63.
Sus manos eran delicadas hechas por ángeles.
Su cabello blanco y fino, con sus hebras suaves como su piel pálida pero perfecta.
Sus orbes que brillaban cada vez que se emocionaba, además de sus largas pestañas.
Su sonrisa dulce y cálida, la cual podía animarle aún tuviera un día pesado.
Su risa que relajaba.
Su delgado cuerpo hecho por musas...
Era imposible no enamorarse de su voz.
Ink no era un defecto, y desde joven lo tenía claro.
Tener un cuerpo frágil y esbelto no le hacía un defecto.
Ink era, es y será por siempre, perfecto.
Fin~
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Perdón por no ser lo que esperaban, me costó finalizarlo, espero que les haya gustado ;;
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