Después de que Fany se fue, alivianar la tensión entre todos fue algo difícil pero no imposible.

Nadie mencionó el tema, nadie pregunto el por qué de la reacción de Fany y tampoco preguntaron a qué se refería Alejandro cuando mencionó la palabra héroe.

Fany se fue antes del pastel.

—Ni modo, ella se lo perdió. —Dice Dyllan cuando lo prueba.

—También se perdió el pastelazo que se llevó Magali cuando dio la mordida. —Agrega Ángela.

—Pinche Chucho, te pasaste. —Se nota un poco de molestia en la voz de Magali.

—Pero si te empuje bien despacito. —Se defiende. —Tu fuiste la que metió toda su carota en el pastel.

Los chicos ríen.

—Si claro cabrón. —Niega Magali con su cabeza. —Pero ya tendré mi oportunidad, algún día.

—No te invito. —Responde Jesús.

—Entonces, ¿Que haces aquí?, Salte, no te quiero en mi fiesta. —Magali lo empuja.

—Yo la organice. —Jesus se defiende.

—¿Tu?. —Angela se entromete. —Todos la organizamos.

—¡Bueno!. —Jesus ríe. —Aun así, por eso no puedes correrme.

—Ya cállate. —Magali sentencia. —¿Y después de esto ya se terminó todo?.

—Pues ya... —Jessi responde con una risa al final.

—Nos tenemos que ir a nuestras casas Magis. —Angela termina su pastel.

La chica pone su mano en su frente. —Eso ya lo se mensa.

—¿Cuando nos volveremos a ver?. —Son las primeras palabras de Alejandro después de lo sucedido con Fany.

Hay silencio por qué nadie sabe.

—Pues ya van dos veces seguidas que salimos todos juntos. —Angela recarga la cabeza en su palma.

—Y yo me voy a ir de vacaciones. —Dice Jesús.

—Apenas fuiste a Chichen Itza y ¿todavía quieres más? —Alejandro se escucha desanimado.

—Voy a ir a la playa, algo muy diferente a Chichen Itzá. —Responde Jesús.

Un nuevo celular suena.

Ángela reconoce su tono de llamada.

Corre a dónde esta su bolsa y encuentra que permanecen los suéteres de todos ocultándola.

Se queja y los lanza, pero cuando hace eso, algo suena.

Como si una canica rodara por los suelos.

Ángela presta poca atención a eso y busca su teléfono para poder contestar.

—¿Qué se cayo?. —Pregunta Luis Ángel tratando de ver.

—No se. —Jesus apenas y está interesado.

Dyllan no opina al respecto, prefiera acercarse para ver lo que es.

El piensa que es una moneda y de ser cierto, ya tendrá a quien molestar por no devolverle su pasaje.

Se agacha y se asoma pues todo parece indicar que se metió abajo de uno de los muebles.

Estira su brazo, toma lo que encuentra y después se levanta.

—Por fin, ¿Que fue?. —Magis bosteza.

—Esto.

Todos observan detenidamente y Alejandro que aún está desanimado, mira cuidadosamente para después dar un salto y acercarse.

—Espera... —Luis Ángel también se levanta. —¿Que eso no es...

—El musdux. —Alejandro lo toma de las manos de Dyllan y lo observa.

Ahora su felicidad y emoción volvían.

Por qué a lo mejor no sabía de dónde venía aquel extraño objeto.

A lo mejor no sabía quién lo había creado y para que propósito.

Pero de algo ya podía estar seguro.

Y es que eran los elegidos de algo.

—¿Que?. —Jesus se levanta de la silla y se acerca. —¿Pero no sé lo había llevado Fany?.

—¿Si, no?. —Angela aprovecha para hacer lo mismo.

Alejandro pensó que su oportunidad estaba desecha.

Su sonrisa de ahora era muy notable.

—Chicos. —Alejandro lo mantiene en sus manos y se dirige a la mesa. —Necesito contarles algo, así que acerquense.

Sus amigos lo obedecen, Alejandro muestra el musdux y comienza hablar.

—¿Recuerdan que Fany y yo nos metimos a una exposición de objetos en la excursión a Yucatán?. —Alejandro pregunta sin dejar de ver al musdux.

—Aja. —Responde Jesús mientras los demás solo asienten.

—Bueno. —Alejandro cierra los ojos por un momento para recordarlo mejor.

Les cuenta cada uno de los detalles por los que pasaron e incluso les relata lo que pasó junto a Jesus en el parque ecológico.

Tiene la atención de todos.

A algunos se les dificulta más creerle, pero con lo que acaban de vivir ¿Cómo no hacerlo?.

—Esto es más que un juego. —Le da de vueltas al objeto. —esto es tal vez lo que siempre soñé y es lo más cercano a sentirme como aquellos superhéroes que me daban esperanza cada vez que tenía un mal día.

Se presenta un silencio que más que incómodo, deja pensar a todos sobre lo que están escuchando.

—Es muy... Increíble y extraño ¿no crees?. —Dice Jessi.

—Si... Lo es. —Responde Alejandro. —Pero no puedo avanzar si no estamos todos juntos.

—¿Por qué?. —Pregunta Luis Ángel.

—Creo que está cosa nos eligió a todos. —Responde Alejandro. —Yo se que es una afirmación que no puedo comprobar del todo... De echo creo que todo lo que estoy haciendo no tiene sustento y eso es peligroso por qué no conozco la consecuencia de... Créanme que si por mí fuera, yo hubiera indagado solo, pero esto no me deja avanzar si no hay 8 personas...

—¿Por qué no simplemente probaste con otras 8 personas?. —Angela lo mira directamente.

Alejandro se queda callado por un momento. —Bueno, serían 7 por qué yo me cuento dentro de los 8 verdad. —Ríe un poco. —Y... No lo sé, en verdad no lo sé, pero si eso me pide 7 personas más para continuar, al menos me gustaría que fueran mis amigos.

Todos se miran entre ellos.

Algunos siguen sin poder creer lo que Alejandro les a contado.

—Pues creo que hablo por todos al decir que tenemos que pensarlo. —Angela se sincera.

—Yo apenas y puedo entender las cosas. —Ahora la que habla es Jessi. —Pero, en caso de que aceptemos si es el punto... La cosa esa te pide 8 participantes y por lo que vimos, creo que Fany ya te dijo que no.

Alejandro no lo había tomado en cuenta.

El silencio vuelve aunque es interrumpido por el celular de Ángela nuevamente.

Lo checa y roda los ojos.

—Es mi mamá, me dijo que cuando me volviera a marcar ya saliera por qué eso significaba que ya estaba aquí, así que ya me voy. —Angela se acerca a Magali y se despide de ella.

—¿Me puedo ir contigo?. —Le pregunta Jessica a Ángela.

—Si. —Responde inmediatamente y sin dudar.

Jessi se despide de Magali y las dos terminan por despedirse de todos.

Cuando salen, Magali les dice a los chicos que irá a su cuarto para traer un suéter pues le dio frío.

En ese momento, Dyllan, Luis Ángel y Jesús se acercan a Alejandro.

—Ey. —Le habla Dyllan para llamar su atención.

Alejandro lo mira.

—La verdad es que seguimos sin entender mucho de la cosa esa que trajiste y todo lo que tenga que ver con ella.

Alejandro suspira.

—Pero sea lo que sea, queremos decirte que... Cuentas con nosotros.