, estoy seguro necesitaré de su ayuda.
—Ok, Sasuke, muchas gracias por la aportación, la cual fue un poco extraña, y Sakura, perdónalo, se ve un poco desesperado. —Haciendo que los dos chicos se sonrojaran. —Los veo en unas cuantas semanas. Fue un gusto equipo siete —finalizó para desaparecer en una nube.
—¡Qué alivio! Hoy terminamos temprano. Creo que iré a Ichiraku, ¿vamos? Yo invito —dijo Naruto.
—No, yo iré a la biblioteca —recalcó Sasuke.
—¿Y tú, Sakura-chan? ¿Quieres ir a Ichiraku? —preguntó el chico rubio, sabiendo cual sería la respuesta de antemano.
—No, creo que yo también iré a la biblioteca con Sasuke-kun. Tal vez deberías ir con nosotros, Naruto.
—¿Qué? ¡Están locos! No, no, muero de hambre, tal vez para la siguiente ocasión. Adiós, chicos.
—¿Qué estudiaremos, Sasuke-kun? —preguntó de repente Sakura con un poco de sonrojo.
—No lo sé, ya se nos ocurrirá —dijo tomando de la mano de la pelirrosa.
—Entonces, realmente soy muy inteligente, Sasuke-kun...
—No, Sakura, no solo eso. —Se detuvo para mirarla a los ojos. —También sé que eres muy bonita —finalizó para proseguir su camino a la biblioteca sin soltarla de la mano—. Extrañé estudiar mucho contigo.
—¿Qué dices? Solo han sido unos cuantos días.
—Para mí fue una eternidad —confesó el Uchiha.
—Es una exageración —comentó la pelirrosa entre sonrisas.
—Para mí no lo fue, Sakura. Tú me gustas mucho. —Palabras que hicieron el sonrojo de la pelirrosa fuera más evidente.
—Tú también me gustas, Sasuke-kun.
—Muy bien, Sakura. Aclarado el punto y definidas las prioridades, vayamos a estudiar.
—Con todo gusto, Sasuke-kun, con todo gusto.
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Fin de Definiendo prioridades | 09.04.2022
Ojalá les haya gustado. Fue una historia corta, pero disfruté escribiéndola.
Como siempre, les agradezco por todo el tiempo que me regalan al leer mis historias. Espero que pronto nos podamos leer en una nueva historia que planeo.
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