Capítulo 33: Plática
-Para los que lo lograron, mis más sinceras felicitaciones. -Dice el musdux. -Recuerden que su arma es una de las cosas más importantes que un Defensor puede tener, también deben mantener la concentración por qué puede desaparecer en medio de una situación importante.
Los chicos comienzan a levantarse un poco desorientados.
-¿Quieren pasar al tercer nivel o...
-¡No!. -Grita Alejandro. -Ya tuve suficiente por hoy. -Baja la cabeza desanimado.
Los demás lo ven extrañados.
-Bien, entonces será en otra ocasión. Defensores ¡A la guardia!. -Como siempre, son las palabras con las que se despide el libro.
-¿Entonces quien además de mi la cagó?. -Dice Benítez como si fuera cualquier cosa.
-Yo si lo conseguí. -Confiesa Fany.
-También yo, fue difícil, pero, a pesar de todo, logre hacerlo. -Cuenta Jesús.
-Si, creí que no podría contárselos, pero la libre. -Suspira con una sonrisa Dyllan.
-De hecho , me gustaría contarles, pero creo que a todos se nos dijo que no podíamos hacerlo ¿No?. -Jessica comenta.
-Si, según por que era muy personal y una experiencia que solo teníamos que mantener nosotros. -Angela imita demostrando que le parecía algo muy exagerado.
-¿Magis tu pudiste? -Fany termina de levantarse y se acerca con ella para ayudarla a ponerse de pie.
Todos comienzan a ayudarse entre si.
-Si, al momento me asuste un poco por que generalmente los que logran crear los planes y llevar todo acabo, pues son Alejandro, Fany y Jesus, pero, creo que este nivel me a demostrado que puedo hacer cosas por mi misma. -Sonrie demostrando confianza.
-¿Entonces solo Alejandro y yo no pudimos?. -Pregunta Benitez extrañado.
-Creo que si... -Responde Alejandro decepcionado y muy desanimado.
No podía soportar como sus amigos iban avanzando en el entrenamiento y el aun no podía invocar su arma.
-Tengo que irme, necesito estudiar para un examen. -Miente Alejandro a los chicos.
-¿Estas seguro?. -Fany pregunta confundida. -Recuerda que habíamos planeado hoy quedarnos después del entrenamiento para convivir y lo de siempre.
-Es que en serio, es muy importante. -Alejandro finge a toda costa su decepción.
-Bueno. -Fany no se escucha muy convencida.
-Chale, nos cambias por los estudios. -Dice Jesus imitando a una persona ofendida.
-Ora. -Alejandro roda los ojos. -Ni digas por que tu harías lo mismo.
-Solo quédate un ratito. -Se acerca Jessica. -Yo también tengo que estudiar, pero me voy a quedar.
-Se los juro que me gustaría quedarme, pero es de calificación final y no puedo arriesgarme.
-Esta bien pues. -Fany se escucha desilusionada.
-Pues... nos vemos la otra semana. -Se despide Alejandro y abre la puerta para salir.
-Adiós. -Le responden todos.
Asi es como Alejandro parte hacia la parada del autobús para irse a su casa.
En el camino, no puede evitar aguantar sus lágrimas.
Ese tipo de cosas lo hacían sentir incompetente e idiota.
La tarde de ese día fue transcurriendo después de que se volvieron a ver.
Fany termino su tarea y le pidió a su mamá que la llevara a sus nuevas clases de esgrima.
Jesus pidió informes en su antigua escuela de tiro con Arco.
Dyllan comenzó a indagar en la programación pues empezó a creer que podía cursar esa carrera.
Jessi se enfoco (como le había dicho a Alejandro) en sus estudios para sus exámenes.
Angela indagó mas sobre su arma que había podido invocar en el reciente nivel y que le termino de encantar, una hermosa y grande lanza, poderosa para los ataques a grande distancia.
Magali hizo lo mismo. Aun no entendía del todo por que un hacha, como es que estaba relacionado con ella, pero mientras mas lo movía y más la veía, más comenzaba a agradarle.
Luis Angel desde su casa, trato de practicar para ver si podía mirar su Arma, no lo logro, pero tampoco le presto tanta atención.
Cosa diferente de Alejandro que estaba recostado en su cama sin parar de llorar practicando la intia del escudo en la que había descubierto que podría agrandarlo para aumentar su tamaño.
Al menos con eso pudo sentirse menos mal pues mientras mas le daba vuelta al asunto, más sentía que debía dejar todo.
Esa noche ni siquiera bajo a cenar con su familia porque se quedó dormido.
El no lo sabia.
Alejandro camina por un gran bosque, solitario, pero no hartante.
Cada que caminaba se escuchaban hojas quebrarse, como si estuviera en Otoño.
-¿Asi que... Piensas rendirte?. -Escucho la voz desde el fondo del bosque.
Alejandro tardo solo unos momentos extrañado, después reconoce que es la voz del musdux.
-Es que... si no puedo invocar mi arma, entonces no soy de ayuda en nada.
-¿Y por que piensas eso?. -Pregunta el musdux.
-Por que tu lo dijiste. -Alejandro menciona triste.
-¿Qué fue lo que dije?. -Pregunta.
-No recuerdo todo con exactitud. -Ríe y se pone un poco nervioso. -Pero fue algo como, "Deben cuidar su arma por que es lo que hace a un Defensor importante. -Baja la mirada.
El musdux se queda en silencio por unos momentos.
-¿Y entonces por que te quieres rendir me decías?.
Alejandro comenzaba a enfurecerse de nuevo.
-Por que si no puedo invocar mi arma, básicamente soy un inútil.
El musdux ríe. -¿Puedo preguntarte algo?.
Alejandro asiente.
-¿Quién fue el que acabo con esa sombra bestial en el nivel de prueba.
Alejandro alza sus cejas. -Yo.
-¿Y quien fue el que planeo todo para poder destruir el cañon de flechas?.
Alejandro sonríe. -Yo.
-¿Quién fue el que los protegió una vez se callo el último muro?.
Alejandro comienza a sentirse estúpido. -Yo.
-¿Entonces?. -Pregunta el musdux. -¿Crees que la definición de la palabra te describe?, por que al menos yo creo que no puedo llamarte inútil.
Alejandro mira al cielo. -¡Pero no puedo invocar un arma!
-¿Y la espada de sirio que utilizaste en el nivel secreto?.
-Eso no es mi arma.
-Pero es un arma. -El musdux trata de que entre en razón. -Cuando alguien mantiene el entrenamiento a Defensor aprendiz y no puede ni siquiera realizar alguna intia que no sea la de su arma, es cuando lo mejor seria retirarse, pero tu, puedes dominar dos intias a la perfección.
Alejandro comenzaba a entrar en razón.
-A veces, los Predefensores como tu que no pueden invocar sus armas, son por que... van mas allá de un arma que puedes mover o tocar con tus manos.
-No entiendo. -Alejandro ve caer las hojas de los árboles.
-Lamentablemente no estoy programado o no tengo la información suficiente para poder contarte, tampoco quiero asegurar que ese sea tu problema pero es una opción.
El chico lo piensa.
-¿Entonces... Renunciarás?...
Alejandro se pone firme y devuelve su mirada hacia el cielo. -No.
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