Capítulo 26: Práctica
Alejandro estaba un poco confundido ahora que el musdux era un libro.
Antes, para poder acceder a el, tenía que hacer el ritual de concentración/conexión y ahora, solo era cuestión de hojear el contenido para poder verlo sin necesidad de estar escuchando o estar platicando con la voz del antes objeto esférico.
Se encontraba en su cuarto, recostado boca abajo en su cama estudiando la primera hoja del libro.
Eran varias figuras, si es que se lo podían llamar de esa forma.
Alejandro llegó a la conclusión de que era un abecedario para las intias, que era a como se le llamaba a los movimientos que se tenían que utilizar para invocar escudos, y todo lo que el musdux ya les había hablado según las páginas posteriores.
Por el momento, Alejandro practicaban la intia para un arma que era llamada el glalo de sirio.
El chico lo describiría como una espada echa totalmente de magia, muy poderosa y con el control y estudio suficiente, letal.
Tambien estudiaba la intia del escudo y la intia del control de cosas a distancia que por el momento, consideraba más útiles para sus próximos combates en las misiones que por lo ya visto, no iban a ser nada fáciles.
Lamentablemente aún no tenía muy claro si todo esto solo servía cuando estaban en un nivel o si se podían utilizar en la vida real.
Después de escojer esas intias, estuvo practicandolas durante toda la semana.
Trataba de que los movimientos fueran lo más perfecto posible y que su concentración fuera demasiado crucial para ver si sucedía algo, pero nada.
Tambien optó por tratar de preguntarle al musdux, pero a pesar de que trato de activarlo, nada paso.
Ningún ruido.
Ninguna palabra.
No quería preocuparse, pero sentía que si ahora no podía ni siquiera continuar con el ritual de activación, era por que de alguna forma, cuando intento invocar su arma, creia que lo lograría.
Y sabemos bien que eso no sucedió.
Perdió confianza en si mismo.
Tal vez eso, ahora era lo que le perjudicaba.
De cualquier forma, no decidió rendirse.
Fueron pasando los días
Fue practicando aunque sentía que no tenía ningún avance.
Si su teoría de que las cosas solo funcionaban en los niveles, era cierta, entonces no habría practicado de en balde.
Que finalmente era lo que más esperaba.
—Lo bueno que escribí las intias en mi cuaderno. —Alejandro prácticaba por última vez antes de su reunión con los demás en la casa de Fany, pues ahora correspondía que le entregará el libro a otro de sus amigos. —Es hora de practicar por última vez.
Alejandro deja su cuaderno en el lugar donde tiene todo sus útiles escolares, de ahí mismo toma el libro y se prepara para salir pero antes y como lo había planeado, práctica las intias que aprendió de memoria.
Principalmente la del escudo, que consiste en poner las manos al frente y después mover el brazo derecho hacia la izquierda y el izquierdo hacia la derecha finalizando con el brazo derecho en posición defensiva para que así este sea el sostén del escudo.
Alejandro repitió esto una y otra vez, respirando y exhalando, tratando de encontrar la calma que algún día sintió cuando activo por primera vez al musdux.
Después de mucha desconcentración y ruido mental que le provocaba el saber que había fallado al intentar invocar su arma, comenzó a apaciguar su error.
Mientras práctico la intia para el escudo, se dijo a si mismo que no era una persona perfecta y que podía tener errores por qué estaba aún en el proceso de aprendizaje.
Alejandro abre sus ojos después de escuchar la alarma del reloj indicándole que si no partía en ese momento, entonces se le haría muy tarde.
Se dió la libertad de un último intento.
Suspira.
Pone las manos al frente y comienza con la intia.
Lleva sus brazos de un lado a otro, pero está vez observa que una especie de chispas salian por sus manos.
De inmediato se detiene por su sorpresa.
Observa detenidamente sus manos extrañado y la alarma vuelve a sonar indicando que se le hacía tarde.
Sacude su cabeza y sonríe.
Tal vez eso era sinónimo de que estaba a punto de lograrlo.
Vuelve a tomar el libro y por fin inicia su recorrido hacia la casa de Fany no sin antes despedirse de su madre prometiendole que le llamara una vez llegue ahí.
_____
—Pensé que había llegado tarde. —Jesus saluda de beso a Fany.
—No te miento, lo mismo pensé. —Responde mientras cierra la puerta de su casa y después va por su celular que dejó por un momento en el sillón.
—¿Cómo?. —Jesus pregunta confundido.
—Si, no tiene ni 5 minutos que llegue de la escuela. —Responde un poco cansada. —Ya me imaginaba a los demás linchandome por estarme esperando afuera, pero... —Rie. —Bueno ya no se si debería alegrarme o enfadarme.
—Ciertamente es una decisión complicada. —Jesus se acerca al sofá de la chica y se sienta. —Entonces... ¿Toca esperar?.
—Pues si. —Fany está ordenando algunas cosas. —Ni modo que les hable para decirles que se cancela todo.
—Puedes hacerlo. —Jesus bromea con la chica.
—Bueno, de que puedo puedo. —Fany no lo capta. —Pero en lo que te corro a ti, en lo que llamo uno por uno sabiendo que yo también llegué tarde...
—Mejor di que es por qué quieres presumirles a todos tu espada. —Jesus sonríe.
—Ja... Bueno fuera... —Fany responde un poco desanimada. —De echo, ¿te podría contar algo?
Jesus frunce el ceño. —Si.
Fany lo piensa por un momento. —El musdux me contó algo sobre... Nuestro futuro.
—¿Y eso fue?. —Jesus se llena de interés.
—Tal vez... Cuando nosotros seamos...
El timbre suena.
Fany se calla.
Jesus está esperando que la chica lo ignore.
—Voy a abrir. —Fany se acerca a la puerta.
—¡Que onda!. —Alejandro saluda muy enérgico y con musdux (ahora convertido en libro) en su mano.
—Pense que ya no llegarían. —Dice sarcástica la chica.
Esto por qué Alejandro no está solo, atrás de él están Jessi y Dyllan.
—No seas exagerada, apenas han pasado 15 minutos. —Dyllan se defiende.
—Solo 15. —Jesus dice sorprendiendo a los chicos cuando están pasando.
—Ay... —Alejandro se burla. —¿Que hacían ustedes dos tan solitos?.
—Callate pendejo. —Responde serie Jesus.
Dyllan y Jessi solo se ríen.
Después de 5 minutos llegó Luis Angel, e inmediatamente después llegaron Magali y Angela.
Y otra vez, estaban todos los necesarios para pasar una nueva misión.
Una misión que sorprendería a muchos.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro