Todo resultó ser más agradable de lo que Ink pensó, nadie se rió, nadie le habló respecto a ello cuando bajó del escenario, Error le esperaba también con su diploma, las luces del gimnasio no permitían recordar que en el exterior se hacía la oscuridad, Geno felicitó a su hermano y también a su cuñado por las agallas, se sentía orgulloso de cuánto habían crecido, y gracias a las fuerzas del destino habían quedado juntos.

Ink portaba el uniforme correspondiente a los hombres, con el cabello amarrado por la formalidad, la gala al siguiente día, una fiesta de graduación que sería especial para despedirse de sus compañeros, pero por su parte, mantendría contacto con sus dos amigos metiches, gracias a ellos tampoco podría haber llegado tan lejos.

"Error, voy a tomar agua, ya vuelvo."

"¿Te acompaño?"

"No es necesario, no me va a pasar nada." Sonrió.

Eso provocó un mal presentimiento al moreno, pero le dejó estar para seguir hablando con su hermano y sus amigos, Dust estaba con Killer, hablando de trivialidades y actividades que podrían hacer en las vacaciones, hasta oyó el tema de ir a acampar. Sinceramente, ir con Ink y sus amigos no podría ser tan malo, debía llevar pastillas quizás para no explotar con cada burla, pero eran detalles.

Al poco rato, pasado los cinco minutos, Error se sintió intranquilo, sentía que algo ocurría para que el albino no regresara, se levantó pidiendo permiso, y salió al patio buscando los baños, al encontrarlo, pues estaba todo oscuro, guardó silencio, escuchaba una discusión para nada fuerte, pero lo alertó por completo.

"Es gracioso como nos volvemos a encontrar, Ink, vine por la graduación de mi hermano pero jamás pensé que seguirías igual, todo un llorica, ¿No te sirvió ser mujer? Pfft."

"Eso... Eso no te importa..."

Parecía ser una conversación recién iniciada, Error recordó al instante al reconocer la voz, era el mismo que le había molestado en la graduación de la primaria, era una maldita coincidencia, y su cuerpo se tensó por completo por todos los recuerdos de las golpizas y sus errores.

No podía estar así, no debía quedarse quieto, Ink cada vez sonaba más indefenso, debía ayudarlo... Quizás no era siempre valeroso e intrépido como todos quisieran, como el ideal, pero Geno le había dicho alguna vez que serlo en sus ocasiones era importante, y además, no podía quedarse quieto esperando que todo se solucionara, debía actuar también.

Se adentró a los baños, tomando el hombro de quien estaba acorralando a su pareja, ahora, tenían la misma altura, aquel chico se veía bastante problemático, su cabello enmarañado, su rostro como si estuviera en otro mundo, además de su enferma sonrisa.

"Ink es perfecto como es." Dijo Error con su otra mano temblando ligeramente. "Así que será mejor que muevas el culo lejos de él o me encargaré de hacerte lo mismo que me hiciste hace años atrás, maldito bastardo."

"...Pfft... Pero si eres ese bebé llorica. "

El abusador tomó la camisa de Error, iba a actuar cuando el azabache, envuelto en coraje le golpeó, Ink hizo que se alejara antes de que agravara la situación, el otro por el golpe en su nariz salió corriendo.

"¡Error...! No debiste haberlo golpeado..."

"Se lo merecía..." Respondió.

El albino le abrazó, felizmente no le había agredido y estaba sano, había podido defenderlo, había hecho por fin lo que hace años quiso hacer, proteger a quien más amaba en su vida.

Error tomó el rostro de Ink, ambos se miraron.

"Recuérdalo Ink... Tú eres perfecto." Susurró. "...T-Te amo, de verdad, cada cosa de ti... No es un defecto..."

"Error... ¿Sabes que no eres bueno diciendo las cosas en el momento adecuado?"

"... Lo sé."

Ink sonrió, Error pudo notar sus dientes algo chuecos por abajo, pero habían de su expresión más bella. Sin poder más, besó sus labios, fue rápido, pero por más que quiso separarse por la vergüenza, el albino tomó también su rostro acunándolo entre sus palmas para evitar que se separara.

Fue hermoso aquel momento, mágico e indescriptible, no fue en el momento adecuado, jamás lo iba a ser como el primer beso que Error le intentó dar, pero ahora estaban ambos seguros, conscientes de lo que sentían, después de todos esos problemas... Necesitaban aquel acto de amor.

No dijeron nada sobre lo ocurrido a los demás, lo ocultaron por ahora, era su pequeño secreto hasta el día de gala donde serían una pareja más.