—Ya no puedes Alejandro. —Dijo Ángela. —Mejor vamos a ver las pirámides que es a lo que vengo.

—¡Pero son objetos nuevos!. —La emoción en el chico era clara. —Supongo que será para un próximo lejano...

—Culo si no entras. —Dyllan lo reto con una sonrisa.

—Ay ya. —Fany se pronuncio. —No empiecen de pinches locas y vámonos a ver lo demás para que valga el boleto.

—Cula si no entras tu también Fany. —Casi interrumpió Jesús riendo.

La chica rodó los ojos. —Si bueno, me vale verga. —Cruzo sus brazos. —Ahora vámo...

—¡Por aquí!. —Alejandro se escabulló entre las lonas y entro.

—¡No cabrón!. —Fany lo persiguió para tratar de tomar su brazo pero termino entrando también.

Adentro, solo unas pequeñas luces alumbraban todo el laberinto, por lo que las cosas que estaban exhibidas al principio apenas y se podían apreciar.

Alejandro comenzó a acercarse a los objetos, pero Fany lo detuvo.

—No podemos estar aquí wey.

Alejandro le hizo una seña de silencio.

A lo lejos se podían escuchar algunas voces.

El chico voltea y tomando el brazo de Fany comienzan a adentrarse por el laberinto.

—¡Alejandro no!.

—Tu solo sígueme. —Habla casi en susurro.

El lugar se veía muy oscuro, y muy misterioso.

Tal vez era parte de la ambientación.

Mientras más caminaban, más fuerte se escuchan las voces que después de un corto viaje, encontraron.

Había un grupo de gente y un guía que traía una lámpara y enseñaba cada uno de los objetos con esa luz.

Alejandro y Fany se incorporaron sigilosamente para pasar desapercibidos.

—Y este señores y señoras. —Hablo el guía. —Es la pieza más reciente encontrada justo en el templo a Kukulcán.

Alejandro se acercó un poco más para poder observarlo.

—Como podemos ver, la pieza tiene la forma de un gran imán circular y no tenemos idea de cual es el material con el que se hizo y para que propósito. No tiene ningún grabado maya aunque la investigación continúa sobre este misterioso objeto.

Casi nadie de los que estaban en el grupo le prestó atención.

—Y bueno, avanzando un poco más, veremos unos incensarios y vasijas que fueron encontrados en balamku, eran utilizados para rituales a Chaac, dios del agua y de la lluvia maya que...

Cuando todos se dispersaron a los siguientes objetos, Alejandro pudo acercarse para ver mejor al "Iman" que es la palabra que tal vez definía mejor al objeto circular.

Fany se quedó a su lado.

—Es cierto, se ve como plástico, pero los Mayas no conocían el plástico. —Dice Alejandro tratando de observarlo todo.

—¿Y si solo es un pedazo de plástico y todos ahí de emocionados para nada?. —Argumenta Fany.

—No creo, pero no puedo descartar esa posibilidad.

—Ya, avanza que nos están dejando atrás. —Fany lo toma del brazo y lo arrastra.

Cuando Alejandro voltea, puede percibir claramente un brillo de parte del objeto por lo que vuelve su atención a el y detiene a la chica.

Alejandro se acerca y con la poca luz que cuelga de los tenues focos, puede apreciar que unas letras están grabadas en el objeto, así que se acerca todavía más y entrecierra los ojos.

—Eso no estaba ahí antes.

—Wey, nos están dejando. —Se queja Fany.

Pero Alejandro la ignora.

"Timachili Tijiyotia"

—¿Chili? —Alejandro se pregunta. —Pero eso no es Maya. —Acerca su mano al objeto. —Eso parece más... Náhuatl.

En cuestión de milisegundos, el objeto se adhiere a la mano de Alejandro y este reaccióna asustado.

—¿¡Y ora!? —Alejandro ve su mano y el objeto que antes tenía un volumen, ahora es completamente plano y está pegado.

Trata de quitárselo pero es imposible.

Fany observa que está asustado y se acerca a el, no a visto lo que pasó pues estaba concentrado observando al grupo que cada vez se aleja más de ellos.

—¿Qué tienes?.

—¡No se quiere despegar!.

—¿Qué?.

—La cosa está. —Alejandro muestra su mano y Fany se sorprende, después observa el pilar donde estaba expuesta y el objeto ya no está.

—Pendejo, ¿Qué hiciste?.

—Solo acerque mi mano y se pego.

—A ver. —Fany toma la mano de Alejandro y trata de arrancarselo. —¿Qué pedo?. —Expresa tras su confusión.

—¿Qué hago?. —Alejandro está asustado.

Fany se desespera y suelta su mano. —Ay mierda, ¡Pues no se!. —Ahora lo toma del brazo. —Vamonos antes de que se vallan y nos veamos más sospechoso.

—Pero yo no me puedo llevar esto...

—¡Camina!.

Los dos se apresuran a llegar al grupo.

Ahora están mas nerviosos que nunca y lo único que quieren, es que el recorrido termine ya.

Alejandro se lamenta por haber entrado, aunque ya es muy tarde para eso.

Cuando el guía marca el fin del recorrido, los primero que salen, son precisamente ellos.

Tan pronto se van disipando, más guías acompañados de policías de seguridad salen igual y con megáfonos prohíben la huida del grupo.

—¡Revisen muy bien a todos!, Esa rata no va a escapar. —Dice uno de los guías.

Los policías empiezan a revisar a cada uno, desde los bolsos de los pantalones hasta las bolsas de las mujeres.

—Ya valí madre. —Alejandro incluso tiembla del nerviosismo.

—Pues para que lo agarras. —Fany voltea a todos lados para ver si se pueden escapar por un lado.

—¡Yo no hice nada!. —Alejandro grita y llama la atención de todos.

Y uno de ellos, es el profesor de Jesús y el tutor de la excursión.

—¿Qué hacen ustedes aquí?. —Pregunta confundido.

Fue la sentencia para los chicos.

—Nosotros... —Trata de responder Fany.

—Yo no recuerdo haberle dado entradas a esos chicos. —Dice un hombre que al parecer, era el último boletero de la exposición.

—Guardias, revisenlos. —Ordena una de la guías.

—Recuerden que si tomaron algo por curiosidad, es mejor que lo admitan por qué si los guardias lo encuentran, pueden ser castigados por delito de hurto.

Fany voltea a ver Alejandro.

Trataba de decirle con la mirada que era mejor que lo admitiera.

Y claro que lo entendió.

Pero el chico creía que era demasiado tarde.

Los guardias se acercaron y comenzaron a revisarlos a los dos.

A Fany por supuesto, no le encontraron nada.

Pero a Alejandro...