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Capitulo 04

Jess.

Nunca e sido como las demás personas. Siempre e sido diferente. Mi vida se podría comparar a las escenas dónde hay un parque y muchas personas riendo, hablando, compartiendo con familia, amigos, en pareja; todo es colorido y brillante pero si ves más haya en lo último en una esquina arrinconada sobre una banca está una niña sola con un libro entre sus manos contemplando la escena frente a ella esperando aunque sea una mínima señal para ser parte de ella pero… nunca llega.

 Esa soy yo o así era mi vida siempre deseando ser parte de un grupo o jugar con los demás niños a las escondidas, hasta que simplemente lo acepté no iba a luchar por algo que no iba a ser posible y comencé a construir muros, barreras para que nadie se acercará a mí y descubrieran mi defecto. Una burbuja donde para los demás soy “rara” porque no hago las mismas cosas que ellos, pero sobretodo soy sana no soy menos que nadie, no tengo ningún defecto que puedan señalar como si nada. 

“Defecto” esa maldita palabra que me a descrito perfectamente desde que Nací hace casi dieciocho años, muchas veces usaron eso en mi contra por eso mi manera de ser , que solo una persona fuera de mi familia a aceptado y a pesar de saber mi secreto me a apoyado y cuidado de mí sin verme como una burla de parte de la Naturaleza.

Siempre e estado limitada por mi misma, encerrada en cuatro paredes, ya que mi corazón sufre de cambios constantes y eso me puede llevar a la muerte (aunque ya en muchas ocasiones e rozado su mano), tomo medicinas para eso, pero igual tengo muchas restricciones, como: no correr, no manejar bicicleta, no llevar sorpresas, no estar bajo estrés, no ver películas de terror, no llevar sustos, no tener vida prácticamente. Aunque hago lo que puedo con mi cómplice.

Pero hoy no es uno de esos días, lamentablemente, hoy es uno de esos días dónde me recuerdan lo inútil que soy y lo limitada que estoy, aparte de que me limitan más.

A veces pienso que el simple hecho de tomar la mano de la muerte sería más fácil que seguir con este drama del cual el protagonista es un señor llamado: “Defecto Cardíaco Congénito”.

—Inhala por la nariz— dijo la Dra. Martín colocando un estetoscopio en mi pecho haciendo que pegara un respingo.

«Que frío estaba»

— Exhala por la boca, bien, otra más— se retiró el estetoscopio guardando lo en un bolsillo de su blanca bata— Muy bien— musitó en voz baja mientras se ajustaba sus lentes y tomaba nota bajo la mirada atenta de mis papás— Bueno, Jess, eso es todo por hoy, hablaré con tus padres y necesito que me esperes afuera, ¿Si?— dijo ofreciendo me una paleta, yo la miré con cara de ¿Es en serio?— solo bromeaba, toma.

Dijo dándome mi verdadero premio, una barra de chocolate y con eso salí del consultorio dejando a mis papás con la doctora. No es que me comporte como una niña o sea caprichosa y mimada, pero ella siempre busca la manera de ser complaciente y que sus pacientes les tengan confianza regalando les dulces y a mí no me gustan las paletas y chupetas, Así que ¿Qué mejor manera de ganarse mi simpatía que con chocolate?

Me dirigí a la sala de espera especial para los pacientes fijos como yo y otros chicos. Es un lugar amplio y grande, aunque es una sola habitación está bien pensada y estructurada para tener a pacientes de los cero a los diecinueve años. Me acerqué a la biblioteca y tomé un libro de misterio y me senté en una mesa apartada de los demás chicos.

—Hola.— saludé y me puse cómoda.

—Hola—Sam me miró— ¡Ay, por favor baja los pies de la mesa!— dijo Sam mientras me los empujaba

—No— le saqué la lengua como la  madura que soy, y volví a colocar los pies en la mesa

—Te van a volver a regañar, Jess. ¿Qué acaso sabes cuantos gérmenes pisas con tus zapatos?

—No me importa, y si no te gusta ¿Porqué no te vas a otra mesa?— lo miré con una ceja alzada— ¿A?,¿A?— le golpeé en el brazo con el codo

Sam se sonrojó mientras balbucea cosas sin sentido— Po-po-pues… tu-ú.. tu llegaste después de mi.

—Si, a alegrarte un poco la vida. Ya que tu prefieres estar en una esquina sombría, haciendo obvio lo acosador que eres.— No dijo nada solo bajó la cabeza con notoria vergüenza— Vamos, tigre. Párate, quítate ese gorro..— dije mientras le arrebataba su gorro de lana dejando al descubierto su larga melena rubia— y ve por tu presa.

Sam comenzó a asesinarme mentalmente mientras me dedica una mirada sombría con sus grandes ojos marrones— No es tan fácil.

—Vamos, vé. No vas a saber si no eres correspondido si no le dices.

—Lo dice la chica que teme a las relaciones y nunca a tenido novio— Soltó una risa baja mientras niega con la cabeza— ¿Sabes? A veces creo que tal vez somos más parecidos de lo que parecemos.

«Estupido»
 
—Uno:..— comencé a contar con los dedos— No le tengo miedo a las relaciones, ni a ser lastimada como tú, solo no quiero ser yo quien lastime a alguien, sabes lo inestable que somos y que la muerte siempre nos rodea. Dos: Me encantan los hombres. No, las mujeres. Y tres: disfruta mientras puedas, que no te aten las cadenas que tú mismo te pones o tarde o temprano estarás como yo atada por esto— señalé mi pecho.

—Tengo miedo— recostó su cara en la mesa

Le dí unas palmadas en la espalda—Tranquilo, todos los tenemos y te aseguro que tú príncipe no es la excepción.— se puso de pie.

—Lo pensaré. Ahora devuelve me mi gorro— Me lo arrebata de las manos.

—Ay, pero que agresivo, ¿Sabes? Mi corazón es sensible.— dije haciendo el papel de víctima.

—Jess, ¿Sabes? El mío también.—dijo imitando me y me mira de arriba a abajo— ¿Qué no deberías de abrigarte?.

Me encogí de hombros—¿Qué no deberías ir al grano y decir lo que piensas?— alcé una ceja mientras me cruzo de brazos

—¿Qué no deberías estar con tu bufón?— se sentó de nuevo. Este chico si que es masoquista.

—No, hoy llega Adrian y fue a buscarlo al aeropuerto junto a sus padres dice que tiene una sorpresa.

—¿Qué acaso consiguió novia? O no me digas, ¿Qué embarazó a alguien?

—¿Qué?

Se encogió de hombros— ¿Cuál es la probabilidad de que no se alguna de esas?, Es un adulto joven esas son el tipo de noticias que suelen dar— dijo tranquilo.

—Wow, me sorprende lo acosador y solo que estás

—¡Qué no estoy solo!

Grita haciendo que todos incluidos los niños volteen a verlo él se sonroja y dirige la mirada al chico afroamericano que sonríe, provocando que se sonroje más y bajé su cabeza hasta recostar su frente a su antebrazo.

—Pero no niegas que si eres un acosador

—Solo es lógica y soy observador.

—No lo suficiente. Él te sonrió, harían tan linda pareja.

—Ja, No lo creo.

«Este chico si es difícil»

—¿Porqué?, No me vengas con probabilidades y eso.

—No.

—¿Entonces?

Se sienta y me mira, está muy rojo—Es que…

Lo interrumpen apenas empieza la oración dejándome con la duda

—¡Jess, Cariño Vámonos!— Dice mi mamá

—¡Ya voy!, Me debes esta conversación— lo señaló con mi dedo de manera amenazante— ¿Me lo guardas?— señalé el libro él asiente para ambas cosas. Lastima no lo pude leer.

Me levanto de la mesa y tomo la mano libre de mi mamá para comenzar a caminar. Una vez afuera mi mamá se coloca el abrigo que tenía en manos y mi papá va a buscar su camioneta.

Mi mamá se acerca a mi por detrás me soba los brazos de manera de calentarlos después me envuelve en sus brazos haciendo que yo recueste mi cabeza en su pecho y me da un beso en mi pelo.

—Que raro que la doctora no quisiera que me quedara, ¿Qué dijo?— eché mi cabeza más atrás para ver la.

—Nada, Cariño. Solo quería hablar de un par de cosas que deberías de evitar y tu nuevo medicamento.

Me cruzo de brazos— ¿En serio?, ¿Un par? O ¿Una docena?.

—Sé que es difícil…

«No lo sabes y nunca lo vas a saber porque mientras todos se aferran a qué yo viva, me estoy muriendo» Lo pienso más no lo digo

—Pero…

La corto—Dejalo así— me colocó frente a ella

—Jess…

—No importa— le sonrio aunque lo único que quiero es partir algo

Se acerca y me toma la cara— Eres demasiado buena, gracias por ser paciente.— me besa la frente.

«Si, buena…», «Paciente…»

Mi papá para la camioneta frente a nosotras y baja.

—¿De que hablaban, mis hermosas mujeres?— se acerca me da un beso en la frente y nos mira.

—Cosas de chicas.

Responde mamá y le da un casto beso a papá quien nos abre las puertas para subir. El camino era silencioso se podía notar la tensión que había después de las citas dónde me hacían más que un chequeo, por lo que permanezco con la mirada en la ventana

—Y ¿Tienes idea de que podría tratar la sorpresa de Adrián?— dice papá tratando de aligerar el ambiente.

—No, aunque Sam cree que se trata de un noviazgo o embarazo

—Wow, Sam si que tiene imaginación

—Lo creas o no creo que tiene razón, la vida de los adultos se concentra en esas noticias emocionantes.

—No solo se trata de eso, hija.

—Bueno, si no es así ¿Cuál fue tu primer reporte de tu vida adulta que le diste al abuelo?

—Mi titulo universitario

—No, eso no cuenta ya que prácticamente era un hecho. Fue que te comprometiste con mamá.

Frenó en la luz roja y se volteó hacia mí—Esta bien, si fue ese pero me podría explicar esta señorita tan hermosa ¿Cómo es que lo sabe?

—Ah, fácil— me encogí de hombros— le pregunté al abuelo— les mostré el chat con el abuelo en mi celular.

Hizo una cara de indignación y me apretó la nariz—Pero que tramposa es usted.

—No, solo soy inteligente— me encogí de hombros— ¿Quieres hacer una apuesta?.— papá lo pensó y asintió par luego voltearse y seguir conduciendo.

El resto del camino se pasó rápido. Si llegar a casa mis padres fueron directo a la cocina a preparar algo de comer ya que es más de medio día y no hemos almorzado. Yo voy directo al cuarto de la sanguijuela chupa sangre y almas que se quedó en casa. Abro la puerta, vaya su cuarto si que es más ordenado que el mío y… huele mejor, pero él no está.

—¡Isaac!,¡Ven acá, querida sanguijuela!— escuché un ruido en la planta baja, así que caminé lo más rápido que pude, pero sin correr.

Al llegar al primer piso no veo nada en la sala así que voy al cuarto de lavandería. Cuando escucho unos murmullos.

—Rápido, rápido…— Esa voz es de hombre ¿Quién es ése?

—Dijiste que no iba a haber nadie.— Ah, voz de mujer ¡Hay intrusos en mi cochera! Agarré el cepillo de barrer y me dirigí a la cochera.

—Shh… Apúrense.—¡Esa es la sanguijuela!

—¡Aja! Te tengo sanguijuela ¿Qué demonios hacías?

—¡Ahh!
—¡Ahh!
—.…— gritaron al mismo tiempo Isaac y un chico mientras la chica me daba la espalda.

—¿Y? ¿Qué demonios hacían?.

—Eh, me tengo que ir— dijo el chico moreno

—Yo me voy con él— lo siguió la rubia.

—Los acompaño— terminó la sanguijuela

Lo tomé de la camisa— tú no te vas a ningún lado.

—Por favor, Jess. Déjame ir, sabes que igual no me alcanzarías y si lo intentas mis papás son capaces de atar te a tú cama.

Lo solté—Solo está vez y aún me debes una explicación— le advertí.

Alzó las manos— Está bien.— y se fue.

Se salvó de mí está vez pero no lo hará más tarde. Esa sanguijuela…

Un momento algo raro estaba pasando aquí. Uno: los murmullos, dos: lo nerviosos que estaban esos chicos, tres: la chica dándome la espalda, cuatro: el como salieron corriendo de aquí, cinco: que me enviaran a toda costa no me convence algo hacían aquí.

A ver ellos estaban en es esquina al lado de la mesa, pero viendo mejor las cosas sobre la mesa ahora no están, se encuentran caídas en el. ¿Qué estaban haciendo?.

Y se fueron sin recogerlo. Comencé a recoger. Las cosas cuando debajo del martillo veo algo redondo de color claro, tomo ambas cosas y noto que este circulito es suave y baboso, pongo el martillo en la mesa. Acerco el círculo a mi nariz, no tiene olor, parece que se puede ver a través de el.

«Que raro»

Lo toco el centro y se hunde. Ya creo que sé que es.

«Ay, Sanguijuela parece que ya no te basta chupar sangre»

Hundo más el dedo y efectivamente es un condón. Se lo tengo que decir a mis papás. O puedo usarlo para manipular lo un poco.

«Jajaja»

Aunque también me da curiosidad nunca antes e tenido un condón en mis manos o e visto como se usa. ¿Será verdad que este circulito aguanta cualquier grosor?. Me volteo y veo el martillo. El martillo tiene un palo y es grueso, muy grueso como para este Circulito, ¿Será…?. Tomo el martillo, lo pongo al revés, centro el condón y comienzo a deslizar lo hasta la mitad. Wow, ni en un millón de años hubiera imaginado que algo tan pequeño cupiera en algo tan grueso. ¿Y si?, ¿Cuál será su alcance en largo? A ver, a ver, ¿En qué lo podría probar? Hay un palo de cepillo. Tomo el condón y se lo coloco al palo deslizando lo.

« Está cosa si es sorprendente. ¿Es qué acaso está pensado para un gigante? o ¿Qué es lo que puede tener un hombre?, ¿Qué es lo que puede aguantar una mujer?»

Alcé el palo. ¿Esto es en serio?, ¿Es real está cosa?.

—¡Así te quería agarrar!

«Mierda».

  Nota de autor:
Un capítulo pedido más que todo por un lector que obtuve de la manera más loca y rara😅 
latytyoficial está vez si fue intencional
Atte: Alex M. Gudiño

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