Capítulo 72: El Poder De Las 4 Intias
—¿Tan siquiera tienen idea de lo que están haciendo?. —Pregunta Teyaka bastante molesto.
Alejandro quiere responder, pero si lo hace, perderá la concentración y Teyaka terminara por lastimarlos.
O peor.
Matarlos.
—¡Salvaremos a la tierra!. —Grita Fany observando el esfuerzo que ahora hace el chico.
—Solo terminaran por matarse. —Teyaka confiesa pues piensa que solo Alejandro esta involucrado en la invocación. —Es un poder que no pueden manejar.
—¡No nos importa!. —Grita Jessica. —Solo queremos proteger a la tierra.
Teyaka ríe. —¿Proteger a la tierra?, La única razón por la que están aquí es por qué temen que las personas que "aman" le sean arrebatadas. —Teyaka concentra un poco más de energía hacia el escudo de Alejandro para quebrarlo. —Pero saben muy bien que ese día tiene que llegar.
—¿Y por qué adelantarlo?. —Pregunta Jesus.
—¿Por qué atrasarlo?. —Teyaka a pesar de su gran poder, le cuesta mantener la concentración en el huracán y en la energía. —Entiendan que lo que hago no es una tragedia, es una evolución, un paso a la unión.
—¡No!. —Grita Fany. —Tu estás confundiendo cosas, estás llegando a razonamientos equivocados por tu ambición.
El escudo de Alejandro comienza a agrietarse.
Los chicos alarmados se dan cuenta y Teyaka sonríe.
—Ustedes no pueden entenderlo, nunca lo entenderán.
El escudo de Alejandro se agrieta más.
—Vamos Alejandro. —Jessica anima.
—Termina la intia. —Dice Jesus.
—Debemos hacerlo, debemos intentarlo. —Habla Fany.
Alejandro lo sabe.
Todo eso que le dicen sus amigos, quiere hacerlo, pero la energía de Teyaka es demasiado fuerte.
El escudo se agrieta más.
—Si tan solo pudieras alejar tu escudo para que tuvieras al menos tiempo de reacción. —Dice Jesus.
Alejandro reacciona. —E-eso es... —Dice con mucha dificultad.
La lluvia se había intensificado aún más y la oscuridad los acechaba más, parecía que volvían a estar de noche.
Alejandro comienza a acercar su escudo a Teyaka.
—Vamos Alejandro. —Fany lo observa. —Se un héroe.
La forma física se da cuenta de esto así que pone toda la fuerza que puede sin descuidar el gran huracán.
Pero eso termina por sentenciarlo, pues en un momento, observa Teyaka como lo que estaba construyendo, perdía aún más poder.
La distracción perfecta para que Alejandro, gritando y con la fuerza que le quedaba, alejara aún más el escudo.
—Seré... ¡Seré un héroe!. —Alejandro consigue la distancia que el cree es la necesaria y el escudo termina rompiéndose lo que devuelve la vista de Teyaka, pero el chico hace la diagonal que necesitaba velozmente y cuando la energía de la forma física llega a los chicos, es detenida por las cuatro intias que figuraban ya frente a ellos.
Jessica, Fany, Alejandro y Jesus quedan asombrados de lo que está pasando.
Aunque Alejandro reacciona. —¡Ahora empujen!. —Alejandro impulsa con su mano la intia y los demás, observando a Alejandro por un momento dudosos de hacerlo, se llenan de valor e imitan la acción del chico.
Con esa acción, las 4 intias comienzan a dar vueltas.
Empiezan lentamente y después aumenta su velocidad.
Tanto que ahora toma la forma de un circulo.
—¡No!. —Teyaka aumenta la energía de sus rayos.
Pero las intias invocadas no son problema y después de algunos segundos, las intias disparan un rayo de energía tan poderoso que inmediatamente hace retroceder al de Teyaka.
Compite con la de el, pero no es nada comparable.
—No, no, no, ¡No!. —Teyaka se ve obligado a dejar de alimentar el huracán con la mano izquierda y ahora utiliza las dos.
A los chicos les cuesta mantener el poder.
Y Alejandro lo sabe muy bien. —¡Resistan!. —Grita con mucha dificultad.
A pesar de que Teyaka utiliza sus dos manos y toda su fuerza, es imposible competir con el rayo de los chicos.
Teyaka grita cuando es rebasado y destruido por este poder.
Una vez lo sobrepasa, el rayo de energía sale incluso del planeta tierra.
Los chicos aún no saben lo que a pasado, pero ya no soportan más, de echo, los cuatro caen pues pierden el conocimiento y el rayo deja de emitir energía.
Las 4 intias dejan de girar y una vez vuelven a su estado original, simplemente desaparecen.
El huracán rápidamente se deshace, las últimas gotas caen a la tierra y el sol hace su aparición dejando el ambiente fresco y agradable.
Después de algunos minutos, el primero en reaccionar es Alejandro.
Está desorientado.
Ve el cielo azul y los rayos de su estrella comienzan a generarle calor.
Una sensación extraña pues a pesar de que mantiene el uniforme, está empapado y al menos en el cuerpo tiene frío.
Se semilevanta y ve a su alrededor.
Observa a sus amigos.
Y recuerda todo.
—¡Teyaka!. —Grita y observa su alrededor.
Alejandro frunce el ceño pues no hay nada.
—¿Lo logramos?. —Susurra.
—¿Pero que pasó?. —Fany también se levanta parcialmente.
—Lo logramos. —Afirma y después ríe.
—¿Que?. —Fany pregunta confundida.
Alejandro se levanta y corre hacia ella para sangolotearla de los hombros. —¡Lo logramos Fany!. —Dice bastante feliz.
La chica por un momento no entiende por qué tanta felicidad y tanto movimiento. —¡Espérate wey!.
Alejandro se detiene y la mira.
—¿Lo logramos?. —Pregunta, aunque termina recordando todo. —¡Espera! ¿Lo logramos?. —Observa a su alrededor.
—¡Si!. —Dice Alejandro con una felicidad desbordante.
Fany se queda quieta por un momento y guarda silencio.
Después esboza una sonrisa.
Aún no terminaba de asimilar las cosas, pero le alegraba que todo el peligro por sin se haya esfumado.
Mientras Alejandro observa a su amiga, escucha la voz de Jesús que está parcialmente levantado y algunos quejidos de Jessica.
—¿Y Teyaka?. —Pregunta Jesus levantado parcialmente
Alejandro se acerca y se arodilla. —Ya no está más.
Jesus suspira y vuelve a acostarse. —¡Ahuevo!.
Alejandro escucha la risa de Jessica. —¿Y como saber que en realidad no estamos muertos?.
Alejandro ríe, pero baja la intensidad cuando lo analiza.
—Pues también podría ser. —Frunce el ceño algo serio.
—¡Alejandro!. —Grita una voz conocida a lo lejos.
El chico voltea y es Dyllan junto Angela, Magali, Luis y Alfredo.
—Chicos... —Alejandro observa desde su lugar como se acercan pero es inevitable que el también camine adelantando su punto de encuentro.
—¿Dónde está Teyaka?. —Pregunta Preocupado.
—¿Y el huracán?. —Habla Alfredo.
Alejandro sonríe. —Creo que tenemos que contarles de todo lo que se perdieron.
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