
Un Muchacho Problemático
Capítulo 7: Un Muchacho Problemático
Un nuevo día comenzaba a las afueras del hogar del ojiverde, el movimiento rutinario que se realizaba diariamente sin duda era arduo para quienes trabajaban o estudiaban, ningún ícono lograba escaparse de las típicas responsabilidades que la vida les otorgaba. Sin embargo la responsabilidad de Cubo como el ícono Legendario de turno lo agobiaría frente a su drástica decisión de mantener a Blaze frente a su delito intermedio.
Calmando los hechos transcurridos la noche anterior, el de ojos verdes devolvió a su estado original su caja que lo devolvía a su antiguo pasado, además pidió sumo respeto y cautela hacia Waverly respecto a su vida personal. Era el único día del año en el cual se permitía recordar a profundidad.
Reunidos en la sala del hogar del más grande, Cubo intentaba a las duras penas colocarle su reciente actualización de su muñequera a su recién llegado invitado, quien no había dejado de mostrar una insoportable actitud frente a su pedido. De todas maneras, la verdadera intención por la cual el mayor opto porque el menor la utilizara se relacionaba a una clase de ratón de laboratorio. En breves palabras, si la misma poseía algún fallo o defecto técnico, quien padecería sus imperfectos seria Blaze.
Blaze- ¡Maldito como quieres que me pruebe tu estúpida muñequera!- Al sentir como aquel aparato se ajustaba en su muñeca, no dio mucho tiempo a sus infernales quejas- ¡No soy tu rata de laboratorio!
Todo lo ocurrido la noche anterior nunca llegó a oídos del menor, todo quedo como un secreto entre amigos, secreto que nunca debería salir más allá de ambos.
Cubo- ¡Dale maldito mocoso, que debo entregársela a RubRub!- Evitaba a toda costa los violentos empujones del peliblanco.
Waverly- Cubo no seas grosero con nuestro invitado- Con una sonrisa y pequeñas risillas dio aquel pequeño pero injusto regaño.
Cubo- ¡¿De qué lado estas Waver?!- Su paciencia desaparecía conforme su cuerpo era zarandeado por el adolescente.
Wavely- Aaaw, te juro que es súper tierno verte pelear con un niñato de 14 años- Intentaba no estallar de la risa, hacia tanto tiempo que no vivía situaciones de ese estilo.
Blaze- ¿Y por qué no se la pruebas a ella, tanta confianza me tienes Legendario, que hay si la robo?- Nuevamente su tono retador se hacía presente.
Cubo- Pitido- Con una amenazante expresión sentencio.
Blaze- Ok...- Rodo su mirada fingiendo no haber escuchado su amenaza, no deseaba en lo absoluto sentir la tortuosa reacción del pitido como castigo.
Waverly- Oye Blaze, ¿Puedo pedirte un favor?- Pidió repentinamente luego de haber recordado algo de suma importancia.
Blaze- Si- Acepto sonriente- Lo que necesites, no soy tan egoísta como otros íconos piensan- Dio aquel comentario de forma sarcástica al mismo tiempo que ladeaba su mirada.
Cubo- Morite...- Cruzo sus brazos incapaz de tolerar una palabra más proveniente del pequeño ladrón.
Waverly- Ignóralo, quería pedirte que fueras a comprar unas telas y antifaces, tengo unas grandes ideas para el 11- Dichas esas palabras le entrego un monedero con ochocientas orbes para así pagar los materiales.
Su amargura producida por el menor de los presentes se vio obviada en el instante en que la pelivioleta entrego aquellas orbes, ya de por si era irritable mantenerlo por su cometido y no pasaba siquiera un día de su llegada, pero ya a ofrecerle ciertas encomiendas a realizar en el exterior no le agradaba en lo absoluto.
Cubo- ¿Cómo puede ser que confíes tanto en el si tan solo llego apenas ayer? ¡Y encima es un ladronzuelo!- Interfirió rápidamente arrebatándole el monedero en cuestión de segundos.
Waverly- Yo confió en el, además, no creo que vuelva a cometer otro error después de lo que sucedió- Expreso de forma natural mientras retomaba su monedero para luego entregárselo al más joven, desconcertando a Cubo sin siquiera poder titubear.
Blaze- Volveré antes de las tres de la tarde, además, me encanta la pradera y suelo visitarla con frecuencia- Abandono sus expresiones burlonas para así dirigirse a la única presencia femenina con amabilidad y sinceridad.
Cubo- Te doy una oportunidad, no la estropees- Acto seguido realizo un ademan, permitiéndole su retirada.
Los minutos transcurrieron y su corto trayecto lo disfrutaba mientras sobrevolaba el gran territorio que conformaba la pradera, árboles y arbustos, una flora de inmensa variedad, flores que relucían su hermosura en su mayor esplendor, diversos senderos naturales, sin duda un paisaje al que varios habitantes suelen visitar.
Poco a poco comenzó a descender hacia el césped de la inmensa pradera para así poder disfrutar de una relajante caminata y aliviarse de las tensiones que vivió el día anterior.
Blaze- Creo que debería cambiar un poco la forma en la cual soy... Robar... Es lo único que me ha traído problemas... Y ahora son mucho peores...- Jamás en su corta vida tuvo semejantes roces con la ley, o peor aún, con el protector de todo el mundo, el Legendario- No voy a escapar tampoco, es la primera vez en mucho tiempo que estoy rodeado por dos íconos, entiendo que Cubo desconfíe de mí pero are lo posible por ganarme su confianza... Solo debo hallar la oportunidad y se lo demostraré... Cambiare... Cambiare por mí, por mi vida, no puedo seguir rebajándome a ser un ladrón
Mientras más avanzaba hundido en sus pensamientos su trayecto jamás fue visible, pues cada paso que daba lo acercaban aún más a algo que sin duda, llamaría su atención. Tan solo elevo su mirada pudo observar un enorme detalle en el césped, un enorme agujero de un gran diámetro se posicionaba de manera casual en un punto exacto de la pradera en donde la oscuridad lo representaba.
Blaze- ¿Qué es esto? - Anonadado, se arrodillo cerca del extremo de ese misterioso agujero, jamás se había percatado de la presencia de semejante fallo.
Curioso por saber que se hallaba dentro de aquel sitio envuelto en las penumbras, logro asomarse aún más procurando no caer dentro de, lo que podía ser, un destino fatal. No logro contemplar absolutamente nada. Totalmente resignado intento reincorporarse para retomar su camino, sin embargo en un enorme descuido y al mismo tiempo, producido por el derrumbe de la corteza en la cual se había posicionado con una potencial cautela, provoco su inesperada caída dentro de las penumbras de aquel desconocido sitio.
Continuará.
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