03
Donghyuck soltó una carcajada viendo a su amigo que se encontraba manchado con helado por casi todo su rostro, Mark no podía hacer nada porque lo único que quería era verlo alegre y lo estaba consiguiendo, Mark estaba dispuesto a enfrentar los gritos y golpes, porque la felicidad de su amigo era lo más bonito que sus ojos podían analizar.
Una expresión de sorpresa se presentó en el rostro de Hyuck cuando el canadiense lo abrazó repentinamente, dudo por unos segundos antes de abrazarlo devuelta.
― Tengo que volver a casa... ―un suspiro salió de sus labios alejándose del contrario, el Moreno lo miraba con una semblante de tristeza y preocupación, él sabía lo que le esperaba al contrario, lo que tenía que pasar, tomó con cuidado sus manos acariciando estas.
― Ten cuidado... Perdón.
― Tranquilo... Estaré bien... Supongo.
― Te acompa-.. ―Mark negó rápidamente ante la insinuación de Donghyuck antes que continuara, sabía que le iría peor si él lo acompañaba.
― No, por tú bien y el mío es mejor que no lo hagas.
― Pero Mark, por favor.
― Ya dije que no, es lo mejor, nos vemos mañana hyuckie, cuídate ― se dio la media vuelta sin esperar alguna respuesta de su amigo dejándolo con la palabra en la boca para luego empezar a caminar con rapidez.
Cada paso que daba hacía sus nervios aumentarán, los latidos de su corazón se aceleraban, sus manos sudaban, sudaba frío, una ola de miedo lo inundó, ihnalo y exhalo tratando de calmarse, le iría peor si su progenitor lo veía en ese estado, lo único que podía pensar era en los golpes, en el monstruo que lo esperaba en su casa.
Dicen que uno se siente más seguro en su hogar, eso era una vil mentira, Mark no sentía eso, no se sentía seguro en ningún lugar, tanto en la universidad como en su casa alguien lo esperaba para hacerle daño, alguien lo esperaba para lastimarlo, para herirlo.
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Por otro lado se encontraba Haechan diambulando por las frías calles, mantenía la vista hacia el piso pateando una botella de plástico que se había encontrado como si este fuera lo más interesante que existía, se regalaba así mismo mentalmente, pensando si había hecho bien que su querido amigo se fuera solo, la frustración lo carcomía por dentro al no poder hacer nada para ayudarlo, sentía una rabia inmensa al saber lo que le pasaba y no podía decirle a nadie porque se lo había prometido, pateó con un poco más de fuerza la botella provocando que le diera a alguien, Donghyuck estaba dispuesto a pedir disculpas hasta que alzó la mirada y vio de quien se trataba, se detuvo en seco mirándolo con sorpresa, no esperaba encontrarse a ese.
¿Por qué? ¿Por qué justo ahora? Eso debía ser una maldita broma, al parecer la suerte no estaba del lado de Donghyuck.
― Tú... ¿Me estás siguiendo o algo por el estilo? Porque sería mucha casualidad que me encontrara contigo, el mundo debería de ser demasiado pequeño para que eso sucediera ―musito el moreno con un cierto tono de enfado en sus palabras.
El tipo sonrió levemente mientras se acercaba peligrosamente al menor, Donghyuck dio un paso atrás al darse cuenta de la intención de este apartándose al instante.
― Si crees que soy tan idiota pues estas muy equivocado, no soy tan estúpido para que me puedas manejar a tu antojo, no soy un maldito juguete para que te diviertas un rato y luego dejes tirado así namas para luego volverlo a buscar cuando estés aburrido, así que si me permites tengo mejores cosas que hacer que estar encontrándome con imbéciles como tú ―hizo una ademán de querer irse pero el contrario fue ágil y lo tomó del brazo con un poco de fuerza atrayendolo a él rodeando la cintura del menor con su otro brazo, Donghyuck tratado de zafarse poniendo recistencia ante él, tratando de alejarlo lo más rápido posible, fracasando al instante.
― Haechan, mi querido sol ¿Por qué andas tan agresivo y a la defensiva? ¿Uhm? No creo que seas un idiota y no te veo como un juguete ¿de dónde sacas eso? ―acarició su mejilla mientras el contrario lo miraba con recelo.
― Sueltame Taeil.
― No lo haré hasta que me digas que te sucede, fui a buscarte y te estuve esperando afuera de tu universidad... Y no me digas que no me viste porque si lo hiciste pero aun así te fuiste con tu amiguito ese ―su tono sonó molesto mirando con seriedad al chico en sus brazos.
― Pues estaba muy bien acompañado besándose con aquella chica que no quise interrumpirlo Señor Moon, así que si me permite me tengo que ir a mi hogar que ya es muy tarde y solo me esta haciendo perder el tiempo ―se zafó con brusquedad del agarré del mayor para empezar a caminar rápidamente mientras pequeñas lágrimas recorrían sus mejillas al recordar aquella escena, seco rápidamente sus mejillas con el torso de su mano.
Nuevamente un brazo lo detuvo haciendo que gire al instante, ya se estaba cansando de esa situación, solo quería irse a casa y emcerrarse en su habitación para estar un momento en paz por un momento.
― ¿Ahora qué quieres? ¿No te cansas de estarme jodiendo?
― Vendrás conmigo.
― ¿Qué? ... No, sueltame.
Taeil ignoró las palabras del menor y tiro de su brazo con fuerza llevándoselo casi a rastras hasta su automóvil, Donghyuck ponía nuevamente recistencia, pero a quien podría engañar, era obvio que Taeil tendría más fuerza que él así que se rindió, solamente gastaba energías a lo tonto.
Abrió la puerta del copiloto metiendo al morene con un poco de brusquedad cerrando la puerta una vez que este se encontraba adentro, rodeó el carro entrando a este y encendiendolo para luego arrancar.
No sabía a dónde lo estaban llevando, en la mente del chico habían muchas ideas, el simplemente quería bajarse del carro, quería estar lo más lejos posible del mayor.
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Mark se encontraba en la puerta de su hogar, mordió suavemente su labio inferior rogando que su padre no se encontrará en casa, abrió con mucha delicadeza la puerta tratando de hacer el menor ruido posible, su mano temblaba, todo su ser temblaba, entró con cautela a su hogar, cerrando muy despacio la puerta tras suyo, dio unos pequeños pasos analizando por completo el lugar asegurándose que no hubiera nadie a su alcance.
Para cualquier persona lo que Mark estaba haciendo podría ser gracioso pues parecía de una película, pero en realidad el canadiense se estaba muriendo de temor, no le deseaba a nadie lo que estaba sintiendo justo en ese momento, ni a su peor enemigo ni a los idiotas que lo molestaban en la escuela, nadie merecía vivir con temor.
Todo estaba tan tranquilo que lo preocupaba, estuvo dispuesto a subir las escaleras hasta que una mano lo detuvo, casi pega un grito del susto hasta darse cuenta de quien se trataba, era su querida madre, suspiro de alivio y la abrazo con fuerza, la mayor acarició con delicadeza su cabello depositando un pequeño beso en su frente.
― No está en casa, tranquilo... ―lo apartó un poco para dedicarle una leve sonrisa.
― Salió a tomar ¿no? ―la miró con un poco de temor en sus ojos.
― Sí... En cualquier momento regresará, así que aprovechemos a comer ―acarició su mejilla con ternura― deja tus cosas en tu habitación y cambiate mientras yo servire la comida ¿Sí?
― Esta bien, no tardo ―la mujer dejó un último beso en la mejilla del chico para luego ir a la cocina, Mark subió rápidamente a su cuarto, dejó su mochila a un lado, se acercó a su armario buscando una prenda cómoda para cambiarse, en parte se sentía aliviado de que llegara antes que su padre, pero el miedo seguía presente, en cualquier momento regresaría y eso lo ponía nervioso.
Camino hasta su baño entrando a este, cambió su ropa y deposito la que se había quitado en el cesto que se encontraba ahí, mojó un poco su rostro tratando de calmarse, salió del baño, dio una última mirada a su habitación para luego bajar hasta la sala y dirigirse al comedor donde se encontraba Seulgi sirviendo la comida, le dedicó una sonrisa y tomó asiento en una de las sillas, la mayor se sento enfrente de él para luego empezar a comer.
― ¿Cómo estuvieron tus clases cariño? ¿Por qué llegaste tarde? Sabes que ubiera pasado si Donghyul estuviera en casa, no debes arriesgarte así mi amor, estaba tan preocupada ―comentó mirando a su niño como si fuera aún el pequeño de cinco años que tiene que cuidar, y aunque no tuviera esa edad aún seguía cuidándolo.
― Perdón... Estaba con Donghyuck, lo fui a llevar a comer un helado porque estaba triste y quise animarlo... Sabía perfectamente lo que implicaba eso pero aún así me arriesgué, no me gusta ver a Hyuck de esa manera ―bajó la mirada jugando un poco con su comida.
Seulgi miró con adoración a Mark, era tan bueno su niño, era el ser más noble, que prefería arriesgarse sólo para que su amigo se sintiera mejor, el mundo no merecía a Mark, era un ángel, un ser tan puro, que le tocó vivir en un muy terrible mundo, uno tan cruel.
― Estoy tan orgullosa de tí mi pequeño, eres tan dulce, tan bueno y eso me lastima, verte sufrir, verte vivir una pesadilla... Si tan solo no tuviera tanto miefo... ―susurró lo último para ella misma, continuaron comiendo y platicando de cosas triviales.
Una vez que terminaron Mark ayudó a Seulgi a lavar los trastes sucios, seguían platicando y jugando animadamente pero eso se vio interrumpido cuando escucharon el auto estacionarse fuera de la casa, los dos se miraron con preocupación.
― Ya sabes que hacer cariño, ve al cuarto y encierrate, escondete en el armario, en el baño o debajo de la cama y no salgas hasta que yo vaya a buscarte, ponte tus auriculares por cualquier cosa ¿Sí? ―Mark asintió rapidamente y dejó lo que estaba asiendo para ir corriendo hasta el cuarto que se encontraba al fondo del pasillo, entró y cerró la puerta con seguro, su respiración estaba agitada, su pulso se aceleraba, sentía que su corazón iba a salir de su pecho por lo rápido que latía, tanta adrenalina y miedo corría por su cuerpo.
Se acercó al closet que se encontraba ahí, entró a este cerrandolo y atorrandolo, entre las ropas vio una pequeña puerta que estaba camuflajeada, abrió esta y entró, era un cuarto muy pequeño, había unas dos mantas, una almohada, un tanque de oxígeno y sus auriculares que se encontraban conectados a un reproductor de música, dejó escapar todo el aire que tenía retenido tomando el aparato en sus manos.
Su padre no sabía de ese escondite y estaba muy agradecido por eso, pero el miedo de que algún día lo descubriera persistía.
Los gritos comenzaron y mark inmediatamente se puso los auriculares para cancelar los sonidos externos.
Está no era la primera vez que sucedía, parecía una rutina, una rutina que quería acabar...odiaba con todo su alma esto y un recuerdo vino a su mente... La primera vez que se escondió en ese cuarto.
Miedo, estaba realmente asustado, lágrimas caían por sus regordetas y sonrosadas mejillas. La mayor trataba de tranquilizarlo, no quería que hiciera mucho ruido, Donghyul estaba gritando, realmente se encontraba muy enojado, así que Seulgi lo llevó rápidamente a una habitación y lo encerró en el armario que se encontraba ahí.
― Escuchame bebé, no saldrás de aquí hasta que yo venga, no hagas ningún ruido, por favor ―el pequeño niño obedeció, Seulgi le entrego un pequeño aparato con auriculares y se los colocó― Trata de no quitartelos y solo escucha las canción ―asintió, la contraria se levantó cerrando el armario, salió de la habitación cerrando también esta con seguro.
El pequeño mark trataba de calmarse y seco sus lágrimas con sus manitas, observó el oscuro lugar y hubo algo que le llamó la atención, algo peculiar que no era fácil a simple vista distinguir, se acercó con cuidado y tanteo curioso hasta darse cuenta que era una pequeña puerta, abrió esta entrando con cuidado al espacio, se encontraba vacío... En ese momento supo que ese iba a ser lugar secreto.
Decidió no decirle nada a Seulgi por su propio bien, era mejor que sólo el supiera de aquel escondite, porque si su querida madre supiera de ese lugar ella correría peligro...demasiado y no quería que nada malo le pasara.
Ruidos y más ruidos que eran cancelados por la dulce melodía de la canción que se encontraba escuchando Mark.
Taradeaba mientras se hacía bolita, aunque la canción estuviera en alto llegaba alcanzar a escuchar una que otra cosa, como los gritos de papá que le daba a Seulgi.
― ¡¿Dónde está el mocoso?! ¡Dime en dónde está si no quieres pagar las consecuencias!
― ¡No te diré dónde está! ¡No te permitiré que le hagas da-... ―las palabras quedaron al aire, Donghyul le había golpeado con fuerza haciendo que esta pierda el equilibrio y caiga al suelo, el hombre la tomó del brazo poniendo fuerza en su agarré mientras la sacudía gritándole un sin fin de cosas, ¿valía la pena recibir todo ese maltrato? sí, si esa era una forma de mantener a salvo a su niño, sería fuerte y soportaría todos los golpes, gritos, de parte de Donghyul.
Era una pesadilla que nunca acabaría o eso parecía, lágrimas bajaron por sus pómulos, cerrando los ojos con fuerza, era tan agobiante vivir así, si eso se podría llamar vida, era un infierno, sentía que el aire le empezaba a faltar, sentía que su pecho quemaba, tenía que tranquilizarse, tomó rápidamente el tanque de oxígeno y se puso la mascarilla.
Taradeaba la canción en su mente tratando de distraer su mente, recordando las palabras de Seulgi
Respira mi niño, todo estará bien, todo pasará pronto, estoy aquí para cuidarte, te amo, recuerdalo siempre, cuando te sientas así solo taradea la canción que te enseñe.
Su respiración se tranquilizó, ya no sentía que su pecho quemaba por falta de aire, lo único que escuchaba era la canción, se quitó cuidadosamente la mascarilla y los auriculares... Todo estaba en silencio, algo no andaba bien, algo no estaba bien, tanto silencio no era normal, la preocupación aumentó, desesperado salió de su escondite, con mucho cuidado salió del armario.
Mark estaba incumpliendo lo que le había prometido a Seulgi, pero estaba tan preocupado por ella que no lo importo nada por un segundo.
Estuvo apuntó de abrir la puerta cuando escucho unos pasos rápidos, no logro distinguir quien era porque el pánico se apoderó de él y se escondió rápidamente bajo la cama, la puerta abrió de golpe, asustando al chico, tapó sus oídos y cerró los ojos.
En su mente repetía que todo iba a estar bien, que no lo iba a encontrar, que se iba a ir pronto, todo estaba perfettamente bien.
Pero una mano hizo que saliera de sus pensamientos sintiendo un miedo horrible, hasta que vio que se trataba de Seulgi, salió rápidamente de aquel lugar para luego abrazarla con un poco de fuerza ocultándose en su pecho mientras sollozaba.
― Todo esta bien, ya estoy aquí ―hizo una pequeña mueca de dolor, pero no le importaba eso, su niño le traía paz y saber que el estaba bien era lo que importaba.
૮₍´˶• . • ⑅ ₎ა
Je, volví después de mucho, no estoy
pasando buenos momentos, pero tenía
tan abandonado esto... En fin, esperen el
próximo capitulo, gracias por el apoyo
y ya saben, si hay algún error ortográfico
me dicen pq estoy re ciega.
Shujinta out—
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