Alejandro despierta.

Talla sus ojos y le sorprende que su hermano no lo haya interrumpido poniendo su música a tope.

Observa la cama de a lado y no hay nadie.

Seguramente ya se había ido a la escuela.

Tambien es extraño por qué no escucha ninguna evidencia de que su madre este en la casa.

Seguramente seguía dormida o había ido a comprar las cosas de la despensa.

Por su padre no se preocupa, se a ido a trabajar.

Tiene muchas cosas en que pensar.

En primera, el echo de que había un nuevo miembro entre el equipo que en realidad no tenía ni idea de lo que estaba haciendo.

En segunda que el echo de no recordar lo que sucedió en el intento fallido de recuperar la cuarta dentia, ahora le producía un gran miedo por qué lo único que sabía es que estuvieron a punto de morir.

Tercera, lo único que realmente sentía que estaban entrenando, era su arma, aunque él quería más.

Quería el libro.

Y Teyaka no se lo quería entregar.

Sentía que no era lo correcto.

Por un momento, lo había aceptado.

Pero el pensamiento regresaba otra vez.

¿Cómo sustentarlo? Era solo un joven comparado con lo que parecía ser una inteligente artificial bastante avanzada.

—Inteligencia artificial. —Repite Alejandro en su mente.

¿Podía una inteligencia artificial tener una forma física?.

Algo que seguía sin cambiar era el echo de que podía asegurar que eso no se había creado ahí.

En la tierra, ninguna inteligencia artificial se podía manifestar en una forma física, ¿Pero que tal la inteligencia artificial de otras civilizaciones?.

Todos estos pensamientos lo cansaban y lo peor de todo es que no podía responder sus preguntas.

Si cuando estuvo en su forma de musdux no las quiso responder, ahora ya parecía que lo iba a ser en su forma de Teyaka.

Ese era su principal problema.

No todas sus preguntas eran respondidas y no podía estar suponiendo ante fuerzas claramente superiores.

En algún momento, Fany le había preguntado por el penacho, el chico solo podía deducir que tenía alguna relación con el escrito que en principio mostró el musdux.

Sentir y respirar en náhuatl.

—Claramente sus primero años fueron ahí. —Deduce. —Pero los aztecas no lo hicieron, ellos solo hacían grandes pirámides... Pero... ¿Y si los aztecas eran una civilización más avanzada y hemos sido engañados durante todo este tiempo?.

Alejandro ríe.

—Ver todas esas conspiraciónes terraplanistas si que te hacen volar la imaginación aunque sea de broma.

El chico se estira, se levanta y se dirige a dónde están todos sus útiles escolares.

Más concretamente quería tomar la libreta dónde había escrito las tres intias y la busco hasta encontrala.

Ya podía mantener estables dos, la que le faltaba era la que había anotado con el nombre de "Atracción".

—¿O sea, que puedo lograr el amor de mi crush con esto?. —Rie y la vuelve a observar.

Claro que tenía ligeras ideas de a qué se podía referir la intia, pero no lo iba a descubrir hasta que la utilizará realmente.

—Vamos a ver. —Alejandro se memoriza los movimientos que tiene que hacer con sus manos y después observa un libro que tiene frente a el.

Mueve su mano de izquierda a derecha, como si quisiera invocar su arma, solo que también hace la forma de una v arriba de aquella línea.

Cuando tiene la intia completa, observa la forma de esta.

Le encanta el brillo que emite, solo que al no ver ningúna instrucción de más, no sabe exactamente lo que tiene que hacer y realiza lo que la lógica le indica.

Toca la intia e inmediatamente todo el brillo se dirige hacia el libro que antes había observado.

Y Alejandro nota algo que le asombra, pues puede jurar que siente el libro.

Cierra sus dedos para corroborarlo y es claro.

Luego extiende un poco más su brazo y también extiende completamente su palma.

El libro comienza a levantarse.

Alejandro se sorprende y ríe.

Fue tal el asombro que perdió toda la concentración en la intia y el libro que ya tenía un poco de elevación, regresa a su lugar.

—Mierda. —Alejandro dirige nuevamente su mano hacia el libro pero ya no siente nada.

El chico roda los ojos. —Creo que voy a tener que volver a hacerla. —Dice refiriéndose a la intia.

Así que sin más demora y algo emocionado, la vuelve a hacer.

Una línea y después, arriba, una forma de v.

La línea brillante volvió a dirigirse al libro y después, comenzaba a sentirlo de nuevo.

A Alejandro le emociona mucho el echo pero está esta vez trata de tranquilizarse para no fallar en la concentración.

Cuando estira la palma de su mano, el libro se eleva y comienza a atraerlo poco a poco, lentamente.

Mientras más se acerca el libro, más es el asombro de Alejandro que una vez que llega a su mano y lo toma, grita con tanta felicidad. —¡Soy un Jedi!.

—Shhhh... —Se escucha desde el cuarto de su madre. —Cállate. —Es ella bastante molesta.

Alejandro ríe. —Ay, si estaba. —Se siente un poco avergonzado. —Pero wey... Esto es hermoso.

__________

La alarma del celular de Dyllan comenzó a sonar. —Asi que... Ya es hora. —El chico apaga su consola de videojuegos y se dirige a su cama para simplemente acostarse.

Las 10 con 3 minutos.

En realidad había tenido un día difícil y ya estaba más que cansado.

Claro que aún tenía un poco de energía para jugar una que otra misión de GTA V.

Era uno de los único momentos en dónde podía liberar todo su estrés.

A veces le parecía tan extraño el momento entre que cerraba los ojos y entre que aprecia en el cuarto de conexión en el que Teyaka siempre los reunía.

—Algún día te ganaré. —Dice mirando a Jesus.

—Nunca llegará ese día. —Dice sonriendo. —¿Quien crees que sea el siguiente?.

—Esta entre Jessi y Fany. —Dyllan no teme a equivocarse.

—O Angela.

De las ahora nueve sillas, aparece a un lado de Jesús, Luis Angel.

—¿¡Tu!?. —Dicen los dos sorprendidos.

—¿¡Que onda!?. —Los saluda alegre.

Luego aparece Alfredo e inmediatamente aparece Fany junto a el.

La chica ve a Luis Angel. —¿¡Tu!?.

—¿¡Por qué la sorpresa!?. —Luis Angel ríe.

—Siempre eres el penúltimo.

—Bueno, pues ya vez que no.

—Entonces no me preguntes por mi sorpresa. —Fany dice mirando mal a Alfredo.

—¿Otra vez ustedes?. —Pregunta confundido.

Luis Angel lo mira. —¿Acaso no...

Pero su pregunta a sigo interrumpida por las apariciones de Angela y Magali.

Las chicas ven a sus amigos y observan a todos. —¿Y Jessi?. —Pregunta Angela.

Las chicas observan a Luis Angel. —¿¡Tu!?.

—¿Es en serio?.

Ahora aparece Jessi.

Y como siempre solo falta uno para comenzar con la recuperación.

Ahora tenían que esperarlo.