Capítulo 59: Tenemos Que Hablar
—De todos modos, necesito que se preparen el doble de como lo hacían. —Teyaka cruza sus brazos. —Es la última dentia y necesitan mostrar de lo que son capaces. —Teyaka piensa por un momento. —Una vez teniendo la séptima, pasar los niveles será más que pan comido para ustedes.
Los chicos asienten.
—Será una noche larga.
______
Alejandro aún no tenía respuesta por parte del musdux.
Pero no creía que fuera por qué estaba equivocado.
De repente, habían llegado tantos pensamientos a invadirlo que no podía concentrarse para la conexión.
Cada que intentaba, algún pensamiento sobre lo que podía pasar por tener razón o por no tenerla lo abrumaban y terminaba por fallar.
Así estuvo toda la mañana y toda la tarde.
Recibió algunos mensajes de sus amigos relacionado a lo que había sucedido aunque no los contesto.
No podía desconcentrarse más de lo que ya estaba.
Una vez termino de comer, se subió a su cuarto, les dijo a sus padres que estaría estudiando y también les pidió de favor que no tocaran para que pudiera aprender mejor las cosas.
Después de mucho tiempo, se acomodo en posición de flor de loto y puso el libro frente a el.
Lo intenta por aproximadamente 15 minutos, se da cuenta que la luz le molesta.
Alejandro se levanta y cierra las cortinas de forma que entre la menor luz posible.
Afortunadamente el sol comenzaba a ocultarse así que eso también ayudaba.
Ahora sí, regresa a su cama y vuelve a posicionarse en flor de loto para tratar de lograr la conexión.
Respira y exhala.
Algunas ideas llegan a su mente, pero no las retiene, simplemente las deja ir.
Respira y exhala.
Piensa únicamente en el musdux, en esa paz que lograba sentir cuando la conexión estaba completa.
Respira y siente.
Sus latidos se escuchan más tranquilos y se concentra únicamente en seguir su respiración.
Siente y respira.
Comienza a notar algo más allá de sus latidos y de su corazón.
Sin perder esa concentración, puede asegurar que ya no está en su cuarto.
Entonces algo le parece extraño, pues para el tiempo que llevaba, siente que ya debió escuchar su voz o algo parecido.
Cree que a fallado.
Abre los ojos.
Para su sorpresa y como lo había deducido, ya no está en su cuarto.
Aunque sabe que algo anda mal.
No se ve nada, solo puede verse a el.
Sus brazos, sus manos, sus piernas.
Pero no hay nada más allá.
—Ammm. —¿Musdux?.
Deja de estar sentado pues pareciera que empieza a flotar.
Y ahora es un echo que está flotando.
Empieza a observar todos los lados posibles hasta que encuentra lo que parece ser un libro a la lejanía.
—¿Musdux?. —Se pregunta mientras empieza a impulsarse hacia el. —Si eres tú.
Puede notar que está avanzando, el libro cada vez se ve más claro hasta que escucha algunas risas.
Alejandro se detiene. —¿Musdux?.
Las risas se hacen más intensas y no son solamente de una persona.
El chico se queda muy confundido.
Cómo no puede entender lo que está sucediendo, decide ignorarlo y se acerca aún más al musdux.
—Tu no eres suficiente.
—¿Que?. —Responde de inmediato Alejandro.
—Tu progreso no es el esperado para el nivel en el que estás.
Alejandro frunce el ceño. —Voy en el nivel 4, no es mucho pero es trabajo honesto.
Comienza a voltear para ver si puede identificar el origen de esas voces o por si solo es su mente.
A lo lejos ve dos puntos rojos.
A veces desaparecen y regresan.
Alejandro llega a la conclusión que son ojos.
—Asi nunca serás un defensor.
Alejandro niega. —¿Eres tú musdux?.
—¿Creías que esto sería fácil? —Se escucha mientras otros ojos rojos aparecen del lado de donde estaban lo únicos que había visto.
—P-por supuesto que no, pero...
—En lugar de orgullecerme, me avergüenzas. —Otros ojos aparecen.
—Lo siento... Yo.
—No te mereces los códices. —Cada vez más ojos aparecen con más palabras que empieza a ser imposible prestar atención a todas.
—¿De que códices hablas?.
—Eres un inútil.
—No sirves.
—¿Eso es todo lo que tienes?.
—¿Cómo esperar algo de la raza más inferior de la galaxia?.
Los ojos comenzaron a acercarse a Alejandro que se tapa los oídos pues las palabras comienzan a ser demasiado fuertes.
—Cállense. —Alejandro pide y a pesar de que se privó de sonido, las voces siguen claras y cada vez más fuertes mientras que los ojos amenazan con derribarlo.
—¡No!.
Y no se detienen.
—¡Déjenme en paz!. —Grita.
Sus amigos y Teyaka lo observan confundidos.
—Apareciste... —Dice Fany extrañada.
—Pensamos que no lo harías. —Confiesa Luis Angel.
Alejandro frunce su ceño y después observa a Teyaka.
Se levanta de su silla y se dirige hacia el. —Tu.
Los chicos lo observan y la forma física entrecierra sus ojos.
—¡Que le hiciste!. —Grita enojado.
—¡Alejandro!. —Fany se acerca a él.
—¿¡Que hiciste!?. —Vuelve a gritar triste Alejandro.
—¿Que hice de que?. —Responde Teyaka cruzando sus brazos.
—No te hagas el imbécil, ¡Que hiciste con el musdux!. —Grita demasiado molesto.
—¡Alejandro!. —Fany lo toma del brazo. —¿Pero que estás diciendo el es el musdux?.
El chico niega. —Fany... El...
—Chicos se nos está haciendo tarde para la séptima dentia, tenemos que irnos ya. —Interrumpe Teyaka inmutandose de lo que dijo Alejandro.
—Ya escuchaste Alejandro, tenemos que irnos. —Fany lo toma del brazo y lo acerca aún más pero el chico se safa de su agarre y retrocede. —Yo no voy a ir a ningún lado hasta recuperar al musdux.
—Muy bien, Van 8. —Teyaka abre un gran portal y con la mirada los ordena a pasar.
Los chicos ven a Alejandro pero no le dicen nada.
Alfredo se acerca. —¿Está bien?.
Alejandro trata de tranquilizarse por lo que no contesta a su pregunta.
—¿Esto es por tu arma?.
Alejandro frunce el ceño. —¿Que?.
—Me contaron que eras el único que aún no podía invocar su arma... Así que si te es de ayuda, solo no tengas miedo cuando veas a las bestias.
—¿De que hablas?. —Pregunta Alejandro
—Cuando yo no podía invocar mi arma, me dijiste que me concentrará, recuerdo que ví algo como unas bestias de ojos rojos y todo eso me atemorizo pero tú seguias protegiéndonos... Gracias a eso y a Teyaka mi miedo se fue y las bestias... Tambien.
—Bestias de ojos rojos. —Susurra Alejandro.
—Y no te enojes por eso, como tú me dijiste, a todos nos pasa. —Sonrie Alfredo.
—Teyaka, chicos, adelantense. —Fany se pone enfrente de Alejandro. —Tenemos que hablar.
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