Capítulo 46: Logro
—Si. —Jesus le da la mano. —Pero al menos lo intentamos.
Alejandro asiente y toma su mano para poder levantarse. —¿Y ahora como vamos a conseguir la dentia?. —Pregunta preocupado.
—No lo se, si es que esto funciona como los niveles, se tendrá que reiniciar ¿no?
—Tu lo dijiste, si es que funciona...
Los dos observan como es que los guardianes se alejan de ellos.
—Si tan solo hubieran estado los demás... —Alejandro se lamenta.
—Por cierto... —Jesus mira a Alejandro. —¿Dónde se metieron esos weyes?.
—Le decía a Fany que los perdí de vista, yo solo quería alcanzarlos a ustedes.
Jesus asiente. —¿Y ahora como nos regresamos?.
—Pues caminando. —Rie Alejandro.
—No mames wey, es un chingo.
—Si, pero no creo que regresen los guardias a darnos otras tablitas. —Menciona Alejandro. —Y mientras más nos quejemos, más nos vamos a tardar en llegar.
—Me lleva. —Jesus se da la vuelta y comienza a caminar de regreso. —Si tan solo hubiera una intia de velocidad o de la teletransportación.
—De teletransportación si hay. —Alejandro informa. —Creo. —Rie. —Pero aunque haya, Teyaka tiene el libro y no se si te acuerdes que se lo pedí y no me lo quiso dar. —Dice el chico algo decepcionado.
Jesus mantiene su mirada baja.
Pero Alejandro la levanta y a lo lejos observa cinco puntitos acercándose hacia ellos.
—¿Que es eso?. —Alejandro entrecierra sus ojos para ver si así puede obtener una imagen de lo que aparentemente se acerca.
Tambien adquiere la atención de Jesus. —¿De que hablas?.
Los puntitos cada vez se hacen más grande.
—Creo que debemos quitarnos. —Alejandro comienza a arrimarse a la orilla.
Jesus sigue entrecerrando sus ojos hasta que los abre exageradamente. —Son los demás.
—¿Que?. —Alejandro voltea y mira.
—¡Son los demás!. —Jesus se avienta hasta donde está Alejandro y abre paso a sus amigos.
—¡Ay nos vemos fracasados!. —Grita Magali envuelta de adrenalina.
Los chicos se alejan rápidamente de ellos.
—Asi que ahí van. —Alejandro sonríe emocionado pues eso significa la esperanza vive.
Alejandro por un momento se emociona al ver a sus amigos alejándose comprometidos con los entrenamientos y niveles.
Como un equipo.
—¿Dónde está Fany? —Jesus se levanta ya no tan decaído de humor.
—No lo se. —Responde Alejandro cuando alza la mirada y no puede ver a nadie más. —Es que sí la dejamos muy atrás desde que ella se cayó hasta que nosotros lo hicimos.
—¿Y Ahora a quien alcanzamos?. —Jesus pregunta.
—Pues... —Lo piensa por un momento Alejandro. —No se. —Se ríe. —Creo que lo mejor es ir a buscar a Fany primero y después regresarnos con los demás o ya de plano quedarnos ahí con Fany a esperar que los chicos hayan ganado y que Teyaka nos rescate.
—Pues si. —Los chicos comienzan a caminar de regreso al principio.
—¿Sabes?, Es curioso. —Alejandro trata de iniciar una plática.
—¿Que? —Jesus le presta atención.
—Jorge.
Jesus ve al chico y luego lo empuja lejos. —¿que mamada Alejandro?.
El chico ríe. —No, bueno, ya en serio, había leído hace tiempo por internet que como tal la muralla china no era más que pedazos de muro distribuidos en distintas regiones y... —Alejandro de estar viendo el suelo, ahora mira hacia el frente. —Esta si parece que es toda una muralla unida.
Jesus asiente. —Vaya dato perturbador. —Sigue caminando indiferente a las palabras del chico.
—Que referencia. —Responde desganado Alejandro al ver que por el momento, la mejor opción no era una plática.
Los dos mantienen sus miradas bajas.
—¡Chicos!. —Escuchan una voz a lo lejos.
—¿Am?. —Levantan al mismo tiempo su mirada.
—Mmta madre. —Fany deja de correr y comienza a caminar. —Van como si les pesaran tanto sus pelotas. —Dice en tono de molestia, yo todavía corriendo creyendo que los voy a encontrar igual y así andan.
Alejandro ríe. —¿No te lastimaste?. —Pregunta cuando le llega el recuerdo de que cayo.
Fany suspira. —Creo que solo me torcí el brazo, pero estamos en nuestros sueños, no creo que se vea reflejado en la realidad.
Alejandro asiente concordando con su teoría.
—¿Entonces?, ¿Que hacemos?. —Jesus cruza sus brazos.
—Pues vamos a la meta, para ver si ganaron o no ganaron. —Fany sugiere.
—Pero está muy lejos. —Dice Jesus quejándose.
—Creeme que el principio está igual de lejos. —Informa la chica con una sonrisa. —Estamos en el punto medio Jesus.
El chico se estira y mientas bosteza dice. —Me lleva la fregada.
Alejandro ríe. —No entiendo cómo es que Jesus bosteza si supone que seguimos en nuestros sueños.
—Paradojas extrañas. —Fany comienza a caminar directo a lo que se supone es la meta.
—Chale, venimos de allá y ahora tenemos que regresarnos. —Jesus se queja.
—Tampoco caminamos tanto, no exageres. —Dice Alejandro al chico.
—Es de las únicas cosas que me quedan por hacer. —Jesus menciona, ¡si tan solo pudiéramos teletransportarnos!.
Dos círculos uno abajo y uno arriba de ellos se manifiestan y en un parpadeo de ojos, el círculo de arriba baja al que está en el piso y ahora se encuentran al final de la muralla mientras Jessi con una sonrisa toma la dentia y la levanta.
—Mis respetos, Predefensora Jessica. —Hace reverencia el guardian.
Los tres miran a su alrededor.
Teyaka mantiene una sonrisa, Luis cómo Dyllan, Angela y Magali la elogian y le aplauden.
Alejandro avanza lentamente. —Ganaste...
Dyllan se voltea al percatarse de que ya está ahí. —ay wey. —Lo asusta. —¿Dónde estabas?. —Después voltea a ver a los demás. —¡Dónde estaban!. —Dyllan parece muy emocionado. —Se perdieron a Jessi en acción.
—En la chingada pista, pero ¿Que sucedió?. —Alejandro pregunta curioso.
—Estábamos los cinco y una vez que alcanzamos a los dos guardias, ellos nos intentaron tirar, así que Angela y yo lanzamos nuestras armas logrando tirar a uno, pero el otro se aprovechó de nuestra distracción y nos tiro a nosotros dos, Benítez, Magali y Jessica siguieron en pie, luego Jessica tomo la delantera y eso obligó al guardian a querer tirarla, pero Benítez y Magali lo distrajeron aunque eso les costó su participación por qué calleron.
—Que pendejos. —Se burla Jesus.
—El guardia se posicionó justo a un lado de Jessi y se dispuso a empujarla, pero ella se agachó en el momento adecuado y con su espada trabó a la tabla tirandolo, así llegó a la meta.
—Que intenso. —Alejandro está feliz con lo que pasó
—Siempre hay talento, solo falta apoyarlo. —Jesus sonríe y Jessica se acerca.
Se podía ver la emoción en sus ojos, esa sensación de que lo había logrado.
—Seremos grandes defensores. —Piensa Alejandro.
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